14 de agosto del 2020: viernes de la decimonovena semana del tiempo ordinario- San Maximiliano Kolbe
(Mateo19,
3-12) Jesús nos renvía siempre a lo esencial: la dignidad de las
personas y el amor que la alimenta. Con respecto a la mujer en una época donde
la esposa no tiene derechos. Respecto al hombre que elige el celibato en un
mundo donde se le tiene por tarado.
Primera lectura
Lectura de la profecía de Ezequiel (16,1-15.60.63):
Me vino esta palabra del Señor: «Hijo de Adán, denuncia a Jerusalén sus abominaciones, diciendo: "Así dice el Señor: ¡Jerusalén! Eres cananea de casta y de cuna: tu padre era amorreo y tu madre era hitita. Fue así tu alumbramiento: El día en que naciste, no te cortaron el ombligo, no te bañaron ni frotaron con sal, ni te envolvieron en pañales. Nadie se apiadó de ti haciéndote uno de estos menesteres, por compasión, sino que te arrojaron a campo abierto, asqueados de ti, el día en que naciste. Pasando yo a tu lado, te vi chapoteando en tu propia sangre, y te dije mientras yacías en tu sangre: 'Sigue viviendo y crece como brote campestre.' Creciste y te hiciste moza, llegaste a la sazón; tus senos se afirmaron, y el vello te brotó, pero estabas desnuda y en cueros. Pasando de nuevo a tu lado, te vi en la edad del amor; extendí sobre ti mi manto para cubrir tu desnudez; te comprometí con juramento, hice alianza contigo –oráculo del Señor– y fuiste mía. Te bañé, te limpié la sangre, y te ungí con aceite. Te vestí de bordado, te calcé de marsopa; te ceñí de lino, te revestí de seda. Te engalané con joyas: te puse pulseras en los brazos y un collar al cuello. Te puse un anillo en la nariz, pendientes en las orejas y diadema de lujo en la cabeza. Lucías joyas de oro y plata, y vestidos de lino, seda y bordado; comías flor de harina, miel y aceite; estabas guapísima y prosperaste más que una reina. Cundió entre los pueblos la fama de tu belleza, completa con las galas con que te atavié –oráculo del Señor–. Te sentiste segura de tu belleza y, amparada en tu fama, fornicaste y te prostituiste con el primero que pasaba. Pero yo me acordaré de la alianza que hice contigo cuando eras moza y haré contigo una alianza eterna, para que te acuerdes y te sonrojes y no vuelvas a abrir la boca de vergüenza, cuando yo te perdone todo lo que hiciste."» Oráculo del Señor.
Palabra de Dios
Me vino esta palabra del Señor: «Hijo de Adán, denuncia a Jerusalén sus abominaciones, diciendo: "Así dice el Señor: ¡Jerusalén! Eres cananea de casta y de cuna: tu padre era amorreo y tu madre era hitita. Fue así tu alumbramiento: El día en que naciste, no te cortaron el ombligo, no te bañaron ni frotaron con sal, ni te envolvieron en pañales. Nadie se apiadó de ti haciéndote uno de estos menesteres, por compasión, sino que te arrojaron a campo abierto, asqueados de ti, el día en que naciste. Pasando yo a tu lado, te vi chapoteando en tu propia sangre, y te dije mientras yacías en tu sangre: 'Sigue viviendo y crece como brote campestre.' Creciste y te hiciste moza, llegaste a la sazón; tus senos se afirmaron, y el vello te brotó, pero estabas desnuda y en cueros. Pasando de nuevo a tu lado, te vi en la edad del amor; extendí sobre ti mi manto para cubrir tu desnudez; te comprometí con juramento, hice alianza contigo –oráculo del Señor– y fuiste mía. Te bañé, te limpié la sangre, y te ungí con aceite. Te vestí de bordado, te calcé de marsopa; te ceñí de lino, te revestí de seda. Te engalané con joyas: te puse pulseras en los brazos y un collar al cuello. Te puse un anillo en la nariz, pendientes en las orejas y diadema de lujo en la cabeza. Lucías joyas de oro y plata, y vestidos de lino, seda y bordado; comías flor de harina, miel y aceite; estabas guapísima y prosperaste más que una reina. Cundió entre los pueblos la fama de tu belleza, completa con las galas con que te atavié –oráculo del Señor–. Te sentiste segura de tu belleza y, amparada en tu fama, fornicaste y te prostituiste con el primero que pasaba. Pero yo me acordaré de la alianza que hice contigo cuando eras moza y haré contigo una alianza eterna, para que te acuerdes y te sonrojes y no vuelvas a abrir la boca de vergüenza, cuando yo te perdone todo lo que hiciste."» Oráculo del Señor.
Palabra de Dios
Salmo
Is 12,2-3.4bcd.5-6
R/. Ha cesado tu ira y me has consolado
Él es mi Dios y Salvador: confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación. R/.
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso. R/.
Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel. » R/.
R/. Ha cesado tu ira y me has consolado
Él es mi Dios y Salvador: confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación. R/.
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso. R/.
Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel. » R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo (19,3-12):
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?»
Él les respondió: «¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: "Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne"? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»
Ellos insistieron: «¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse?»
Él les contestó: «Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Ahora os digo yo que, si uno se divorcia de su mujer –no hablo de impureza– y se casa con otra, comete adulterio.»
Los discípulos le replicaron: «Si ésa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse.»
Pero él les dijo: «No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el reino de los cielos. El que pueda con esto, que lo haga.»
Palabra del Señor
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?»
Él les respondió: «¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: "Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne"? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»
Ellos insistieron: «¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse?»
Él les contestó: «Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Ahora os digo yo que, si uno se divorcia de su mujer –no hablo de impureza– y se casa con otra, comete adulterio.»
Los discípulos le replicaron: «Si ésa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse.»
Pero él les dijo: «No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el reino de los cielos. El que pueda con esto, que lo haga.»
Palabra del Señor
1
Un amor decepcionado…
(Jeremías 16, 1-63) En este pasaje,
a través de comparaciones se dice cómo es el amor de Dios. ¿De qué otro modo
hacerlo? El se presenta primero que todo como un Padre que adopta una pequeña
hija abandonada que se llama Jerusalén; enseguida se compara con un marido
lleno de atenciones por una joven mujer; que por lo tanto llegará a
prostituirse.
(60-63) En medio de los anuncios de
situaciones terribles, presentadas como castigos merecidos, Dios recuerda su fidelidad
a la alianza. La dulzura y la promesa de reconciliación en el centro de las
perspectivas amenazantes, expresan cuánto el amor de Dios, ofrecido gratuitamente
es inmerecido.
En el Evangelio, vemos como la Ley
de Moisés autoriza el repudio de la mujer por parte de su marido. Para Jesús
esta disposición, es consecuencia de la dureza de corazón del ser humano y no
corresponde al proyecto de Dios desde los inicios de la creación. El vínculo
conyugal no puede ser roto. Jesús es consciente de la dificultad de vivir un
amor como tal. ¡En esta unión conyugal, existe una ternura y una apertura de
corazón que solamente Dios puede dar!
2
El misterio del vínculo
matrimonial
«¿No habéis leído que el Creador, en
el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: "Por eso abandonará el
hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola
carne"?
¿Qué es el matrimonio? Hombres y mujeres desde
una edad temprana sienten cierta atracción entre ellos. Es parte de la
naturaleza humana experimentar esto. Sí, a veces esta
"atracción" se distorsiona y se convierte en lujuria, pero es
importante señalar que esta atracción natural es así ... natural. “Desde
el principio el Creador los hizo hombre y mujer…” Por eso, desde el
principio, Dios quiso la unidad sagrada del matrimonio.
El matrimonio es verdaderamente misterioso. Sí,
los maridos pueden pensar que sus esposas son "misteriosas" y las
esposas pueden pensar lo mismo de sus maridos, pero en verdad cada persona es
un misterio sagrado y la unidad de dos personas en el matrimonio es un misterio
aún mayor.
Como un misterio, la unión conyugal y el matrimonio en
sí debe contraerse con una apertura y humildad que diga: "Quiero
conocerte más cada día". Los cónyuges que abordan su matrimonio
con justicia propia siempre despreciarán al otro y siempre fallarán en el
respeto al sagrado misterio del otro.
Cada persona que conoces, especialmente tu cónyuge, es
un misterio hermoso y glorioso de la creación de Dios, a quien no estás llamado
a “resolver”, sino que estás llamado a conocer a un nivel cada vez más profundo
cada día. Siempre debe haber una humildad que permita a los cónyuges
abrirse el uno al otro de una manera nueva cada día para que puedan descubrir
continuamente una mayor profundidad de belleza en el otro. Es esta
humildad y respeto por el otro en el matrimonio lo que permite a los cónyuges
cumplir su misión conjunta de convertirse en uno.
Piénsalo, "ya no son dos, sino una sola
carne". Muy pocos comprenden verdaderamente lo que esto significa
y aún menos viven las hermosas profundidades de esta gloriosa y elevada vocación
del matrimonio.
Reflexiona hoy sobre el misterio de las personas a las
que estás llamado a amar, especialmente si estás casado. Llamar al otro un
"misterio" al principio puede llevarte a sonreír, ya que reconoces
que no puedes entenderlo. Pero reconocer humildemente el hermoso
significado de “misterio” te llevará a apreciar la singularidad de los demás y
te ayudará a aceptar el llamado a la unidad humana, especialmente dentro del
matrimonio.
Señor, ayúdame a ver la belleza y el santo misterio de
las personas que has puesto en mi vida. Ayúdame a amarlos con un amor
humilde. Que pueda profundizar especialmente en mi amor por mi cónyuge
todos los días.
Jesús, confío en Ti.
/////
San Maximiliano Kolbe
En esta fecha recordamos a San Maximiliano Kolbe, Mártir. Murió en 1941
en la Segunda Guerra Mundial. Había sido llevado por los nazis al terrorífico
campo de concentración de Auschwitz. El padre Kolbe se ofreció para reemplazar
al compañero que había sido señalado para morir de hambre.
El oficial le pregunta: “¿Y por qué quieres
reemplazarle?”
- “Es que él tiene esposa e hijos que lo
necesitan. En cambio yo soy soltero y solo, y nadie me necesita”.
El oficial duda un momento y enseguida
responde: “Aceptado”.
Y el prisionero Kolbe es llevado
con sus otros 9 compañeros a morir de hambre en un subterráneo. Aquellos
tenebrosos días son de angustias y agonías continuas.
El santo sacerdote anima a los
demás y reza con ellos. Poco a poco van muriendo. Y al final después de
bastantes días, solamente queda él con vida. Por fin, el 14 de agosto le ponen
una inyección de cianuro y lo matan.
Quiera Dios que también nosotros
seamos capaces de sacrificarnos como Cristo y Maximiliano por el bien de los
demás.
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