22 de septiembre del 2022: jueves de la vigésima quinta semana del tiempo ordinario

 ( Qohelet 1, 2-11 y Lc 9, 7-9)  Lo "nuevo" no aparece del lado de lo que está "debajo del sol", sino del lado del sol mismo. El Resucitado es  este nuevo sol que nos permite ver la vida y el universo bajo una luz diferente.


(Lucas 9, 7-9) Al igual que Herodes, a veces busco controlar todo. Aparte de mí, yo no dejo a nadie tomar las riendas. Y, por lo tanto, yo sé que este comportamiento no es razonable.

Hoy, yo quiero dejar a Dios que me sacuda y suprima mis ideas fijas. Es el momento para mí de abrirle mi corazón y escucharlo en el silencio

 

 


 

Primera lectura

 Lectura del libro del Eclesiastés (1,2-11):


¡Vanidad de vanidades, dice Qohelet; vanidad de vanidades, ¡todo es vanidad! ¿Qué saca el hombre de todas las fatigas que lo fatigan bajo el sol? Una generación se va, otra generación viene, mientras la tierra siempre está quieta. Sale el sol, se pone el sol, jadea por llegar a su puesto y de allí vuelve a salir. Camina al sur, gira al norte, gira y gira y camina el viento. Todos los ríos caminan al mar, y el mar no se llena; llegados al sitio adonde caminan, desde allí vuelven a caminar. Todas las cosas cansan y nadie es capaz de explicarlas. No se sacian los ojos de ver ni se hartan los oídos de oír. Lo que pasó, eso pasará; lo que sucedió, eso sucederá: nada hay nuevo bajo el sol. Si de algo se dice: “Mira, esto es nuevo», ya sucedió en otros tiempos mucho antes de nosotros. Nadie se acuerda de los antiguos y lo mismo pasará con los que vengan: no se acordarán de ellos sus sucesores.

Palabra de Dios

 

 

Salmo

 

Sal 89,3-4.5-6.12-13.14.17

R/.
 Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación


Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia son un ayer que pasó;
una vela nocturna. R/.

Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca. R/.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R/.

Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
 R/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,7-9):

En aquel tiempo, el virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado, otros que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Herodes se decía: «A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?»
Y tenía ganas de ver a Jesús.

Palabra del Señor

 

 

 

1

 

¿Por qué leer el Libro del Eclesiastés?

 

Algunas páginas podrían ser firmadas por un autor contemporáneo. En ellas encontramos muchas de las preguntas que el hombre se hace sobre el sentido de la vida. A su manera, el Eclesiastés ofrece, con exactitud, referencias para toda persona en búsqueda de sentido y de felicidad.

Es necesario leer este libro como si se escuchara a un sabio que no tiene nada que vender, pero que desea simplemente compartir el fruto de su reflexión. Uno puede interrumpir la lectura, aquí o allá, para reflexionar sobre lo que está escrito, como si uno dialogara con el sabio.

Hoy nos encontramos con el primero de los tres pasajes escogidos que leeremos desde hoy hasta el sábado. Este primer extracto, entre otras cosas, nos dice “que todo es vanidad”. La palabra vanidad traduce una palabra hebrea que significa “soplo”, aliento, humo…Desde el comienzo, el autor insiste en el tema del carácter pasajero de toda cosa.

“Nada nuevo bajo el sol”. La sabiduría popular retoma el versículo 9 (“Lo que pasó, eso pasará; lo que sucedió, eso sucederá: nada hay nuevo bajo el sol”) para afirmar que las cosas vienen, se van y vuelven a venir. Todo lo que existe ha existido y existirá todavía. El autor manifiesta una cierta relajación. ¿Nos dará él claves para salir de lo que parece un ciclo en perpetuo recomienzo?

 

 

Jesús incomoda…Jesús es un misterio (también para Herodes)

 

Después de haber hecho matar a Juan Bautista, Herodes oye hablar de Jesús y se hace preguntas sobre este nuevo personaje. En el fondo de su alma, él tiene remordimientos: él ha tenido la ilusión de deshacerse de Juan, pero la actividad de Jesús revive para él la figura de Juan. Uno no libera su conciencia con una acción brutal. El castigo viene de nuestra conciencia que nos juzga.

La persona de Jesús, como su misión que viene de Dios, es un misterio. También algunos piensan que Jesús es una reencarnación de Juan, o del profeta Elías u otro profeta antiguo. Para comprender el presente, uno se refiere con naturalidad a todo aquello que conoce, al pasado, a sus figuras eminentes. En todas las épocas, se ha tratado de comprender la persona de Jesús con criterios humanos, cuando no se le puede conocer sino con los ojos de la fe iluminada por el Espíritu. Fuera de la fe, Jesús no puede ser que un enigma desconcertante e incomprensible.

Herodes es un asesino curioso y preso de remordimientos. Él no tiene ni la fe, ni el mínimo de empatía para comprender un enviado de Dios. Así, tampoco Jesús nada le responderá cuando, en el momento de su pasión, deberá comparecer ante él. (Lucas 23,9).

 

Jesús incomoda

 

Tanto los profetas como Jesús han sufrido persecución, por incomodar la rutina y la pereza dentro de la cual cada uno se instala. A nadie le gusta ser incomodado, ni que se le pregunte por su conducta y su persona. Herodes había tratado de reducir a Juan al silencio. Del mismo modo querrá hacer lo mismo con Jesús, que por ellos los fariseos le advertirán: "Vete de aquí, para otro lado, porque Herodes quiere hacerte morir" (Lucas 13,31).

En conclusión, Jesús nos incomoda, sea a través de un signo, de una prueba, de una enfermedad…En toda confianza, hemos de poner nuestra confianza entre las manos de su Padre, que quiere nuestro bienestar, nuestra felicidad…Hemos de estar convencidos como Pablo que ha escrito: "Dios hace concurrir todo para el bien de aquellos que ama" (Romanos 8,28). Sin la fe, todo es un enigma incomprensible y a veces sacude nuestra existencia. Es necesario creer para comprender. La promesa de Jesús a Marta se realiza entonces: "Si crees, tú verás la gloria de Dios" (Juan 11,40).

¿Nos dejan perplejos a nosotros también Jesús, el evangelio, la vida y nuestra fe? ¿Estamos nosotros en constante búsqueda del sentido más profundo de nuestra vida cristiana?


Oración

Señor Dios nuestro:
Tú viniste para hacer nuevas todas las cosas
por medio de Jesucristo, tu Hijo.
Que él nos cuestione,
pero también cuestionémonos a nosotros mismos
si le damos en nuestras vidas
el lugar que merece.
Que él dé sentido a todo lo que somos y hacemos
porque él es nuestro Señor resucitado
que vive y reina por los siglos de los siglos. 

 

 

2

 

Herodes se decía: «A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?»
Y tenía ganas de ver a Jesús.

Lucas 9:9

Herodes nos enseña tanto algunas malas cualidades como algunas buenas cualidades. Las malas son bastante obvias. Herodes estaba viviendo una vida muy pecaminosa y, en última instancia, su vida desordenada lo llevó a tener que decapitar a Juan Bautista. Pero este versículo revela una cualidad interesante que debemos tratar de imitar.


Herodes estaba interesado en Jesús. "Tenía ganas de verlo", dice la Escritura. Aunque finalmente esto no llevó a Herodes a aceptar el mensaje original de Juan el Bautista y arrepentirse, fue al menos un primer paso.

 

Por falta de mejor terminología, tal vez podamos llamar a este deseo de Herodes una "santa curiosidad". Sabía que había algo único en Jesús y quería entenderlo. Quería saber quién era Jesús y estaba intrigado por Su mensaje.

 

Aunque todos estamos llamados a ir mucho más allá de lo que Herodes hizo en la búsqueda de la verdad, todavía podemos reconocer que Herodes es una buena representación o imagen de muchos dentro en nuestra sociedad. Muchos están intrigados por el Evangelio y todo lo que presenta nuestra fe. Escuchan con curiosidad lo que dice el Papa y cómo la Iglesia reacciona ante las injusticias en el mundo. Además, la sociedad en su conjunto a menudo nos condena y nos critica a nosotros y a nuestra fe. Pero esto todavía revela una señal de su interés y deseo de escuchar lo que Dios tiene que decir, especialmente a través de nuestra Iglesia.

 

Reflexiona, hoy, sobre dos cosas. Primero, reflexiona sobre tu propio deseo de saber más. Y cuando descubras este deseo no te detengas ahí. Permite que esto te acerque al mensaje de nuestro Señor. En segundo lugar, muéstrate atento a la "santa curiosidad" de los que te rodean. Tal vez un vecino, o un familiar o un compañero de trabajo ha mostrado interés en lo que tu fe y lo que nuestra Iglesia tiene para decir. Cuando veas eso, ora por ellos y pídele a Dios que te use como lo hizo con el Bautista para llevar Su mensaje a todos los que lo buscan.


 

Señor, ayúdame a buscarte en todas las cosas y en todo momento. Cuando la oscuridad se acerque, ayúdame a descubrir la luz que has revelado. Entonces ayúdame a llevar esa luz a un mundo tan necesitado. Jesús, confío en Ti.

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