16 de febrero del 2020: sexto domingo del tiempo ordinario (A)



« Si tú lo quieres... »


El amor (en el sentido del griego “agape”) es sabiduría y lleva a su plenitud la Ley. Dios nos lo da para que nosotros también en toda ocasión, le amemos a Él y al prójimo. Para entrar en el Reino de los Cielos, todo (a)  discípulo (a) está llamado (a) a ser justo (a) permitiendo a este “amor-sabiduría”, eliminar de su corazón todo aquello que conduce al mal.




PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DEL ECLESIÁSTICO 15, 16-21

Si quieres, guardarás los mandamientos y permanecerás fiel a su voluntad. Él te ha puesto delante fuego y agua, extiende tu mano a lo que quieras. Ante los hombres está la vida y la muerte, y a cada uno se le dará lo que prefiera. Porque grande es la sabiduría del Señor, fuerte es su poder y lo ve todo. Sus ojos miran a los que le temen, y conoce todas las obras del hombre. A nadie obligó a ser impío, y a nadie dio permiso para pecar.

Palabra de Dios



SALMO RESPONSORIAL
Salmo 118, 1-2. 4-5. 17-18. 33-34 (R.: Ib)
R. DICHOSO EL QUE CAMINA EN LA LEY DEL SEÑOR.

Dichoso el que, con vida  intachable,
camina en la voluntad del  Señor;
dichoso el que, guardando  sus preceptos,
lo busca de todo corazón. R.

Tú promulgas tus mandatos
para que se observen  exactamente.
Ojalá esté firme mi camino,
para cumplir tus decretos.  R.

Haz bien a tu siervo: viviré
y cumpliré tus palabras;
ábreme los ojos, y  contemplaré
las maravillas de tu ley. R.

Muéstrame, Señor, el camino  de tus decretos,
y lo seguiré puntualmente;
enséñame a cumplir tu ley
y a guardarla de todo  corazón



SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 2, 6-10

Queridos hermanos:
Sabiduría, si, hablamos entre los perfectos; pero una sabiduría que no es de este mundo ni de los príncipes de este mundo, condenados a perecer, sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria. Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido; pues, si la hubiesen conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria. Sino que, como está escrito: «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman». Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu; pues el Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios.
Palabra de Dios.



ALELUYA Mt 11, 25
Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has revelado los secretos del Reino a la gente sencilla. 



EVANGELIO
 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 5, 17-37

En aquel tiempo, dijo Jesús:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley. El que se salte uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.
Porque os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "necio", merece la condena de la “gehenna” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo.
Habéis oído que se dijo: "No cometerás adulterio". Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón. Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”.
Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.
Se dijo: "El que se repudie a su mujer, que le dé acta de repudio." Pero yo os digo que si uno repudia a su mujer -no hablo de unión ilegítima- la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio.
También habéis oído que se dijo a los antiguos: "No jurarás en falso" y "Cumplirás tus juramentos al Señor".
Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno».

Palabra del Señor.



A guisa de introducción

La alegría de ser libre


EN EL 2008, leía cómo en una de las entradas de su blog, un filólogo y periodista Colombiano  lanzaba esta pregunta: “Dios no es de ambiente, lo llevaría usted a una fiesta?"  Porque lamentablemente esta es la imagen que se trata de vender en nuestra sociedad consumista, acelerada y desenfrenada de hoy la  de un Dios que es triste, aburrido, carilargo, “rechupado”, de ahí se deducen frases sofismas como “pórtese bien pa’ que pase maluco”, “deje de ser aguafiestas y diviértase”, etc. Un sacerdote formador tenía mucha razón al decirnos que:  “la sociedad de hoy es divertida mas no feliz”. 

En los años 90s,  apareció en los medios de comunicación, en retiros y encuentros, una pintura (en afiche, o en imágenes) de un Jesús risueño, se le veía que se  carcajeaba e inclusive a muchos “chocó” y desestabilizó porque la imagen de Dios y de su Hijo Jesús  que se tiene guardada en el  disco duro del cerebro, es de extrema seriedad, vistos como huraños, aburridos, “sin ambiente”. Por algo Mahatma Gandhi diría alguna vez , palabras más palabras menos que veía a Jesús y lo convencía, y leía el evangelio y se entusiasmaba, pero al ver los rostros de los cristianos se desanimaba, claro por lo aburridos que les veía.

Pero nada más lejos de la realidad que esta concepción. Pues Dios es un Dios alegre, joven, que quiere nuestra felicidad, que nos quiere libres.

Muchos piensan que Dios, los mandamientos, la Palabra de Dios les coarta su libertad y entonces dicen que Dios condiciona, es aburridor, “aguafiestas”, claro porque nuestra concepción de la felicidad y de la libertad son en el fondo muy erradas (o equivocadas). Quizás no haya existido hombre más feliz y realizado que  Cristo, y su ejemplo lo quisieron y quieren aun seguir muchos cristianos.

FELICIDAD y libertad: dos nociones compatibles de hecho, hecha la una para la otra, pero la concepción y la práctica son la mayoría de las veces confusas, que por lo mismo parecieran oponerse.

Porque no es raro ver personas que se dicen (creen) completamente libres, cuando la verdad  es que son  profundamente  desgraciadas y  tristes. 

Todo depende de lo que uno entienda por LIBERTAD, si se le concibe como una licencia (permiso) para hacer todo sin importar qué y cómo, es posible que la FELICIDAD no sea en realidad que alegría pasajera, diversión vana, placer momentáneo, satisfacción egoísta e inmediata.  LIBERTAD desbocada  (sin freno) lleva a la felicidad de ocasión. 

Ahora,  existe  una libertad que sea otra cosa diferente a la facultad de hacer todo lo que se quiera en toda circunstancia?  Y se puede concebir una FELICIDAD que sea otra cosa mucho más que una acumulación de placeres pasajeros?

Si, existe una auténtica libertad que conduce a una verdadera felicidad. Jesús es el más perfecto modelo. Él fue libre por el incesante combate que el llevo hasta el fin contra el egocentrismo. Él sabía que la verdadera felicidad no podía residir en una búsqueda de su bienestar personal. La felicidad que Dios quiere  para el ser humano toma prestada la vía del sacrificio, entendida no como renuncia por renuncia, o ciega resignación sino como la persecución del bien de los demás, en la búsqueda de relaciones humanas de gran calidad, es decir, basadas en el respeto al otro.

La felicidad de ser libre, es la felicidad de un corazón libre, desprovisto de todo sentimiento que no se arraiga en el amor.



Aproximación psicológica al texto del Evangelio

La lenta liberación de la ley


Hubo en la Iglesia primitiva serios enfrentamientos acerca del papel que en adelante debía jugar la ley judía en la vida de los cristianos. En un encuentro histórico en Jerusalén, el apóstol Santiago  dirá esto a Pablo: “Tu puedes ver, hermano, cuantos miles de fieles hay entre los judíos, y todos son ardientes partidarios de la ley “ (Hechos 21,20). Estos judíos convertidos esperaban bien que Pablo no pasara por alto  ningún detalle de la ley mosaica.

Ahora, recordemos que Mateo escribe su evangelio para cristianos, los cuales la mayoría son de origen judío. Es de esperarse que esta cuestión sobre la observación de la ley sea un punto muy delicado para él.

Y de hecho, los versículos 17 al 20 no tienen paralelo con Marcos o Lucas, quienes escribían para conversos venidos del mundo griego o romano, y no tenían por qué preocuparse sobre este asunto  de la ley judía.

Se siente en el evangelio de Mateo la tensión entre la posición de “los judaizantes “ que veían en la ley un valor absoluto , y la posición de Pablo, que se sentía en adelante claramente “liberado de la ley” y de su “régimen caduco” (Rm  7,6).

Así, en el versículo 19, Mateo valoriza la observación sistemática de la ley, más en el versículo siguiente , declare  que ella es absolutamente  incapaz  de posibilitar “la entrada al Reino”!

Jesús condenó violentamente a los escribas y fariseos que se las ingeniaban para rivalizar entre ellos a propósito de la puesta en práctica de nimiedades de la ley, y de paso olvidando lo esencial (Mt 15,1-9 y 23 ,16-29). Sería sorprendente que acá Jesús invite a sus discípulos a competir con ellos sobre su propio terreno.

Si es necesario superar los escribas y fariseos , no se hace  cayendo en el mismo panal que ellos, es decir, en la obsesión de “hacer cosas” para sentirse bien. Es haciendo con justicia lo que Jesús les reprocha a ellos, “olvidan” , es decir, ocuparse de lo que pasa al interior (Mt 25,27) de este “interior”(v.25) “lleno” de cosas que causan miedo: agresividad, deseo sexual, robos y mentiras…(Mt 15,19), pero también dulzura y misericordia, preocupación por la paz y sed de justicia (Mt 5,4-10).

Y claro, es acá donde se juega la cuestión del Reino: ya no más al nivel de una ley a la cual no se puede que obedecer  o sustraerse , sino más bien al nivel de una vivencia  interior que es necesario clarificar con valentía, liberar y unificar : “Bienaventurados o felices los corazones puros”, simples y libres: “Ellos verán a Dios” (Mt 5,8).



Reflexión Central




1

Un corazón puro

Los textos bíblicos de este domingo, nos hablan de un Dios que ha visto la miseria de su pueblo. Esta miseria es la que causa el pecado, que la origina el egoísmo y las divisiones. El gran proyecto de Dios es el de liberarnos. Toda la Biblia nos dice que Él ha venido a buscar y a salvar a los que estaban perdidos, a los pecadores.

Para realizar esta obra de salvación, él nos propone varias etapas.

En un primer momento, nos da reglas, mandamientos que nos ayudarán a vivir en armonía. Cuando uno vive en sociedad, es importante respetarse unos a otros. Uno no puede hacer lo que quiere o lo que se le da la gana.

La primera lectura del libro del Eclesiástico, nos dice que nosotros debemos elegir: de un lado la vida que es el fruto, resultado de la observación de los mandamientos,
Por otro lado, está la muerte, que es la sanción del orgullo. El Señor quiere liberarnos de todo aquello que destruye la vida. Él nos invita a acoger sus Palabras que son “palabras de vida eterna”.

En la segunda lectura, San Pablo se dirige a cristianos venidos del mundo pagano. Ellos han acogido el mensaje del Evangelio, pero en el momento de hablarles, les invita a hacer verdaderamente “la opción por Dios”, escoger a Dios. Para hablar de ella, él no utiliza la pretendida “sabiduría de aquellos que dirigen el mundo”, los mismos que han cometido la infame injusticia de crucificar “al Señor de la Gloria”. “Aquello que es locura a los ojos de los hombres es sabiduría a los ojos de Dios”. Es dentro de esta sabiduría de Dios que nosotros encontramos la verdadera vida. El Espíritu Santo hace de nosotros adultos en la fe. Él nos ayudar a ir contra la corriente de la mentalidad del mundo y a entrar verdaderamente en el proyecto de Dios.

En el Evangelio, Jesús vuelve sobre el tema de la Ley que ha sido transmitida por Dios a los antiguos. Era lo mínimo indispensable para la vida en sociedad: no matar, no robar, no engañar…Para Jesús, está fuera de discusión suprimir estos mandamientos; por el contrario, Él invita a sus discípulos y a cada uno de nosotros a ir todavía más lejos. Es como en una familia, la práctica escrupulosa de un reglamento interno, no es suficiente para hacerla feliz: es necesario la solidaridad, la acogida, el compartir, y sobre todo, el amor.

Para hacerse entender mejor, Jesús entra en lo concreto de la vida de la gente:
21.Ustedes han escuchado lo que se dijo a sus antepasados: «No matarás; el homicida tendrá que enfrentarse a un juicio.»
22.Pero yo les digo: Si uno se enoja con su hermano, es cosa que merece juicio. El que ha insultado a su hermano, merece ser llevado ante el Tribunal Supremo;

Así pues, Jesús nos recuerda que las palabras pueden matar: las calumnias, el acoso, los propósitos racistas son un veneno que causa daños importantes. Lo mismo los chismes que matan el honor y fama de las personas. Hoy Jesús nos propone la perfección del amor. Si nos negamos a darnos la paz con el hermano, no podemos decir que amamos a Dios. Antes de manifestar nuestra devoción en la oración, estamos invitados a reconciliarnos con el hermano.

Lo que Jesús espera de nosotros, es una vida llena de amor: “Sean perfectos como su Padre es perfecto”. Es eso lo que Jesús ha vivido hasta el final: Él perdonó a Zaqueo, no le lanzó piedras a la mujer adúltera, sino que le dio ánimo y fuerza para seguir su camino. Jesús perdonó al buen ladrón en el último minuto…Perdonó a Pedro que lo negó tres veces. Y así, muchas parábolas nos hablan del verdadero amor de Dios: recordemos por ejemplo la parábola de la oveja perdida, la del Hijo pródigo…Es este amor el que debe transparentarse, mostrarse en nuestras vidas.

He aquí pues hermanos y hermanas en la fe, el camino de conversión que Jesús nos propone.
El papa Francisco nos dice que uno no debe alabar a Dios con la misma lengua que insulta a nuestro hermano. Eso no se hace. Si nosotros queremos alabar a Dios, debemos hacer todo lo posible por ponernos de acuerdo entre nosotros.

Pidamos al Señor que nos ayude a vencer nuestro odios y rencores, a superar nuestra rigidez. Nosotros no podemos vivir como hijos de Dios sino vivimos juntos como hermanos.
Lo que ayudará siempre a hacer valiosa nuestra vida será la calidad de nuestro amor por todos aquellos y aquellas que nos rodean. Y es de acuerdo a esto que nosotros seremos juzgados.

Al leer este Evangelio, reconocemos que todos somos más o menos culpables. Entonces para entrar en el Reino de Dios, es necesario tener un corazón perfectamente puro. Nada de impuro puede vivir en presencia de Dios. Nosotros no podemos alcanzar esta pureza con nuestros pobres medios humanos, pero con Dios, todo es posible: Nosotros estamos invitados a abrirnos a Él, orando con frecuencia, amando mucho, recibiendo el sacramento del perdón y participando en la Eucaristía. Si nosotros nos comprometemos en este camino de conversión, Dios nos va a purificar; entonces seremos esos corazones puros que ven a Dios. Dios estará en nosotros y nosotros en Él.





2
Para llegar a ser como Él


El domingo pasado, el evangelio nos pedía ser « sal de la tierra » y « luz del mundo ». Pero hoy, la palabra de Jesús parece ser bien austera y radical : pues a la ley del primer o Antiguo Testamento, parece agregarle una moral imposible como ese control perfecto de los pensamientos y del corazón.

No se trata simplemente de eso. Jesús no es un moralista puntilloso o mojigato que daría reglas de buena conducta, sumándolas a las prohibiciones de la Ley Mosaica, sino que más bien, con  toda la dulzura que le caracteriza, Él nos invita a la santidad. Ciertamente, Él conoce nuestras pobrezas humanas, pero sabe también lo que podemos llegar a ser: hombres y mujeres resucitados con Él.

Él dice « llevar a su realización o plenitud « la Ley y los Profetas, el Primer o Antiguo Testamento. Hacer pleno o llevar a la plenitud, es en otras palabras magnificar, hacer grande, darle toda su plenitud.

En el momento de la Transfiguración sobre el Monte Tabor, Jesús aparece reluciente, lleno de luz ante sus 3 apóstoles (Pedro, Santiago y Juan), manifestando que Moisés (representando la Primera o antigua Ley), y Elías (a los Profetas) permanecen a su lado.

El objetivo o cometido de la Ley, es el hombre de pie.

Jesús nos ofrece un camino de resurrección, un camino de divinización. Nosotros hemos de actuar y llegar a ser como Él, este Jesús que lleva a su realización las Escrituras. Y como lo hace Él? Nosotros lo vemos en Mateo 22, 36-40 : « Maestro, en la Ley, cual es el Gran Mandamiento? »- « Tu amaras el Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y todo tu espíritu. Este es el primero y más grande mandamiento. Y el segundo mandamiento es parecido a este: Amaras tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la Ley y Los Profetas ».
Y para ello Jesús da 6 ejemplos : 3 son tomados y o presentados este domingo, los otros 3 nosotros los escucharemos dentro de 8 días. Hoy, Jesucristo habla de:

1. la ternura o dulzura de los gestos (« Ve primero a reconciliarte »)
2. De la rectitud de la mirada, (« si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo »)
3. De la sinceridad en las palabras, (« que tu si, sea si… »)

1. Vivir la Ternura y la no violencia en las relaciones humanas, es cosa difícil. Sin llegar hasta el asesinato, las noticias, nos hacen constatar que las tensiones y los rencores, no faltan. Por lo tanto, al menos nos queda claro que sea posible « dar lo mejor de nosotros mismos », si nosotros vivimos centrados en la oración y en la reconciliación fraternal. “Ve primero a reconciliarte con tu hermano, y enseguida ven a presentar tu ofrenda”. Ternura (dulzura) y no violencia en las relaciones humanas son cosas difíciles. No es el deseo de un hombre por una mujer lo que condena Jesús, sino el apropiarse de la esposa o novia de otro.

2. Es difícil para nosotros mirar los otros sin que nuestros ojos sean afectados o turbios por causa del deseo o sensualidad o la envidia consentida …Acá vemos por qué Jesús nos propone  ver el mundo como Él lo ve: por una mirada que engrandece al otro (a), que lo respeta y no hace de él (ella) un objeto.

3. La palabra verdadera o sincera, el lenguaje claro son necesarios para vivir en comunidad y en la confianza mutua. Nuestro lenguaje debe llegar a ser tan verdadero que no se necesite juramento…Jesús nos ofrece a cada uno de nosotros un camino de Luz y de verdad.

Lo que nos presenta Jesús, no son palabras al viento, peroratas vacías, al estilo de los escribas y fariseos, encerrados en sus leyes y o sofismas casuísticos. La Palabra del maestro es una palabra que conduce al ser humano al centro de su propio corazón: 

que tu bondad venga, 
que tu amor sea bello, 
que tu lenguaje sea verdadero!

“Es a nosotros que Dios, por el Espíritu, ha revelado esta sabiduría, porque el Espíritu ve el fondo de todas las cosas, e igualmente las profundidades de Dios” (2ª lectura de hoy). Si, con la Gracia de Dios, “ Si tu lo quieres, tu puedes observar los mandamientos” (primera lectura de este día).

Queridos amigos, los textos de este domingo, nos propone pistas importantes que nos llevarán a escoger la felicidad (o realización). Para ello, hemos de recordar que nuestro “SI” al mensaje de Cristo, debe reflejar nuestra identidad profunda de bautizados.

Que esta celebración nos ayude a comprender el mensaje de Jesús y a acoger la belleza del camino de esperanza que Él nos ha abierto a cada uno de nosotros, y a toda nuestra comunidad.


3
Dios quiere habitar en los limpios y sinceros de corazón



En la liturgia de este domingo, encontramos una frase que podría ser el hilo conductor de nuestra meditación. La leemos en la oración colecta, la primera que hemos escuchado antes de las lecturas: nos hemos dirigido a Dios que "se complace en habitar en los limpios y sinceros de corazón". Es verdad, nuestro Dios establece su casa, su morada en aquellos que guardan y o acatan su palabra. La biblia, en otra parte nos dice que nosotros somos el templo donde Dios quiere vivir. Los textos de este domingo nos muestran cómo ser "limpios y sinceros de corazón".

La primera lectura es un llamado a permanecer fiel. Nuestro interés ha de ser el de ser fieles todos los días, pues ya que ante Dios no somos robots. Él nos ha creado libres y responsables. Cada uno puede elegir entre el agua o el fuego, entre la vida y la muerte. Lo que se nos pide es observar los mandamientos. Es en Dios que nosotros encontramos la vida. El problema es que muchos confunden la libertad con la ausencia de reglas morales. Siempre es difícil permanecer libres ante las seducciones del dinero, del placer (de la sensualidad, hedonismo) y del poder. Y vemos muy bien que es algo catastrófico. La verdadera libertad se obtiene combatiendo todos los días contra nuestras tendencias egoístas.

En su carta a los Corintios, San Pablo igualmente nos invita a elegir a Dios. Los habitantes de Corinto, no podían imaginarse a un Dios crucificado. Para ellos, esto era una locura. Pero San Pablo nos dice : "lo que es locura para los hombres es sabiduría para Dios. Y es en esta sabiduría que nosotros encontramos la verdadera vida. Es su Espíritu quien hace de nosotros adultos en la fe". Es Él quien nos da la capacidad para decir no al espíritu de dominación. Si nosotros nos decidimos a seguir a Jesús, tomaremos el mismo camino que Él, que es el camino del servicio y es por esto que seremos reconocidos en el mundo como discípulos de Cristo.

En el Evangelio, hemos escuchado el discurso de Jesús sobre la montaña. El Hijo de Dios nos recuerda la Ley que había sido transmitida por Moisés en la montaña del Sinaí. Los 10 mandamientos nos muestran una disciplina de vida, donde se aprenden cosas esenciales. Por desgracia, se han presentado estos mandamientos como prohibiciones. De hecho, el primero de los mandamientos hace referencia al amor. Los otros 9 están justo ahí para proteger ese amor. Ellos nos enseñan una disciplina de vida que no suprime nuestra libertad. Por el contrario, ellos están ahí para estructurarla. Muchos jóvenes están quizás desconcertados, ansiosos, inseguros. Pero la pregunta es,   están verdaderamente estructurados? La Ley nunca ha traumatizado a nadie.

Hermanos, este domingo, estamos invitados a dar un paso más: es necesario que pasemos de la montaña de Moisés a la montaña de las bienaventuranzas. Los primeros mandamientos eran como simples guías para que la vida de o en sociedad fuera posible. No matar, no robar, no engañar. A lo largo de los siglos, esta ley se ha afinado. Con el paso del tiempo y a medida que las exigencias morales avanzaban, de manera paulatina la ley se ha precisado.

Jesús se inscribe en este progreso, en esta evolución. Él no suprime las etapas precedentes. Él nos llama a avanzar a una nueva etapa: "ustedes han escuchado…pero yo os digo…" Este evangelio nos llama a una conversión verdadera. Debemos volver a aprender a arreglar nuestra vida a la manera de Jesús y no al modo de los hombres. Es urgente hacer todo lo posible por ser sinceros, creíbles,  ante Dios y ante nuestros hermanos. Ir siempre más lejos en el amor, he aquí la verdadera sabiduría. Nosotros vivimos en un mundo al que se le dificulta tomar este camino. La violencia, la muerte, la hipocresía, las familias que se separan…son eventos que envenenan la vida de nuestra sociedad.

Ante esta dramática situación, Jesús nos invita a cortar y a separar o eliminar. No se trata de mutilarnos sino de cambiar nuestra manera de vivir. Es necesario eliminar el egoísmo, el orgullo, la manera maliciosa y malvada o indiferente como miramos a los demás, el rencor que no cesa de dividir nuestras familias o a lo vecinos. Con toda seguridad, que nosotros como cristianos no tenemos monopolio sobre el amor, pero la verdadera exigencia para un cristiano es siempre amar más y mejor, es dejarnos invadir por el amor de Dios. Nuestro Dios no cesa de colocarnos la barra de obstáculos un poco más alta.

Ciertamente es esta una misión, un camino difícil, pero no estamos solos. Jesús siempre está ahí con nosotros. Él nos da la fuerza necesaria para comprometernos y esforzarnos en sus caminos. Él no se contenta simplemente con darnos mandamientos, Él nos da además su gracia. Su Espíritu despliega su fuerza en nuestra debilidad. Él nos vuelve a levantar y nos fortalece.

En este día, en unión con todos los cristianos le oramos a nuestro Dios: "Dios nuestro Padre, te confiamos tu Iglesia aquí reunida. Que la Palabra de tu Hijo Amado Jesucristo, en sus exigencias y su amor y cuidado por nosotros, sea siempre nuestro alimento. Amén!


Para la revisión de vida:

1.
Todas las lecturas de este domingo del año A, giran alrededor de la noción de mandamiento. Sirac el sabio, nos recuerda que sólo depende de nosotros observarlos y permanecer fieles (Eclo, 15,15-20). Mas Jesús irá más allá de esta enseñanza (Mt 5,17-37), revelando así esta sabiduría del misterio de Dios de la cual nos habla San Pablo (1 Cor 2,6-10). Esta enseñanza de Cristo puede parecernos muy dura, pero la liturgia afirma este mismo domingo que La Ley del Señor es alegría para el corazón y luz para los ojos; en otras palabras, ella no está ahí para frustrar nuestros deseos, sino para regocijarnos en el bien. Sin embargo, si alguna cosa en nosotros se opone a este deseo de salvación, no es preciso desesperarse, sino gritar hacia el Hijo del Hombre como lo hacía el leproso (Marcos 1,40-45) y en todo imitar a Cristo (1 Cor 11,1)…así como nos compromete las lecturas del año B.

2
"Que vuestro hablar sea sí, sí es sí, no, si es no". No es cristiano quien dice Si a todo. Un cristiano es alguien responsable de sus palabras y de sus actos, que hace lo que dice y que dice lo que hace. Este es una buena enseñanza para los niños y que pueden poner en práctica desde ahora. Este evangelio nos  invita a adultos y niños a ser más sinceros en nuestras palabras, a saber decir no a una proposición que va contra la voluntad de Dios, a honrar nuestro SÏ en actos y en verdad. Jesús también nos enseña la importancia de la palabra dada y comprometida. Si uno se compromete a hacer cualquier cosa, no puede  renunciar ante el primer obstáculo…




Oración

Oh Cristo, sabiduría encarnada del Padre,
Tú vienes a establecer tu morada en nosotros,
por tu Eucaristía que nos une a Ti,
concretamente, físicamente y absolutamente.

Quiénes somos nosotros
para que quieras entrar en intimidad,
en contacto privilegiado con gente
cuya justicia no supera de ningún modo
a la de los fariseos y escribas que Tú denuncias?

Transforma nuestro corazón de piedra,
cambia nuestra  falsa manera de ver las cosas,
haz nacer en nosotros tu gracia
y una sabiduría al nivel de tu amor.

Haz que vivamos de tu Ley
y seremos colmados de alegría,
desde ahora y por siempre…Amén!




REFERENCIAS:

http://vieliturgique.ca

http://ciudadredonda.org (para los textos de las lecturas)

Misal en francés , pequeño de prions en église, febrero 13 2011.

HETU, Jean-Luc. Les options de Jésus.

http://dimancheprochain.org

http://prionseneglise.ca


http://chapelet-monastique.blogspot.com.co/2011/02/sixieme-dimanche-du-temps-ordinaire.html

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