Jesús sabe de antemano cuan desgraciado será
Judas, qué triste será su suerte. Cristo es amor y el amor que viene de Dios
comprende todo, perdona todo…
Isaías 50, 4-9a
"Miren, el Señor me
ayuda, quién me condenará?
Mateo 26, 14-25
"Los discípulos prepararon
la cena de Pascua siguiendo las instrucciones de Jesús".
Es cierto que la traición duele. Es verdad que nada hay más decepcionante
que la mentira de un amigo, que nos de la espalda quien supuestamente
pensábamos nos quería.
La traición está en el centro en el evangelio de este día. Pero hay algo
de lo que no somos muy conscientes al hacer referencia a la traición de Judas
Iscariote y es que había 11 discípulos fieles, dispuestos a obedecer, a
escuchar al maestro. Amigos que tienen el corazón de Dios.
Sin embargo ante la traición de uno, Jesús no se amilana. Compadece sí a
quien le traiciona pero no se paraliza.
En la vida nosotros también deberíamos ver que son muchas más las personas quienes no les gustaría herirnos, defraudarnos, decepcionarnos,
que en verdad desean nuestro bienestar, nuestro progreso. Ellos son el reflejo de Dios. Demos gracias hoy al Señor en la Eucaristía
por esos amigos fieles y oremos por quienes intuimos o sabemos no nos quieren y
desean que tropecemos o fracasemos en nuestra búsqueda de la verdad y de la
felicidad.
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