7 de septiembre del 2021: martes de la vigésima tercera semana del tiempo ordinario
(Colosenses
2, 6-15) A través del bautismo, Cristo viene a morar en nosotros y es desde
dentro que nos libera del mal al ofrecernos acoger el amor ilimitado de Dios.
Sobre esa base, podemos construir nuestra vida con confianza.
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los
Colosenses 2, 6-15
Hermanos:
Ya que habéis aceptado a Cristo Jesús, el Señor, proceded según
Arraigados en él, dejaos construir y afianzar en la fe que os enseñaron, y
rebosad agradecimiento.
Cuidado con que haya alguno que os capture con esa teoría que es una insulsa
patraña forjada y transmitida por hombres, fundada en los elementos del mundo y
no en Cristo.
Porque es en Cristo en quien habita corporalmente toda la plenitud de la
divinidad, y por él, que es cabeza de todo principado y autoridad, habéis
obtenido vuestra plenitud.
Por él fuisteis también circuncidados con una circuncisión no hecha por
hombres, cuando os despojaron de los bajos instintos de la carne, por la
circuncisión de Cristo.
Por el bautismo fuisteis sepultados con él, y habéis resucitado con él, porque
habéis creído en la fuerza de Dios que lo resucitó de entre los muertos.
Estabais muertos por vuestros pecados, porque no estabais circuncidados; pero
Dios os dio vida en él, perdonándoos todos los pecados. Borró el protocolo que
nos condenaba con sus cláusulas y era contrario a nosotros; lo quitó de en
medio, clavándolo en la cruz, y, destituyendo por medio de Cristo a los
principados y autoridades, los ofreció en espectáculo público y los llevó
cautivos en su cortejo
Palabra de Dios.
Salmo
Sal 144, 1-2. 8-9. 10-11
R/. El
Señor es bueno con todos.
Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; bendeciré tu nombre por siempre jamás. Día
tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás.. R/.
El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el
Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas R/.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que
proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañasR/.
Lectura del santo evangelio según San Lucas (6,
12-19):
Sucedió que por aquellos días se fue él al monte a orar, y se pasó la noche
en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió
doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles.
A Simón, a quien llamó Pedro,
y a su hermano Andrés;
a Santiago y Juan,
a Felipe y Bartolomé,
a Mateo y Tomás,
a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes;
a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor.
Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de
discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y
de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser
curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos
quedaban curados.
Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a
todos.
Palabra del Señor
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Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran
multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de
Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle
y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus
inmundos quedaban curados.
Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a
todos.
El Evangelio de Lucas nos presenta lo que
tradicionalmente se conoce como el "Sermón de la Llanura". Casi
todo lo que Lucas incluye en este sermón también se encuentra en el
"Sermón del Monte" de Mateo. Mateo, sin embargo, agrega algunas
enseñanzas que no se encuentran en Lucas. El sermón de Mateo tiene tres
capítulos, mientras que el de Lucas tiene solo uno.
En esta, la introducción a este “Sermón de la
Llanura”, del cual estaremos leyendo toda la semana, Lucas señala que un gran
número de personas vinieron de todas partes para escuchar a Jesús. Esta
multitud incluía a muchos judíos, pero también a muchas personas del territorio
pagano de Tiro y Sidón. ¿Y qué fue lo que atrajo a tantos de ellos? Vinieron
para "escuchar" a Jesús predicar y "ser sanados". Querían
escuchar las palabras de Jesús ya que hablaba con gran autoridad y de una
manera que estaba cambiando vidas. Y estaban especialmente asombrados por
el poder sanador que manifestó Jesús. La última línea del pasaje de hoy,
le da gran énfasis a este deseo de sanación: toda
la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
Es interesante ver cómo Jesús realizó tantos milagros poderosos
mientras realizaba Su ministerio público. Este fue especialmente el caso
cuando comenzó Su ministerio. Se convirtió en una especie de celebridad
instantánea para muchos y fue la comidilla de los muchos pueblos de los
alrededores. Pero también es interesante notar que, a medida que pasaba el
tiempo, Jesús le dio más énfasis a Su enseñanza que a los milagros.
¿Qué es lo que te atrae hacia nuestro Señor? Quizás
si Dios realizara numerosos milagros manifiestos hoy, muchas personas se
asombrarían. Pero los milagros físicos no son la obra más grande de
nuestro Señor y, por lo tanto, no deberían ser el enfoque principal de nuestra
relación con Él. La razón principal por la que debemos sentirnos atraídos
hacia nuestro Señor es porque Su santa Palabra se hunde profundamente en
nosotros, nos cambia y nos atrae a la comunión con Él. Esto se ve
claramente por el hecho de que ahora que el mensaje del Evangelio se ha
establecido profundamente y la Iglesia se ha formado, los milagros físicos son
raros. Ocurren, pero no de la misma manera que sucedieron cuando Jesús
estableció por primera vez Su ministerio público.
Reflexione hoy sobre la razón principal por la
que se siente atraído por nuestro Señor. Busque Su Palabra viva, dicha en
lo más profundo de su corazón. El milagro más importante que se produce
hoy es el de la transformación interior. Cuando una persona escucha a Dios
hablar, responde a esa Palabra y le permite cambiar su vida, este es uno de los
milagros de gracia más importantes que podamos encontrar. Y esta es la
razón principal por la que debemos sentirnos atraídos hacia Él, buscarlo y
seguirlo dondequiera que nos lleve.
Mi milagroso Señor, por favor llévame hacia
Ti, enseñándome en el desierto de mi vida interior de silencio y soledad. Ayúdame
a buscarte para que pueda escuchar Tu Palabra, que me ha sido hablada para
darme nueva vida. Que siempre te escuche para que tu santa Palabra me
transforme más plenamente, convirtiéndome en la nueva creación que tú deseas
que sea. Jesús, en Ti confío.
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