9 de marzo del 2022: miércoles de la primera semana de Cuaresma
(Lucas
11, 29-32) Oír la palabra de Dios es bueno. Escucharla es mejor. Pero lo
perfecto es recibirla en el corazón, dejándose tocar y transformar por ella,
por el amor que nos inspira día tras día.
Primera lectura
Lectura de la profecía de Jonás (3,1-10):
EL Señor dirigió la palabra a Jonás:
«Ponte en marcha y ve a la gran ciudad de Nínive; allí les anunciarás el
mensaje que yo te comunicaré».
Jonás se puso en marcha hacia Nínive, siguiendo la orden del Señor. Nínive era
una ciudad inmensa; hacían falta tres días para recorrerla. Jonás empezó a recorrer
la ciudad el primer día, proclamando:
«Dentro de cuarenta días, Nínive será arrasada».
Los ninivitas creyeron en Dios, proclamaron un ayuno y se vistieron con rudo
sayal, desde el más importante al menor.
La noticia llegó a oídos del rey de Nínive, que se levantó de su trono, se
despojó del manto real, se cubrió con rudo sayal y se sentó sobre el polvo.
Después ordenó proclamar en Nínive este anuncio de parte del rey y de sus
ministros:
«Que hombres y animales, ganado mayor y menor no coman nada; que no pasten ni
beban agua. Que hombres y animales se cubran con rudo sayal e invoquen a Dios
con ardor. Que cada cual se convierta de su mal camino y abandone la violencia.
¡Quién sabe si Dios cambiará y se compadecerá, se arrepentirá de su violenta
ira y no nos destruirá!».
Vio Dios su comportamiento, cómo habían abandonado el mal camino, y se
arrepintió de la desgracia que había determinado enviarles. Así que no la
ejecutó.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 50,3-4.12-13.18-19
R/. Un
corazón quebrantado y humillado,
tú, Dios mío, no lo desprecias
V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.
V/. Oh, Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.
V/. Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas
(11,29-32):
EN aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús,
y él se puso a decirles:
«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará
más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los
habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.
La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta
generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la
tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que
Salomón.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán
que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y
aquí hay uno que es más que Jonás».
Palabra del Señor
Respondiendo al llamado al arrepentimiento
“Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta
generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la
proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».
Jesús llama a la gente al arrepentimiento de una manera muy
particular e interesante. En pocas palabras, la gente de Nínive se
arrepintió cuando Jonás les predicó. Sin embargo, la gente en el tiempo de
Jesús no lo hizo. El resultado es que, al final de los tiempos, al pueblo
de Nínive se le dará la responsabilidad de condenar a los que no escucharon a
Jesús.
La primera conclusión a la cual llegamos es que la condenación por
negarse a arrepentirse de los pecados es real y seria. Jesús está hablando
de condenación eterna para las personas que no escuchan Su predicación. Como
resultado de esta fuerte enseñanza de Jesús, debemos mirar con sinceridad
nuestra propia voluntad de arrepentirnos, o la falta de ella.
En segundo lugar, es importante señalar que las personas a las que
Jesús reprendió fueron mucho más bendecidas con el mensaje profético que las
personas de la época de Jonás. Recordemos que Jonás fue un hombre que, al
principio, huía de Dios y de su misión. No quería ir a Nínive y solo lo
hizo después de que fue llevado al vientre de una ballena en contra de su
voluntad. Es difícil imaginar que Jonás hubiera predicado posteriormente
con un celo de todo corazón. Pero, no obstante, su predicación fue eficaz.
La gente de la época de Jesús fue bendecida al escuchar las
palabras reales del Salvador del mundo. ¡Pero nosotros también! Tenemos
los Evangelios, las enseñanzas de la Iglesia, el testimonio de los grandes
santos, el pastoreo del Santo Padre, las predicaciones de nuestros pastores, la
religiosidad popular bien centrada, los Sacramentos y mucho más. Tenemos
innumerables métodos para obtener el mensaje del Evangelio en nuestra era
tecnológica y, sin embargo, podemos fallar fácilmente en prestar atención al
mensaje de Cristo.
Reflexiona, hoy, sobre tu propia respuesta voluntaria a las
palabras de Jesús. Él nos habla de manera poderosa y, sin embargo, a
menudo no escuchamos. Nuestro fracaso en escuchar lleva a un fracaso del
arrepentimiento completo de nuestros pecados. Si así está usted actuando,
reflexione también sobre las palabras de severa condenación que aguardan a los
obstinados.
Esta realización debe llenarnos de un temor santo y motivarnos a
escuchar la predicación de nuestro Señor.
Salvador del Mundo, sé que me hablas de
innumerables maneras. Tú predicas a través de Tus Escrituras, Tu Iglesia y
en mi vida de oración. Ayúdame a escuchar tu voz y aceptar todo lo que
dices con perfecta obediencia y sumisión. Te amo, mi amado Señor, y me
arrepiento de mi pecado. Jesús, en Ti confío.
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