domingo, 17 de julio de 2022

18 de julio del 2022: Lunes de la decimosexta semana del tiempo ordinario



(Miqueas 6, 1-4.6-8) Algunas personas piensan que la fe y la religión son sinónimos de sacrificios o reglas que deben observarse. Miqueas nos invita a descubrir otra forma, más respetuosa del rostro divino y de los seres humanos: la fe es un humilde caminar con Dios.




Primera lectura

Lectura de la profecía de Miqueas (6,1-4.6-8):

Escuchad lo que dice el Señor: «Levántate y llama a juicio a los montes, que escuchen los collados tu voz.»
Escuchad, montes, el juicio del Señor; atended, cimientos de la tierra: El Señor entabla juicio con su pueblo y pleitea con Israel: «Pueblo mío, ¿qué te hice o en qué te molesté? Respóndeme. Te saqué de Egipto, de la esclavitud te redimí, y envié por delante a Moisés, Aarón y María.»
«¿Con qué me acercaré al Señor, me inclinaré ante el Dios de las alturas? ¿Me acercaré con holocaustos, con novillos de un año? ¿Se complacerá el Señor en un millar de carneros, o en diez mil arroyos de grasa? ¿Le daré un primogénito para expiar mi culpa; el fruto de mi vientre, para expiar mi pecado?»
«Te han explicado, hombre, el bien, lo que Dios desea de ti: simplemente, que respetes el derecho, que ames la misericordia y que andes humilde con tu Dios.»


Palabra de Dios


Salmo

Sal 49

R/.
 Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios

«Congregadme a mis fieles,
que sellaron mi pacto con un sacrificio.»
Proclame el cielo su justicia;
Dios en persona va a juzgar. R/.

«No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños.» R/.

«¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos?» R/.

«Esto haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara.
El que me ofrece acción de gracias, ése me honra;
al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios.»
 R/.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (12,38-42):

En aquel tiempo, algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús: «Maestro, queremos ver un signo tuyo.»
Él les contestó: «Esta generación perversa y adúltera exige un signo; pero no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra. Cuando juzguen a esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que la condenen, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás. Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.»

Palabra del Señor



1

En la primera lectura, Miqueas se convierte en abogado de Dios. El Señor acusa poniendo a la creación por testigo. Al recordar ciertos acontecimientos del pasado, Dios muestra que Él es liberador y justo. El ofrece justicia y paz. Él siempre ha estado presente bendiciendo y acompañando al pueblo. Y, por lo tanto, este último, ha olvidado las bendiciones, los beneficios de Dios y ha puesto su confianza en otros dioses.
El pueblo quiere pedir perdón a Dios. ¿Qué hay que hacer para restablecer la relación con el Señor? ¿Qué animales sacrificar? ¿Cuáles ritos hay que respetar? Miqueas demuestra acá que los ritos no son importantes para Dios. Lo importante es mostrar nuestra filiación a Él, actuando a su manera, con justicia y bondad, No se trata de hacer cosas, sino de ser buenos y construir un mundo más justo.

En el Evangelio, vemos cómo los maestros de la Ley pensaban que el Mesías les sería revelado por signos milagrosos. Ellos entonces, interrogan a Jesús. El único signo o señal que Jesús les da es la de su muerte y su resurrección, simbolizada en la historia de Jonás; y ésta no es la respuesta esperada. La gente está siempre ávida de signos, señales o pruebas… ¿Es que yo todavía necesito ver grandes prodigios y milagros para creerle al Señor? o por el contrario soy capaz de descubrirle hasta en las cosas y acontecimientos más sencillos de la vida?



2

Buscando una señal

«Maestro, queremos ver un signo tuyo.»
Él les contestó: «Esta generación perversa y adúltera exige un signo; pero no se le dará más signo que el del profeta Jonás.



Jonás era la señal. Pasó tres días y tres noches en el vientre de una ballena. Ciertamente quienes lo arrojaron por el costado del bote lo dieron por muerto. Pero la ballena actuó como un instrumento de la voluntad de Dios, ya que trajo a Jonás a Nínive para predicar el arrepentimiento. ¡Y se arrepintieron y cambiaron sus vidas! La oscuridad del vientre de la ballena, al final, se convirtió en una bendición y una señal para los siglos venideros.

Avancemos rápidamente de la historia de Jonás a la historia anterior cuando los seguidores de Jesús buscan una señal de su parte. Quieren algún tipo de "prueba" de quién es Él. O tal vez solo son curiosos y quieren ser "entretenidos" por un milagro. Cualquiera sea el caso, Jesús deja en claro que la señal que dará es la señal de Jonás.

Claramente, la historia de Jonás es una prefiguración de la muerte de Jesús; Sus tres días en la tumba y su resurrección. Esta es la señal que Jesús ofrecerá y la señal que continúa ofreciendo. Es un signo de gran esperanza cuando lo percibimos correctamente. 

Sin embargo, muy a menudo podemos caer en la misma tentación que los seguidores de Jesús en la historia anterior. Muy a menudo también queremos una señal diferente a las señales que Jesús nos dio. Queremos alguna otra prueba de Dios y de su voluntad. Queremos que hable alto y claro. Pero eso no siempre sucede. Pero parece ser que  lo que experimentamos más a menudo es el silencio de Dios. Podemos preguntarnos: “Señor, ¿Dónde estás? ¿Por qué no me hablas? Pero Jesús nos hablará de la misma manera. Él nos recordará gentilmente su vida, muerte y resurrección. Él nos recordará que debemos creer en todo lo que ha hablado, e incluso si sentimos que estamos en el vientre de una ballena o muertos en una tumba, la esperanza no se pierde. Dios está presente en todas las cosas y está activo y presente incluso cuando parece estar en silencio.

Reflexiona, hoy, sobre cuán fuerte es tu fe a pesar de que es posible que no obtengas la señal del cielo que puedes desear. Debes recordar que el Padre te habló claramente a través de la vida, muerte y resurrección de Jesús, y ésta es la forma en la que Él continúa hablando hoy. Escucha esa lección y abraza las verdades que proclama. Incluso si sientes que estás en una tumba o que Dios está en silencio, debes saber que no lo está. Él te está hablando todo el tiempo. Solo necesitas discernir Su voz.


Señor, ayúdame a creer en ti, aunque no vea milagros o señales del cielo. Ayúdame a creer en ti a pesar de cualquier duda o debilidad que tenga en la vida. Dame una fe firme para responder a tu llamado en mi vida. Jesús, confío en ti.

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