Recuperando la inocencia (Marcos 10, 13-16) Acoger el Reino con la inocencia de un niño significa reconectar con esa capacidad de asombro a menudo sofocada por el peso de nuestros hábitos. Esto requiere dejar de lado nuestra armadura de adultos autosuficientes y abandonar nuestra tendencia a referirnos sólo a nosotros mismos. Al reconocer nuestra dependencia del Padre, abrimos nuestras vidas a un futuro rico en promesas que va más allá de nuestras expectativas. Jean-Paul Musangania, sacerdote asuncionista (Marcos 10, 13-16) Quizás porque ellos no pueden comprender todo en el mundo de los adultos, los niños tienen un don especial para acoger el misterio divino. Pido al Señor poder acercarme a este misterio con la misma franqueza y la misma apertura mental de un niño. Primera lectura Sir 17,1-13 Dios hizo al hombre a su propia imagen Lectura del libro del Eclesiástico EL Señor creó al ser humano de la tierra, y a ella lo hará volver de nuevo. Concedió a los...
Gustavo Quiceno Jaramillo, Sacerdote misionero de La Diócesis de La Dorada-Guaduas, sirviendo en el Vicariato Apostólico de San Andrés y Providencia-Colombia. "Ay de mi sino evangelizo!", dijo Pablo. Estoy aquí también en X: @gadabay,con 140 caracteres para decirle a la gente que Dios los ama inmensamente.