viernes, 22 de julio de 2022

23 de julio del 2022: sábado de la decimosexta semana del tiempo ordinario

 

Testigo de la fe

Santa Brígida de Suecia

Monja, fundadora de la Orden del Santísimo Salvador. Princesa sueca, madre de ocho hijos, viuda a los cuarenta y dos, Brigitte tuvo profundas experiencias espirituales; fue consejera de reyes y papas. Murió en 1373. Es copatrona de Europa con los santos Benito, Cirilo y Metodio, santa Catalina de Siena y Edith Stein.

 

( Mateo 13, 24-30)  En la vida cotidiana, ¿está mi atención puesta en el trigo o en la cizaña? Si mi respuesta es la cizaña, probablemente sea porque tiendo fácilmente a criticar. Sin embargo, Jesús me advierte contra este comportamiento, porque corre el riesgo de destruir a más o menos largo plazo lo que es bueno en mí, pero también en el otro.

 


 

Primera lectura

Lectura del libro de Jeremías (7,1-11):

Palabra del Señor que recibió Jeremías: «Ponte a la puerta del templo, y grita allí esta palabra: "¡Escucha, Judá, la palabra del Señor, los que entráis por esas puertas para adorar al Señor! Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Enmendad vuestra conducta y vuestras acciones, y habitaré con vosotros en este lugar. No os creáis seguros con palabras engañosas, repitiendo: 'Es el templo del Señor, el templo del Señor, el templo del Señor.' Si enmendáis vuestra conducta y vuestras acciones, si juzgáis rectamente entre un hombre y su prójimo, si no explotáis al forastero, al huérfano y a la viuda, si no derramáis sangre inocente en este lugar, si no seguís a dioses extranjeros, para vuestro mal, entonces habitaré con vosotros en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres, desde hace tanto tiempo y para siempre. Mirad: Vosotros os fiáis de palabras engañosas que no sirven de nada. ¿De modo que robáis, matáis, adulteráis, juráis en falso, quemáis incienso a Baal, seguís a dioses extranjeros y desconocidos, y después entráis a presentaros ante mí en este templo, que lleva mi nombre, y os decís: 'Estamos salvos', para seguir cometiendo esas abominaciones? ¿Creéis que es una cueva de bandidos este templo que lleva mi nombre? Atención, que yo lo he visto."» Oráculo del Señor.

Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 83,3.4.5-6a.8a.11

R/.
 ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!

Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor, mi corazón
y mi carne retozan por el Dios vivo.R/.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
y la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío.R/.

Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza;
caminan de baluarte en baluarte.R/.

Vale más un día en tus atrios
que mil en mi casa, y prefiero
el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados.R/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,24-30):

En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: «El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?" Él les dijo: "Un enemigo lo ha hecho." Los criados le preguntaron: "¿Quieres que vayamos a arrancarla?" Pero él les respondió: "No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.»

Palabra del Señor

 

 

 El mal que nos rodea


“Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.»

Mateo 13:30 

 

 

El mal que nos rodea debería ser evidente para aquellos que miramos con los ojos de la fe. Solo necesitamos comparar todo lo que nuestro Señor nos ha revelado y la Iglesia a través de la Escritura con los diversos valores y opiniones del mundo. Cuando lo hagamos, nos sorprenderá el marcado contraste entre ellos.

 

Usando la imagen de esta parábola, sería como el agricultor que sale a comprobar su cosecha de trigo. Mientras lo hace, ve la cizaña mezclada con el trigo. Aunque ve que ambos crecen juntos, también es consciente del hecho de que no puede eliminar la cizaña sin arrancar el trigo. Entonces, en lugar de preocuparse por el crecimiento de la cizaña, él pone sus ojos en el tiempo de la cosecha cuando el trigo será cosechado para siempre y la cizaña será recogida y quemada.

 

Así debe ser con nuestras vidas. Seremos fácilmente tentados a la desesperación si nos obsesionamos con el mal dentro de nuestro mundo. No debemos ignorarlo, pero tampoco debemos preocuparnos demasiado por ello. Esto solo es posible si nosotros, como el agricultor, mantenemos nuestros ojos en el "tiempo de cosecha". La gran cosecha que anticipamos es el momento de la justicia divina cuando Dios corrige todo mal y separa lo bueno de lo malo. La justicia prevalecerá al final, aunque no sea evidente aquí y ahora.

 

Reflexiona, hoy, sobre cualquier forma en que te veas afectado por los males de nuestro mundo. Tal vez el flujo constante de malas noticias en los medios te deprima. O tal vez te encuentres con varios males en tu vida diaria de parte de otros. Cualquiera que sea el caso, no te escandalices ni escandalices por los ataques del maligno. Mantén tus ojos fijos en nuestro Señor y ten plena confianza en Su divina justicia por venir.

 

 

Señor de toda justicia, confío en tu promesa de fidelidad en todas las cosas. Mientras veo y experimento varios males en este mundo, ayúdame a nunca caer en su trampa o señuelo. Libérame de la duda y la desesperación y dame una esperanza perfecta en Tu promesa de justicia y misericordia. Jesús, en Ti confío.

 

 

2


    Hoy celebramos la memoria de santa Brígida de Suecia. En la mayoría de los países es memoria libre, pero en Europa es fiesta porque es una de las patronas de Europa y tiene lecturas propias. 

      Hoy, fuera de Europa, toca el evangelio de la parábola del trigo y la cizaña. Es una parábola que nos habla de la paciencia de Dios para con nosotros. Algunos de los empleados del dueño del campo querían arrancar la cizaña en cuanto vieron que empezaba a crecer. Pero fue el dueño el que les dijo que prefería esperar a ver como maduraba toda la cosecha. Entonces se vería claridad la diferencia entre la cizaña y el trigo. No fuera a ser que llevados de sus prisas y de sus urgencias purificadoras arrancase parte del trigo al querer arrancar la cizaña. 

      Santa Brígida ilumina también un momento de la historia de Europa en que la iglesia necesitó mucho de la paciencia de Dios. El siglo XIV fue su siglo. Eran tiempos duros y convulsos aquellos de la Edad Media. Hasta los papas habían dejado Roma y se habían instalado en Aviñón (Francia). No todos, ni reyes ni papas, se dejaban guiar precisamente por lo mejor del Evangelio en sus vidas. Brígida fue una mujer en un mundo dominado por los hombres y, en un cierto sentido, por la fuerza bruta. Sin embargo, vivió entregada a la oración, viajó por toda Europa y trató por todos los medios de ayudar a todos a vivir una vida más conforme con el Evangelio. 

      Quizá la han hecho patrona de Europa porque la recorrió en todas direcciones. Hizo las tres peregrinaciones más tradicionales en aquel tiempo: fue a visitar la tumba de Santiago Apóstol en Santiago de Compostela, la tumba de san Pedro en Roma y llegó también a Jerusalén a visitar los santos lugares. Tuvo relación por carta y personal con los líderes religiosos y políticos de la época, instando siempre al papa a volver a Roma y dejar Aviñón y no dudando en reprender a los que no se comportaban adecuadamente, ya fuesen obispos, abades, o nobles. A muchos los ayudó a convertirse y vivir una vida mejor. 

      A santa Brígida le tocó vivir en un tiempo en el que la cizaña convivía con el trigo. Como el dueño del campo tuvo paciencia para amonestar a todos y predicar la palabra de Dios. Ella no se sentía encargada de cosechar. Lo suyo fue sembrar y tratar de hacer lo posible para que nada se torciera. Lo suyo era tener la misma paciencia que Dios tiene con nosotros, dándonos siempre otra oportunidad para enderezar nuestra vida. 

      Ojalá sepamos escuchar la voz de las personas que Dios nos va poniendo en el camino de nuestra vida para ayudarnos a crecer bien. Es posible que, al final del camino, quede quizá algo de cizaña en el campo de nuestra vida. Ahí será Dios mismo el que se encargue de recogerla y quemarla para que podamos entrar con toda la dignidad de hijos e hijas de Dios en su reino.

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