Isaías 49,1-6
"Te hago luz de las naciones"
Salmo 71
"Mi boca contará tu salvación Señor"
Juan 13, 21-33.36-38
"Ahora ha sido glorificado el Hijo del Hombre y
Dios ha sido glorificado con Él"
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Un
único y verdadero salvador
El mundo siempre ha añorado los salvadores. Hollywood y su mundo mágico
de espectáculo y fantasía, ha recreado escenarios, escrito historias de héroes
que se presentan como la última salida o trampolín de salvación para el
planeta, para la humanidad. Superman por ejemplo, es un héroe triste, en el que
muchos ven una representación incompleta o parodia deforme de Jesucristo. Es
triste porque el hombre de acero debe mantener sólo sin poder revelarle a nadie
su identidad, además es huérfano biológicamente (es adoptado por unos padres terrestres) y no tiene ninguna esperanza de
futuro para amar junto a alguien…
Hoy recuerdo una frase del evangelio de San Juan, cuando Jesús al
encontrar la samaritana le dice: "La
salvación viene de los judíos".
En este pasaje de Isaías nos presenta su segundo poema concerniente al servidor
del Señor. Dios quiere que su mensaje de liberación sea transmitido por este
servidor, como una luz que ilumina hasta los pueblos más lejanos. La gran
pregunta es a quién describe Isaías en sus poemas? a él mismo? o bien al pueblo
de Israel escogido para ser su testigo entre los demás pueblos de la tierra? La
tradición cristiana también ha visto acá una figura de Jesús, el Mesías,
llamado a aportarle la salvación al mundo.
Y es que sólo podrá salvar al mundo quien sirve a Dios, a este Dios revelado
por la religión judía. Este Dios que busca al hombre y que lo hace diferente de
todos los demás dioses de las religiones conocidas a través de la historia.
Nuestra religión no es una mitología, no lo fue, nunca lo ha sido y nunca lo será como pretenden afirmarlo los
estudiosos, eruditos historiadores de nuestro tiempo. Como dice el Papa
Francisco, nuestra fe no es una doctrina, es más que una religión, es el
encuentro con una persona, con Jesucristo.
Que en este día, descubramos una vez más el valor del sufrimiento de
Jesús y su poder de redimirnos a nosotros y al mundo entero.
Correcto amigo. Hay personas que dicen no creer, pero en circunstancias adversas recurren a Dios como primera instancia.
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