30 de abril del 2023: Cuarto Domingo de Pascua - Jornada Mundial de oración por las vocaciones cristianas


Jesús Resucitado: Buen Pastor y puerta


Jesús resucitado se presenta a la vez como buen pastor que nos cuida y la única puerta que nos pone en seguridad y da acceso a la vida en abundancia. Él nos invita a seguir sus pasos y a atravesar la puerta que se abre y lleva al mundo de Dios.
Hoy en toda la Iglesia celebramos la jornada mundial por las vocaciones.





Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (2,14a.36-41):

EL día de Pentecostés Pedro, poniéndose en pie junto a los Once, levantó su voz y declaró:
«Con toda seguridad conozca toda la casa de Israel que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías».
Al oír esto, se les traspasó el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:
«¿Qué tenemos que hacer, hermanos?»
Pedro les contestó:
«Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Mesías, para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos, y para los que están lejos, para cuantos llamare a sí el Señor Dios nuestro».
Con estas y otras muchas razones dio testimonio y los exhortaba diciendo:
«Salvaos de esta generación perversa».
Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día fueron agregadas unas tres mil personas.

Palabra de Dios



Salmo
Sal 22,1-3a.3b-4.5

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R/.

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.

Preparas una mesa ante mi,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.



Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (2,20-25):

QUERIDOS hermanos:

Que aguantéis cuando sufrís por hacer el bien,
eso es una gracia de parte de Dios.
Pues para esto habéis sido llamados,
porque también Cristo padeció por vosotros,
dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas.
Él no cometió pecado
ni encontraron engaño en su boca.
Él no devolvía el insulto cuando lo insultaban;
sufriendo no profería amenazas;
sino que se entregaba al que juzga rectamente.
Él llevó nuestros pecados en su cuerpo hasta el leño,
para que, muertos a los pecados, vivamos para la justicia.
Con sus heridas fuisteis curados.
Pues andabais errantes como ovejas,
pero ahora os habéis convertido
al pastor y guardián de vuestras almas.

Palabra de Dios




Lectura del santo evangelio según san Juan (10,1-10):

EN aquel tiempo, dijo Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.
Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.
El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».


Palabra del Señor



A guisa de introducción:

Reconocer su voz


Ahh
,  aquellos tiempos de mi infancia!, que no puedo dejar de evocar…

Existía una imagen o dibujo que veía muy a menudo sobre los acetatos de música de 45, 33 y 78 r.p.m. Era el distintivo de una famosa compañía discográfica: la RCA VICTOR y presentaba un perrito ante un gramófono: el pequeño canino parecía afinar la oreja cerca de una especie de corneta fijada a un torna discos. Y el slogan era: “la voz de su amo”.

El afiche o publicidad ponía en evidencia la fidelidad del sonido que se transmitía. Así el perro fiel ponía atención a la voz misteriosa, a aquella de su propietario.

Los animales, lo sabemos, reconocen la voz de su amo. Los humanos también reconocen una voz conocida y familiar. Al teléfono, en el aeropuerto o en medio de una multitud, desde la primera palabra, desde la primera inflexión, uno sabe quién habla.

Como la huella digital, como el ADN, la voz tiene la firma de la persona. Y claro que hay usurpadores, imitadores, pero el engaño es rápidamente desenmascarado.

En nuestra vida  sabemos nosotros reconocer la voz de Jesús? Preguntémonos. Hay tantos mensajes y mensajeros, tantos parásitos en la línea,  tantos virus y voces en las redes, tantos juguetes  electrónicos, chats, que uno no sabe más quien habla y cuál es el mensaje.

Es necesario que ante todo este maremágnum de mensajes y confusión de voces  desarrollemos una escucha atenta.

Hemos de darle tiempo al discernimiento para que la voz del Maestro nos permita acceder a la plenitud prometida.  Si las ovejas saben reconocer la voz del pastor, habrá en nosotros suficiente amor y familiaridad para que reconozcamos y sigamos la voz por excelencia?  (que no es Héctor Lavoe ni Frankie Ruiz, jeje); ya que Jesús nos invita a vivir, a vivir plenamente: “para que tengamos la vida y la vida  en abundancia”.



Una aproximación psicológica al texto del Evangelio:

La salida del Cerco o corral


Todos los libros del Nuevo Testamento, cada uno a su manera  prácticamente presentan a Jesús como la Nueva Pascua, el Nuevo Moisés, el Liberador, el Mediador de la Nueva Alianza.

Bajo cada una de estas aproximaciones, hay una sola y misma realidad central: EL ÉXODO, es decir, la intervención de Dios en la historia para hacer salir a su pueblo y ponerlo en marcha para que le siga.

Es admirable constatar como el vocabulario empleado acá reenvía a esta experiencia clave del éxodo. Todo es movimiento: entrar, abrir, llamar, llevar fuera, hacer salir, ir delante, seguir, entrar y salir, encontrar su alimento…

Es el itinerario de todo un pueblo que surge acá, es el camino espiritual de toda una nación que es evocada y en el fondo es la misma experiencia que se abre para los discípulos de Jesús.

Jesús hace vivir un éxodo, una salida de si, Él libera de la inercia y de la inconsciencia, y llama a emprender una marcha que refresca, renueva a quien la vive y que le permite encontrar  “de qué alimentarse”.

El “llama a cada uno por su nombre”, a sus discípulos Simón, Andrés, Mateo y los otros.  Él “Les hace salir a todos” de una existencia sin horizonte. “El marcha adelante, a la cabeza”, como Dios mismo marchaba a la cabeza (en frente) de su pueblo, en el desierto de una vida esterilizada por la ley y las instituciones de su tiempo, sin otro objetivo que la rutina cotidiana.

En fin, Juan hace expresar a Jesús  la convicción que con ÉL, sus discípulos “encontraran de qué alimentarse”, que Él les hará vivir  experiencias que los harán crecer y construir”.

El éxodo vivido y realizado por Jesús, es una salida de sí mismo, una puesta en marcha que pone en contacto con la “vida abundante”, vivida intensamente y en plenitud.

Jesús no aparece entonces como un reformador religioso que recuerda una fidelidad primera. Él no lleva a lo que ya era. Él pone en camino hacia lo que todavía no es.

Él no es aquel que agrupa en los “cercados” de una ley o de una moral. Es por el contrario aquel que “hace salir”, “que lleva afuera”, al gran día, y que nos precede en el camino de la libertad y de la realización personal.

Luego del primer éxodo, Dios ha arrancado su pueblo de una sociedad de opresión, de un cerco (cercado) de explotación, para enviarlo a construir un país de libertad y de fraternidad.

De modo parecido acá, cuando los falsos pastores se apropian de los bienes de los demás y destruyen la vida, Jesús viene para enseñar a compartir los bienes y a servir la VIDA.

He aquí el Nuevo Éxodo al cual nosotros estamos invitados.



Reflexión Central:

Jesús, Pastor de toda la humanidad


Los textos bíblicos de este domingo nos muestran los inicios de la predicación de Pedro, a quien acompañan otros apóstoles. Ellos han salido del lugar donde se escondían para anunciar la Buena Nueva del Evangelio: "Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías». La respuesta fue inmediata: «¿Qué tenemos que hacer, hermanos?»

La gente se sintió tocada por la predicación de Pedro. Muchos se hicieron bautizar. Para ellos, fue seguramente "la alegría del Evangelio". Cuando se acoge, uno no puede seguir viviendo igual, nada puede ser como antes.

En su primera Carta, Pedro se dirige a las comunidades ya establecidas que pasan por dificultades y los invita a volverse hacia este modelo que es Cristo: en el día de su bautismo en las aguas del río Jordán, Él entró al agua, puro de todo pecado y luego salió portando todos los pecados del mundo. Él ha tomado sobre sí los pecados para liberarnos ; injustamente tratado, Él se ponía en las manos de Dios, es por sus llagas que nosotros hemos sido curados. El oprimido que es consciente de compartir el destino de su Señor, nunca tendrá un alma de esclavo, sino que descubrirá que el Señor es su pastor y que con Él, nada le faltará" (salmo 23).

Es precisamente esta imagen de Pastor que Jesús utiliza en el Evangelio de este domingo. A lo largo de todo su ministerio, lo vemos recorriendo las ciudades y los pueblos para anunciar la buena nueva. Jesús encuentra multitudes que son "como ovejas sin pastor". El se conmueve hasta lo más profundo viendo su penosa situación. Las autoridades religiosas que habrían debido ocuparse de ellas, prácticamente las han abandonado. El profeta Jeremías denuncia a estos "miserables pastores que dejan perecer y dispersar las ovejas."
Hoy, Cristo denuncia a los fariseos que expulsan las ovejas del rebaño de Dios.

Lo que hace falta comprender bien, es que Jesús se presenta a todos como el único verdadero pastor. Es verdad que el Papa, los obispos y los sacerdotes son presentados como los pastores del pueblo que les ha sido confiado. En los grupos de oración, también hay un pastor. Y es igualmente verdad para todos aquellos que ejercen responsabilidades en los diferentes campos de la vida. Pero los unos y los otros solamente podrán ser pastores mientras estén unidos a Cristo. Nosotros somos sólo administradores o intendentes.

En el Evangelio de este día, Jesús se compara también con la "puerta de las ovejas". Es por Él que debemos pasar si queremos ser verdaderos pastores. Aquellos que no pasan por la puerta son "ladrones y bandidos". Estos últimos "no vienen sino a robar, a matar y hacer estragos". No es el caso de Jesús: Él ha venido para "buscar y salvar lo que estaba perdido". Él quiere que todos los seres humanos tengan la vida en abundancia. En el transcurso de este tiempo pascual, hemos escuchado el diálogo de Jesús con Nicodemo: "Dios ha amado tanto al mundo que le ha dado a su Hijo Único".

Nosotros somos enviados a continuar lo que Jesús ha hecho. Pero nada es posible sin Él. Él es el paso (el trámite, la vía) obligado. Todo el trabajo de las comunidades cristianas debe pasar por Él. Nuestra misión no es trabajar por el Señor sino hacer el trabajo del Señor, es de Él quien se recibe la salvación y la vida en abundancia. Nosotros debemos acoger este Evangelio como una invitación a poner a Cristo en el centro de nuestras vidas y a dejarnos guiar por Él.

Este cuarto domingo de Pascua se ha convertido en la jornada de oración por las vocaciones. Nosotros pensamos en los obispos, en los sacerdotes, en los religiosos…Si, es verdad. Pero la vocación no es solamente asunto de unos pocos. El llamado del Señor es para todos. Él cuenta con cada uno de nosotros para ser los testigos y los mensajeros de su amor en el mundo de hoy. Es así como podremos participar en su obra y misión de congregar a todos: "como el Padre me ha enviado, así también los envío a ustedes". Comprendamos bien: Él no nos envía solos, sino los unos con los otros y sobre todo con Él. La vocación de todo bautizado es vocación de llegar a ser enviado de Cristo; es en Iglesia que participamos en su misión de anunciar el Evangelio al mundo.

En cada misa, somos invitados a comulgar el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Él es el alimento que se nos da en aras de la misión. Es pasando por Él como podremos testimoniar la salvación que Él ha venido a ofrecer al mundo. En comunión los unos con los otros y con toda la Iglesia universal, podemos cantar y proclamar: "Tú eres mi Pastor oh Señor, nada me faltará si me llevas (si me guías) Tú!"
 Amén!



2
Jesús es nuestro Buen Pastor y la puerta hacia Dios



Cada año, en el cuarto domingo de pascua tenemos como centro de nuestra reflexión litúrgica la parábola del Buen Pastor, tantas veces dicha y tantas veces representada en el arte cristiano.

En el evangelio de hoy, Jesús mezcla las imágenes de una manera un poco desconcertante. Él mismo se compara con el Buen Pastor como con la puerta del cerco del rebaño, dos imágenes que en el Nuevo testamento son complementarias.

En los campos de la Palestina, los pastores hacen parte del paisaje cotidiano. Cuando se acerca la noche, al final del atardecer, ellos juntan sus rebaños para protegerlos de los peligros de la noche. Después, al día siguiente, conducen sus ovejas hacia los pastos. La Biblia nos habla igualmente de pastores  y de ovejas. En el salmo 23 que acabamos de escuchar, leíamos:

“EL Señor es mi Pastor,
Él me hace descansar en verdes praderas,
Me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas…”

Es una manera de decir que Dios conduce su pueblo y que cuida de él.

El filósofo Henri Bergson escribía: “la gran cantidad de libros que yo he leído no me han dado tanto alivio como  lo ha hecho el Salmo 23: “El Señor es mi Pastor, nada me falta; si yo atravieso las sombras de la muerte yo no temo ningún mal, porque tú estás conmigo, tu vara y tu cayado me confortan”.

Pero cuando leemos estos textos bíblicos, debemos poner cuidado para no equivocarnos sobre el sentido de la palabra “rebaño”. A los ojos del Señor, nosotros no somos un colectivo anónimo, Somos su pueblo y a cada uno nos conoce por nuestro nombre; Él nos dice a cada uno de nosotros: “Tu eres mi hijo (a) “. Nosotros somos una grande familia de creyentes, mas hay un lugar para cada uno de entre nosotros en el corazón de Dios; “Yo te he llamado por tu nombre, tú tienes mucho valor ante mis ojos y yo te amo”. Esto se lo decía al pueblo de Israel, mas hoy, Jesús nos anuncia que esto igualmente es cierto para cada uno de nosotros, hijos de Dios.

En el evangelio, Jesús se presenta como la puerta del cerco donde están las ovejas. Para comprender esta parábola, es necesario recordar que él se dirige a los fariseos, Estos últimos tienen un tal sentido de lo sagrado que no pueden imaginarse esta proximidad o cercanía de Dios . Para ellos, Dios es el Santo , el inaccesible; el hombre no puede llegar a Él por sus solas fuerzas. Sobre este punto, Jesús les da la razón. Mas él nos anuncia que Él mismo nos abre la puerta y entonces podemos encontrarle. Esta puerta que nos permite  (ir) llegar hasta Dios , es Jesús mismo. “Si alguien entra por ella, será salvado”. Él es quien nos transporta nos ayuda a pasar y atravesar la muerte para acrecentar y fortalecer en nosotros las fuerzas de la vida.

A pesar de  todas nuestras reivindicaciones de independencia y de autonomía, tenemos necesidad de ser guiados hacia la felicidad, hacia una vida plena y total. Tenemos necesidad de un gobernador.

Nosotros podemos, seguramente, seguir a otros guías, y de hecho, muchos se presentan ante nosotros como “salvadores providenciales”, pero Jesús nos advierte: “atención!, pilas!,  mosca!”si ustedes les siguen, ustedes correrán el riesgo de ser engañados”. Se nos promete un cuerpo perfecto, sin arrugas, que no envejece más (véase por ejemplo la publicidad de ciertas celebridades y sus productos de belleza dizque para detener el envejecimiento); la felicidad instantánea (por el dinero fácil a través del robo, el atraco,  la corrupción, el engaño del fisco, a través del tráfico y venta de drogas, alucinógenos, el negocio de la pornografía, etc). La alegría rápida si compramos tal o cual casa , tal barco de placer, tal carro; las vacaciones de nuestros sueños; el negocio de la bolsa en su momento, o un seguro de vida que nos procurara un mañana seguro.  

Con la crisis económica que atravesamos, miles de personas se han dado cuenta de la fragilidad de tales promesas.  Millones de personas han perdido sus empleos, su casa, su estilo de vida. La crisis económica ha hecho que millones de personas se vean literalmente ahora en la calle. Y todo ello a causa de la ambición o avidez  desaforada de algunos!

Es muy fácil dejarse seducir por los comerciantes o mercaderes de la felicidad garantizada. Todos nos proponen una receta-milagro, “para nuestro más grande bienestar!”

Pero muy a menudo esos charlatanes, esos vendedores de sucesos en rebaja, no buscan que enriquecerse a costa de desangrarnos y de empobrecernos ( es decir a nuestras costillas!)

Jesús se presenta hoy ante nosotros como el guía, el pasaje o tiquete, la puerta que da acceso a un mundo mejor. Detrás esta puerta, no hay un Dios que atemorice o un Dios que nos pida poderes o competencias extraordinarias, sino que hay  un Dios que ama, que acoge el Hijo prodigo, la mujer pecadora, el buen ladrón, al Pedro arrepentido, a Pablo el perseguidor.

La preocupación del Señor no es encerrarnos en el corral con el fin de protegernos, sino más bien hacernos salir para descubrir la belleza del aire libre, los grandes horizontes, los espacios ilimitados: “El entrará y saldrá y encontrará pastos”.

Desafortunadamente, muchos escogen caminos de perdición y van hacia la infelicidad o desgracia. En los últimos años, los medios de comunicación nos hablan todo el tiempo de violencias: social, intrafamiliar (feminicidios, infanticidios) de actos de racismo, de guerras, de muertos y más muertos. De jóvenes completamente desesperados que  evaden la realidad  en la droga y el alcohol. Es a ese mundo tal como es, que somos enviados como portadores de esperanza. Nuestra misión, es mostrar a Cristo “pastor de toda humanidad”. Nada podrá impedirle querer salvar a todos los humanos. Es absolutamente necesario que nosotros entremos en ese gran proyecto de amor que lidera y anima  Jesucristo.

En ocasiones, nosotros estamos encerrados en una especie de “corral”, bloqueados a causa de una enfermedad, de un complejo, de un traumatismo, de una adicción al alcohol, al juego, a la droga, a causa de nuestro ambiente. Todos tenemos algún día que hacerle frente, ponerle cara a los problemas que nos agobian y que no parecen tener salida.

Nos sentimos atrapados  en la trampa, prisioneros, no sabiendo cómo salir adelante y o liberarnos.

Es cuando Cristo interviene y nos dice que Él es la puerta, que Él es la salida. Imagen de libertad!, imagen de solaz, de frescor y de vida! Seguir a Jesús no es como muchos lo piensan, vivir una vida mediocre, es por el contrario vivir plenamente: “Yo he venido para que tengan vida y la vida en abundancia” (Juan 10,10).

Cada domingo, venimos a encontrar el Señor que puede darle de nuevo un sentido a nuestra vida. Él es nuestro guía, el pasaje o tiquete hacia la libertad, el compañero de camino que nos acompaña a lo largo de toda la vida.





3

                           Escuchar y seguir su voz


«En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera.


 


La gente de la época de Jesús habría entendido fácilmente esta historia. 
Era una práctica común que los pastores hablaran con sus ovejas durante todo el día para que las ovejas se familiarizaran con la voz del pastor mientras las guiaba a través de varios pastos para pastar. Por la noche, varios pastores juntaban a sus ovejas dentro de puertas seguras por seguridad. Por la mañana, cada pastor llamaría a sus ovejas y, como conocían la voz de su pastor, las ovejas seguirían a su propio pastor y no a los demás.


La primera pregunta que cada uno de nosotros debe hacerse hoy es esta: ¿Conozco la voz del Pastor? ¿Me he familiarizado tanto con Su voz que puedo distinguir claramente Su voz de la de los demás? Trate de imaginar la imagen de varios pastores llamando a sus ovejas a la vez. Esta es una imagen de las voces en competencia que encontramos en nuestras vidas. Pero solo una de esas voces es la voz de Dios. ¿Conoces Su voz? ¿O te confundes con los muchos otros impulsos, deseos y atracciones que compiten por tu atención?
Jesús continuó su enseñanza diciendo que Él no solo es el Pastor cuya voz es conocida por las ovejas, sino que también es la puerta. “Yo soy la puerta. El que por mí entre, será salvo, y entrará y saldrá, y hallará pastos”. ¿Qué quiere decir nuestro Señor cuando se llama a sí mismo la puerta?


Como la Puerta, Él es la Palabra de Dios, revelada a nosotros a través de las Escrituras. La fidelidad a la Palabra de Dios es uno de los caminos más seguros para la vida de la gracia. Él es la Palabra de Verdad tal como es transmitida y expuesta por el Magisterio, la autoridad docente de la Iglesia. La fidelidad a la enseñanza auténtica del Magisterio, especialmente cuando el Santo Padre habla en unión con los obispos, nos ayudará a navegar por los muchos errores de nuestra época. Jesús se nos hace presente a través de los Sacramentos, que son la puerta a Su gracia y la entrada al alimento de nuestra vida espiritual. Además, cada vez que nuestro Señor viene a nosotros, a través de la santa predicación, el testimonio y la enseñanza de los santos, y la vida de oración dentro de la Iglesia, o de cualquier otra manera, entramos por la puerta y somos admitidos en Sus verdes pastos.
Jesús es la puerta, no solo para las ovejas, sino para cada uno de los pastores que las guían en Su nombre. Estos son los pastores de la Iglesia a quienes se les ha confiado la misión de Cristo de guiar al pueblo de Dios. Hoy, si un pastor de la Iglesia falla en predicar a Jesucristo, entonces ese pastor “viene sólo para robar, matar y destruir”. 


Los pastores de la Iglesia deben humildemente escuchar atentamente estas palabras para que nunca dejen de pastorear al pueblo de Dios guiándolo a través de la Puerta, Quien es Cristo mismo. Todos ellos deben ser fieles a toda la Tradición de nuestra Iglesia, transmitida a lo largo de los siglos, y no desviarse del puro y santo depósito de la fe. Si predican su propio evangelio, o son negligentes o engañosos en su predicación, entonces no son verdaderos pastores. Las verdaderas ovejas de Dios no las reconocerán.
Reflexiona hoy sobre la imagen de Cristo, el Buen Pastor, que nos llama de diversas maneras. Debemos aprender Su verdadera voz a través de la fe y la oración. Una vez que reconozcamos Su voz, lo descubriremos más fácilmente ministrándonos, inspirándonos e invitándonos a la vida de gracia al encontrarlo como la fuente y el camino hacia esta nueva vida.


Buen Pastor, Tú me hablas continuamente, revelándome Tu presencia y guía en mi vida. Que me familiarice tanto con Tu sagrada Voz que siempre la reconozca. Condúceme a Ti, Puerta gloriosa de la vida de la gracia, y transfórmame en una oveja fiel y obediente. Jesús, mi Buen Pastor, en Ti confío.


Para la revisión de vida:

1. Todos tenemos una vocación, que tiene su fuente o su origen en el bautismo, pero el Papa Francisco también nos recuerda que "el pueblo de Dios tiene necesidad de ser guiado por pastores que consagren su vida al servicio del Evangelio". Continuemos entonces orando al Señor para que envíe obreros a su mies: a quienes Él los llama por su nombre, y hagamos eco de este llamado.


2. Jesús es totalmente lúcido y advierte que hay enemigos, gente que se nos acerca personalmente o en comunidad para engatusarnos, engañarnos. En los medios de comunicación vemos constantemente noticias de violaciones, robos, asesinatos, corrupción, estragos…preguntémonos si somos nosotros también lo suficientemente lúcidos para referenciar esos ecos, o manifestaciones de aquellos que buscan nuestra perdición personal o de los otros? Los distinguimos, advertimos sobre ellos, denunciamos, los combatimos?

3. Muchas personas buscan diariamente mi asentimiento. Tengo la capacidad de discernir la manera como quieren acceder a mí, convencerme (trepando, evadiendo puertas, con infracciones…o con respeto, buscando mi libertad, uniéndose a mí y marchando a mi lado, delante de mí?

4. Esta semana, puedo releer mis jornadas siendo atento a los momentos en que he hecho la experiencia de la vida recibida en abundancia y dar gracias. Cuando esta abundancia la vea discreta o disminuida o vea que me falta, me volveré con paciencia hacia ese buen pastor que me la promete.



1
ORACIÓN

Señor, tu nos invitas a acoger este amor que está en ti.
Tu eres para nosotros,
 esta puerta abierta por la cual pasamos de la tristeza a la alegría,
de la duda a la confianza.
Haznos disponibles y que irradiemos tu presencia.
Te pedimos especialmente por todos aquellos que tu llamas:
 los sacerdotes, los diáconos, los religiosos y religiosas,
pero también por los laicos comprometidos en el Anuncio del evangelio. 
Que los unos y los otros, allí donde estemos, seamos la voz de Cristo el Buen Pastor.



2

Señor Jesús,
por esta Eucaristía que celebramos,
Tú nos congregas
y nos abres la puerta de tu casa
para que vivamos contigo
en paz y en la  confianza.

Ayúdanos a avanzar, a adentrarnos
por las sendas del difícil mundo,
que vayamos a las periferias, para comprometernos
en los diversos ministerios y servicios
con el fin de ayudar a otros
a conocerte y a amarte.
Amén!





PARA TODOS MIS COLEGAS y AMIGOS Y FAMILIA QUE SE HAN TOMADO EN SERIO LO DEL BAUTISMO...

f e l i z   d i a   d e l   b u e n    p a s t o r !




REFERENCIAS:

1. http://vieliturgique.ca

2. http://prionseneglise.ca

3. http://ciudadredonda.org (para los textos de las lecturas)

4. Pequeño Misal "Prions en Église", Novalis, Québec-Canada, 2011

5. HÉTU, Jean-Luc. Les options de Jésus.




9. http://versdimanche.com


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