17 de diciembre del 2022: sábado de la tercera semana de Adviento
(Génesis
49, 1-2.8-10) Jacob tiene grandes sueños para sus hijos. Normal: sabe
que el Señor los ha elegido para formar su pueblo. Y nosotros, como
bautizados, también somos elegidos para formar el nuevo pueblo de
Dios. Entonces, ¡todas las esperanzas están permitidas!
Primera lectura
Lectura del libro
del Génesis (49,1-2.8-10):
EN aquellos días, Jacob llamó a sus hijos y les
dijo:
«Reuníos, que os voy a contar lo que os va a suceder en el futuro; agrupaos y
escuchadme, hijos de Jacob, oíd a vuestro padre Israel:
A ti, Judá, te alabarán tus hermanos,
pondrás la mano sobre la cerviz de tus enemigos,
se postrarán ante ti los hijos de tu padre.
Judá es un león agazapado,
has vuelto de hacer presa, hijo mío;
se agacha y se tumba como león
o como leona, ¿quién se atreve a desafiarlo?
No se apartará de Judá el cetro,
ni el bastón de mando de entre sus rodillas,
hasta que venga aquel a quien está reservado,
y le rindan homenaje los pueblos».
Palabra de Dios
Salmo
Sal
71,1-2.3-4ab.7-8.17
R/. En sus días florezca la justicia,
y la paz abunde eternamente.
V/. Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R/.
V/. Que los montes traigan paz,
y los collados justicia;
defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos del pobre. R/.
V/. En sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R/.
V/. Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R/.
Lectura del santo evangelio
según san Mateo (1,1-17):
LIBRO del origen de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán.
Abrahán engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus
hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés engendró a Esrón,
Esrón engendró a Aran, Aran engendró a Aminadab, Aminadab engendró a Naasón,
Naasón engendró a Salmón, Salmón engendró, de Rajab, a Booz; Booz engendró, de
Rut, a Obed; Obed engendró a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.
David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón engendró a Roboán,
Roboán engendró a Abías, Abías engendró a Asaf, Asaf engendró a Josafat,
Josafat engendró a Jorán, Jorán engendró a Ozías, Ozías engendró a Joatán,
Joatán engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés,
Manasés engendró a Amós, Amós engendró a Josías; Josías engendró a Jeconías y a
sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.
Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel
engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliaquín,
Eliaquín engendró a Azor, Azor engendró a Sadoc, Sadoc engendró a Aquín, Aquín
engendró a Eliud, Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Matán, Matán
engendró a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació
Jesús, llamado Cristo.
Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde
David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a
Babilonia hasta el Cristo, catorce.
Palabra del Señor
Una
realidad asombrosa
Eleazar engendró a Matán, Matán engendró a Jacob; y
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado
Cristo.
La última línea del pasaje del
Evangelio anterior nos ofrece mucho para meditar sobre este día y durante toda
la semana que viene. “De la cual nació Jesús, llamado Cristo”.
¡Qué asombrosa realidad
celebramos! Dios mismo tomó nuestra vida humana, experimentó la
concepción, el nacimiento, la infancia, la niñez, etc. Como ser humano, también
experimentó el odio, el abuso, la persecución y el asesinato. Una vez más,
¡qué asombrosa realidad celebramos!
Durante los próximos ocho días, las lecturas de la Misa se
centrarán más directamente en esta asombrosa realidad.
Reflexionamos hoy sobre el
linaje de Cristo Jesús y vemos que Él viene del linaje de Abraham y David y que
Sus antepasados fueron los grandes Jueces, Reyes y Sacerdotes
Levíticos.
En los próximos días de
preparación a la Navidad, reflexionaremos sobre el papel de San José, la
respuesta de nuestra Santísima Madre al ángel, la Visitación, la falta de fe de
Zacarías y la fe perfecta de nuestra Santísima Madre.
Al entrar en esta octava de
preparación inmediata para la celebración del nacimiento de Cristo, utilícela
como un tiempo de verdadera preparación espiritual. Aunque todo el
Adviento es una temporada de preparación, estos días finales deben centrarse
especialmente en los grandes misterios que rodean la Encarnación y el
nacimiento del Niño Jesús. Debemos reflexionar sobre las personas que Dios
escogió para estar íntimamente involucradas, y debemos reflexionar sobre los
detalles más pequeños sobre cómo se llevó a cabo este milagro de milagros.
Reflexione, hoy, sobre el
verdadero motivo del Adviento y la Navidad. Esta última semana previa a la
Navidad a menudo puede estar llena de actividades y otras formas de
preparación, como ir de compras, cocinar, viajar, decorar, etc. Aunque todas
estas otras preparaciones tienen un lugar, no descuide la preparación más
importante: la preparación espiritual de su alma. Pase tiempo con las
Escrituras esta semana. Saboree la historia. Piense en la asombrosa
realidad que estamos a punto de celebrar.
Mi precioso Señor, te
agradezco por venir a morar entre nosotros, y te agradezco por esta temporada
de Adviento en la que puedo reflexionar en oración sobre todo lo que has hecho
por mí. Por favor, haz de esta última semana antes de Navidad un tiempo de
verdadera preparación en el que medite en oración sobre la asombrosa realidad
de Tu Encarnación. Que esta última semana de preparación no se
desperdicie, sino que se use como base para una celebración gloriosa y orante
del santo don de la Navidad. Jesús, en Ti confío.
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