domingo, 10 de diciembre de 2017

11 de diciembre del 2017: Lunes de la segunda semana de Adviento o San Dámaso I Papa


 ¿Cuál era el interés de esos escribas y esos fariseos? ¿Les preocupaba la salud y el bienestar de las personas? Parecen más preocupados por cuestionar a quien hace bien las cosas, que en compartir el gozo de una persona que recupera la salud. El Reino de Dios crece cada vez que alguien se sana, cada vez que alguien perdona y se perdona, cada vez que alguien es solidario con el dolor del prójimo y lo ayuda a recuperarse. ¿Cómo miramos esas buenas obras cuando se realizan fuera de nuestro grupo o nuestra iglesia? ¿Estamos dispuestos a reconocer allí los signos del Reino de Dios o nos quedaremos sentados criticando?


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(Isaías 35, 1-10) La esperanza permite depositar una mirada nueva sobre todo aquello que nos parece estéril en nuestras vidas, una mirada capaz de ver a Dios que viene a salvarnos. Ella nos da arrojo y valentía y pone la alabanza en nuestros labios.




Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (35,1-10):

EL desierto y el yermo se regocijarán,
se alegrará la estepa y florecerá,
germinará y florecerá como flor de narciso,
festejará con gozo y cantos de júbilo.
Le ha sido dada la gloria del Líbano,
el esplendor del Carmelo y del Sarón.
Contemplarán la gloria del Señor,
la majestad de nuestro Dios.
Fortaleced las manos débiles,
afianzad las rodillas vacilantes;
decid a los inquietos:
«Sed fuertes, no temáis.
¡He aquí vuestro Dios! Llega el desquite,
la retribución de Dios.
Viene en persona y os salvará.»
Entonces se despegarán los ojos de los ciegos,
los oídos de los sordos se abrirán;
entonces saltará el cojo como un ciervo,
y cantará la lengua del mudo,
porque han brotado aguas en el desierto
y corrientes en la estepa.
El páramo se convertirá en estanque,
el suelo sediento en manantial.
En el lugar donde se echan los chacales
habrá hierbas, cañas y juncos.
Habrá un camino recto.
Lo llamarán «Vía sacra».
Los impuros no pasarán por él.
Él mismo abre el camino
para que no se extravíen los inexpertos.
No hay por allí leones,
ni se acercarán las bestias feroces.
Los liberados caminan por ella
y por ella retornan los rescatados del Señor.
Llegarán a Sión con cantos de júbilo:
alegría sin límite en sus rostros.
Los dominan el gozo y la alegría.
Quedan atrás la pena y la aflicción.

Palabra de Dios



Salmo
Sal 84,9ab-10.11-12.13-14

R/.
 He aquí nuestro Dios; viene en persona y nos salvará.

V/. Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos».
La salvación está cerca de los que lo temen,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.

V/. La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R/.

V/. El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
Y sus pasos señalarán el camino. R/.



Evangelio  Según San Lucas 5,17-26):

Un día que Jesús estaba enseñando, había sentados algunos fariseos y doctores de la ley que habían venido de todos los pueblos de Galilea y Judea, y de Jerusalén. El poder del Señor le hacía obrar curaciones. En esto, unos hombres trajeron en una camilla a un paralítico y trataban de introducirle, para ponerle delante de Él. Pero no encontrando por dónde meterle, a causa de la multitud, subieron al terrado, le bajaron con la camilla a través de las tejas, y le pusieron en medio, delante de Jesús. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo: «Hombre, tus pecados te quedan perdonados».
Los escribas y fariseos empezaron a pensar: «¿Quién es éste, que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?». Conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: «¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: ‘Tus pecados te quedan perdonados’, o decir: ‘Levántate y anda’? Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados -dijo al paralítico- ‘A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa’». Y al instante, levantándose delante de ellos, tomó la camilla en que yacía y se fue a su casa, glorificando a Dios. El asombro se apoderó de todos, y glorificaban a Dios. Y llenos de temor, decían: «Hoy hemos visto cosas increíbles».


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REFLEXIÓN

Cuando Dios nos visita, HACE VIVIR

« He aquí su Dios, Llega la venganza, la represalia de Dios », afirma el profeta Isaías. Ahora, la venganza de Dios nunca está dirigida contra su pueblo. Ella va contra la muerte, en todas sus formas, en la naturaleza como dentro del ser humano, física como espiritual.

Así, en el evangelio, Jesús otorga el perdón de los pecados al igual  que la salud corporal al paralitico (Lucas 5, 17-22). Ya que el pecado no es otra cosa que una fractura o una herida en nuestra relación con Dios y con los demás. Una herida que es un elemento de muerte. SI mi corazón se asemeja a un desierto estéril, la visita de Dios hará recular la muerte y hará florecer la vida en abundancia.

Después de mi paso (pasaje) por cualquier parte, que queda después de mi pasaje: la alegría o la tristeza? Mejores relaciones o relaciones deterioradas?


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