25 de febrero del 2022: viernes de la séptima semana del tiempo ordinario
(Marcos
10, 1-12) Dios sabe reconocer el sufrimiento de las personas que viven una
separación. Estos se merecen toda nuestra compasión y respeto. Dicho esto, el
matrimonio permanece y siempre seguirá siendo un signo elocuente de la ternura
de Dios.
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol Santiago (5,9-12):
No os quejéis, hermanos, unos de otros, para no ser condenados. Mirad que el
juez está ya a la puerta. Tomad, hermanos, como ejemplo de sufrimiento y de
paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor. Llamamos dichosos a
los que tuvieron constancia. Habéis oído ponderar la paciencia de Job y
conocéis el fin que le otorgó el Señor. Porque el Señor es compasivo y
misericordioso. Pero, ante todo, hermanos míos, no juréis ni por el cielo ni
por la, tierra, ni pronunciéis ningún otro juramento; vuestro sí sea un sí y
vuestro no un no, para no exponeros a ser juzgados.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 102,1-2.3-4.8-9.11-12
R/. El
Señor es compasivo y misericordioso
Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
no está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo. R/.
Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos
(10,1-12):
En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le
fue reuniendo gente por el camino, y según costumbre les enseñaba.
Se acercaron unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Le es
licito a un hombre divorciarse de su mujer?»
Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?»
Contestaron: «Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de
repudio.»
Jesús les dijo: «Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al
principio de la creación Dios "los creó hombre y mujer. Por eso abandonará
el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola
carne." De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha
unido, que no lo separe el hombre.»
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo: «Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete
adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con
otro, comete adulterio.»
Palabra del Señor
Buscando la
verdad
Se acercaron unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba:
«¿Le es licito a un hombre divorciarse de su mujer?»
Los fariseos estaban constantemente tratando
de hacer caer en la trampa a Jesús. Aunque este es un hecho triste, nos
enseña una lección sobre la búsqueda de la verdad.
Uno de los objetivos más básicos por los que
debemos esforzarnos en la vida es buscar la verdad. Debemos buscar conocer
la verdad y luego permitir que esa verdad nos libere. En un nivel, los
fariseos buscaban la verdad. Le hicieron una pregunta a Jesús acerca de la
Ley de Moisés y Su interpretación de esa ley. Aunque es bueno hacer esa
pregunta y buscar una respuesta de Jesús, hay una distinción sutil que debemos
hacer.
La distinción tiene que ver con el motivo del
que pregunta. En este caso, los fariseos le estaban haciendo una pregunta
a Jesús no porque estuvieran buscando la verdad; más bien, lo estaban
preguntando con la intención de engañar y manipular. Estaban buscando todo
lo posible para tratar de atrapar a Jesús a fin de condenarlo. La mejor
manera de hacerle una pregunta a Jesús es acudir a Él por dos razones.
Primero, debemos acercarnos a Él haciéndole
preguntas porque humildemente creemos que Él es la fuente de toda Verdad. Esto
requiere humildad porque requiere que reconozcamos que Jesús sabe más. Él
tiene la respuesta, una respuesta mejor que la nuestra.
En segundo lugar, cuando le hacemos una
pregunta a Jesús, debemos examinar nuestra motivación. Con suerte, nuestra
motivación consiste en el solo hecho de que queremos saber. Hemos llegado
a creer que Él es la fuente de la verdad y, por lo tanto, nos volvemos a Él
para comprender. Entonces, no solo creemos humildemente que Él tiene las
respuestas, sino que también queremos conocerlas sinceramente. Esta forma
de corazón inquisitivo y abierto nos dispone a recibir todo lo que Él nos dice,
como si fuéramos tierra seca dispuesta a empaparse de una suave lluvia.
Reflexiona, hoy, sobre si presentas
regularmente todas tus preguntas en la vida ante nuestro Señor. Si lo haces,
examina tu motivación. Esfuérzate por tener un corazón humilde que desee
recibir la verdad pura de la fuente que es la Verdad misma.
Mi verdadero Señor, me dirijo a Ti como la
fuente de toda Verdad. Enséñame tus caminos y lléname de tu sabiduría. Ayúdame
a comprender la vida como Tú la ves y, en esa comprensión, ayúdame a abrazar Tu
santa voluntad. Jesús, en Ti confío.
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