sábado, 11 de julio de 2020

11 de julio del 2020: San Benito Abad, memoria obligatoria



Al celebrar hoy la fiesta de san Benito, abad, fundador de la orden benedictina y patrono de Europa; quien supo dejarlo todo para seguir a Cristo, en quien encontró su herencia, comencemos la celebración de la Eucaristía abandonando lo antiguo, convirtiéndonos al Señor, pidiéndole perdón por nuestros pecados, y dejando que haga nacer la vida nueva en nosotros.








Primera lectura

Lectura del libro de los Proverbios 2,1-9:

Hijo mío, si aceptas mis palabras y conservas mis consejos, prestando oído a la sensatez y prestando atención a la prudencia; si invocas a la inteligencia y llamas a la prudencia; si la procuras como el dinero y la buscas como un tesoro, entonces comprenderás el temor del Señor y alcanzarás el conocimiento de Dios. Porque es el Señor quien da sensatez, de su boca proceden saber e inteligencia. Él atesora acierto para los hombres rectos, es escudo para el de conducta intachable, custodia la senda del deber, la rectitud y los buenos senderos. Entonces comprenderás la justicia y el derecho, la rectitud y toda obra buena.


Salmo

Sal 33,2-3.4.6.9.12.14-15

R/. Bendigo al Señor en todo momento


Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará. R/.

Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él.
Venid, hijos, escuchadme:
os instruiré en el temor del Señor. R/.

Guarda tu lengua del mal,
tus labios de la falsedad;
apártate del mal, obra el bien,
busca la paz y corre tras ella. R/.


Lectura del santo evangelio según san Mateo 19,27-29:

En aquel tiempo, dijo Pedro a Jesús: «Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?»
Jesús les dijo: «Os aseguro: cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel. El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.»


Entre inquietud y promesa

El libro de los proverbios cuyos primeros versículos del capítulo 2 leemos hoy, contiene recomendaciones concretas para la vida. La mayor parte del libro está constituida por frases cortas de tipo proverbial. A partir de experiencias diversas, los autores sacan una enseñanza para una conducta humana equilibrada y sana.

(2,1-9), una voz de aliento personal es dirigida aquí, como la de un padre a su hijo, o de un maestro a su discípulo, de Dios a sus hijos. Es el consejo de alguien que ama a alguien que es amado. Es necesario movilizar toda su energía para buscar la sabiduría, que es comparable a un tesoro. En efecto, la sabiduría permite conocer a Dios y respetar su autoridad. Pero al mismo tiempo, Dios está en el origen de la Sabiduría y es Él quien la da.
La sabiduría permite también vencer la seducción del mal bajo todas sus formas. Gracias a ella, la vida vale la pena de ser vivida.

En el Evangelio, se nos dice que nadie puede salvarse a sí mismo, solo Dios salva, y aquí encontramos la promesa de Jesús que le da seguridad a sus discípulos: en el Reino de Dios, sus discípulos tendrán un lugar de honor, sus discípulos recibirán mucho más que a lo que han renunciado. 

Toda persona que sigue a Jesús y acepta los cambios que esto implica llegará a su plenitud en el Reino, donde los valores del mundo actual no tendrán cabida…

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