MADRUGADA, MADRUGAR…MADURAR




Hay algo especial en este verbo MADRUGAR. La silaba “DRU”, es poco común, muy rara encontrarla en otros vocablos bien usuales del español (i.e , cuadrúpedo, cuádruple,  esdrújula, mendrugo…)

Así que como cuadrúpedos especiales del Reino Animal (racional? y perdonan por obviar las manos...) , les invito a leer este cuádruple de páginas y llegar a ser en verdad PAN que alimenta, fresco, sabroso y no volvernos MENDRUGOS (panes duros) por no MADRUGAR más…MADRUGUÉMONOS a hacer realidad bella esta palabra ESDRÚJULA.

Confieso que nunca he sido muy bueno para madrugar, sin embargo muy dentro de mí siempre he sido consciente de sus beneficios, y es más en determinadas etapas de mi existencia he experimentado las bendiciones, las gracias de levantarme temprano.

Cuando era niño y adolescente, una de las cosas que más me gustaba hacer era “dormir hasta tarde en las mañanas”, pero también en clase de lenguaje o de literatura en la escuela, me gustaba también formar  palabras a través de las letras de otra palabra: Y miren, de MADRUGAR, salen palabras como AMAR, ARAR, ARRUGA, DAR, MADURAR, MAR…las he puesto en orden alfabético, pero yo le daría la prioridad a la más larga y diría sin tapujos de entrada, que MADRUGAR ES SINONIMO DE MADURAR, no de “hacernos viejos” porque “madurar” y “hacerse viejo” no tienen la misma significación ni connotación.

Con el paso del tiempo y viendo la experiencia de otros, uno constata que entre más se envejece o se gana en edad, menos se duerme y viceversa, que entre más joven se es, se duerme más. He descubierto el agua tibia, me dirán algunos “socarronamente”, pero no está de más, ni sobra, de vez en cuando decir en voz alta lo que es evidente…porque a fuerza de ser evidente, también podemos hacerlo caer en el olvido…”Dios existe”.

Y hablando de Dios, Él siempre ha estado unido a las primeras luces del alba, en la Biblia, en la historia de los santos, en nuestros dichos o refranes populares. Es muy conocido aquel: “Al que madruga, Dios le ayuda”. Y el diablo ha hecho popular su malversación “Al que madruga, le toca esperar más el desayuno” o lo ha alterado diciendo: “Al que madruga…lo roban”…o esta otra: “No por mucho madrugar, amanece más temprano”.

MADRUGAR es MADURAR, es hacerse más sabio, aparecer menos estúpido, ser menos perezoso…o no?

Es cierto que en la actual sociedad, el ritmo de trabajo y aceleración que se nos impone, nos hace creer que “dormir más” cuando se puede, sobre todo el fin de semana (sábados y domingos) es lo más sabio, lo más válido, lo “más justo”…Y no, lo que pasa es que no sabemos regir ni distribuir nuestro tiempo. Miren y verán…porque en vez de levantarse tarde no “acostarse más temprano?”

Los programas de radio del fin de semana y que se transmiten entre 7 am y el mediodía logran engañar a muchas personas que no madrugan y por lo tanto no maduran…ellos envían saludos a quienes “se encuentran en modo cobija”, “modo pereza”, “modo arrunchado”. Mi mamá diría “modo enrolletado” , o sea estar en rollo con la sabana y la cobija. Es esto acaso cierto? Ahh y la perla: “Hoy es domingo para no hacer nada, ni pensar  en nada  diferente al fútbol” (dónde queda el mandamiento de Dios, de dar prioridad al día de descanso para reposarse a la vez que se le da gracias?, dónde queda el precepto o mejor consejo de “participar en la misa” (no asistir, ni ir…por eso muchos la encuentran aburridora, sino ir interesarse por las respuestas, interiorizarlas, orarlas, meditarlas?, eso es participación activa que agrada a Dios).

MADRUGAR es AMAR. Tener más tiempo para disfrutar de los seres queridos, de los amigos, del contacto con la naturaleza nos lo prodiga dejar la cama temprano.

MADRUGAR es ARAR, como sinónimo de trabajar, disponer la tierra para cultivarla y hacerla fructificar…acaso no es esto ORAR?, disponer mi alma, el espíritu, mi corazón  para acoger lo que venga a lo largo de la jornada:

“Por Ti madrugo Dios mío, mi alma está sedienta de Ti, mi carne tiene ansias de ti”
“Por Ti madrugo Dios mío, Para contemplar tu fuerza y tu Gloria”, (Salmo 62,2-9).
“Este es el día en que actuó el Señor,
Sea nuestra alegría y nuestro gozo,
Dad gracias al Señor porque es bueno,
Porque es eterna su misericordia”.  (Salmo 117).

Levantarse temprano hace parte de la disciplina ascética de religiosos, sacerdotes, monjes y monjas, comunidades de oración en todo el mundo. Las horas que preceden a la puesta del sol, siempre han sido consideradas como las más propicias para la oración y la contemplación y por lo mismo, las más favorables para esperar la aurora como anticipación de la Venida del Señor, puesto que habrá una segunda venida (como decimos en la misa, después del Padre Nuestro) como lo ha prometido . “Yo espero Yahvé, mi alma espera en el Señor como un centinela a la aurora” (Salmo 130, 5-6).

Lo que corrobora que MADRUGAR es andar con Dios. Despertarnos en la mañana debería llevarnos a hacer el gesto más natural que es postrarse de rodillas, dar gracias a Dios por el nuevo día…o mínimo tener un primer pensamiento para el dueño de nuestras vidas (que no es mi esposa o mi esposo, mi novio o mi cónyugue…)

Madrugar el domingo e ir a misa a un momento determinado de la jornada, es sin lugar a dudas, uno de los gestos que más agrada a nuestro Padre Dios y a su Hijo Jesucristo.

Los grandes hombres y mujeres (ante Dios) no solo de negocios como los empresarios, sino también los santos, los hombres y mujeres ejemplares “salieron adelante”, “Cumplen sus objetivos” porque cultivaron el noble y beneficioso hábito de MADRUGAR.

Inclusive muchos empresarios reconocen que “levantarse tarde” es una “demoniaca mala costumbre”.

Pero tampoco se trata de “sentirse mal” “el más despreciable ser humano entre la humanidad” por el solo hecho de levantarse algunas veces tarde…A veces, es verdad, se amerita (por la diferencia horaria en el caso de aquellos que vuelan en avión de una zona horaria a otra), o por problemas de salud, prescripción de medicamentos que trastornan el sueño, etc.

Pero lo más normal es dormir lo suficiente (de 6 a 8 horas), acostarse temprano y levantarse temprano.

Hace parte de la sabiduría de la vida, en definitiva administrar bien las horas del día y de la noche. El mundo, las muchas tendencias modernas de hoy, nos quieren hacer creer que “cool”, “bueno”,”imprescindible”, rumbear hasta tarde, ir a “amanecederos” (sin importar si son legales o no). Sin lugar a dudas, nos encontramos ante otra trampa del maligno, porque la noche es cómplice casi siempre de la mayoría de pecados ( no errores, ni metidas de pata, ni vicios, ni estupideces…) . Hay que llamar a las cosas por su nombre: irresponsabilidad, ineficiencia laboral y académica, infidelidad, adicciones, atentados a la salud personal y pública, perturbación del ritmo de vida y tranquilidad de los otros, atentar y o poner en peligro la misma vida…)

Póngase a pensar en serio, sin prejuicios, por un instante las razones de su trasnochadera:

por navegar hasta tarde en internet? En qué se la pasa el tiempo? En verdad trabajando? Cultivándose, haciendo algo bueno por usted y los demás?

Viendo la tv hasta tarde? Si es algo formativo, porque no lo graba y lo ve en un horario más conveniente?

Por tomarse unas copas de más con sus amigos? Son sus amigos? Es necesario trastornar su reloj biológico, buscarse dolores de cabeza para el otro día sin necesidad?
Nunca olvido aquella frase de la revista selecciones que leí, transcribí en algún cuaderno de apuntes y que me viene algunas ocasiones a la memoria:
“Cultiva el habito de madrugar, no es sensato ni conveniente conservar por mucho tiempo la cabeza en el mismo nivel que los pies”

Pero luego discuto eso de rebajar los pies con respecto a la cabeza. Nosotros que hemos sido itinerantes misioneros, apóstoles del evangelio recordamos aquella otra frase de San Pablo: “Qué bello es ver descender de los montes los pies del mensajero de Dios”, haciendo eco del profeta del antiguo testamento   (Isaias 52,7-10).

A los pies tampoco hay que menospreciarlos o rebajarlos, aunque eso sería más bien materia para otro artículo.

Créanme, que ustedes llegaran a ser personas más triunfadoras (sobre todo ante Dios y por consecuencia ante el mundo) con mayor energía si llegan a habituarse a levantarse temprano, a MADRUGAR. No es un cambio en el tiempo para dormir, sino más bien un cambio de calidad de vida…que puede hacernos más perfectos, más santos…de acuerdo al querer de Dios quien está ahí listo para acogernos con amor en cada madrugada …

11. Comprendan en qué tiempo estamos, y que ya es hora de despertar. Nuestra salvación está ahora más cerca que cuando llegamos a la fe.
12. La noche va muy avanzada y está cerca el día: dejemos, pues, las obras propias de la oscuridad y revistámonos de una coraza de luz.
13. Comportémonos con decencia, como se hace de día: nada de banquetes y borracheras, nada de prostitución y vicios, nada de pleitos y envidias.

14. Más bien revístanse del Señor Jesucristo, y no se dejen arrastrar por la carne para satisfacer sus deseos

(Carta de San Pablo a los Romanos capítulo 13, versículos 11-14).

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