cuarto miércoles de
cuaresma
EL DIOS QUE CONSUELA
Leemos hoy un pasaje
de la segunda parte del libro de Isaías y que va de los capítulos 40 al 55. Se
le da a esta sección de la gran obra del profeta el nombre de “Libro de la
consolación”, ya que se abre con estas palabras: “Consolad, consolad a mi pueblo”. El tema de la consolación es
recurrente en cada página. Y en efecto, como consuela Dios?
Primero, El promete
ocuparse de nosotros. Lo vimos el último lunes: Dios sabe cumplir sus promesas.
El promete liberarnos de todo lo que nos esclaviza, de despejarnos el camino de
dudas y de miedos entre la abundancia de la luz.
segundo, Él se
asemeja a nosotros. El suprime lo que impide la comunicación entre nosotros…en
fin, Dios encuentra las palabras que nos llegan directamente al corazón para
reconfortarnos: “Yo no te
olvidaré nunca”.
Cuando alguien nos
dice esto último, nos hace mucho bien. Imagínense lo que ocurre cuando es Dios
mismo quien nos lo dice!
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