24 de septiembre del 2022: sábado de la vigésima quinta semana del tiempo ordinario
(Lucas 9, 43b-45), Ninguna filosofía,
ninguna teología, fuera del evangelio, aporta una solución, o una salida a la
tragedia de la muerte, la angustia central de toda vida humana.
Jesús nos ha mostrado que la muerte, libremente aceptada en la confianza y el
amor, abre a la presencia de Dios.
La muerte nos vacía de nosotros mismos y de nuestro egoísmo para acoger el amor
trascendental. La cruz nos despoja de todo, ella nos reduce a la más
profunda pobreza.
(Lucas 9, 43b-45) Jesús
hace milagros y, al mismo tiempo, anuncia que se le dará muerte. Frente a
sus curaciones, estamos llenos de alabanza. Ante su vulnerabilidad, los
discípulos guardan silencio. Hoy, si se presenta la oportunidad, hablaré
para defender a una persona vulnerable.
Primera lectura
Disfruta mientras eres muchacho y pásalo bien en la juventud; déjate llevar del
corazón, de lo que atrae a los ojos; y sabe que Dios te llevará a juicio para
dar cuenta de todo. Rechaza las penas del corazón y rehúye los dolores del
cuerpo: niñez y juventud son efímeras. Acuérdate de tu Hacedor durante tu
juventud, antes de que lleguen los días aciagos y alcances los años en que
dirás: «No les saco gusto.» Antes de que se oscurezca la luz del sol, la luna y
las estrellas, y a la lluvia siga el nublado. Ese día temblarán los guardianes
de casa y los robustos se encorvarán, las que muelen serán pocas y se pararán,
las que miran por las ventanas se ofuscarán, las puertas de la calle se
cerrarán y el ruido del molino se apagará, se debilitará el canto de los pájaros,
las canciones se irán callando, darán miedo las alturas y rondarán los
terrores. Cuando florezca el almendro, y se arrastre la langosta, y no dé gusto
la alcaparra, porque el hombre marcha a la morada eterna y el cortejo fúnebre
recorre las calles. Antes de que se rompa el hilo de planta, y se destroce la
copa de oro, y se quiebre el cántaro en la fuente, y se raje la polea del pozo,
y el polvo vuelva a la tierra que fue, y el espíritu vuelva a Dios, que lo dio.
Vanidad de vanidades, dice Qohelet, todo es vanidad.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 89,3-4.5-6.12-13.14.17
R/. Señor,
tú has sido nuestro refugio
de generación en generación
Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó;
una vela nocturna. R/.
Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca. R/.
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R/.
Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas
(9,43b-45):
En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a
sus discípulos: «Meteos bien esto en la cabeza: al Hijo
del hombre lo van a entregar en manos de los hombres.»
Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro que no cogían
el sentido. Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.
Palabra del Señor
1
Carpe diem
La juventud es un momento privilegiado. Con frecuencia, se piensa que la
fe, es renunciar a sus deseos, respetar las prohibiciones. Pero Dios no me pide
frenarme, o limitarme, al contrario, Él me invita a disfrutar de la vida.
Quizás, mismo, Él habita mis sueños más locos, ¿mis deseos más profundos? ¡Todo
es posible! ¡Pero Dios me invita también
a reflexionar sobre lo que me conviene o no!
Jesús anuncia su muerte
La muerte es el momento
último y supremo de nuestra existencia terrestre. Es el término de un
movimiento, de una evolución, de una historia. Ella es importante porque corona
y le da un sentido, un significado, a todo lo que ha precedido. Es por ello que
Jesús tiene los ojos fijos en el fin de su existencia, que evoca en detalle por
3 veces en los evangelios sinópticos. Y esos anuncios no los comprenden los
discípulos, ellos solo piensan en sus sueños humanos y nacionalistas…
2
«Meteos bien esto en la cabeza: al Hijo del hombre lo van a
entregar en manos de los hombres.»
Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan
oscuro que no cogían el sentido. Y les daba miedo preguntarle sobre el
asunto.
Lucas 9:44-45
Entonces, ¿por qué “les
resultaba tan oscuro que no cogían el sentido” de lo que Jesús les dijo? “Interesante. Aquí Jesús les dice que "presten atención a lo
que les está diciendo." Y entonces comienza a explicar que sufrirá y
morirá. Pero no consigue ser entendido inmediatamente. No entendían lo que
quería decir y "tenían miedo de preguntarle sobre el asunto”
La verdad es que Jesús no se sintió ofendido por su falta de
comprensión. Se dio cuenta de que no lo entenderían inmediatamente. Pero esto
no le impidió decírselo de todos modos. ¿Por qué? Porque sabía que llegarían a
comprender a tiempo. Pero, al principio, los Apóstoles sólo escucharon con un
poco de confusión.
¿Cuándo llegaron a comprender los apóstoles? Entendieron una vez
que el Espíritu Santo descendió sobre ellos guiándolos a toda La Verdad. Se
necesitaron las acciones o la obra del Espíritu Santo para entender tales misterios
tan profundos.
Ciertamente, es lo mismo que pasa con nosotros. Cuando nos
enfrentamos al misterio de los sufrimientos de Jesús, y cuando nos enfrentamos
a la realidad del sufrimiento en nuestra propia vida o en la de quienes amamos,
a menudo podemos confundirnos al principio. Se necesita un don del Espíritu
Santo para abrir nuestra mente para entender. El sufrimiento es más a menudo
inevitable. Todos lo soportamos. Y si no permitimos que el Espíritu Santo
trabaje en nuestra vida, el sufrimiento nos llevará a la confusión y a la
desesperación. Pero si permitimos que el Espíritu Santo abra nuestra mente,
comenzaremos a entender cómo Dios puede obrar en nosotros a través de nuestros
sufrimientos del mismo modo que él trajo la salvación al mundo a través de los
sufrimientos de Cristo.
Reflexiona, hoy, sobre lo bien que comprendes tanto los
sufrimientos de Jesús como los tuyos. ¿Estás permitiendo que el Espíritu Santo
te revele el significado e incluso el valor del sufrimiento? Di una oración al
Espíritu Santo pidiendo esta gracia y deja que Dios te guíe a este profundo
misterio de nuestra fe.
Señor, sé que sufriste y moriste por mi salvación. Sé que mi
propio sufrimiento puede tener un nuevo significado en Tu Cruz. Ayúdame a ver y
a entender más plenamente este gran misterio y a encontrar un valor aún mayor
en Tu Cruz, así como en la mía.
Jesús, confío en Ti.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por visitar mi blog, Deje sus comentarios que si son hechos con respeto y seriedad, contestaré con mucho gusto. Gracias. Bendiciones