"Hoy celebramos el Domingo Mundial de las Misiones, DOMUND, con el lema: “Id e invitad a todos al banquete”
El lema de este Domund nos lo
ofrece el papa Francisco, inspirándose en la parábola del banquete de bodas. La
misión es un “ir” incansable para invitar al mundo entero al banquete de la
fraternidad, de la Eucaristía, de la reunión final con el Señor; una invitación
hecha con el estilo de Cristo -con ternura, caridad y cercanía-, que es quien
nos envía y al cual anunciamos. Porque la salvación que Jesús ha venido a
traernos es para “todos, todos, todos” y, en especial, para los últimos,
los lejanos, los excluidos.
Recordemos que todos somos misioneros en razón de nuestro bautismo y estamos llamados a colaborar con la misión de Cristo, cada uno desde su propia vocación.
En esta jornada, los invitamos a unirse con sus oraciones, sacrificios y de manera especial con su ofrenda económica, aportando así a la Iglesia Universal para que Jesús sea anunciado en todos los rincones de la tierra. Con espíritu alegre participemos de esta eucaristía".
El precio que pagar
«Me vas a pagar por ello.»
Esta
amenaza, que se escucha a menudo, dice mucho sobre la forma en que consideramos
naturalmente las relaciones humanas: como una ecuación en la que la violencia
sufrida sólo puede compensarse con violencia inversa. Ojo por ojo, diente por
diente. Venganza, pero con toda justicia.
Por lo tanto, cuando Jesús
afirma que da su vida «como rescate por la multitud», tenemos el reflejo de
pensar que se trata de restablecer el equilibrio entre Dios, deudor, y una
humanidad que ha acumulado una pesada deuda de pecados. Pero esta percepción
difícilmente hace justicia a Dios. Ella lo reduce a un comerciante cercano a su
dinero.
Si Jesús está hablando de rescate es porque nuestra naturaleza herida nos
dificulta caminar recto sin ayuda. Después de todo, un rescate es un precio que
pagar por la libertad de los demás. Jesús paga este precio, hace este
sacrificio de amor para que nos sea posible volver a caminar rectos.
Imitarlo es consentir esta
ofrenda de uno mismo que es la condición de la libertad del otro: un padre que
hace violencia para dejar que su hijo se pare sobre sus propios pies; un
transeúnte que da su tiempo para hablar con una persona itinerante,
devolviéndole así su dignidad; el testigo de una escena de injusticia que tiene
el coraje de intervenir para restablecer la justicia, etcétera.
¿Por cuáles sacrificios de los demás está en deuda mi libertad?
¿Qué sacrificios he hecho ya a favor de otro?
Jonathan Guilbault,
director editorial de Let's Pray in Church Canada
Cuando entregue su vida como expiación, verá su descendencia, prolongará sus años; lo que el Señor quiere prosperará por sus manos.
A causa de los trabajos de su alma, verá y se hartará, con lo aprendido mi Siervo justificara a muchos, cargando con los crímenes de ellos.
que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.
Él es nuestro auxilio y nuestro escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado.
Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.
HOMILÍA PARA EL DOMINGO MUNDIAL DE MISIONES
Este es un domingo lleno de
motivos para celebrar, para estar en fiesta y dar gracias a Dios, les nombro al
menos 3:
1. Ante todo el Señor
nos transmite en el evangelio una enseñanza clara y nos da la clave sobre
el verdadero poder y en qué consiste la autoridad. “El poder es el amor y la
autoridad un servicio.”
2. Hoy
celebramos el Domingo Mundial de las Misiones, DOMUND. Nosotros
compartimos este amor de Jesús con los otros por la fraternidad y la caridad.
Lo comunicamos al mundo entero por la MISION. Los santos Papas invitan a toda
la Iglesia desde 1926 (Pio XI) a tomar conciencia de nuestro deber misionero y
a apoyar las misiones.
El lema para esta jornada es “Id e invitad a todos al
banquete”
El lema de este Domund nos lo
ofrece el papa Francisco, inspirándose en la parábola del banquete de bodas. La
misión es un “ir” incansable para invitar al mundo entero al banquete de la
fraternidad, de la Eucaristía, de la reunión final con el Señor; una invitación
hecha con el estilo de Cristo -con ternura, caridad y cercanía-, que es quien
nos envía y al cual anunciamos. Porque la salvación que Jesús ha venido a
traernos es para “todos, todos, todos” y, en especial, para los últimos, los
lejanos, los excluidos.
El DOMUND es la
celebración más importante debido a que está ayudando a los misioneros que
están por todo el mundo en "territorios de misión" donde no
conocen a Jesús. Los misioneros son religiosos, religiosas y laicos que han
entregado su vida por el anuncio del Evangelio. Se trasladan de su lugar de
origen a un lugar de envío para insertarse en una comunidad compartir y enseñar
la palabra de Dios y ayudarles en diferentes programas: educativos, sociales y
de pastoral.
La Iglesia trabaja
incansablemente durante todo el año para las misiones, pero el mes de
octubre llamado comúnmente "octubre misionero" es el
mes dedicado a las misiones y en especial el penúltimo domingo del mes de
octubre que es la gran celebración.
3. QUERIDOS HERMANOS, el Papa
Francisco no cesa de exhortarnos a ser testigos del amor de Jesús, a ser
testigos vivos y dinámicos que muestren que Jesús está vivo. La caridad es el
alma de la misión y la mejor pedagogía es la autoridad y el poder asumidos como
servicio y no la ocasión para dominar u oprimir los otros (este es el mensaje
de este 29º domingo ordinario). Nosotros podemos dar testimonio en todos lados
del amor y del servicio, de la caridad, en la casa, como en el país de misión,
en el trabajo como en el descanso, tanto en la calle como en la iglesia o
capilla (hecha de cualquier material y ubicada en cualquier región), donde
nuestra asamblea o reunión es un bello testimonio de fraternidad y
solidaridad.
Es el amor que hace caminar,
vivir a los misioneros, es el amor el que hace predicar la verdad del
Evangelio, es el amor que permite compartir el pan y las gracias recibidas de
Cristo Resucitado.
Queridos amigos, la Santa
Eucaristía nos permite beber de la gran fuente y de manera abundante y sin
reservas el amor de Jesús.
Acerquémonos con fe a su
corazón eucarístico para después ir a saciar la sed, calmar el hambre de los
pobres, consolar y sanar a los enfermos y visitar a todos aquellos que tienen
sed de amor, paz y esperanza. Comulguemos con fervor y dignidad, ya sea de una
manera sacramental recibiendo la hostia o de una manera espiritual si
participamos a distancia…o no nos sentimos completamente dignos e impedidos de
acercarnos a recibirlo.
Existen otras maneras de
unirse a Jesús por la fe y participar en su misión. Existen tantas maneras al
igual como hay tantas personas y situaciones, pues el amor es el alma de la
misión y el Espíritu Santo es el Guía.
Que nuestra oración por las
misiones se haga más intensa hoy, que nuestra ofrenda (o limosna) sea más
generosa, para así poder sostener con el Santo Padre, los misioneros en los
territorios marginados y pobres de Colombia y los misioneros del mundo entero.
Demos gracias a Dios hoy por
los más de 415.000 sacerdotes existentes en el mundo, por los 5.400 obispos,
los 46.312 diáconos permanentes.
por las 659.000 religiosas,
por los 362.488 laicos
misioneros,
por los 3.123.000
catequistas.
Pidamos al Señor la gracia de
ser nosotros mismos testigos del amor en nuestros lugares y ambientes de vida y
de trabajo.
Y no olvidemos nunca que la
celebración eucarística, ella misma termina con un envío..."Pueden ir
en paz..."
María, ayúdanos a anunciar y dar testimonio de Cristo y del Evangelio en el lugar donde nos encontremos.
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