Santo del día:
San Fabian
Siglo III. Laico que se convirtió en Papa en 236, reinó
durante catorce años antes de sufrir el martirio. Un “hombre incomparable” de
bondad y pureza, según su amigo San Cipriano.
¡A tus órdenes!
(Hebreos 5:1-10) Según
la carta a los Hebreos, ¿Cómo pudo Jesús haber aprendido la obediencia, el que
no se da gloria a sí mismo sino que la recibe de Dios?
En la Cruz aprende en qué se
convierte la obediencia en manos de los hombres. No escucha libre sino
subyugación al poder y la gloria.
Jesús encarna la obediencia al
abrir los brazos.
¿Obedecer no es recibir en
nuestras manos el don de Dios para vivir de él?
Colette Hamza, Javiera
(Hebreos 5, 1-10) A veces somos incapaces de orar.
Nuestro corazón está paralizado por la angustia o el miedo, y las palabras más familiares nos parecen bastante vacías.
Afortunadamente, otros están orando por nosotros. Y Dios comprende y respeta nuestros silencios.
Primera lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (5,1-10):
TODO sumo sacerdote, escogido de entre los hombres, está puesto para representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados.
Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, porque también él está sujeto a debilidad.
A causa de ella, tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo.
Nadie puede arrogarse este honor sino el que es llamado por Dios, como en el caso de Aarón.
Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino que la recibió de aquel que le dijo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy»; o, como dice en otro pasaje: «Tú eres sacerdote para siempre según el rito de Melquisedec».
Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, siendo escuchado por su piedad filial. Y, aun siendo Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se convirtió, para todos los que lo obedecen, en autor de salvación eterna, proclamado por Dios sumo sacerdote según el rito de Melquisedec.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 109,1.2.3.4
R/. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec
V/. Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies». R/.
V/. Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos. R/.
V/. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, desde el seno,
antes de la aurora». R/.
V/. El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec». R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos (2,18-22):
EN aquel tiempo, como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vinieron unos y le preguntaron a Jesús:
«Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?».
Jesús les contesta:
«¿Es que pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Mientras el esposo está con ellos, no pueden ayunar.
Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán en aquel día.
Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto —lo nuevo de lo viejo— y deja un roto peor.
Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos».
Palabra del Señor
Ayunar o no ayunar
«¿Es que pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Mientras el esposo está con ellos, no pueden ayunar.
Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán en aquel día.
Este pasaje revela la respuesta de Jesús a los discípulos de Juan el Bautista y a algunos fariseos que cuestionan a Jesús sobre el ayuno.
Señalan que los discípulos de Juan y los fariseos siguen las leyes judías sobre el ayuno, pero los discípulos de Jesús no. La respuesta de Jesús va al corazón de la nueva ley sobre el ayuno.
El ayuno es una maravillosa práctica espiritual. Ayuda a fortalecer la voluntad contra las tentaciones carnales desordenadas y ayuda a traer pureza al alma. Pero es necesario señalar que el ayuno no es una realidad eterna. Un día, cuando estemos cara a cara con Dios en el Cielo, ya no habrá necesidad de ayunar ni de hacer ninguna forma de penitencia. Pero mientras estemos en la tierra, lucharemos y caeremos y nos perderemos, y una de las mejores prácticas espirituales para ayudarnos a regresar a Cristo es la combinación de oración y ayuno.
El ayuno se vuelve necesario “cuando el novio es quitado”. En otras palabras, el ayuno es necesario cuando pecamos y nuestra unión con Cristo comienza a desvanecerse. Es entonces cuando el sacrificio personal del ayuno ayuda a abrir nuevamente nuestro corazón a nuestro Señor. Esto es especialmente cierto cuando se forman hábitos de pecado y se arraigan profundamente. El ayuno añade mucho poder a nuestra oración y estira nuestras almas para poder recibir el “vino nuevo” de la gracia de Dios donde más lo necesitamos.
Reflexiona hoy sobre tu enfoque del ayuno y otras prácticas penitenciales. ¿Ayunas? ¿Haces sacrificios regulares para fortalecer tu voluntad y ayudarte a volverte más plenamente a Cristo? ¿O esta saludable práctica espiritual ha sido algo descuidada en tu vida? Renueva hoy tu compromiso con este santo esfuerzo y Dios obrará poderosamente en tu vida.
Señor, abro mi corazón al vino nuevo de la gracia que quieres derramar sobre mí. Ayúdame a estar bien dispuesto a esta gracia y a utilizar todos los medios necesarios para abrirme más a Ti. Ayúdame, especialmente, a comprometerme con la maravillosa práctica espiritual del ayuno. Que este acto de mortificación en mi vida dé frutos abundantes para Tu Reino. Jesús, en Ti confío.
20 de
enero: San Fabián, Papa y Mártir—Memoria opcional
Murió
250 Santo Patrón de Roma
Elegido
Papa 236
Reflexión:
No fue hasta el año 313 que el
cristianismo fue legalizado por el emperador Constantino el Grande. Hasta ese
momento, los cristianos fueron ampliamente perseguidos por varios emperadores
que intentaban complacer a sus dioses. Fabián nació en esta cultura romana,
probablemente alrededor del año 200. Aunque no sabemos nada sobre su vida
temprana, sí sabemos que ejerció como papa durante catorce años.
La elección de Fabián al
papado se llevó a cabo de una manera divinamente inspirada. Después de la
muerte del Papa Antero, que sirvió sólo por un año, Fabián, un laico, viajó
desde su granja a la ciudad de Roma para asistir a la elección del nuevo Obispo
de Roma con el pueblo y el clero. No se sabe qué estatus tenía Fabián en la
Iglesia cuando viajó a Roma. Sin embargo, ninguno de los presentes consideró
siquiera a Fabián como un posible Papa, ya que se estaba considerando a otros
clérigos mucho más nobles. Sin embargo, durante las discusiones públicas, todo
eso cambió. El historiador de la Iglesia del siglo IV, Eusebio, explica lo que
sucedió a continuación. “De repente… una paloma voló desde arriba y se posó
sobre su cabeza como una clara imitación del descenso del Espíritu Santo en
forma de paloma sobre el Salvador; ante lo cual todo el pueblo, como movido por
una inspiración divina, con todo entusiasmo y con una sola alma gritó 'digno',
y sin más preámbulos lo tomó y lo colocó en el trono episcopal” (Historia Eclesiástica).
Así como el Espíritu Santo
descendió sobre Jesús en forma de paloma en su Bautismo, parece que el Padre
eligió a un granjero desprevenido como el nuevo vicario de su Hijo en la
Tierra.
El reinado de Fabián como Papa
comenzó durante un período relativamente pacífico en Roma. Antes de eso, desde
la época de los Apóstoles, solo había habido persecuciones esporádicas de
cristianos en el Imperio Romano. El odio a los cristianos comenzó con Nerón en
el año 64 y continuó en diversas formas bajo los emperadores sucesivos hasta
que el emperador Decio subió al poder en el año 249, trece años después de que
Fabián se convirtiera en Papa.
Un año después de la ascensión
de Decio al trono del emperador, emitió un edicto que exigía que todos en el imperio
ofrecieran sacrificios tanto a los dioses romanos como por el bien del propio
emperador. Además, los sacrificios tenían que ser confirmados por el magistrado
que, después de presenciar el sacrificio, emitiría un certificado verificando
que el acto sacrílego se había completado. Aquellos que se negaran podían ser
encarcelados o asesinados.
Ante la persecución y la
amenaza de muerte, algunos cristianos hicieron lo posible por ofrecer
sacrificios para salvar sus vidas. Otros huyeron y se escondieron. El Papa
Fabián estuvo entre aquellos que enfrentaron la persecución y la muerte y las
aceptaron. El Papa Fabián y muchos otros cristianos murieron como mártires por
la fe.
Además de su martirio y su
elección divina como Papa, San Fabián es conocido también por ser un buen
administrador de la Iglesia, organizándola en varios distritos con líderes
designados. Tenía un gran corazón para la evangelización y envió a varios
obispos como misioneros para cristianizar la Galia (actual Francia). Por
último, como muchos otros santos de su tiempo, aplastó la herejía, trabajando
por preservar la fe pura y ortodoxa.
Oración:
San Fabián, tú fuiste elegido
divinamente como Vicario de Cristo en la tierra. En tu humildad y obediencia a
la voluntad de Dios, no sólo soportaste esta pesada responsabilidad, sino que
también moriste por ella. Por favor, reza por mí, para que tenga el mismo
coraje que tú para enfrentar con valentía una cultura no cristiana y aceptar
las consecuencias de tal elección, sin importar el costo. San Fabián, reza por
mí. Jesús, en Ti confío.
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