lunes, 17 de abril de 2023

17 de abril del 2023: lunes de la segunda semana de Pascua

 

(Juan 3, 1-8) Bob Dylan afirmó “que alguien que no esté renaciendo está muriendo”. Dios declara a su pueblo que ha salido de la esclavitud: elige, tienes la muerte y la vida por delante. Jesús nos dice: nace de nuevo con el soplo del Espíritu, dale la bienvenida y déjate inspirar por él.



 

Primera lectura

Lectura del Libro de los Hechos de los apóstoles (4,23-31):

EN aquellos días, Pedro y Juan, puestos en libertad, volvieron a los suyos y les contaron lo que les habían dicho los sumos sacerdotes y los ancianos.
Al oírlo, todos invocaron a una a Dios en voz alta, diciendo:
«Señor, tú que hiciste el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos; tú que por el Espíritu Santo dijiste, por boca de nuestro padre David, tu siervo:
“¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos planean proyectos vanos? Se presentaron los reyes de la tierra, los príncipes conspiraron contra el Señor y contra su Mesías”.
Pues en verdad se aliaron en esta ciudad Herodes y Poncio Pilato con los gentiles y el pueblo de Israel contra tu santo siervo Jesús, a quien tú ungiste, para realizar cuanto tu mano y tu voluntad habían determinado que debía suceder. Ahora, Señor, fíjate en sus amenazas y concede a tus siervos predicar tu palabra con toda valentía; extiende tu mano para que realicen curaciones, signos y prodigios por el nombre de tu santo siervo Jesús».
Al terminar la oración, tembló el lugar donde estaban reunidos; los llenó a todos el Espíritu Santo, y predicaban con valentía la palabra de Dios.

Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 2,1-3.4-6.7-9

R/.
 Dichosos los que se refugian en ti, Señor

¿Por qué se amotinan las naciones
y los pueblos planean un fracaso?
Se alían los reyes de la tierra,
los príncipes conspiran
contra el Señor y contra su Mesías:
«Rompamos sus coyundas,
sacudamos su yugo». R/.

El que habita en el cielo sonríe,
el Señor se burla de ellos.
Luego les habla con ira,
los espanta con su cólera:
«Yo mismo he establecido a mi Rey
en Sion, mi monte santo». R/.

Voy a proclamar el decreto del Señor;
él me ha dicho: «Tú eres mi hijo:
yo te he engendrado hoy.
Pídemelo:
te daré en herencia las naciones;
en posesión, los confines de la tierra:
los gobernarás con cetro de hierro,
los quebrarás con jarro de loza». R/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (3,1-8):

HABÍA un hombre del grupo de los fariseos llamado Nicodemo, jefe judío. Este fue a ver a Jesús de noche y le dijo:
«Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él».
Jesús le contestó:
«En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios».
Nicodemo le pregunta:
«¿Cómo puede nacer un hombre siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer?».
Jesús le contestó:
«En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: “Tenéis que nacer de nuevo”; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabemos de dónde viene ni adónde va. Así es todo lo que ha nacido del Espíritu».

Palabra del Señor

 

 

*******


El ejemplo de Nicodemo

 

HABÍA un hombre del grupo de los fariseos llamado Nicodemo, jefe judío. Este fue a ver a Jesús de noche y le dijo:
«Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él».

 

Juan 3: 1–2

 

 

Nicodemo, era un fariseo y gobernante de los judíos que se menciona tres veces en el Evangelio de Juan. El pasaje anterior nos muestra la primera vez que se menciona. La segunda vez es cuando le recuerda al Sanedrín que Jesús debe ser escuchado por ellos antes de condenarlo, y la tercera vez es cuando Nicodemo ayuda con la sepultura de Jesús después de Su muerte. 

 

El evangelio de Juan es muy simbólico. Especialmente usa las imágenes de luz y oscuridad. Por ejemplo, cuando Judas salió a traicionar a Jesús, el Evangelio de Juan señala que "era de noche". En el pasaje anterior, el Evangelio de Juan señala que Nicodemo vino a Jesús "de noche".


San Agustín, al comentar este pasaje, dice que Nicodemo vino a Jesús “de noche” porque Nicodemo aún no había nacido de nuevo del todo y, por lo tanto, aún no vivía plenamente a la luz de la fe. Pero el hecho de que Nicodemo venga a Jesús y lo interrogue extensamente muestra que tenía una chispa de fe y que quería profundizar esa fe. Claramente esperaba que Jesús fuera el Mesías y profesaba que Jesús era "un maestro que ha venido de Dios".

 

Desde los primeros tiempos, antes de la formalización de las prácticas de canonización, a Nicodemo se le ha dado el título de “santo” tanto dentro de la Iglesia Católica como en la Iglesia Ortodoxa. Es especialmente venerado porque se enfrentó a los otros líderes religiosos en ese momento para defender a Jesús y mostrarle apoyo. Esto requirió coraje. Fue ridiculizado y se arriesgó a ser rechazado por los demás. Pero Nicodemo sabía que había algo especial en Jesús y perseveró en seguir esa inspiración.

 

En muchos sentidos, Nicodemo es un gran ejemplo para nosotros hoy en nuestro mundo moderno. Cada vez más, en la mayoría de las culturas seculares del mundo, ser un seguidor de Jesús, trae como consecuencia ser menospreciado. Esto es especialmente cierto si eliges vivir tu fe abiertamente y creer todo lo que enseñan los Evangelios. Muchos cristianos encuentran que vivir su fe abiertamente, especialmente en el lugar de trabajo, entornos escolares y otros círculos cívicos, es un desafío. Y al igual que Nicodemo, a muchos les resulta más fácil acudir a Jesús “de noche”, es decir, de forma oculta. Y aunque Nicodemo comenzó de esta manera, finalmente habló abiertamente en defensa de Jesús en presencia de sus compañeros fariseos que, según algunas tradiciones, lo persiguieron y lo llevaron al exilio.

 

Reflexione hoy sobre San Nicodemo. Permitió que la chispa de fe dentro de él creciera mientras escuchaba a Jesús, luchó con la presión de sus compañeros, pero finalmente profesó abiertamente su fe en Cristo. Y aunque esto hirió su posición de honor mundano dentro del Sanedrín y entre los gobernantes terrenales, le valió a Nicodemo un honor eterno en el Cielo. Reflexione sobre el valor que debió haber tenido para resistir la presión de sus compañeros al permitir que la fe que encontró en Cristo creciera y llenara su vida con la luz de la Verdad. Procure imitar a este buen hombre y déjese inspirar por su valentía para que usted también reciba la misma gloria eterna que él ahora disfruta en el Cielo.


 

Señor de luz y verdad, Tú te revelas a los que vienen a ti con fe. Ayúdame a seguir el ejemplo de Nicodemo para que toda confusión y oscuridad sean disipadas por la luz de Tu verdad. Dame valor, querido Señor, para seguirte y poner mi corazón en todo lo que revelas. Jesús, en Ti confío.

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