16 de febrero del 2021: martes de la sexta semana del tiempo ordinario (I)
(Marcos 8,
14-21) El mensaje del Evangelio es claro: Dios da de qué vivir a toda
su creación. Todavía es necesario que nos comprometamos en una distribución
equitativa, de acuerdo con las necesidades de los humanos y de las otras criaturas
terrestres.
Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (6,5-8;7,1-5.10):
Al ver el Señor que la maldad del hombre crecía sobre la tierra, y que todo
su modo de pensar era siempre perverso, se arrepintió de haber creado al hombre
en la tierra, y le pesó de corazón. Y dijo: «Borraré de la superficie de la
tierra al hombre que he creado; al hombre con los cuadrúpedos, reptiles y aves,
pues me pesa de haberlos hecho.»
Pero Noé alcanzó el favor del Señor.
El Señor dijo a Noé: «Entra en el arca con toda tu familia, pues tú eres el
único justo que he encontrado en tu generación. De cada animal puro toma siete
parejas, macho y hembra; de los no puros, una pareja, macho y hembra; y lo
mismo de los pájaros, siete parejas, macho y hembra, para que conserven la
especie en la tierra. Dentro de siete días haré llover sobre la tierra cuarenta
días con sus noches, y borraré de la superficie de la tierra a todos los
vivientes que he creado.»
Noé hizo todo lo que le mandó el Señor. Pasados siete días, vino el diluvio a
la tierra.
Palabra de Dios
Salmo
R/. El
Señor bendice a su pueblo con la paz
Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R/.
La voz del Señor sobre las aguas,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica. R/.
El Dios de la gloria ha tronado.
En su templo un grito unánime: «¡Gloria!»
El Señor se sienta por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos (8,14-21):
En aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó llevar pan, y no tenían mas
que un pan en la barca.
Jesús les recomendó: «Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de
Herodes.»
Ellos comentaban: «Lo dice porque no tenemos pan.»
Dándose cuenta, les dijo Jesús: «¿Por qué comentáis que no tenéis pan? ¿No
acabáis de entender? ¿Tan torpes sois? ¿Para qué os sirven los ojos si no veis,
y los oídos si no oís? A ver, ¿cuántos cestos de sobras recogisteis cuando
repartí cinco panes entre cinco mil? ¿Os acordáis?»
Ellos contestaron: «Doce.»
«¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro
mil?»
Le respondieron: «Siete.»
Él les dijo: «¿Y no acabáis de entender?»
Palabra del Señor
******
Dándose
cuenta, les dijo Jesús: «¿Por qué comentáis que no tenéis pan? ¿No acabáis de
entender? ¿Tan torpes sois? ¿Para qué os sirven los ojos si no veis, y los
oídos si no oís?
¿Cómo responderías tú, a estas preguntas que
Jesús les hizo a sus discípulos si él te las hubiera planteado? Se
necesita humildad para admitir que aún no comprendes o entiendes, que tu
corazón de hecho está endurecido y que no logras ver y escuchar todo lo que
Dios ha revelado. Por supuesto, hay varios niveles en estas luchas, por lo
que es de esperar que no luches con ellas en un grado grave. Pero si
puedes confesar humildemente que luchas con ellos hasta cierto punto, entonces
esa humildad y honestidad te ganarán mucha gracia.
Jesús planteó estas preguntas a sus discípulos
dentro del contexto más amplio de una discusión sobre la levadura de los
fariseos y Herodes. Sabía que la "levadura" de estos líderes era
como una levadura que corrompía a otros. Su deshonestidad, orgullo, deseo
de honores y cosas por el estilo tuvieron un efecto muy negativo en la fe de
los demás. Entonces, al plantear estas preguntas, Jesús desafió a sus
discípulos a ver esta levadura maligna y a rechazarla.
Semillas de duda y confusión nos rodean. Parece
que en estos días casi todo lo que promueve el mundo secular es de alguna
manera contrario al Reino de Dios. Y, sin embargo, al igual que la
incapacidad de los discípulos para ver la levadura maligna de los fariseos y
Herodes, con frecuencia también fallamos en ver la levadura maligna dentro de
nuestra sociedad. En cambio, permitimos que los muchos errores nos
confundan y nos conduzcan por el camino del secularismo.
Una cosa que esto debería enseñarnos es que el
hecho de que alguien tenga alguna forma de autoridad o poder dentro de la
sociedad no significa que sea un líder santo y veraz. Y aunque nunca nos
corresponde a nosotros juzgar el corazón de otro, debemos tener "oídos
para oír" y "ojos para ver" los muchos errores que se consideran
buenos en nuestro mundo. Debemos buscar constantemente “comprender y entender”
las leyes de Dios y usarlas como guía contra las mentiras del mundo. Una
forma importante de asegurarnos de que lo hacemos bien es asegurarnos de que
nuestro corazón nunca se endurezca a la verdad.
Reflexiona hoy sobre estas preguntas de
nuestro Señor y examínalas especialmente dentro del contexto más amplio de la
sociedad en su conjunto. Considera la falsa "levadura" enseñada
por nuestro mundo y por tantos en posiciones de autoridad. Rechaza estos
errores y vuelve a comprometerte con la plena aceptación de los santos
misterios del Cielo para que esas verdades y solo esas verdades se conviertan
en tu guía diaria.
Mi glorioso Señor, te agradezco por ser el Señor de toda la Verdad. Ayúdame a volver todos los días mis ojos y oídos a esa Verdad para que pueda ver la levadura maligna a mi alrededor. Dame sabiduría y el don del discernimiento, querido Señor, para que pueda sumergirme en los misterios de tu santa vida. Jesús, en Ti confío.
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