31 de agosto del 2021: martes de la vigésima segunda semana del tiempo ordinario
(1 Tesalonicenses 5, 1-6.9-11) No se trata de tener miedo de no estar bien con Dios. Más bien, se trata de adquirir la paz interior hoy e irradiarla. Luego, amarnos y consolarnos. Primera lectura Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (5,1-6.9-11): En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis, hermanos, que os escriba. Sabéis perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: «Paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar. Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas. Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados. Porque Dios no nos ha destinado al castigo, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucrist