16 de diciembre del 2017 sábado de la segunda semana de Adviento Primer día de la novena
En el Antiguo
Testamento (Primera Lectura) el Profeta Elías es el “profeta de fuego”, una
personalidad fogosa, apasionada, y llena de celo que hace caer fuego sobre los
enemigos de Dios. Él quería preparar los corazones del pueblo para que
aceptaran a Dios.
En el Nuevo Testamento (Evangelio) el “profeta de fuego”, el nuevo Elías fue Juan el Bautista. Lleno también de celo, quería preparar los corazones de su pueblo para que aceptaran a Jesús como su Mesías salvador. --- ¿Quién nos está llamando hoy a nosotros a la conversión, y abriendo nuestros corazones para que Cristo viva realmente en nosotros? Es el Espíritu Santo de fuego, que quiere que realicemos con gran celo y amor el trabajo de Cristo, para llevar el amor, la paz y la justicia de Dios a nuestro mundo de hoy. ¿Le dejamos al Espíritu Santo encender este fuego en nosotros?
En el Nuevo Testamento (Evangelio) el “profeta de fuego”, el nuevo Elías fue Juan el Bautista. Lleno también de celo, quería preparar los corazones de su pueblo para que aceptaran a Jesús como su Mesías salvador. --- ¿Quién nos está llamando hoy a nosotros a la conversión, y abriendo nuestros corazones para que Cristo viva realmente en nosotros? Es el Espíritu Santo de fuego, que quiere que realicemos con gran celo y amor el trabajo de Cristo, para llevar el amor, la paz y la justicia de Dios a nuestro mundo de hoy. ¿Le dejamos al Espíritu Santo encender este fuego en nosotros?
https://www.youtube.com/watch?v=iYmwRgkQoO4&t=57s
Primera
lectura
Lectura del
libro del Eclesiástico (48,1-4.9-11):
EN aquellos días, surgió el profeta Elías como un fuego,
sus palabras quemaban como antorcha.
Él hizo venir sobre ellos hambre,
y con su celo los diezmó.
Por la palabra del Señor cerró los cielos
y también hizo caer fuego tres veces.
¡Qué glorioso fuiste, Elías, con tus portentos!
¿Quién puede gloriarse de ser como tú?
Fuiste arrebatado en un torbellino ardiente,
en un carro de caballos de fuego;
tú fuiste designado para reprochar los tiempos futuros,
para aplacar la ira antes de que estallara,
para reconciliar a los padres con los hijos
y restablecer las tribus de Jacob.
Dichosos los que te vieron
y se durmieron en el amor.
Palabra de Dios
EN aquellos días, surgió el profeta Elías como un fuego,
sus palabras quemaban como antorcha.
Él hizo venir sobre ellos hambre,
y con su celo los diezmó.
Por la palabra del Señor cerró los cielos
y también hizo caer fuego tres veces.
¡Qué glorioso fuiste, Elías, con tus portentos!
¿Quién puede gloriarse de ser como tú?
Fuiste arrebatado en un torbellino ardiente,
en un carro de caballos de fuego;
tú fuiste designado para reprochar los tiempos futuros,
para aplacar la ira antes de que estallara,
para reconciliar a los padres con los hijos
y restablecer las tribus de Jacob.
Dichosos los que te vieron
y se durmieron en el amor.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 79,2ac.3b.15-16.18-19
R/. Oh Dios, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
V/. Pastor de Israel, escucha,
tú que te sientas sobre querubines, resplandece.
Despierta tu poder y ven a salvarnos. R/.
V/. Dios del universo, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña.
Cuida la cepa que tu diestra plantó,
y al hijo del hombre que tú has fortalecido. R/.
V/. Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre. R/.
R/. Oh Dios, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
V/. Pastor de Israel, escucha,
tú que te sientas sobre querubines, resplandece.
Despierta tu poder y ven a salvarnos. R/.
V/. Dios del universo, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña.
Cuida la cepa que tu diestra plantó,
y al hijo del hombre que tú has fortalecido. R/.
V/. Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre. R/.
Texto del Evangelio
Mateo 17,10-13:
Bajando Jesús del
monte con ellos, sus discípulos le preguntaron: «¿Por qué, pues, dicen los
escribas que Elías debe venir primero?». Respondió Él: «Ciertamente, Elías ha
de venir a restaurarlo todo. Os digo, sin embargo: Elías vino ya, pero no le
reconocieron sino que hicieron con él cuanto quisieron. Así también el Hijo del
hombre tendrá que padecer de parte de ellos». Entonces los discípulos
comprendieron que se refería a Juan el Bautista.
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REFLEXIÓN
Cuando Dios nos visita, sepamos acogerle
Hoy, la liturgia nos
presenta un monumento: el profeta Elías. Entre sus hazañas o milagros,
retenemos que le ha dado órdenes a la lluvia, ha resucitado un niño, multiplica
el pan y el aceite, predice la muerte del rey Acab y de su reina Jezabel y
tiene un encuentro con Dios cual Moisés , sobre el Sinaí. Y por tanto, él no
tenía ni casa, ni riqueza, ni ejército. Él fue abandonado por todos, amenazado
de muerte, perseguido.
Dios viene a nosotros
la mayor parte del tiempo y se manifiesta dentro de lo que es simple y
“desnudo” o despojado. Nosotros corremos el riesgo de no percibirlo, puesto que
tenemos la tendencia de ver a Dios o manifestarse dentro de lo que es poderoso
y prestigioso. Elías mismo, esperaba a Dios manifestarse o verlo entre la
tempestad y los rayos. Ahora, Dios ha venido se ha presentado “en el murmullo
del silencio” (1 Reyes 19,12).
Dios nos visita de
manera desconcertante: sepamos percibirlo y acogerle.
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