21 de octubre del 2019 Lunes de la 29a semana del Tiempo Ordinario
(Romanos 4,
20-25) Según San Pablo, Abraham nunca tuvo dudas ni fue presa de la
incredulidad. Sin embargo, aunque conoció períodos oscuros, con todo, permaneció "justo" a los ojos del Señor. La fe no evacúa las incertitudes y los
cuestionamientos: al contrario, ella madura al afrontarlos.
Primera lectura
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (4,20-25):
Ante la promesa de Dios Abrahán no fue incrédulo, sino que se hizo fuerte en la fe, dando con ello gloria a Dios, al persuadirse de que Dios es capaz de hacer lo que promete, por lo cual le valió la justificación. Y no sólo por él está escrito: «Le valió», sino también por nosotros, a quienes nos valdrá si creemos en el que resucitó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, que fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación.
Palabra de Dios
Ante la promesa de Dios Abrahán no fue incrédulo, sino que se hizo fuerte en la fe, dando con ello gloria a Dios, al persuadirse de que Dios es capaz de hacer lo que promete, por lo cual le valió la justificación. Y no sólo por él está escrito: «Le valió», sino también por nosotros, a quienes nos valdrá si creemos en el que resucitó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, que fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación.
Palabra de Dios
Salmo
Lc
1,69-70.71-72.73-75
R/. Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado a su pueblo
Nos ha suscitado una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas. R/.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. R/.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días. R/.
R/. Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado a su pueblo
Nos ha suscitado una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas. R/.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. R/.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Lucas (12,13-21):
En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.»
Él le contestó: «Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?»
Y dijo a la gente: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.»
Y les propuso una parábola: «Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: "¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha." Y se dijo: "Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida." Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?" Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.»
Palabra del Señor
En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.»
Él le contestó: «Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?»
Y dijo a la gente: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.»
Y les propuso una parábola: «Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: "¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha." Y se dijo: "Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida." Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?" Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.»
Palabra del Señor
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Nuestro modelo en la
fe: Abraham
Abraham es considerado por los judíos, los
cristianos y los musulmanes, como "el padre de los creyentes". Él dio
su fe a Dios, confió en Él, mismo cuando las promesas parecían irrealizables.
La circuncisión que será retomada en la Ley de Moisés, no apareció sino después
como signo de la alianza entre Dios y la descendencia de Abraham. Lo que es
decisivo es la fe de Abraham, existente antes de la práctica de la
circuncisión.
Abrahán se salvó no por lo que hizo,
sino porque, cuando era un pagano y pecador, descubrió a un Dios bondadoso en
quien creyó. Él sabía que estaba ante Dios con manos vacías y aceptó recibir
gratuitamente de las manos del mismo Dios.
Hoy
para nosotros también, la apertura al don de Dios puede ser nuestra primera
respuesta.
Seguro
de vida
Cuando Jesús habla abiertamente contra los
ricos, no intenta condenarlos, sino liberarlos. Lo que él denuncia no es el
hecho de que tengan bienes materiales, sino su propio apego excesivo a ellos y
el uso egoísta que hacen de sus riquezas: para acumular y atesorar, para
disfrute y placer egoísta o, como algunos países ricos hacen, almacenando o
haciendo acopio de trigo en silos o usando el petróleo para presiones políticas
y económicas. El valor de las posesiones es relativo ante los bienes del Reino,
como son la justicia y el amor. Lo que cuenta realmente es ser rico y sabio
ante Dios.
A
menudo uno se hace la pregunta: qué será de mi mañana? Ante lo desconocido, el
reflejo que tenemos es el de amontonar, darnos seguridades y garantías de todo
género, o aun más algunos buscan quienes puedan predecirles su futuro. Jesús
muestra otro camino. En lugar de replegarse sobre un futuro para uno mismo, es
mejor tener una apertura a los demás
hoy, en particular a los más pobres. Los bienes y las riquezas son provisorias…Aprovechemos,
mientras podemos y los tenemos compartirlas.
Todo lo que uno se guarda para sí mismo es perdido: todo lo que es dado, donado
es salvado.
Oración
Oh Dios, Padre bueno
y misericordioso:
Buscamos con frecuencia seguridad y garantía
en cosas que anhelamos poseer y acaparar.
No permitas que las cosas nos posean y controlen.
Cuando nuestras riquezas supongan pobreza para otros,
cuando nuestra vida suponga muerte para otros,
enséñanos la alegría del compartir
y danos el valor
de buscar primero las riquezas de tu reino
por medio de Jesucristo, nuestro Señor.
Buscamos con frecuencia seguridad y garantía
en cosas que anhelamos poseer y acaparar.
No permitas que las cosas nos posean y controlen.
Cuando nuestras riquezas supongan pobreza para otros,
cuando nuestra vida suponga muerte para otros,
enséñanos la alegría del compartir
y danos el valor
de buscar primero las riquezas de tu reino
por medio de Jesucristo, nuestro Señor.
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