13 de junio del 2020: sábado de la décima semana del Tiempo Ordinario o San Antonio de Padua


( 1 Reyes 19, 19-21)  Cuando escuchamos el llamado de Dios, sabemos que toda nuestra existencia se transformará. No podemos comprometernos solamente a medias con él, cambiando solo un aspecto de nuestra vida, porque entonces realmente no estaríamos siéndole fieles.




Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (19,19-21):

En aquellos días, Elías se marchó del monte y encontró a Elíseo, hijo de Safat, arando con doce yuntas en fila, él con la última. Elías pasó a su lado y le echó encima el manto.
Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió: «Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te sigo.»
Elías le dijo: «Ve y vuelve; ¿quién te lo impide?»
Elíseo dio la vuelta, cogió la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio; hizo fuego con los aperos, asó la carne y ofreció de comer a su gente; luego se levantó, marchó tras Elías y se puso a su servicio.


Palabra de Dios


Salmo
Sal 15,1-2a.5.7-8.9-10

R/.
 Tú, Señor, eres el lote de mi heredad

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano. R/.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R/.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,33-37):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No jurarás en falso" y "Cumplirás tus votos al Señor." Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir "sí" o "no". Lo que pasa de ahí viene del Maligno.»

Palabra del Señor


1

Dios confió 3 misiones a Elías, (v.15-16 : ve al desierto de Damasco. Cuando llegues allá, unge a Jazael como rey de Siria,  y a Jehú hijo de Nimsi como rey de Israel; unge también a Eliseo hijo de Safat, de Abel Mejolá, para que te suceda como profeta.).
Vemos realizada la primera misión aquí: su sucesor es elegido, Eliseo, y quien llevará a cabo las otras dos misiones. El manto del profeta designaba simbólicamente su función. Elías pone su manto sobre Eliseo para convertirlo en su asistente en un principio...después será su sucesor.


En el Evangelio, Jesús habla del juramento, del hecho de jurar. Esto nos remite al segundo mandamiento: No jurar el Santo nombre de Dios en vano. Sin embargo, aquí en este pasaje que leemos, se nos recomienda no jurar no solamente por Dios, sino tampoco por el cielo ni la tierra, ni la ciudad santa, ¿ni por la cabeza de uno mismo…Por qué?  con todo esto Jesús quiere indicarnos la absoluta potestad de Dios, sobre todo. Es como si al jurar por cualquiera de estas cosas, criaturas, distintas a Él, lo hiciéramos por Él. Cristo de algún modo nos pone alerta sobre la importancia de la humildad, la dependencia y sumisión que siempre hemos de manifestar ante Dios. Sólo nos basta con decir Sí o No…Tener tentación de jurar por otras cosas no es más que inspiración del demonio, nos dice claramente Cristo.

Preguntémonos hoy si somos conscientes de la gravedad de nuestros juramentos que a veces, hacemos tanto a la ligera…Si no somos conscientes, será mejor revisar nuestra religiosidad y manera de vivir la fe.

Que San Antonio de Padua, insigne discípulo del Señor y ejemplar santo para nosotros interceda por nosotros en esta jornada...

Que María Santísima, Trono de la Sabiduría, a quien conmemoramos en sábado, nos inspire, acompañe y ayude a la hora de hablar y de comprometernos. Amén.



2

Ser honestos…


A vosotros os basta decir "sí" o "no". Cualquier otra cosa es del Maligno"»


Esta es una expresión interesante. Al principio parece un poco extremo decir que "Cualquier otra cosa es del Maligno". Pero, por supuesto, dado que estas son las palabras de Jesús, son palabras de verdad perfecta. Entonces, ¿Qué quiere decir Jesús?

Esta frase de Jesús se ubica dentro del contexto de sus enseñanzas sobre la moralidad de prestar juramento. La lección es esencialmente una presentación del principio básico de "veracidad" que se encuentra en el octavo mandamiento. Jesús nos dice que seamos honestos, que digamos lo que queremos decir y que permanezcamos sobre lo dicho.

Una de las razones por las que Jesús menciona esto, dentro del contexto de su enseñanza acerca de tomar juramentos, es que no debería haber necesidad de un juramento solemne con respecto a nuestras conversaciones diarias ordinarias. Claro, hay algunos juramentos que toman solemnidad, como votos matrimoniales o votos y promesas solemnemente tomadas por sacerdotes y religiosos. De hecho, en cada sacramento hay alguna forma de promesa solemne tomada. Sin embargo, la naturaleza de estas promesas es más una expresión pública de fe que una forma de responsabilizar a las personas.  

La verdad es que el octavo mandamiento, que nos llama a ser personas honestas e íntegras, debería ser suficiente en todas las actividades diarias. No necesitamos "jurarle a Dios" sobre esto o aquello. No debemos sentir la necesidad de convencer a otro de que estamos diciendo la verdad en una situación u otra. Más bien, si somos personas honestas e íntegras, nuestra palabra será suficiente y lo que decimos será cierto simplemente porque lo decimos.

Reflexiona hoy sobre cuán honesto eres en todos los ámbitos de la vida. ¿Has desarrollado un hábito de veracidad tanto en asuntos grandes como pequeños de la vida? ¿La gente reconoce esta cualidad en ti? Hablar la verdad y ser una persona de la verdad son formas de proclamar el Evangelio con nuestras acciones.

 Comprométete a la honestidad hoy y el Señor hará grandes cosas a través de tu palabra hablada.

Señor, ayúdame a ser una persona de honestidad e integridad. 

Perdóname por las veces en que he torcido la verdad, o he engañado de manera sutil y mentido directamente…lo siento Señor. 
Ayuda a mi "Sí" a estar siempre de acuerdo con Tu santísima voluntad y ayúdame a alejarme siempre de los caminos del error. Jesús, confío en ti.



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