16 de febrero del 2020: sexto domingo del tiempo ordinario (A)
« Si
tú lo quieres... »
El amor (en
el sentido del griego “agape”) es sabiduría y lleva a su plenitud la Ley. Dios
nos lo da para que nosotros también en toda ocasión, le amemos a Él y al
prójimo. Para entrar en el Reino de los Cielos, todo (a) discípulo (a) está llamado (a) a ser justo (a)
permitiendo a este “amor-sabiduría”, eliminar de su corazón todo aquello que
conduce al mal.
PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DEL
ECLESIÁSTICO 15, 16-21
Si quieres, guardarás
los mandamientos y permanecerás fiel a su voluntad. Él te ha puesto delante
fuego y agua, extiende tu mano a lo que quieras. Ante los hombres está la vida
y la muerte, y a cada uno se le dará lo que prefiera. Porque grande es la sabiduría
del Señor, fuerte es su poder y lo ve todo. Sus ojos miran a los que le temen,
y conoce todas las obras del hombre. A nadie obligó a ser impío, y a nadie dio
permiso para pecar.
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 118, 1-2.
4-5. 17-18. 33-34 (R.: Ib)
R. DICHOSO EL QUE
CAMINA EN LA LEY DEL SEÑOR.
Dichoso el que, con
vida intachable,
camina en la voluntad
del Señor;
dichoso el que,
guardando sus preceptos,
lo busca de todo
corazón. R.
Tú promulgas tus
mandatos
para que se
observen exactamente.
Ojalá esté firme mi
camino,
para cumplir tus
decretos. R.
Haz bien a tu siervo:
viviré
y cumpliré tus
palabras;
ábreme los ojos, y contemplaré
las maravillas de tu
ley. R.
Muéstrame, Señor, el
camino de tus decretos,
y lo seguiré
puntualmente;
enséñame a cumplir tu
ley
y a guardarla de
todo corazón
SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA PRIMERA
CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 2, 6-10
Queridos hermanos:
Sabiduría, si, hablamos
entre los perfectos; pero una sabiduría que no es de este mundo ni de los
príncipes de este mundo, condenados a perecer, sino que enseñamos una sabiduría
divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra
gloria. Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido; pues, si la
hubiesen conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria. Sino que,
como está escrito: «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo
que Dios ha preparado para los que lo aman». Y Dios nos lo ha revelado por el
Espíritu; pues el Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios.
Palabra de Dios.
ALELUYA Mt 11, 25
Bendito seas, Padre,
Señor de cielo y tierra, porque has revelado los secretos del Reino a la gente
sencilla.
EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 5, 17-37
En aquel tiempo, dijo
Jesús:
«No creáis que he
venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar
plenitud. En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de
cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley. El que se salte uno sólo de
los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos
importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será
grande en el reino de los cielos.
Porque os digo que si
vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en
el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No
matarás", y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que
se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a
su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo
llama "necio", merece la condena de la “gehenna” del fuego.
Por tanto, si cuando
vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu
hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete
primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu
ofrenda.
Con el que te pone
pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea
que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En
verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo.
Habéis oído que se
dijo: "No cometerás adulterio". Pero yo os digo: todo el que mira a
una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón. Si tu
ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro
que ser echado entero en la “gehenna”.
Si tu mano derecha te
induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir
a parar entero a la “gehenna”.
Se dijo: "El que
se repudie a su mujer, que le dé acta de repudio." Pero yo os digo que si
uno repudia a su mujer -no hablo de unión ilegítima- la induce a cometer
adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio.
También habéis oído que
se dijo a los antiguos: "No jurarás en falso" y "Cumplirás tus
juramentos al Señor".
Pero yo os digo que no
juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra,
que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni
jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que
vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno».
Palabra del Señor.
A guisa de introducción
La alegría de ser
libre
EN EL 2008, leía cómo en una de las entradas de su blog, un filólogo y
periodista Colombiano lanzaba esta pregunta: “Dios no es de ambiente, lo llevaría usted a una fiesta?" Porque lamentablemente esta es la imagen que
se trata de vender en nuestra sociedad consumista, acelerada y desenfrenada de
hoy la de un Dios que es
triste, aburrido, carilargo, “rechupado”, de ahí se deducen frases sofismas
como “pórtese bien pa’ que pase maluco”, “deje de ser aguafiestas y
diviértase”, etc. Un sacerdote formador tenía mucha razón al decirnos que: “la
sociedad de hoy es divertida mas no feliz”.
En los años 90s, apareció en los medios de comunicación,
en retiros y encuentros, una pintura (en afiche, o en imágenes) de un Jesús risueño, se le veía que se
carcajeaba e inclusive a muchos “chocó” y desestabilizó porque la imagen
de Dios y de su Hijo Jesús que
se tiene guardada en el disco
duro del cerebro, es de extrema seriedad, vistos como huraños, aburridos, “sin
ambiente”. Por algo Mahatma Gandhi diría alguna vez , palabras más palabras
menos que veía a Jesús y lo convencía, y
leía el evangelio y se entusiasmaba, pero al ver los rostros de los cristianos
se desanimaba, claro por lo aburridos que les veía.
Pero nada más lejos
de la realidad que esta concepción. Pues Dios es un Dios alegre, joven, que
quiere nuestra felicidad, que nos quiere libres.
Muchos piensan que
Dios, los mandamientos, la Palabra de Dios les coarta su libertad y entonces dicen
que Dios condiciona, es aburridor, “aguafiestas”, claro porque nuestra
concepción de la felicidad y de la libertad son en el fondo muy erradas (o
equivocadas). Quizás no haya existido hombre más feliz y realizado que Cristo, y su ejemplo lo quisieron y quieren
aun seguir muchos cristianos.
FELICIDAD y libertad:
dos nociones compatibles de hecho, hecha la una para la otra, pero la
concepción y la práctica son la mayoría de las veces confusas, que por lo mismo
parecieran oponerse.
Porque no es raro ver
personas que se dicen (creen) completamente libres, cuando la verdad es
que son profundamente desgraciadas y tristes.
Todo depende de lo
que uno entienda por LIBERTAD, si se le concibe como una licencia (permiso)
para hacer todo sin importar qué y cómo, es posible que la FELICIDAD no sea en
realidad que alegría pasajera, diversión vana, placer momentáneo, satisfacción
egoísta e inmediata. LIBERTAD
desbocada (sin freno) lleva
a la felicidad de ocasión.
Ahora, existe una libertad que sea otra cosa
diferente a la facultad de hacer todo lo que se quiera en toda circunstancia? Y se puede concebir una
FELICIDAD que sea otra cosa mucho más que una acumulación de placeres
pasajeros?
Si, existe una
auténtica libertad que conduce a una verdadera felicidad. Jesús es el más
perfecto modelo. Él fue libre por el incesante combate que el llevo hasta el
fin contra el egocentrismo. Él sabía que la verdadera felicidad no podía
residir en una búsqueda de su bienestar personal. La felicidad que Dios quiere para el ser humano toma prestada la
vía del sacrificio, entendida no como renuncia por renuncia, o ciega
resignación sino como la persecución del bien de los demás, en la búsqueda de
relaciones humanas de gran calidad, es decir, basadas en el respeto al otro.
La felicidad de ser
libre, es la felicidad de un corazón libre, desprovisto de todo sentimiento que
no se arraiga en el amor.
Aproximación psicológica al texto del Evangelio
La lenta liberación
de la ley
Hubo en la Iglesia
primitiva serios enfrentamientos acerca del papel que en adelante debía jugar
la ley judía en la vida de los cristianos. En un encuentro histórico en
Jerusalén, el apóstol Santiago dirá
esto a Pablo: “Tu puedes ver,
hermano, cuantos miles de fieles hay entre los judíos, y todos son ardientes
partidarios de la ley “ (Hechos
21,20). Estos judíos convertidos esperaban bien que Pablo no pasara por alto ningún detalle de la ley
mosaica.
Ahora, recordemos que
Mateo escribe su evangelio para cristianos, los cuales la mayoría son de origen
judío. Es de esperarse que esta cuestión sobre la observación de la ley sea un
punto muy delicado para él.
Y de hecho, los
versículos 17 al 20 no tienen paralelo con Marcos o Lucas, quienes escribían
para conversos venidos del mundo griego o romano, y no tenían por qué preocuparse
sobre este asunto de la ley
judía.
Se siente en el
evangelio de Mateo la tensión entre la posición de “los judaizantes “ que veían
en la ley un valor absoluto , y la posición de Pablo, que se sentía en adelante
claramente “liberado de la ley” y de su “régimen caduco” (Rm 7,6).
Así, en el versículo
19, Mateo valoriza la observación sistemática de la ley, más en el versículo
siguiente , declare que
ella es absolutamente incapaz de posibilitar “la entrada al Reino”!
Jesús condenó
violentamente a los escribas y fariseos que se las ingeniaban para rivalizar
entre ellos a propósito de la puesta en práctica de nimiedades de la ley, y de
paso olvidando lo esencial (Mt 15,1-9 y 23 ,16-29). Sería sorprendente que acá
Jesús invite a sus discípulos a competir con ellos sobre su propio terreno.
Si es necesario
superar los escribas y fariseos , no se hace cayendo
en el mismo panal que ellos, es decir, en la obsesión de “hacer cosas” para
sentirse bien. Es haciendo con justicia lo que Jesús les reprocha a ellos,
“olvidan” , es decir, ocuparse de lo que pasa al interior (Mt 25,27) de este
“interior”(v.25) “lleno” de cosas que causan miedo: agresividad, deseo sexual,
robos y mentiras…(Mt 15,19), pero también dulzura y misericordia, preocupación
por la paz y sed de justicia (Mt 5,4-10).
Y claro, es acá donde
se juega la cuestión del Reino: ya no más al nivel de una ley a la cual no se
puede que obedecer o
sustraerse , sino más bien al nivel de una vivencia interior que es necesario
clarificar con valentía, liberar y unificar : “Bienaventurados o felices los corazones puros”,
simples y libres: “Ellos verán a Dios” (Mt 5,8).
Reflexión Central
En un primer momento, nos da reglas, mandamientos que nos ayudarán a vivir en armonía. Cuando uno vive en sociedad, es importante respetarse unos a otros. Uno no puede hacer lo que quiere o lo que se le da la gana.
1
Un
corazón puro
Los textos bíblicos de este domingo, nos hablan de un Dios que
ha visto la miseria de su pueblo. Esta miseria es la que causa el pecado, que
la origina el egoísmo y las divisiones. El gran proyecto de Dios es el de
liberarnos. Toda la Biblia nos dice que Él ha venido a buscar y a salvar a los
que estaban perdidos, a los pecadores.
Para realizar esta obra de salvación, él nos propone varias
etapas.
En un primer momento, nos da reglas, mandamientos que nos ayudarán a vivir en armonía. Cuando uno vive en sociedad, es importante respetarse unos a otros. Uno no puede hacer lo que quiere o lo que se le da la gana.
La primera lectura del libro del Eclesiástico, nos dice que
nosotros debemos elegir: de un lado la vida que es el fruto, resultado de la
observación de los mandamientos,
Por otro lado, está la muerte, que es la sanción del orgullo. El
Señor quiere liberarnos de todo aquello que destruye la vida. Él nos invita a
acoger sus Palabras que son “palabras de vida eterna”.
En la segunda lectura, San Pablo se dirige a cristianos venidos
del mundo pagano. Ellos han acogido el mensaje del Evangelio, pero en el
momento de hablarles, les invita a hacer verdaderamente “la opción por Dios”,
escoger a Dios. Para hablar de ella, él no utiliza la pretendida “sabiduría de
aquellos que dirigen el mundo”, los mismos que han cometido la infame injusticia
de crucificar “al Señor de la Gloria”.
“Aquello que es locura a los ojos de los
hombres es sabiduría a los ojos de Dios”. Es dentro de esta sabiduría de
Dios que nosotros encontramos la verdadera vida. El Espíritu Santo hace de
nosotros adultos en la fe. Él nos ayudar a ir contra la corriente de la
mentalidad del mundo y a entrar verdaderamente en el proyecto de Dios.
En el Evangelio, Jesús vuelve sobre el tema de la Ley que ha
sido transmitida por Dios a los antiguos. Era lo mínimo indispensable para la
vida en sociedad: no matar, no robar, no engañar…Para Jesús, está fuera de
discusión suprimir estos mandamientos; por el contrario, Él invita a sus
discípulos y a cada uno de nosotros a ir todavía más lejos. Es como en una
familia, la práctica escrupulosa de un reglamento interno, no es suficiente
para hacerla feliz: es necesario la solidaridad, la acogida, el compartir, y
sobre todo, el amor.
Para hacerse entender mejor, Jesús entra en lo concreto de la
vida de la gente:
21.Ustedes han escuchado lo que se
dijo a sus antepasados: «No matarás; el homicida tendrá que enfrentarse a un
juicio.»
22.Pero yo les digo: Si uno se enoja
con su hermano, es cosa que merece juicio. El que ha insultado a su hermano,
merece ser llevado ante el Tribunal Supremo;
Así pues, Jesús nos recuerda que las
palabras pueden matar: las calumnias, el acoso, los propósitos racistas son un
veneno que causa daños importantes. Lo mismo los chismes que matan el honor y
fama de las personas. Hoy Jesús nos propone la perfección del amor. Si nos
negamos a darnos la paz con el hermano, no podemos decir que amamos a Dios.
Antes de manifestar nuestra devoción en la oración, estamos invitados a
reconciliarnos con el hermano.
Lo que Jesús espera de nosotros, es
una vida llena de amor: “Sean perfectos como su Padre es perfecto”. Es
eso lo que Jesús ha vivido hasta el final: Él perdonó a Zaqueo, no le lanzó
piedras a la mujer adúltera, sino que le dio ánimo y fuerza para seguir su
camino. Jesús perdonó al buen ladrón en el último minuto…Perdonó a Pedro que lo
negó tres veces. Y así, muchas parábolas nos hablan del verdadero amor de Dios:
recordemos por ejemplo la parábola de la oveja perdida, la del Hijo pródigo…Es
este amor el que debe transparentarse, mostrarse en nuestras vidas.
He aquí pues hermanos y hermanas en
la fe, el camino de conversión que Jesús nos propone.
El papa Francisco nos dice que uno no
debe alabar a Dios con la misma lengua que insulta a nuestro hermano. Eso no se
hace. Si nosotros queremos alabar a Dios, debemos hacer todo lo posible por
ponernos de acuerdo entre nosotros.
Pidamos al Señor que nos ayude a
vencer nuestro odios y rencores, a superar nuestra rigidez. Nosotros no podemos
vivir como hijos de Dios sino vivimos juntos como hermanos.
Lo que ayudará siempre a hacer
valiosa nuestra vida será la calidad de nuestro amor por todos aquellos y
aquellas que nos rodean. Y es de acuerdo a esto que nosotros seremos juzgados.
Al leer este Evangelio, reconocemos
que todos somos más o menos culpables. Entonces para entrar en el Reino de
Dios, es necesario tener un corazón perfectamente puro. Nada de impuro puede
vivir en presencia de Dios. Nosotros no podemos alcanzar esta pureza con
nuestros pobres medios humanos, pero con Dios, todo es posible: Nosotros
estamos invitados a abrirnos a Él, orando con frecuencia, amando mucho,
recibiendo el sacramento del perdón y participando en la Eucaristía. Si
nosotros nos comprometemos en este camino de conversión, Dios nos va a
purificar; entonces seremos esos corazones puros que ven a Dios. Dios estará en
nosotros y nosotros en Él.
2
Para llegar a ser como Él
El
domingo pasado, el evangelio nos pedía ser « sal de la
tierra » y « luz del mundo ». Pero hoy, la palabra de Jesús parece ser bien austera y radical
: pues a la ley del primer o Antiguo Testamento, parece agregarle una moral
imposible como ese control perfecto de los pensamientos y del corazón.
No se trata simplemente de eso. Jesús no es un moralista
puntilloso o mojigato que daría reglas de buena conducta, sumándolas a las
prohibiciones de la Ley Mosaica, sino que más bien, con toda la dulzura que le
caracteriza, Él nos invita a la santidad. Ciertamente, Él conoce nuestras
pobrezas humanas, pero sabe también lo que podemos llegar a ser: hombres y
mujeres resucitados con Él.
Él dice « llevar a su realización o plenitud « la Ley y
los Profetas, el Primer o Antiguo Testamento. Hacer pleno o llevar a la
plenitud, es en otras palabras magnificar, hacer grande, darle toda su
plenitud.
En el momento de la Transfiguración sobre el Monte Tabor,
Jesús aparece reluciente, lleno de luz ante sus 3 apóstoles (Pedro, Santiago y
Juan), manifestando que Moisés (representando la Primera o antigua Ley), y
Elías (a los Profetas) permanecen a su lado.
El objetivo o cometido de la Ley, es el hombre de pie.
Jesús nos ofrece un camino de resurrección, un camino de
divinización. Nosotros hemos de actuar y llegar a ser como Él, este Jesús que lleva a su realización las Escrituras. Y como lo hace Él?
Nosotros lo vemos en Mateo 22, 36-40 : « Maestro, en la Ley, cual es el Gran
Mandamiento? »- « Tu amaras el Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu
alma y todo tu espíritu. Este es el primero y más grande mandamiento. Y el
segundo mandamiento es parecido a este: Amaras tu prójimo como a ti mismo. De
estos dos mandamientos depende toda la Ley y Los Profetas ».
Y para ello Jesús da 6 ejemplos : 3 son tomados y o
presentados este domingo, los otros 3 nosotros los escucharemos dentro de 8
días. Hoy, Jesucristo habla de:
1. la ternura o dulzura de los gestos
(« Ve primero a reconciliarte »)
2. De la rectitud de la mirada,
(« si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo »)
3. De la sinceridad en las palabras,
(« que tu si, sea si… »)
1. Vivir la Ternura y la no violencia en las relaciones humanas, es cosa difícil. Sin llegar
hasta el asesinato, las noticias, nos hacen constatar que las tensiones y
los rencores, no faltan. Por lo tanto, al menos nos queda claro que sea posible
« dar lo mejor de nosotros mismos », si nosotros vivimos centrados en la
oración y en la reconciliación fraternal. “Ve primero a reconciliarte con tu
hermano, y enseguida ven a presentar tu ofrenda”. Ternura
(dulzura) y no violencia en las relaciones humanas son cosas difíciles. No es
el deseo de un hombre por una mujer lo que condena Jesús, sino el apropiarse de
la esposa o novia de otro.
2. Es
difícil para nosotros mirar los otros sin que nuestros ojos sean afectados o
turbios por causa del deseo o sensualidad o la envidia consentida …Acá vemos
por qué Jesús nos propone ver el mundo como Él lo ve: por una mirada que
engrandece al otro (a), que lo respeta y no hace de él (ella) un objeto.
3. La palabra verdadera o sincera, el lenguaje claro
son necesarios para vivir en comunidad y en la confianza mutua. Nuestro
lenguaje debe llegar a ser tan verdadero que no se necesite juramento…Jesús nos
ofrece a cada uno de nosotros un camino de Luz y de verdad.
Lo que nos presenta Jesús, no son palabras al
viento, peroratas vacías, al estilo de los escribas y fariseos, encerrados en
sus leyes y o sofismas casuísticos. La Palabra del maestro es una palabra que
conduce al ser humano al centro de su propio corazón:
que tu
bondad venga,
que tu
amor sea bello,
que tu
lenguaje sea verdadero!
“Es a nosotros que Dios, por el Espíritu, ha revelado esta
sabiduría, porque el Espíritu ve el fondo de todas las cosas, e igualmente las
profundidades de Dios” (2ª lectura de hoy). Si, con la Gracia de Dios, “ Si tu
lo quieres, tu puedes observar los mandamientos” (primera lectura de este día).
Queridos amigos, los textos de este domingo, nos propone
pistas importantes que nos llevarán a escoger la felicidad (o realización).
Para ello, hemos de recordar que nuestro “SI” al mensaje de Cristo, debe
reflejar nuestra identidad profunda de bautizados.
Que esta celebración nos ayude a comprender el mensaje de
Jesús y a acoger la belleza del camino de esperanza que Él nos ha abierto a
cada uno de nosotros, y a toda nuestra comunidad.
3
Dios quiere habitar en los limpios y sinceros de
corazón
En la liturgia de este
domingo, encontramos una frase que podría ser el hilo conductor de nuestra
meditación. La leemos en la oración colecta, la primera que hemos escuchado
antes de las lecturas: nos hemos dirigido a Dios que "se complace en habitar en los limpios y sinceros de corazón".
Es verdad, nuestro Dios establece su casa, su morada en aquellos que guardan y
o acatan su palabra. La biblia, en otra parte nos dice que nosotros somos el
templo donde Dios quiere vivir. Los textos de este domingo nos muestran cómo
ser "limpios y sinceros de corazón".
La primera lectura es un
llamado a permanecer fiel. Nuestro interés ha de ser el de ser fieles todos los
días, pues ya que ante Dios no somos robots. Él nos ha creado libres y
responsables. Cada uno puede elegir entre el agua o el fuego, entre la vida y
la muerte. Lo que se nos pide es observar los mandamientos. Es en Dios que
nosotros encontramos la vida. El problema es que muchos confunden la libertad
con la ausencia de reglas morales. Siempre es difícil permanecer libres ante
las seducciones del dinero, del placer (de la sensualidad, hedonismo) y del
poder. Y vemos muy bien que es algo catastrófico. La verdadera libertad se
obtiene combatiendo todos los días contra nuestras tendencias egoístas.
En su carta a los Corintios,
San Pablo igualmente nos invita a elegir a Dios. Los habitantes de Corinto, no
podían imaginarse a un Dios crucificado. Para ellos, esto era una locura. Pero
San Pablo nos dice : "lo que es locura para los hombres es sabiduría para
Dios. Y es en esta sabiduría que nosotros encontramos la verdadera vida. Es su
Espíritu quien hace de nosotros adultos en la fe". Es Él quien nos da la
capacidad para decir no al espíritu de dominación. Si nosotros nos decidimos a
seguir a Jesús, tomaremos el mismo camino que Él, que es el camino del servicio
y es por esto que seremos reconocidos en el mundo como discípulos de Cristo.
En el Evangelio, hemos
escuchado el discurso de Jesús sobre la montaña. El Hijo de Dios nos recuerda
la Ley que había sido transmitida por Moisés en la montaña del Sinaí. Los 10
mandamientos nos muestran una disciplina de vida, donde se aprenden cosas
esenciales. Por desgracia, se han presentado estos mandamientos como
prohibiciones. De hecho, el primero de los mandamientos hace referencia al
amor. Los otros 9 están justo ahí para proteger ese amor. Ellos nos enseñan una
disciplina de vida que no suprime nuestra libertad. Por el contrario, ellos
están ahí para estructurarla. Muchos jóvenes están quizás desconcertados,
ansiosos, inseguros. Pero la pregunta es, están
verdaderamente estructurados? La Ley nunca ha traumatizado a nadie.
Hermanos, este domingo,
estamos invitados a dar un paso más: es necesario que pasemos de la montaña de
Moisés a la montaña de las bienaventuranzas. Los primeros mandamientos eran
como simples guías para que la vida de o en sociedad fuera posible. No matar,
no robar, no engañar. A lo largo de los siglos, esta ley se ha afinado. Con el
paso del tiempo y a medida que las exigencias morales avanzaban, de manera
paulatina la ley se ha precisado.
Jesús se inscribe en este progreso,
en esta evolución. Él no suprime las etapas precedentes. Él nos llama a avanzar
a una nueva etapa: "ustedes han
escuchado…pero yo os digo…" Este evangelio nos llama a una conversión
verdadera. Debemos volver a aprender a arreglar nuestra vida a la manera de
Jesús y no al modo de los hombres. Es urgente hacer todo lo
posible por ser sinceros, creíbles, ante Dios y ante nuestros hermanos. Ir siempre
más lejos en el amor, he aquí la verdadera sabiduría. Nosotros vivimos en un
mundo al que se le dificulta tomar este camino. La violencia, la muerte, la
hipocresía, las familias que se separan…son eventos que envenenan la vida de
nuestra sociedad.
Ante esta dramática
situación, Jesús nos invita a cortar y a separar o eliminar. No se trata de
mutilarnos sino de cambiar nuestra manera de vivir. Es necesario eliminar el
egoísmo, el orgullo, la manera maliciosa y malvada o indiferente como miramos a
los demás, el rencor que no cesa de dividir nuestras familias o a lo vecinos.
Con toda seguridad, que nosotros como cristianos no tenemos monopolio sobre el
amor, pero la verdadera exigencia para un cristiano es siempre amar más y
mejor, es dejarnos invadir por el amor de Dios. Nuestro Dios no cesa de
colocarnos la barra de obstáculos un poco más alta.
Ciertamente es esta una
misión, un camino difícil, pero no estamos solos. Jesús siempre está ahí con
nosotros. Él nos da la fuerza necesaria para comprometernos y esforzarnos en
sus caminos. Él no se contenta simplemente con darnos mandamientos, Él nos da
además su gracia. Su Espíritu despliega su fuerza en nuestra debilidad. Él nos
vuelve a levantar y nos fortalece.
En este día, en unión con
todos los cristianos le oramos a nuestro Dios: "Dios nuestro Padre, te confiamos tu Iglesia aquí reunida. Que la
Palabra de tu Hijo Amado Jesucristo, en sus exigencias y su amor y cuidado por
nosotros, sea siempre nuestro alimento. Amén!
Para la revisión de vida:
1.
Todas las lecturas de este domingo del año A, giran alrededor de la noción de
mandamiento. Sirac el sabio, nos recuerda que sólo depende de nosotros
observarlos y permanecer fieles (Eclo, 15,15-20). Mas Jesús irá más allá de
esta enseñanza (Mt 5,17-37), revelando así esta sabiduría del misterio de Dios
de la cual nos habla San Pablo (1 Cor 2,6-10). Esta enseñanza de Cristo puede
parecernos muy dura, pero la liturgia afirma este mismo domingo que La Ley del
Señor es alegría para el corazón y luz para los ojos; en otras palabras, ella
no está ahí para frustrar nuestros deseos, sino para regocijarnos en el bien.
Sin embargo, si alguna cosa en nosotros se opone a este deseo de salvación, no es
preciso desesperarse, sino gritar hacia el Hijo del Hombre como lo hacía el
leproso (Marcos 1,40-45) y en todo imitar a Cristo (1 Cor 11,1)…así como nos
compromete las lecturas del año B.
2
"Que vuestro
hablar sea sí, sí es sí, no, si es no". No es cristiano quien dice Si a
todo. Un cristiano es alguien responsable de sus palabras y de sus actos, que
hace lo que dice y que dice lo que hace. Este es una buena enseñanza para los
niños y que pueden poner en práctica desde ahora. Este evangelio nos invita a adultos y niños a ser más sinceros
en nuestras palabras, a saber decir no a una proposición que va contra la
voluntad de Dios, a honrar nuestro SÏ en actos y en verdad. Jesús también nos
enseña la importancia de la palabra dada y comprometida. Si uno se compromete a
hacer cualquier cosa, no puede renunciar ante el primer obstáculo…
Oración
Oh
Cristo, sabiduría encarnada del Padre,
Tú
vienes a establecer tu morada en nosotros,
por
tu Eucaristía que nos une a Ti,
concretamente,
físicamente y absolutamente.
Quiénes
somos nosotros
para
que quieras entrar en intimidad,
en
contacto privilegiado con gente
cuya
justicia no supera de ningún modo
a la
de los fariseos y escribas que Tú denuncias?
Transforma nuestro corazón de piedra,
cambia nuestra falsa manera de
ver las cosas,
haz nacer en nosotros tu gracia
y una sabiduría al nivel de tu amor.
Haz que vivamos de tu Ley
y seremos colmados de alegría,
desde ahora y por siempre…Amén!
REFERENCIAS:
http://vieliturgique.ca
http://ciudadredonda.org
(para los textos de las lecturas)
Misal en francés , pequeño
de prions en église, febrero 13 2011.
HETU,
Jean-Luc. Les options de Jésus.
http://dimancheprochain.org
http://prionseneglise.ca
http://chapelet-monastique.blogspot.com.co/2011/02/sixieme-dimanche-du-temps-ordinaire.html
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