8 de septiembre del 2020: La Natividad de la Santísima Virgen María
(Mateo 1,
18-23) Dios tiene un proyecto para cada
uno de nosotros. Y para ser partícipes de él, se trata como María y José, de dejar
nuestros miedos a un lado. Levantémonos, avancemos y perseveremos, mismo en los
momentos difíciles, porque el Señor está con nosotros.
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La genealogía de José es una
larga historia que testimonia la fidelidad de Dios. Pero hoy, la promesa se
cumple en María, que no pertenece a este linaje. Dios no cesará jamás de
sorprendernos por su presencia amante y benefactora.
Primera lectura
Lectura de la profecía de Miqueas
(5,1-4a):
Así dice el Señor: «Pero tú, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá el jefe de Israel. Su origen es desde lo antiguo, de tiempo inmemorial. Los entrega hasta el tiempo en que la madre dé a luz, y el resto de sus hermanos retornará a los hijos de Israel. En pie, pastoreará con la fuerza del Señor, por el nombre glorioso del Señor, su Dios. Habitarán tranquilos, porque se mostrará grande hasta los confines de la tierra, y éste será nuestra paz.»
Palabra de Dios
Así dice el Señor: «Pero tú, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá el jefe de Israel. Su origen es desde lo antiguo, de tiempo inmemorial. Los entrega hasta el tiempo en que la madre dé a luz, y el resto de sus hermanos retornará a los hijos de Israel. En pie, pastoreará con la fuerza del Señor, por el nombre glorioso del Señor, su Dios. Habitarán tranquilos, porque se mostrará grande hasta los confines de la tierra, y éste será nuestra paz.»
Palabra de Dios
Salmo
Sal 12,6ab.6cd
R/. Desbordo de gozo con el Señor
Porque yo confío en tu misericordia:
alegra mi corazón con tu auxilio. R/.
Y cantaré al Señor
por el bien que me ha hecho. R/.
R/. Desbordo de gozo con el Señor
Porque yo confío en tu misericordia:
alegra mi corazón con tu auxilio. R/.
Y cantaré al Señor
por el bien que me ha hecho. R/.
Lectura del santo evangelio según san
Mateo (1,1-16.18-23):
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".»
Palabra del Señor
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".»
Palabra del Señor
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1
El destino de una
ciudad
Belén de Efrata es la ciudad natal del rey David. La ciudad
está situada a nueve kms al sur de
Jerusalén y su nombre significa "casa del pan". Es aquí donde
Dios promete que un jefe, un líder vendrá al mundo para aportar la libertad. Él
respetará la justicia y el derecho, y el pueblo podrá vivir en la paz gracias a
Él. Los evangelistas Mateo y Juan, verán en Jesús ese liberador nacido en
Belén, quien aportará la paz a los hombres.
Jesucristo, el elegido
de Dios
Cristo en griego, o Mesías en hebreo, quiere decir "ungido"; ungir a alguien
es derramarle aceite sobre la cabeza para mostrarle que él es elegido por Dios,
como los reyes y ciertos profetas. En la época de Jesús, los judíos esperaban
un Mesías descendiente de David y enviado por Dios para preparar la venida del
Reino de Dios sobre la tierra. Algunos han reconocido en Jesús este Mesías
esperado.
La genealogía de Jesús,
que escuchamos hoy en el evangelio de Mateo, se confunde con la historia
de Israel. Judíos, cristianos y musulmanes reclaman a Abraham como padre de los
creyentes. David es el más célebre de los reyes de Israel. Cinco mujeres son
mencionadas; algo inhabitual en la época. Rahab y Rut son extranjeras. Tamar y
Betzabé madre de Salomón, sufrieron la dominación masculina. Estas historias familiares
complicadas hacen parte de la historia de Jesús. María su madre está encinta
antes de casarse. José es consiente al contraer nupcias con ella y reconoce a Jesús
como su propio hijo, portador de una historia.
Para evitar que María sea acusada injustamente de adulterio,
José decide romper su compromiso con ella, pues esta parece ser la única
salida. Dios interviene para que José acepte esta paternidad inesperada.
La Biblia,
incluyendo las lecturas de hoy, mira a María en función de su Hijo; no se dice
nada más en el Evangelio que lo que ilustra y sirve a la misión de
Cristo. Su discreción nos dice mucho sobre su carácter y papel , y al
mismo tiempo sobre nuestra misión: testificar silenciosamente la preeminencia
de Cristo, servirle, abrirse a su salvación, vivir para los otros.
Oración:
Señor, Dios nuestro
te damos gracias por darnos a María
como madre de nuestro Señor.
En ella nos muestran lo fuerte que es tu gracia
y lo sorprendentemente cerca que estás de tu pueblo.
Danos una fe firme
en las grandes cosas que tú haces por nosotros
y ayúdanos a responder a tus regalos
con alegría y un corazón acogedor.
Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.
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te damos gracias por darnos a María
como madre de nuestro Señor.
En ella nos muestran lo fuerte que es tu gracia
y lo sorprendentemente cerca que estás de tu pueblo.
Danos una fe firme
en las grandes cosas que tú haces por nosotros
y ayúdanos a responder a tus regalos
con alegría y un corazón acogedor.
Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.
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Feliz cumpleaños Madre Bendita!
«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por
nombre Enmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".»
A todos nos encanta celebrar
cumpleaños. Hoy es la celebración del cumpleaños de nuestra querida
madre. En diciembre honramos su Inmaculada Concepción. En enero la
celebramos como Madre de Dios. En agosto celebramos su Asunción al cielo y
hay muchos otros días durante el año en los que honramos un aspecto único de su
vida. ¡Pero hoy es simplemente su celebración de cumpleaños!
Celebrar su cumpleaños es una
forma de celebrar su personalidad. La celebramos simplemente por ser ella
misma. Hoy no necesariamente nos enfocamos en ninguno de los aspectos
únicos, hermosos y profundos de su vida. No miramos necesariamente todo lo
que logró, su perfecto sí a Dios, su coronación en el cielo, su asunción o
cualquier otro detalle. Todas las partes de su vida son gloriosas,
hermosas, sobrecogedoras y dignas de sus propias fiestas y celebraciones
únicas.
Hoy, sin embargo, simplemente
celebramos a nuestra Santísima Madre porque fue creada y traída a este mundo
por Dios y solo eso vale la pena celebrar. La honramos simplemente porque
la amamos y celebramos su cumpleaños como celebraríamos el cumpleaños de
cualquier persona que amamos y cuidamos.
Reflexiona hoy sobre el hecho
de que la Madre María es tu madre. Ella realmente es tu madre y vale la
pena celebrar su cumpleaños de la misma manera que celebrarías el cumpleaños de
cualquier persona que fuera miembro de tu familia. Honrar a María hoy es
una forma de solidificar tu vínculo con ella y asegurarte que deseas que sea
una parte importante de tu vida.
¡Feliz cumpleaños,
Santísima Madre! ¡Te queremos mucho!
Dios te salve, María, llena
eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú entre todas las mujeres y
bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
Precioso Jesús, por el Corazón
de la Inmaculada Virgen María, Madre nuestra, ¡en Ti confiamos!
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