miércoles, 8 de mayo de 2024

9 de mayo del 2024: jueves de la sexta semana de Pascua


Evocación de la vida eterna

 

«Dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver», declara Jesús en la lectura del Evangelio. Pero ¿qué quiere decir con dentro de poco”? Para algunos, estas palabras suscitan esperanza, para otros resuenan más bien como una amenaza... En todos los casos, la pregunta resuena en la vida de la Iglesia desde hace casi dos mil años, y así es. Hecha la pregunta, todavía y siempre, en cada Eucaristía durante la anamnesis, se convierte en una invocación o evocación de la vida eterna, del regreso de Cristo, del advenimiento del reino de Dios en plenitud.

Maxime Allard, editor de Vida Litúrgica



(Hechos 18:1-8) En nuestras vidas, tenemos metas y proyectos muy valiosos. Sin embargo, pueden surgir dificultades o circunstancias imprevistas. Seamos capaces de leer los acontecimientos y si es necesario, seamos lo suficientemente dóciles para cambiar de rumbo. Que el Espíritu Santo nos ayude en esto.



Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (18,1-8):

 

EN aquellos días, Pablo dejó Atenas y se fue a Corinto. Allí encontró a un tal Áquila, judío natural del Ponto, y a su mujer, Priscila; habían llegado hacía poco de Italia, porque Claudio había decretado que todos los judíos abandonasen Roma.

Se juntó con ellos y, como ejercía el mismo oficio, se quedó a vivir y trabajar en su casa; eran tejedores de lona para tiendas de campaña. Todos los sábados discutía en la sinagoga, esforzándose por convencer a judíos y griegos. Cuando Silas y Timoteo bajaron de Macedonia, Pablo se dedicó enteramente a predicar, dando testimonio ante los judíos de que Jesús es el Mesías,

Como ellos se oponían y respondían con blasfemias, Pablo sacudió sus vestidos y les dijo:

«Vuestra sangre recaiga sobre vuestra cabeza. Yo soy inocente y desde ahora me voy con los gentiles».

Se marchó de allí y se fue a casa de un cierto Ticio Justo, que adoraba a Dios y cuya casa estaba al lado de la sinagoga. Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su familia; también otros muchos corintios, al escuchar a Pablo, creían y se bautizaban.

 

Palabra de Dios

 


Salmo

Sal 97,1-2ab.2cd-3ab.3cd-4

  

R/. El Señor revela a las naciones su victoria

 

Cantad al Señor un cántico nuevo,

porque ha hecho maravillas.

Su diestra le ha dado la victoria,

su santo brazo. R/.

 

El Señor da a conocer su salvación,

revela a las naciones su justicia.

Se acordó de su misericordia y su fidelidad

en favor de la casa de Israel. R/.

 

Los confines de la tierra han contemplado

la victoria de nuestro Dios.

Aclama al Señor, tierra entera;

gritad, vitoread, tocad. R/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (16,16-20):

 

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver».

Comentaron entonces algunos discípulos:

«¿Qué significa eso de “dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver”, y eso de “me voy al Padre”?».

Y se preguntaban:

«¿Qué significa ese “poco”? No entendemos lo que dice».

Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo:

«¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: “Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver”? En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría».

Palabra del Señor


///

 

Priscila y Aquila una pareja ejemplar!

 

Qué bueno es conocer gente amable, acogedora en nuestro caminar de fe y peregrinación misionera.  Qué satisfactorio es contar con cómplices, o sea con personas con las que hallamos química y se facilita compartir experiencias, la vida misma.

Hoy Pablo se encuentra con Áquila y Priscila, una pareja de judíos que habían sido obligados a dejar Italia y venir a vivir a Corinto. Es en este lugar donde tiene lugar el encuentro de 3 amigos que se identificarán en su oficio de tejedores de lona y se identificarán y unirán plenamente en su fe en Cristo Resucitado. Cuánto se consolarían y animarían mutuamente en las pruebas y dificultades que acarrea seguir a Jesús…Sólo el Señor lo sabe.

En el Evangelio, como lo ha venido haciendo hace días, Jesús advierte de su próxima separación, que tendrá lugar después de su pasión y muerte en cruz. "Dentro de poco ya no me verán, pero poco más tarde me volverán a ver". Efectivamente los discípulos no lo verán cuando muera, solamente apreciaran los restos de su ausencia: la tumba vacía, el sudario por el suelo, bien arreglado en el sepulcro y y enfrentarse con el aparente silencio de Dios. Esos días oscuros fueron difíciles de vivir, algunos se sumieron en el miedo y el desconsuelo. Posteriormente María Magdalena, Pedro y Juan comenzarán a advertir la presencia del resucitado a través de señales modestas: el tono de su voz, su manera de partir el pan y otros detalles familiares. Para los discípulos, el breve tiempo de la ausencia de Jesús, concluyó de manera positiva porque aprendieron a confiar su vida en Cristo Resucitado.

Que a nosotros hoy, discípulos del Siglo XXI, el participar en la Eucaristía, que ella sea para nosotros garante de su presencia, su compañía y consuelo en este a veces duro peregrinar de la vida. Que Él sea siempre nuestro amigo, nuestro consuelo, nuestra esperanza.

 

 

2

Tristeza o alegría

 

“En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría».

 

 

Juan 16:20



 

El dolor, el duelo e incluso el llanto es parte de la vida. Los niños a menudo lloran ante la más mínima dificultad, pero todos enfrentamos dolor y tristeza a lo largo de la vida. 

 

En este pasaje Jesús informa a Sus Apóstoles que la tristeza y el dolor serán parte de sus vidas. Esta es una declaración muy sobria pero realista de parte de nuestro Señor. Es un acto de amor de Su parte, ser sincero con Sus Apóstoles acerca de las dificultades que se avecinan.

 

La buena noticia es que Jesús sigue esta declaración con la esperanzadora noticia de que su “tristeza se convertirá en alegría”. Esta es la parte más importante de lo que dice Jesús.

 

Lo mismo es cierto en nuestras vidas. Jesús no nos promete que nuestras vidas estarán libres de dificultades y dolor. Él no nos dice que seguirlo significa que todo será fácil en la vida. En cambio, Él quiere que sepamos que seguiremos Sus pasos si elegimos seguirlo. Sufrió, fue maltratado y finalmente asesinado. Y esto hubiera sido trágico si Él finalmente no hubiera resucitado de entre los muertos, ascendiera al Cielo y transformara todo el dolor y la pena anteriores en el medio mismo de la salvación del mundo.

 

Si seguimos sus pasos, debemos ver cada pequeño dolor en nuestras vidas como un medio potencial de gracia para muchos. Si podemos enfrentar las dificultades de la vida con fe y esperanza, nada nos deprimirá y todo podrá ser usado para la gloria de Dios y resultará en una gran alegría.

 

Reflexiona, hoy, sobre estas palabras de Jesús. Debes saber que no sólo se las decía a Sus Apóstoles, sino también a nosotros. 

 

No te escandalices cuando la vida te plantee alguna dificultad. No te desesperes cuando el sufrimiento se te presente. Entrega todas las cosas a nuestro Señor y deja que Él las transforme en el gozo que al final nos promete.

 

 

Señor de toda esperanza, te entrego todo el sufrimiento de mi vida. Mis penas, tristezas, dolores, confusiones las pongo en Tus manos. Confío en que Tú eres todopoderoso y deseas transformar todas las cosas en medio de Tu gloria. Dame esperanza en tiempos de desesperación y confianza cuando la vida es difícil. Jesús, en Ti confío.


martes, 7 de mayo de 2024

8 de mayo del 2024: miércoles de la sexta semana de Pascua

 


Espíritu, ¿estás ahí?


Juan 16, 12-15

¿No nos dijo Jesús todo? Esto es lo que parece sugerir el evangelio: Muchas cosas me quedan por deciros”. Nuestra experiencia lo confirma. Ante tal tragedia o tal fracaso, ¡nos gustaría un poco más de explicación por su parte! Y Jesús añadió: “El Espíritu de la verdad os guiará hasta la verdad plena”. Tiempo, paciencia, humildad, todos estos frutos del Espíritu Santo, son, por tanto, necesarios para acoger progresivamente la luz de Cristo en todas las situaciones de nuestra vida. ■

Bertrand Lesoing, sacerdote de la comunidad de Saint-Martin



(Juan 16, 12-25) Hay verdades que sólo se pueden afrontar gradualmente. Pido al Señor que me ilumine cuando comparto mi fe con otros para que pueda respetar su propio camino y dejar que el Espíritu obre en sus corazones.



Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (17,15.22–18,1):

EN aquellos días, los que conducían a Pablo lo llevaron hasta Atenas, y se volvieron con el encargo de que Silas y Timoteo se reuniesen con él cuánto antes.
Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo:
«Atenienses, veo que sois en todo extremadamente religiosos. Porque, paseando y contemplando vuestros monumentos sagrados, encontré incluso un altar con esta inscripción: “Al Dios desconocido”.
Pues eso que veneráis sin conocerlo os lo anuncio yo. “El Dios que hizo el mundo y todo lo que contiene”, siendo como es Señor de cielo y tierra, no habita en templos construidos por manos humanas, ni lo sirven manos humanas, como si necesitara de alguien, él que a todos da la vida y el aliento, y todo.
De uno solo creó el género humano para que habitara la tierra entera, determinando fijamente los tiempos y las fronteras de los lugares que habían de habitar, con el fin de que lo buscasen a él, a ver si, al menos a tientas, lo encontraban; aunque no está lejos de ninguno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos; así lo han dicho incluso algunos de vuestros poetas: “Somos estirpe suya”.
Por tanto, si somos estirpe de Dios, no debemos pensar que la divinidad se parezca a imágenes de oro o de plata o de piedra, esculpidas por la destreza y la fantasía de un hombre. Así pues, pasando por alto aquellos tiempos de ignorancia, Dios anuncia ahora en todas partes a todos los humanos que se conviertan. Porque tiene señalado un día en que juzgará el universo con justicia, por medio del hombre a quien él ha designado; y ha dado a todos la garantía de esto, resucitándolo de entre los muertos».
Al oír «resurrección de entre los muertos», unos lo tomaban a broma, otros dijeron:
«De esto te oiremos hablar en otra ocasión».
Así salió Pablo de en medio de ellos. Algunos se le juntaron y creyeron, entre ellos Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos más con ellos.
Después de esto, dejó Atenas y se fue a Corinto.

Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 148,1-2.11-12.13.14

R/. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria

Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo todos sus ángeles;
alabadlo todos sus ejércitos. R/.

Reyes del orbe y todos los pueblos,
príncipes y jueces del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los ancianos junto con los niños. R/.

Alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra. R/.

Él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido. R/.



Lectura del santo evangelio según san Juan (16,12-15):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará.
Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».

Palabra del Señor


********


¡Qué difícil es confesar la fe!

 

El otro día, escuché decir al eminente padre español José Antonio Sayéz (1944-2022),  en relación al pasaje de los Hechos  que leemos este día, que aquí San Pablo se preparó con lujo de detalles para el encuentro en el Areópago con los filósofos de Atenas, Grecia. En otras palabras, el denominado apóstol de los gentiles, se preparó la mejor predicación, la mejor conferencia de su vida para hablarles de Jesucristo, pero que al llegar al tema de la resurrección, todo se fue al trasto. Sumergidos en un mundo pleno de ídolos, el testimonio de Pablo parece incomprensible para los filósofos de Atenas. Y por tanto el mensaje del Evangelio suscita curiosidad y ante tal perspectiva se puede tener la suerte de ser oído, mas no escuchado y lo que es lo mismo obedecido.

Los cristianos de hoy vivimos parecida situación a la de Pablo, donde no es fácil confesar, expresar, nuestra fe y convencer a otros. Muchos oyen pero no todos escuchan

En el Evangelio,  que leemos en la fiesta de la santísima Trinidad, Jesús nos invita a participar en el amor trinitario. En Dios, está el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Los tres están estrechamente unidos en el amor. Juntos, ellos nos sostienen y nos guían hacia su Reino, país de plena alegría y felicidad.

El misterio de la Santísima Trinidad no tiene nada de enigma para ser descifrado. Él es una verdad que Jesús nos ha revelado y que estamos invitados a acoger en la Fe y la Acción de Gracias.

En este día Pidamos a la Santísima Virgen María, Nuestra Señora de la Pascua que nos acompañe y nos inspire en nuestro trabajo de evangelización sobre todo con el buen testimonio de vida y nos ayude a prepararnos para recibir el Espíritu Santo en Pentecostés.



2

Jesús dijo a sus discípulos: “Tengo mucho más para decirles, pero no pueden soportarlo ahora. Pero cuando él venga, el Espíritu de la verdad, les guiará a toda la verdad ".

 

Juan 16: 12-13

 

A medida que continuamos acercándonos a la maravillosa solemnidad de Pentecostés, continuamos enfocándonos en el Espíritu Santo. Este pasaje señala específicamente al Espíritu Santo como el "Espíritu de la verdad".  

Es interesante cómo Jesús introduce al Espíritu Santo bajo este título. Él explica que tiene mucho más que contarles, pero que ahora no pueden soportarlo. En otras palabras, la "Verdad" es demasiado para ellos, a menos que el Espíritu Santo esté vivo dentro de ellos y les enseñe. Esto nos da dos ideas maravillosas que vale la pena reflexionar.

Primero, si no hemos abierto realmente nuestras vidas al poder y la presencia del Espíritu Santo, podemos estar seguros de que no podemos soportar la Verdad. No podemos entender las verdades profundas de Dios y no podemos creerlas a menos que el Espíritu Santo esté vivo dentro de nosotros. Ese es un pensamiento aterrador en el sentido de que, cuando el Espíritu Santo no está sumergido completamente en alguien, esa persona queda en la oscuridad con respecto a toda la Verdad. Y, lamentablemente, ¡ni siquiera se dará cuenta de que está en la oscuridad!

Si eso no tiene sentido, entonces quizás tú también sufras un poco por la falta del Espíritu de la Verdad. ¿Por qué? Porque cuando el Espíritu de la Verdad esté vivo dentro, sabrás que conoces la Verdad.  

En segundo lugar, cuando hayas abierto completamente tu mente y corazón al Espíritu Santo, tendrás hambre de la Verdad. El Espíritu Santo "te guiará a toda verdad". Y uno de los efectos de ser guiado hacia toda la verdad es que te sorprenderás con el viaje. Te sorprenderá la comprensión de las cosas que se abren en tu mente. Podrás dar sentido a las cosas de una manera nueva. El Espíritu Santo es la "guía" perfecta y el viaje hacia la Verdad es glorioso.

Reflexiona, hoy, sobre la Verdad que reside en la mente del Padre Celestial. ¿Qué tan abierto estás a la verdad? ¿Cuán plenamente abrazas todo lo que Dios quiere revelarte? Ábrete más completamente al Espíritu Santo y busca todo lo que Él te quiera revelar.

  

Espíritu Santo, ven abrazar mi vida. Enséñame y guíame a toda la Verdad. Espíritu Santo, Divino Señor, Padre Misericordioso, confío en ti.


lunes, 6 de mayo de 2024

7 de mayo del 2024: martes de la sexta semana de Pascua

 

Y ahora…


Juan 16, 5-11

“Ahora me voy”, dijo Jesús a sus Apóstoles. Estos últimos, antes de recibir el Espíritu Santo, experimentarán, por tanto, la separación, una experiencia que marca profundamente cada una de nuestras vidas: la separación tras la muerte de uno de nuestros seres queridos, la separación de los padres o de los hijos que se van a vivir lejos... Estas separaciones que son tantos duelos –pequeños o grandes– pueden convertirse también en crisol y receptáculo del amor de Dios. ¡El Señor puede sacar vida de todo! ■

Bertrand Lesoing, sacerdote de la comunidad de Saint-Martin



(Juan 16:5-11) Los discípulos se preparan para vivir el duelo de la no presencia física del Señor a su lado. Todavía no pueden comprender el significado de la venida del Defensor. Este duelo, también lo tenemos que vivir hoy nosotros para reconocer el papel del Espíritu.

 


Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (16,22-34):

EN aquellos días, la plebe de Filipos se amotinó contra Pablo y Silas, y los magistrados ordenaron que les arrancaran y que los azotaran con varas; después de molerlos a palos, los metieron en la cárcel, encargando al carcelero que los vigilara bien; según la orden recibida, él los cogió, los metió en la mazmorra y les sujetó los pies en el cepo.
A eso de media noche, Pablo y Silas oraban cantando himnos a Dios. Los presos los escuchaban. De repente, vino un terremoto tan violento que temblaron los cimientos de la cárcel. Al momento se abrieron todas las puertas, y a todos se les soltaron las cadenas. El carcelero se despertó y, al ver las puertas de la cárcel de par en par, sacó la espada para suicidarse, imaginando que los presos se habían fugado. Pero Pablo lo llamó a gritos, diciendo:
«No te hagas daño alguno, que estamos todos aquí».
El carcelero pidió una lámpara, saltó dentro, y se echó temblando a los pies de Pablo y Silas; los sacó fuera y les preguntó:
«Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?»
Le contestaron:
«Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia».
Y le explicaron la palabra del Señor, a él y a todos los de su casa.
A aquellas horas de la noche, el carcelero los tomó consigo, les lavó las heridas, y se bautizó en seguida con todos los suyos; los subió a su casa, les preparó la mesa, y celebraron una fiesta de familia por haber creído en Dios.

Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 137,1-2a.2bc.3.7c-8

R/.
 Señor, tu derecha me salva

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque escuchaste las palabras de mi boca;
delante de los ángeles tañeré para ti;
me postraré hacia tu santuario. R/.

Daré gracias a tu nombre
por tu misericordia y tu lealtad.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.

Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R
/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (16,5-11):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: “¿A dónde vas?”. Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, os digo es la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito. En cambio, si me voy, os lo enviaré.
Y cuando venga, dejará convicto al mundo acerca de un pecado, de una justicia y de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque el príncipe de este mundo está condenado».

Palabra del Señor

 

 

 

*************




“Sin embargo, os digo es la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito. En cambio, si me voy, os lo enviaré.

 

Juan 16:7

 

 

Los corazones de los Apóstoles estaban en conflicto. Estaban llenos de dolor, pero también estaban tratando de confiar en lo que Jesús les dijo. Jesús les dijo que estaba ascendiendo a su Padre y que era mejor para ellos que se fuera. ¿Por qué? Porque si se va, les enviará el Espíritu Santo.  

 

A nivel humano, habría sido bastante difícil para los Apóstoles dejar de lado sus interacciones diarias con Jesús. Ciertamente extrañaron verlo con sus ojos, tocarlo y escucharlo. Pero Jesús dejó en claro que, aunque se fuera, estaría con ellos siempre. Y también enviaría el Espíritu Santo sobre ellos para guiarlos, darles valor y enseñarles toda la verdad. Ahora serían Su presencia en el mundo por el poder del Espíritu Santo.

 

Nunca tuvimos el privilegio de ver a Jesús en la forma en que lo hicieron los Apóstoles. Pero tenemos el mismo privilegio de que Él esté con nosotros siempre. Y tenemos el mismo privilegio de recibir la plenitud del Espíritu Santo. Esto es bueno. Es muy bueno. Pero es un bien que muchas veces echamos de menos. Es posible que hayamos sido confirmados, pero también es posible que aún no dejemos que el Espíritu Santo entre y transforme nuestras vidas.  

 

En menos de dos semanas celebraremos la Solemnidad de Pentecostés. Esta es la celebración anual del cumplimiento de esta promesa de Jesús. En ese día conmemoramos el hecho de que el Espíritu Santo ha venido y que ahora estamos en el tiempo del Espíritu Santo.  

 

Reflexione, hoy y durante las próximas dos semanas, sobre el Espíritu Santo. Humildemente admítase a sí mismo si necesita dejar que el Espíritu Santo se vuelva más vivo en su vida. Confíe en que Jesús quiere que lo reciba en Su plenitud. Y no tenga miedo de dejar que esta unión se lleve a cabo.

 

 

Espíritu Santo, por favor ven a mí. Ayúdame a avivar la llama de Tu presencia en mi vida. Que yo te reciba a Ti que fuiste prometido por Jesús en Tu plenitud. Espíritu Santo, Divino Jesús, Padre Misericordioso, en Ti confío.

 

24 de mayo del 2022: martes de la sexta semana de pascua

 

(Juan 16:5-11) Los discípulos se preparan para vivir el duelo de la no presencia física del Señor a su lado. Todavía no pueden comprender el significado de la venida del Defensor. Este duelo, también lo tenemos que vivir hoy nosotros para reconocer el papel del Espíritu.

 


Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (16,22-34):

EN aquellos días, la plebe de Filipos se amotinó contra Pablo y Silas, y los magistrados ordenaron que les arrancaran y que los azotaran con varas; después de molerlos a palos, los metieron en la cárcel, encargando al carcelero que los vigilara bien; según la orden recibida, él los cogió, los metió en la mazmorra y les sujetó los pies en el cepo.
A eso de media noche, Pablo y Silas oraban cantando himnos a Dios. Los presos los escuchaban. De repente, vino un terremoto tan violento que temblaron los cimientos de la cárcel. Al momento se abrieron todas las puertas, y a todos se les soltaron las cadenas. El carcelero se despertó y, al ver las puertas de la cárcel de par en par, sacó la espada para suicidarse, imaginando que los presos se habían fugado. Pero Pablo lo llamó a gritos, diciendo:
«No te hagas daño alguno, que estamos todos aquí».
El carcelero pidió una lámpara, saltó dentro, y se echó temblando a los pies de Pablo y Silas; los sacó fuera y les preguntó:
«Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?»
Le contestaron:
«Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia».
Y le explicaron la palabra del Señor, a él y a todos los de su casa.
A aquellas horas de la noche, el carcelero los tomó consigo, les lavó las heridas, y se bautizó en seguida con todos los suyos; los subió a su casa, les preparó la mesa, y celebraron una fiesta de familia por haber creído en Dios.

Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 137,1-2a.2bc.3.7c-8

R/.
 Señor, tu derecha me salva

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque escuchaste las palabras de mi boca;
delante de los ángeles tañeré para ti;
me postraré hacia tu santuario. R/.

Daré gracias a tu nombre
por tu misericordia y tu lealtad.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.

Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R
/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (16,5-11):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: “¿A dónde vas?”. Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, os digo es la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito. En cambio, si me voy, os lo enviaré.
Y cuando venga, dejará convicto al mundo acerca de un pecado, de una justicia y de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque el príncipe de este mundo está condenado».

Palabra del Señor

 

 

 

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“Sin embargo, os digo es la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito. En cambio, si me voy, os lo enviaré.

 

Juan 16:7

 

 

Los corazones de los Apóstoles estaban en conflicto. Estaban llenos de dolor, pero también estaban tratando de confiar en lo que Jesús les dijo. Jesús les dijo que estaba ascendiendo a su Padre y que era mejor para ellos que se fuera. ¿Por qué? Porque si se va, les enviará el Espíritu Santo.  

 

A nivel humano, habría sido bastante difícil para los Apóstoles dejar de lado sus interacciones diarias con Jesús. Ciertamente extrañaron verlo con sus ojos, tocarlo y escucharlo. Pero Jesús dejó en claro que, aunque se fuera, estaría con ellos siempre. Y también enviaría el Espíritu Santo sobre ellos para guiarlos, darles valor y enseñarles toda la verdad. Ahora serían Su presencia en el mundo por el poder del Espíritu Santo.

 

Nunca tuvimos el privilegio de ver a Jesús en la forma en que lo hicieron los Apóstoles. Pero tenemos el mismo privilegio de que Él esté con nosotros siempre. Y tenemos el mismo privilegio de recibir la plenitud del Espíritu Santo. Esto es bueno. Es muy bueno. Pero es un bien que muchas veces echamos de menos. Es posible que hayamos sido confirmados, pero también es posible que aún no dejemos que el Espíritu Santo entre y transforme nuestras vidas.  

 

En menos de dos semanas celebraremos la Solemnidad de Pentecostés. Esta es la celebración anual del cumplimiento de esta promesa de Jesús. En ese día conmemoramos el hecho de que el Espíritu Santo ha venido y que ahora estamos en el tiempo del Espíritu Santo.  

 

Reflexione, hoy y durante las próximas dos semanas, sobre el Espíritu Santo. Humildemente admítase a sí mismo si necesita dejar que el Espíritu Santo se vuelva más vivo en su vida. Confíe en que Jesús quiere que lo reciba en Su plenitud. Y no tenga miedo de dejar que esta unión se lleve a cabo.

 

 

Espíritu Santo, por favor ven a mí. Ayúdame a avivar la llama de Tu presencia en mi vida. Que yo te reciba a Ti que fuiste prometido por Jesús en Tu plenitud. Espíritu Santo, Divino Jesús, Padre Misericordioso, en Ti confío.

 

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