jueves, 24 de febrero de 2022

25 de febrero del 2022: viernes de la séptima semana del tiempo ordinario


(Marcos 10, 1-12) Dios sabe reconocer el sufrimiento de las personas que viven una separación. Estos se merecen toda nuestra compasión y respeto. Dicho esto, el matrimonio permanece y siempre seguirá siendo un signo elocuente de la ternura de Dios.

 


Primera lectura

Lectura de la carta del apóstol Santiago (5,9-12):

No os quejéis, hermanos, unos de otros, para no ser condenados. Mirad que el juez está ya a la puerta. Tomad, hermanos, como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor. Llamamos dichosos a los que tuvieron constancia. Habéis oído ponderar la paciencia de Job y conocéis el fin que le otorgó el Señor. Porque el Señor es compasivo y misericordioso. Pero, ante todo, hermanos míos, no juréis ni por el cielo ni por la, tierra, ni pronunciéis ningún otro juramento; vuestro sí sea un sí y vuestro no un no, para no exponeros a ser juzgados.

Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 102,1-2.3-4.8-9.11-12

R/.
 El Señor es compasivo y misericordioso

Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.

Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R/.

El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
no está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo. R/.

Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,1-12):

En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino, y según costumbre les enseñaba.
Se acercaron unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Le es licito a un hombre divorciarse de su mujer?»
Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?»
Contestaron: «Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.»
Jesús les dijo: «Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios "los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne." De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo: «Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.»

Palabra del Señor

 

 

Buscando la verdad

 

Se acercaron unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Le es licito a un hombre divorciarse de su mujer?»

 

Marcos 10:2

 

 

Los fariseos estaban constantemente tratando de hacer caer en la trampa a Jesús. Aunque este es un hecho triste, nos enseña una lección sobre la búsqueda de la verdad.

 

Uno de los objetivos más básicos por los que debemos esforzarnos en la vida es buscar la verdad. Debemos buscar conocer la verdad y luego permitir que esa verdad nos libere. En un nivel, los fariseos buscaban la verdad. Le hicieron una pregunta a Jesús acerca de la Ley de Moisés y Su interpretación de esa ley. Aunque es bueno hacer esa pregunta y buscar una respuesta de Jesús, hay una distinción sutil que debemos hacer.

 

La distinción tiene que ver con el motivo del que pregunta. En este caso, los fariseos le estaban haciendo una pregunta a Jesús no porque estuvieran buscando la verdad; más bien, lo estaban preguntando con la intención de engañar y manipular. Estaban buscando todo lo posible para tratar de atrapar a Jesús a fin de condenarlo. La mejor manera de hacerle una pregunta a Jesús es acudir a Él por dos razones. 

 

Primero, debemos acercarnos a Él haciéndole preguntas porque humildemente creemos que Él es la fuente de toda Verdad. Esto requiere humildad porque requiere que reconozcamos que Jesús sabe más. Él tiene la respuesta, una respuesta mejor que la nuestra.

 

En segundo lugar, cuando le hacemos una pregunta a Jesús, debemos examinar nuestra motivación. Con suerte, nuestra motivación consiste en el solo hecho de que queremos saber. Hemos llegado a creer que Él es la fuente de la verdad y, por lo tanto, nos volvemos a Él para comprender. Entonces, no solo creemos humildemente que Él tiene las respuestas, sino que también queremos conocerlas sinceramente. Esta forma de corazón inquisitivo y abierto nos dispone a recibir todo lo que Él nos dice, como si fuéramos tierra seca dispuesta a empaparse de una suave lluvia.

 

Reflexiona, hoy, sobre si presentas regularmente todas tus preguntas en la vida ante nuestro Señor. Si lo haces, examina tu motivación. Esfuérzate por tener un corazón humilde que desee recibir la verdad pura de la fuente que es la Verdad misma.

 

 

Mi verdadero Señor, me dirijo a Ti como la fuente de toda Verdad. Enséñame tus caminos y lléname de tu sabiduría. Ayúdame a comprender la vida como Tú la ves y, en esa comprensión, ayúdame a abrazar Tu santa voluntad. Jesús, en Ti confío.

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