24 de agosto del 2020: San Bartolomé, Apóstol
(Juan 1,
45-51) Con demasiada frecuencia, nosotros nos parecemos a Natanael. Nos
hace falta tiempo para aceptar que el Señor, quien nos conoce desde siempre,
está a nuestro lado, en nuestra cotidianidad, sin tambor ni trompeta.
Primera lectura
Lectura del libro del Apocalipsis (21,9b-14):
El ángel me habló así: «Ven acá, voy a mostrarte a la novia, a la esposa del Cordero.»
Me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, enviada por Dios, trayendo la gloria de Dios. Brillaba como una piedra preciosa, como jaspe traslúcido. Tenía una muralla grande y alta y doce puertas custodiadas por doce ángeles, con doce nombres grabados: los nombres de las tribus de Israel. A oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, y a occidente tres puertas. La muralla tenía doce basamentos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero.
Palabra de Dios
El ángel me habló así: «Ven acá, voy a mostrarte a la novia, a la esposa del Cordero.»
Me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, enviada por Dios, trayendo la gloria de Dios. Brillaba como una piedra preciosa, como jaspe traslúcido. Tenía una muralla grande y alta y doce puertas custodiadas por doce ángeles, con doce nombres grabados: los nombres de las tribus de Israel. A oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, y a occidente tres puertas. La muralla tenía doce basamentos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 144,10-11.12-13ab.17-18
R/. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.
Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y la majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.
El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.
R/. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.
Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y la majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.
El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.
Lectura del santo evangelio según san Juan (1,45-51):
En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dice: «Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret.»
Natanael le replicó: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?»
Felipe le contestó: «Ven y verás.»
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.»
Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?»
Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.»
Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has ver cosas mayores.» Y le añadió: «Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
Palabra del Señor
En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dice: «Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret.»
Natanael le replicó: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?»
Felipe le contestó: «Ven y verás.»
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.»
Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?»
Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.»
Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has ver cosas mayores.» Y le añadió: «Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
Palabra del Señor
1
La ciudad en tecnicolor
En la primera lectura del
Apocalipsis, propia de la fiesta del apóstol, se presenta la perfección de la
Jerusalén celeste, la ciudad de Dios y es sugerida esa perfección basándose en
su gran extensión y dimensión, también cabe destacar las repeticiones del número
12, las piedras preciosas y multicolores con las cuales ella es construida y ornamentada. Ninguna riqueza es
suficiente para evocar el esplendor de la Gloria de Dios que se refleja en la
ciudad.
¡Habla a tu vecino!
En el Evangelio, también propio del
día, y teniendo en cuenta los 10 versículos anteriores que anteceden este pasaje,
así como el encuentro de Felipe y Natanael con Jesús que leemos hoy, nos
muestran cómo el evangelio se transmite de persona a persona. La rapidez de las
respuestas y o reacciones, pueden sorprender.
Estas personas confían en Jesús. ¿Jesús
debe dar crédito a lo que dicen, sin tener garantías? Jesús no discute, Él propone simplemente un
contrato de confianza: “Vengan y verán”. Aquel o aquella que lee este
evangelio, recibe el mismo llamado.
2
Sin duplicidad ni astucia
Vio Jesús que se
acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien
no hay engaño.»
Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?»
Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.»
Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?»
Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.»
Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
Al leer este pasaje por
primera vez, es posible que tenga que volver a leerlo. Es fácil leer esto
y creer que uno no entendió o se perdió de algo. ¿Cómo es que Jesús
simplemente le dijo a Natanael (también llamado Bartolomé) que lo vio sentado
debajo de la higuera y eso fue suficiente para que Natanael respondiera: “Rabí,
tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel ”. Es fácil
confundirse acerca de cómo Natanael pudo llegar a tal conclusión a partir de
las palabras que Jesús habló sobre él.
Pero observe cómo Jesús
describió a Natanael. Él era alguien sin " duplicidad". Otras
traducciones dicen que "no tenía engaño". ¿Entonces que
significa eso?
Si uno tiene duplicidad o
astucia, significa que tiene dos caras y es astuto. Y así se es experto en el
arte del engaño. Esta es una cualidad peligrosa y mortal. Pero decir
lo contrario, que uno “no tiene duplicidad” o “no engaña” es una forma de decir
que uno es honesto, directo, sincero, transparente y real.
En cuanto a Natanael, fue alguien
que habló libremente sobre lo que pensaba. En este caso, no fue tanto que
Jesús presentó alguna forma de argumento intelectual convincente acerca de Su
divinidad, Él no dijo nada al respecto. En cambio, lo que sucedió fue que
esta buena virtud de Natanael, de no tener duplicidad, le permitió mirar a Jesús
y darse cuenta de que Él es "el verdadero objetivo", o en términos
económicos: el “verdadero negocio, aquel
en quien vale la pena invertir toda la vida.
El buen hábito de Natanael de
ser honesto, sincero y transparente le permitió no solo revelar quién es Jesús,
sino que también le permitió a Natanael ver a los demás con mayor claridad y
honestidad. Y esta cualidad lo benefició enormemente cuando vio a Jesús
por primera vez y pudo comprender de inmediato la grandeza de quién es.
Reflexiona hoy sobre cuan
libre estás de la astucia y la duplicidad. ¿Eres también una persona de
gran honestidad, sinceridad y transparencia? ¿Eres el verdadero
negocio? Vivir de esta manera es la única buena forma de vivir. Es
una vida vivida en la verdad. Ora para que Dios hoy te ayude a crecer en
esta virtud a través de la intercesión de San Bartolomé.
Señor, ayúdame a liberarme de
la duplicidad y la astucia. Ayúdame a ser una persona de honestidad,
integridad y sinceridad. Gracias por el ejemplo de San
Bartolomé. Dame la gracia que necesito para imitar sus
virtudes. Jesús, en Ti confío.
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