5 de septiembre del 2022: lunes de la vigésima tercera semana del tiempo ordinario
(Lucas 6,
6-11) Al igual que los escribas y fariseos, yo deseo conformarme a las
reglas establecidas por los otros, tanto que yo olvido lo esencial de ellas.
Jesús
me recuerda hoy que el amor al prójimo es mucho más que seguir las leyes al pie
de la letra.
Señor,
que el amor, y no la obsesión por las leyes, sea mi único guía.
Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a
los Corintios (5,1-8):
Se sabe de buena tinta que hay un caso de unión ilegítima en vuestra comunidad, y tan grave que ni los gentiles la toleran: me refiero a ése que vive con la mujer de su padre. ¿Y todavía tenéis humos? Estaría mejor ponerse de luto y pidiendo que el que ha hecho eso desaparezca de vuestro grupo. Lo que es yo, ausente en el cuerpo pero presente en espíritu, ya he tomado una decisión como si estuviera presente: reunidos vosotros en nombre de nuestro Señor Jesús, y yo presente en espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesús, entregar al que ha hecho eso en manos del diablo; humanamente quedará destrozado, pero así la persona se salvará en el día del Señor. Ese orgullo vuestro no tiene razón de ser. ¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? Barred la levadura vieja para ser una masa nueva, ya que sois panes ázimos. Porque ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así pues, celebramos la Pascua, no con levadura vieja (levadura de corrupción y de maldad), sino con los panes ázimos de la sinceridad y la verdad.
Palabra de Dios
Se sabe de buena tinta que hay un caso de unión ilegítima en vuestra comunidad, y tan grave que ni los gentiles la toleran: me refiero a ése que vive con la mujer de su padre. ¿Y todavía tenéis humos? Estaría mejor ponerse de luto y pidiendo que el que ha hecho eso desaparezca de vuestro grupo. Lo que es yo, ausente en el cuerpo pero presente en espíritu, ya he tomado una decisión como si estuviera presente: reunidos vosotros en nombre de nuestro Señor Jesús, y yo presente en espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesús, entregar al que ha hecho eso en manos del diablo; humanamente quedará destrozado, pero así la persona se salvará en el día del Señor. Ese orgullo vuestro no tiene razón de ser. ¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? Barred la levadura vieja para ser una masa nueva, ya que sois panes ázimos. Porque ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así pues, celebramos la Pascua, no con levadura vieja (levadura de corrupción y de maldad), sino con los panes ázimos de la sinceridad y la verdad.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 5
R/. Señor, guíame con tu justicia
Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huesped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R/.
Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor. R/.
Que se alegren los que se acogen a ti,
con júbilo eterno;
protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre. R/.
R/. Señor, guíame con tu justicia
Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huesped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R/.
Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor. R/.
Que se alegren los que se acogen a ti,
con júbilo eterno;
protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,6-11):
Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho. Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo.
Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: «Levántate y ponte ahí en medio.» Él se levantó y se quedó en pie.
Jesús les dijo: «Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?»
Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.»
Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.
Palabra del Señor
Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho. Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo.
Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: «Levántate y ponte ahí en medio.» Él se levantó y se quedó en pie.
Jesús les dijo: «Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?»
Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.»
Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.
Palabra del Señor
///////
1
Con respecto a la primera lectura
de la Carta de Pablo a los Corintios, podemos concluir que pertenecer a la
comunidad de creyentes, supone una manera de vivir coherente con la fe. La
comunidad al expulsar al culpable, lo reenvía al mundo donde Satanás ejerce su
poder. Ser expulsado, mismo temporalmente, es una dura prueba.
Pablo desea que la comunidad lleve
al culpable a reflexionar y a corregirse.
¿Otra transgresión en
sábado?
De acuerdo
con lo que vemos en el evangelio, es extraño cómo gente fiel, religiosa y
regularmente practicante, como los escribas y fariseos, eran un gran obstáculo
para la misión de Jesús. Están disgustados y enojados porque Jesús cura a un
hombre con una mano paralítica en el día del Señor. Jesús vino a hacer el bien
y a preservar la vida, como él mismo dijo; a llevar a cabo una misión de amor y
vida, y éstas no pueden expresarse adecuadamente en leyes y mandamientos.
Para Jesús, dignificar y fortalecer
la vida es una prioridad; por eso cura al paralítico ese día. Al sacudir las
tradiciones, Jesús no se opone a la Ley, sin embargo, Él le da todo su valor.
– ¡Nosotros podemos y debemos hacer
el bien también en el Día del Señor, el domingo!
2
«Extiende
el brazo.»
Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.
Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.
Este es un pasaje muy
perturbador. Una y otra vez encontramos que los escribas y fariseos actuaron
con mucha malicia intencional y calculada. Aquí estaban buscando cualquier cosa
con tal de poder acusar a Jesús. ¿Y qué encuentran para poder acusarlo? Ellos testifican
contra Él, acusándolo de hacer un milagro en el día de reposo. Y actúan como si
esto fuera un pecado por parte de Jesús. ¿En serio?
La razón por la que este
pasaje es tan perturbador es porque aquellos que eran los líderes religiosos de
la época claramente sólo estaban interesados en sí mismos, y Jesús estaba
interfiriendo en su auto-donación de ínfulas. Jesús Se estaba volviendo más
popular y respetado que los escribas y fariseos y estaban llenos de envidia.
Un punto importante para aprender
de este pasaje es que el pecado de la envidia nos lleva a la irracionalidad y a
la insensatez. Este pecado nos ciega y nos lleva a pensar y decir cosas
insensatas. Esto es lo que hicieron los escribas y fariseos. ¿Quién en su sano
juicio "acusaría" a Jesús de hacer algo tan bueno como sanar en el
día de reposo? Sólo aquellos que se han quedado ciegos por la envidia.
Aunque este pasaje es
inquietante, es de esperar que se vuelva inquietante de una manera útil. Debe
ser una oportunidad para cada uno de nosotros para mirar nuestra propia vida y
examinar las relaciones que tenemos. ¿Ves envidia presente en alguna de esas
relaciones? ¿Te ves actuando y pensando de una manera irracional a veces hacia
esta persona o aquello?
Reflexiona, hoy, sobre
cualquier tendencia que tengas y en la que te identifiques con los escribas y
fariseos. Ten presente que sus acciones fueron incluidas en la Escritura para
enseñarnos acerca de este feo pecado con el que a veces luchamos. Deja que la
parte perturbadora te motive a trabajar para erradicar la envidia en tu vida.
Señor, quiero estar libre de
los pecados del orgullo, la envidia y los celos. Ayúdame a ver esto en mi vida,
a arrepentirme de ellos y a reemplazarlos con Tu misericordia y amor. Jesús,
confío en Ti.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por visitar mi blog, Deje sus comentarios que si son hechos con respeto y seriedad, contestaré con mucho gusto. Gracias. Bendiciones