22 de octubre del 2019 martes de la 29a semana del TO o San Juan Pablo II


(Lucas 12, 35-38)  Qué tipo de vigilantes o personas que velan somos nosotros? somos "consumidores" de Dios que lo utilizan en la necesidad o somos personas que siempre buscamos deseosamente signos de su presencia?




Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (5,12.15b.17-19.20b-21):

Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron. Si por la transgresión de uno murieron todos, mucho más, la gracia otorgada por Dios, el don de la gracia que correspondía a un solo hombre, Jesucristo, sobró para la multitud. Por el delito de un solo hombre comenzó el reinado de la muerte, por culpa de uno solo. Cuanto más ahora, por un solo hombre, Jesucristo, vivirán y reinarán todos los que han recibido un derroche de gracia y el don de la justificación. En resumen: si el delito de uno trajo la condena a todos, también la justicia de uno traerá la justificación y la vida. Si por la desobediencia de uno todos se convirtieron en pecadores, así por la obediencia de uno todos se convertirán en justos. Si creció el pecado, más desbordante fue la gracia. Y así como reinó el pecado, causando la muerte, as! también, por Jesucristo, nuestro Señor, reinará la gracia, causando una justificación que conduce a la vida eterna.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 39,7-8a.8b-9.10.17

R/.
 Aquí estoy, Señor, para hacer tú voluntad

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: «Aquí estoy.» R/.

«–Como está escrito en mi libro–
para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas. R/.

He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes. R/.

Alégrense y gocen contigo
todos los que te buscan;
digan siempre: «Grande es el Señor»
los que desean tu salvación. 
R/.



Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,35-38):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.»

Palabra del Señor


///////////

Adán pierde, Jesús gana

Primer acto: Adán ha desobedecido. Dios no le había prohibido sino una sola cosa y la ha hecho! El hombre ha comido un fruto que le daba la ilusión de decidir por sí mismo entre el bien y el mal (Génesis 3,1-24), ha deseado ser como Dios, de acuerdo a la imagen que se había hecho de Él. Así ha comenzado el pecado, con la muerte como consecuencia.

Segundo acto: Jesús ha sufrido esta muerte, no por haber desobedecido, sino por obediencia. Entonces Dios abre la vida para siempre. Ciertamente las faltas humanas proliferan y destruyen. Pero el don de Dios es más fuerte y mismo sin común medida.


Vigilantes, pacientes y fieles!

En el Evangelio, Jesús hoy cuenta una parábola que es una ilustración para los discípulos de la necesidad de la vigilancia, de la paciencia y de la fidelidad que ellos deben tener…

El tiempo de Lucas es el tiempo de la Iglesia. Es el tiempo a la vez del ya y del todavía no. El Reino ya está aquí. El Señor advierte a sus discípulos que no es necesario esperarlo. No se pueden dejar engañar por aquellos que dicen que saben dónde está o que ya viene. Es el presente, el ahora que es importante porque: "El Reino de Dios está en medio de ustedes" (Lucas 17,21).

Los tres primeros capítulos del Evangelio mostraban que con la Encarnación de Cristo, el Espíritu Santo estaba presente y activo. El Reino había comenzado y la alegría, la acción de gracias y la alabanza abundaban. Así Lucas cambiaba la perspectiva de todas las primeras comunidades cristianas. En lugar de la espera de un futuro, es la respuesta a una presencia en el ahora, que debían mostrar los discípulos: es el tiempo de la Iglesia.

Pero el Reino no está todavía manifestado en toda su gloria. El mal todavía está presente, así como la posibilidad de persecuciones, la debilidad y a veces el abandono de los discípulos. Cristo no es visible. Como en la parábola, la noche puede parecer larga y los discípulos tienen necesidad de ser animados… Es lo que hace la parábola al hablar de una comida que el amo ofrece a sus servidores. El cielo con frecuencia era representado como una comida con el Señor. Luego de una comida donde Jesús hacía una alusión a la resurrección de los muertos, uno de los comensales había agregado:" bienaventurado o feliz, aquel que tomará su comida en el Reino de Dios" (Lucas 14,15).


Una comida representa no solamente la presencia visible sino también la intimidad. Es la voz de ánimo que ofrece el Apocalipsis que da como una explicitación de la parábola: "He aquí que yo estoy a la puerta y llamo; si alguien escucha mi voz y abre la puerta; yo entraré en su casa para cenar, yo con él y él conmigo".

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