PARA VIVIR LA CUARESMA DIA A DIA: 9 de marzo 2017: Primer Jueves de cuaresma
Primera lectura
Lectura del libro de
Ester (14,1.3-5.12-14):
En aquellos días, la
reina Ester, temiendo el peligro inminente, acudió al Señor y rezó así al
Señor, Dios de Israel: «Señor mío, único rey nuestro. Protégeme, que estoy sola
y no tengo otro defensor fuera de ti, pues yo misma me he expuesto al peligro. Desde
mi infancia oí, en el seno de mi familia, cómo tú, Señor, escogiste a Israel
entre las naciones, a nuestros padres entre todos sus antepasados, para ser tu
heredad perpetua; y les cumpliste lo que habías prometido. Atiende, Señor,
muéstrate a nosotros en la tribulación y dame valor, Señor, rey de los dioses y
señor de poderosos. Pon en mi boca un discurso acertado cuando tenga que hablar
al león; haz que cambie y aborrezca a nuestro enemigo, para que perezca con
todos sus cómplices. A nosotros, líbranos con tu mano; y a mí, que no tengo
otro auxilio fuera de ti, protégeme tú, Señor, que lo sabes todo.»
Palabra de Dios
Lectura del santo
evangelio según san Mateo (7,7-12):
En aquel tiempo, dijo
Jesús a sus discípulos: «Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se
os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le
abre. Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y
si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos,
sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo
dará cosas buenas a los que le piden! En resumen: Tratad a los demás como
queréis que ellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas.»
Palabra del Señor
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Confiar
en Dios en todo tiempo
La primera lectura del Libro de Ester nos presenta una oración de
reconocimiento y confianza de esta chica judía que a pesar del destierro y su
experiencia entre la cultura persa no le impidió siempre tener presente al Dios
de su pueblo y sus antepasados israelitas… A pesar de llegar a ser reina, y la
consorte de un rey opresor de nombre Asuero. Por eso sedirige a Dios con
humildad para que la socorra y ayude a liberar a su pueblo del poder del
opresor. Ester significa "yo me escondo", porque permance incógnita
mucho tiempo con su fe y el secreto de sus antepasados en medio de un pueblo
enemigo y hostil.
“Pidan y se les dará,
busquen y encontraran, toquen a la puerta y se les abrirá”. Estas fórmulas
lapidarias de Jesús en el evangelio, podrían parecernos a primera
vista, mostrarnos lo que es evidente: Nada se obtiene sin un mínimo de
esfuerzo.
¿Es necesario
concluir de esta enseñanza de Jesús sobre la oración que todo es fácil y se
gana por adelantado? ¿Tendrá
Dios las manos amarradas y debería doblegarse a todos nuestros deseos y o
voluntades cuando nos dirigimos a Él en la oración? Con mucha seguridad que no.
Pero Jesús nos
recuerda, primero que todo, que no hay límites en lo que se puede pedir a
Dios en la oración porque la bondad de Dios hacia nosotros no tiene límites y que El conoce bien
qué es lo mejor para nosotros.
Pero atención. Jesús
completa su enseñanza con lo que se llama en el judaísmo la regla de oro: “Y
entonces, todo lo que ustedes quieren que los otros hagan por ustedes, háganlo
por ellos (…)” Dios nos da
todo aquello que necesitamos.
Es a nosotros ahora de dar a los demás todo lo que podrá
contribuir a su felicidad y o bienestar.
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