PARA VIVIR LA CUARESMA DIA A DIA 1o de abril del 2017: cuarto sábado de cuaresma
Lectura del libro de Jeremías (11,18-20):
EL Señor me instruyó, y comprendí,
me explicó todas sus intrigas.
Yo, como manso cordero,
era llevado al matadero;
desconocía los planes
que estaban urdiendo contra mí:
«Talemos el árbol en su lozanía,
arranquémoslo de la tierra de los vivos,
que jamás se pronuncie su nombre».
Señor del universo,
que juzgas rectamente,
que examinas las entrañas y el corazón,
deja que yo pueda ver
cómo te vengas de ellos,
pues a ti he confiado mi causa.
Palabra de Dios
EL Señor me instruyó, y comprendí,
me explicó todas sus intrigas.
Yo, como manso cordero,
era llevado al matadero;
desconocía los planes
que estaban urdiendo contra mí:
«Talemos el árbol en su lozanía,
arranquémoslo de la tierra de los vivos,
que jamás se pronuncie su nombre».
Señor del universo,
que juzgas rectamente,
que examinas las entrañas y el corazón,
deja que yo pueda ver
cómo te vengas de ellos,
pues a ti he confiado mi causa.
Palabra de Dios
Lectura del santo evangelio según san Juan (7,40-53):
EN aquel tiempo, algunos de entre la gente, que habían oído los discursos de Jesús, decían:
«Este es de verdad el profeta».
Otros decían:
«Este es el Mesías».
Pero otros decían:
«¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?».
Y así surgió entre la gente una discordia por su causa.
Algunos querían prenderlo, pero nadie le puso la mano encima.
Los guardias del templo acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y estos les dijeron:
«¿Por qué no lo habéis traído?».
Los guardias respondieron:
«Jamás ha hablado nadie como ese hombre».
Los fariseos les replicaron:
«También vosotros os habéis dejado embaucar? ¿Hay algún jefe o fariseo que haya creído en él? Esa gente que no entiende de la ley son unos malditos».
Nicodemo, el que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo:
«¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar lo que ha hecho?».
Ellos le replicaron:
«¿También tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas».
Y se volvieron cada uno a su casa.
Palabra del Señor
EN aquel tiempo, algunos de entre la gente, que habían oído los discursos de Jesús, decían:
«Este es de verdad el profeta».
Otros decían:
«Este es el Mesías».
Pero otros decían:
«¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?».
Y así surgió entre la gente una discordia por su causa.
Algunos querían prenderlo, pero nadie le puso la mano encima.
Los guardias del templo acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y estos les dijeron:
«¿Por qué no lo habéis traído?».
Los guardias respondieron:
«Jamás ha hablado nadie como ese hombre».
Los fariseos les replicaron:
«También vosotros os habéis dejado embaucar? ¿Hay algún jefe o fariseo que haya creído en él? Esa gente que no entiende de la ley son unos malditos».
Nicodemo, el que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo:
«¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar lo que ha hecho?».
Ellos le replicaron:
«¿También tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas».
Y se volvieron cada uno a su casa.
Palabra del Señor
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EL
DIOS DE LOS AMENAZADOS
Todos los que
viajamos en avión, sabemos
cómo cada vez la cosa se pone más
complicada.
Uno hace la fila para
la requisa de maletas, uno debe enfrentar personas, guardias de seguridad,
mostrar una y otra vez nuestro pasaporte y nuestro tiquete que nos permite ingresar finalmente
en el aparato…Por qué? Porque los pasajeros son al mismo tiempo “amenazadores”
y “amenazados!” Amenazados de un atentado terrorista, pero también amenazadores
ya que pueden ser portadores posibles de una bomba! Y la frontera entre
el uno y el otro es completamente confusa, no es evidente de ver!
Es en este clima o
ambiente que ha vivido el profeta Jeremías. Él era a la vez amenazado y
amenazador. Amenazador para una sociedad de la cual denunciaba sus crímenes y a la cual anunciaba
los peores desastres. Pero también él estaba amenazado. Se le quería callar. Su
mensaje radical y claro, sin pelos en la lengua o como dicen los franceses “sin
lengua de madera”, denunciaba los discursos que daban falsas seguridades y que
se expandían alrededor suyo.
Entonces uno
comprende su queja ante Dios
a quien sirve. El Salmo 7 que se lee hoy prolonga su oración: “Señor mi Dios, tu eres mi
refugio”.
Cualquiera que sea la
amenaza, Dios permanece fiel a nuestro lado.
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