martes, 8 de marzo de 2022

9 de marzo del 2022: miércoles de la primera semana de Cuaresma

 

(Lucas 11, 29-32) Oír la palabra de Dios es bueno. Escucharla es mejor. Pero lo perfecto es recibirla en el corazón, dejándose tocar y transformar por ella, por el amor que nos inspira día tras día.



Primera lectura

Lectura de la profecía de Jonás (3,1-10):

EL Señor dirigió la palabra a Jonás:
«Ponte en marcha y ve a la gran ciudad de Nínive; allí les anunciarás el mensaje que yo te comunicaré».
Jonás se puso en marcha hacia Nínive, siguiendo la orden del Señor. Nínive era una ciudad inmensa; hacían falta tres días para recorrerla. Jonás empezó a recorrer la ciudad el primer día, proclamando:
«Dentro de cuarenta días, Nínive será arrasada».
Los ninivitas creyeron en Dios, proclamaron un ayuno y se vistieron con rudo sayal, desde el más importante al menor.
La noticia llegó a oídos del rey de Nínive, que se levantó de su trono, se despojó del manto real, se cubrió con rudo sayal y se sentó sobre el polvo. Después ordenó proclamar en Nínive este anuncio de parte del rey y de sus ministros:
«Que hombres y animales, ganado mayor y menor no coman nada; que no pasten ni beban agua. Que hombres y animales se cubran con rudo sayal e invoquen a Dios con ardor. Que cada cual se convierta de su mal camino y abandone la violencia. ¡Quién sabe si Dios cambiará y se compadecerá, se arrepentirá de su violenta ira y no nos destruirá!».
Vio Dios su comportamiento, cómo habían abandonado el mal camino, y se arrepintió de la desgracia que había determinado enviarles. Así que no la ejecutó.

Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 50,3-4.12-13.18-19

R/.
 Un corazón quebrantado y humillado,
tú, Dios mío, no lo desprecias


V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.

V/. Oh, Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.

V/. Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. R/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,29-32):

EN aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús,
y él se puso a decirles:
«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.
La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».

Palabra del Señor

 


Respondiendo al llamado al arrepentimiento


Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».

 

 Lucas 11:32

 

 

Jesús llama a la gente al arrepentimiento de una manera muy particular e interesante. En pocas palabras, la gente de Nínive se arrepintió cuando Jonás les predicó. Sin embargo, la gente en el tiempo de Jesús no lo hizo. El resultado es que, al final de los tiempos, al pueblo de Nínive se le dará la responsabilidad de condenar a los que no escucharon a Jesús.

 

La primera conclusión a la cual llegamos es que la condenación por negarse a arrepentirse de los pecados es real y seria. Jesús está hablando de condenación eterna para las personas que no escuchan Su predicación. Como resultado de esta fuerte enseñanza de Jesús, debemos mirar con sinceridad nuestra propia voluntad de arrepentirnos, o la falta de ella. 

 

En segundo lugar, es importante señalar que las personas a las que Jesús reprendió fueron mucho más bendecidas con el mensaje profético que las personas de la época de Jonás. Recordemos que Jonás fue un hombre que, al principio, huía de Dios y de su misión. No quería ir a Nínive y solo lo hizo después de que fue llevado al vientre de una ballena en contra de su voluntad. Es difícil imaginar que Jonás hubiera predicado posteriormente con un celo de todo corazón. Pero, no obstante, su predicación fue eficaz.

 

La gente de la época de Jesús fue bendecida al escuchar las palabras reales del Salvador del mundo. ¡Pero nosotros también! Tenemos los Evangelios, las enseñanzas de la Iglesia, el testimonio de los grandes santos, el pastoreo del Santo Padre, las predicaciones de nuestros pastores, la religiosidad popular bien centrada, los Sacramentos y mucho más. Tenemos innumerables métodos para obtener el mensaje del Evangelio en nuestra era tecnológica y, sin embargo, podemos fallar fácilmente en prestar atención al mensaje de Cristo. 

 

Reflexiona, hoy, sobre tu propia respuesta voluntaria a las palabras de Jesús. Él nos habla de manera poderosa y, sin embargo, a menudo no escuchamos. Nuestro fracaso en escuchar lleva a un fracaso del arrepentimiento completo de nuestros pecados. Si así está usted actuando, reflexione también sobre las palabras de severa condenación que aguardan a los obstinados.

 

Esta realización debe llenarnos de un temor santo y motivarnos a escuchar la predicación de nuestro Señor.

 

Salvador del Mundo, sé que me hablas de innumerables maneras. Tú predicas a través de Tus Escrituras, Tu Iglesia y en mi vida de oración. Ayúdame a escuchar tu voz y aceptar todo lo que dices con perfecta obediencia y sumisión. Te amo, mi amado Señor, y me arrepiento de mi pecado. Jesús, en Ti confío.

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