domingo, 28 de abril de 2024

28 de abril del 2024: Quinto Domingo de Pascua (Ciclo B)

 

Dios nos ama

 

¡Da fruto y da más! Se trata de una extraña expresión que podríamos, en el contexto de nuestro mundo actual, entender como una invitación a la rentabilidad, e incluso a la competitividad. Pero no corramos ese riesgo.

El Evangelio de hoy nos invita a crecer en la amistad con Cristo, a arraigarnos en su palabra y, en cierto modo, a hacer en libertad esta elección que Dios no deja de proponer al hombre: la vida o la muerte. Hay mucho en juego porque no debemos secarnos. Comprender que somos de la misma vid, que somos el mismo pueblo, del que Cristo es cabeza, es responder a este encuentro esencial de la comunidad al que nos convoca nuestro bautismo. Pero también es implementar y poner en práctica la palabra de Dios en nuestra vida diaria.

Así que hagamos, como nos recuerda Juan, lo que es agradable a los ojos de Dios y aprendamos a amarnos unos a otros como Dios nos ha mandado.

Dar fruto adquiere entonces todo su significado una vez que implementamos los mandamientos de Dios y entendemos que son para nosotros un camino hacia la felicidad, una promesa de felicidad reiterada por Jesús en las Bienaventuranzas.

Dar fruto implica descubrir y comprender cuánto quiere Dios nuestra felicidad. Nos invita a echar raíces en él, a permanecer en él y a escuchar su llamada a seguirlo.

¿Cuándo me di cuenta de la importancia, en mi vida, de mis raíces en Cristo y en su palabra?
¿Qué medios pongo en práctica, cada día, cada semana, para permanecer en él, para vivir los sacramentos de la Iglesia? 

Benoît Gschwind, obispo de Pamiers


Hoy Jesús Resucitado utiliza la imagen de la viña para hablar de nuestra relación con Él. “Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes”, dice Él. Injertados en Él, nosotros daremos muchos frutos en abundancia. Injertados en Él, podremos amar como Él, y manifestarle al mundo su presencia.




L   E   C   T   U   R   A   S


PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 9, 26-31

En aquellos días, llegado Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, porque no se fiaba de que fuera realmente discípulo. Entonces Bernabé se lo presentó a los apóstoles.
Saulo les contó como había visto al Señor en el camino, lo que le había dicho y como en Damasco había predicado públicamente el nombre de Jesús.
Saulo se quedó con ellos y se movía libremente en Jerusalén predicando públicamente el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron suprimirlo. Al enterarse los hermanos lo bajaron a Cesaréa y le hicieron embarcarse para Tarso.
Entre tanto la Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad y se multiplicaba animada por el Espíritu Santo.

Palabra de Dios



SALMO RESPONSORIAL
SALMO 21

R.- EL SEÑOR ES MI ALABANZA EN LA GRAN ASAMBLEA.

Cumpliré mis votos delante de sus fieles.
Los desvalidos comerán hasta saciarse,
alabarán al Señor los que le buscan:
viva su corazón por siempre. R.-

 Lo recordarán y volverán al señor
hasta de los confines de la tierra;
en su presencia se postrarán
las familias de los pueblos.
Ante él se postraran las cenizas de la tumba,
ante él se inclinaran los que bajan al polvo. R.-

 Me hará vivir para él, mi descendencia le servirá,
hablaran del Señor a la generación futura,
contarán su justicia al pueblo que ha de nacer:
todo lo que hizo el Señor. R.-



SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN JUAN 3, 18-24

Hijos míos, no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad. En esto conoceremos que somos de la verdad, y tranquilizaremos nuestra conciencia ante Él, en caso de que condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo. Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios; y cuanto pidamos lo recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.
Y este es su mandamiento que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos unos a otros tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.

Palabra de Dios



ALELUYA Jn 15, 4.5b

Permaneced en mí y yo en vosotros, dice el Señor, el que permanece en mí da fruto abundante.



EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 15, 1-8

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
-- Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo poda para que dé mas fruto. Vosotros estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mi y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí, lo tiran fuera, como al sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que deseéis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.

Palabra del Señor


Buscar ser podado

 

dijo Jesús a sus discípulos:

-- Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo poda para que dé más fruto. Vosotros estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí y yo en vosotros.

 

Juan 15:1–3

 


Podar una vid es una parte importante para ayudarla a crecer y producir no sólo más frutos sino también los mejores frutos. Si no se poda, una vid eventualmente producirá menos frutos y frutos de peor calidad. Una buena poda ayuda a dirigir el alimento de la vid hacia los nuevos brotes que son más fructíferos.

La enseñanza de Jesús utiliza la imagen de podar una vid para ayudarnos a comprender que la fe debe conducir a la caridad.

Primero, Jesús dice que Él es la “vid verdadera”. Él es la única fuente del alimento que necesitamos para la nueva vida de la gracia. Él es el único camino al cielo y a la salvación. Conocer a nuestro Señor y estar firmemente apegados a Él es fe.

Segundo, nuestro Señor dice que quita todo sarmiento que no da fruto. Esto indica que la fe sin el buen fruto de la caridad está muerta y es como un pámpano de la vid que no produce nada.

En tercer lugar, cuando Jesús encuentra una rama que da buenos frutos, no la deja sola. En cambio, lo poda con amorosa atención para que “dé más fruto”.

Para aplicar estas enseñanzas a nuestra propia vida, comienza por mirar tu fe como si fuera una rama firmemente unida a una vid. ¿Crees todo lo que Dios ha hablado a través de Su santa Palabra? Es útil examinar periódicamente nuestra conciencia respecto a nuestra fe. Dado que la fe es el primer paso en la vida espiritual, debe permanecer firmemente cimentada en la Verdad que Dios ha revelado. Esto significa que debemos estudiar regularmente la Palabra de Dios tal como se revela a través de las Escrituras y las enseñanzas catequéticas de la Iglesia, y asentir a esas enseñanzas con toda nuestra mente.

Luego, después de afirmar tu fe en todo lo que Dios ha dicho a través de las Escrituras y la Iglesia, trata de examinar tu caridad. ¿Ves actos concretos de amor en tu vida que resultan de tu fe? En otras palabras, podemos “amar” muchas cosas de una manera puramente emocional. Pero la caridad se basa en la fe, no en cómo nos sentimos. La caridad es fruto de la fe. ¿Qué actos de caridad puedes señalar en tu vida? ¿Qué has sentido que Dios te llama a hacer de manera desinteresada y sacrificada? ¿Lo has hecho?

Finalmente, cuando descubras las formas en que la caridad está viva dentro de ti, debes saber que Dios centrará Su poda allí. La poda puede ser dolorosa. Requerirá sacrificio, paciencia ante las pruebas, superar el egoísmo y hacer cosas que no te apetece hacer. De hecho, a veces Dios incluso hace que los actos de caridad parezcan desagradables como una forma de podar tus motivaciones y hacerlas más puras, basadas más en la fe que en la emoción. Pero esto es bueno.

Reflexiona hoy sobre estas santas imágenes de Jesús. Es una lección de la naturaleza que revela la vida sobrenatural de la gracia en acción. No te dejes disuadir por la poda que Dios quiere hacer. Abraza el sufrimiento con amor, responde a la injusticia con perdón, ofrece misericordia cuando no te apetezca y busca servir desinteresadamente a aquellos que parecen no merecerlo. Hacerlo te podará para que Dios pueda construir Su Reino de manera gloriosa a través de ti.

 

Jesús, Vid gloriosísima, Tú y sólo Tú eres la fuente de todo alimento en la vida. De Ti provienen todas las cosas buenas. Ayúdame a tener una fe firme en Ti y en todo lo que has revelado, para que esta fe brote y produzca abundancia de buenos frutos para la gloriosa edificación de Tu Reino. Jesús, en Ti confío.


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