9 de octubre del 2022: 28o Domingo del Tiempo Ordinario (C)

No es cierto acaso, que estamos tan acostumbrados a recibir que a veces olvidamos agradecer a la gente que nos presta servicio, nos hace un favor. No sucede lo mismo con Dios? No nos da ÉL todo, desde la fecundidad de la tierra hasta la capacidad humana de trabajar? En nuestra celebración comunitaria (misa, culto...) de este fin de semana, tomémonos el tiempo necesario para reconocer la bondad de Dios y dirigirle nuestra oración de alabanza y acción de gracias.


Primera lectura

Lectura del segundo libro de los Reyes (5,14-17):

EN aquellos días, el sirio Naamán bajó y se bañó en el Jordán siete veces, conforme a la palabra de Eliseo, el hombre de Dios, Y su carne volvió a ser como la de un niño pequeño: quedó limpio de su lepra.
Naamán y toda su comitiva regresaron al lugar donde se encontraba el hombre de Dios. Al llegar, se detuvo ante él exclamando:
«Ahora conozco que no hay en toda la tierra otro Dios que el de Israel. Recibe, pues, un presente de tu siervo».
Pero Eliseo respondió:
«Vive el Señor ante quien sirvo, que no he de aceptar nada».
Y le insistió en que aceptase, pero él rehusó.
Naamán dijo entonces:
«Que al menos le den a tu siervo tierra del país, la carga de un par de mulos, porque tu servidor no ofrecerá ya holocausto ni sacrificio a otros dioses más que al Señor».

Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 97,1.2-3ab.3cd-4

R/. El Señor revela a las naciones su salvación.

V/. Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.

V/. El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.

V/. Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.

 

 

Segunda lectura

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (2,8-13):

Querido hermano:
Acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre ¡os muertos, nacido del linaje de David, según mi evangelio, por el que padezco hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada.
Por eso lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen la salvación y la gloria eterna en Cristo Jesús.
Es palabra digna de crédito:
Pues si morimos con él, también viviremos con él;
si perseveramos, también reinaremos con él;
si lo negamos, también él nos negará.
Si somos infieles, él permanece fiel,
porque no puede negarse a sí mismo.

Palabra de Dios


EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN LUCAS
CAPITULO 17, versículos 11 al 19

De camino a Jerusalén, Jesús pasaba por los confines entre Samaría y Galilea,
y al entrar en un pueblo, le salieron al encuentro diez leprosos. Se detuvieron a cierta distancia
y gritaban: «Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros.»
. Jesús les dijo: «Vayan y preséntense a los sacerdotes.»
Mientras iban quedaron sanos. Uno de ellos, al verse sano, volvió de inmediato alabando a Dios en alta voz,
y se echó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole las gracias. Era un samaritano.
Jesús entonces preguntó: «¿No han sido sanados los diez? ¿Dónde están los otros nueve?
¿Así que ninguno volvió a glorificar a Dios fuera de este extranjero?»
 Y Jesús le dijo: «Levántate y vete; tu fe te ha salvado.»
Palabra de Dios


A guisa de introducción:

Cristo marca registrada?

Cuando uno ya está convencido de Jesucristo, cuando se le ha encontrado de verdad y se encuentra en Él todo lo necesario para ser feliz (el sentido de la vida, la salvación, la paz, la ausencia de miedo a todo, mismo a la muerte), es muy difícil no hablar de Él, no acordarse de Él a todos los instantes y querer hablar a todo el mundo de su proyecto, del evangelio, de lo que nos promete y realiza, repito, eso es inevitable. 

 Cuando uno se “enamora” de Jesús, se apasiona por su BUENA NOTICIA, es ineludible no tomar en serio el bautismo, todos los demás sacramentos, en especial la EUCARISTIA…ES INEVITABLE querer atraer todo el mundo hacia Él y hacia su grupo de amigos: la asamblea de los creyentes, de sus amigos (La Iglesia).

El problema de nuestro mundo actual es que vivimos en función de muchas cosas y personas, menos en función de Aquel que puede darnos la vida eterna, la realización holística (cuerpo-alma-espíritu) que no tiene fecha de caducidad,  y que comienza acá abajo mismo.

Con razón decía Pablo: “Mi vivir es Cristo” y en otra parte expresa “Ay de mi sino evangelizo”.

“En un mundo que busca un “sentido”, las marcas son nuestra nueva religión. Gracias a la publicidad, ellas han tomado la ascendencia en todo, incluso en las palabras y el pensamiento.
Mundialización, medio ambiente…después de haber contribuido a desarreglar(alterar) el mundo, se presta a las marcas el poder de salvarlo…
(revista Cles, Francia 2013).

Este es el mundo en el que vivimos en función de las marcas de consumo, marcas que nos marcan y nos enmarcan como cuadro o pintura fija sin darnos posibilidades de mirar otro horizonte mejor, el de la marca registrada hecha en el cielo: cristiano.

En este pequeño chiste que me contaron el año pasado está pintada nuestra realidad actual: cuentan que en Francia un niño de 8 años, se presentó al bautismo y por su edad pues ya era capaz de responder por sí mismo las preguntas formuladas por el sacerdote, entre ellas estaba esta: Quieres ser cristiano? a lo que el infante  respondió espontáneamente “No padre, yo quiero ser Messi”.

Lo del fútbol es cuento aparte, es indudable la alienación tremenda que ha llegado ejercer en todo el mundo, llevando mismo a pandillas, barras e hinchadas de jóvenes a matarse unos a otros sin distinguir qué es lo esencial en la vida.

De pronto ha olvidado usted a Jesucristo? Es más, es negligente con Él?, no lo toma en serio?, es un personaje más, una opción de fundador de una religión entre el montón? La prueba de que lo asume de esta última manera se la voy a mostrar: no le diré que  es porque no va a misa…esto es importante y en definitiva ayuda mucho a la fe, sí, pero lo esencial es dejarse transformar por Él, cambiar de mentalidad, de comportamiento, tener una actitud menos egoísta, menos farisea, hacerse más humilde, comprensivo, tener la capacidad de perdonar y ser tierno con los otros (sin necesidad por ello de ser gay, la ternura no es falta de hombría, la ternura es la manera de Dios que nunca es “amaneramiento”).

En la segunda lectura de este domingo, Pablo le dice a su discípulo Timoteo: “Acuérdate de Jesucristo”. Y en el evangelio, Jesús nos da a saber que entre 10 leprosos purificados (sanados), nueve lo han olvidado y que sólo uno regresa para dar gracias a Dios. Apenas están sanos “se abren del parche” como decimos popularmente en Colombia, “desocupan el campo”. Les falta esta respuesta de amor que precipita al décimo ex leproso a arrojarse a los pies de Jesús en agradecimiento por la salud recobrada.

La palabra no es muy halagadora: el olvido. Acá se olvida a Cristo, allá se olvida de hacer honores y dar gracias, y acá todavía más, el nombre de Jesús se vacía poco a poco de su sentido real para convertirse en una abstracción desnuda de humanidad.

Pero en qué situación se encuentra usted? Dónde está usted? Esfuerza su memoria para fortalecer su fe y continuar su combate espiritual? Reconoce usted la obra de su salvador o bien es usted olvidadizo? Como lo afirma de manera fuerte el padre Luc Fritz: “La acción de gracia, en efecto, no está abierta sino a aquel que hace memoria (recuerda) (de) los dones recibidos”.


Haga memoria! Y Cristo le dirá como en el evangelio: “Levántate  y ve, tu Fe te ha salvado!”



Aproximación psicológica al texto del evangelio:


Aprender a decir gracias

Agradecer nos acerca a Dios,
habla de nuestra humildad y dependencia.
Este segundo lunes de octubre (10) se celebra en Canadá “El día de acción de Gracias”, cerca de ahí, en USA, se celebra el “thanksgiving”, pero esta fiesta tiene su propia tradición y se celebra un mes más tarde.

...Pero cuál es el origen de la ACCIÓN DE GRACIAS? En sus orígenes remotos, ella viene de las antiguas fiestas de la cosecha que celebraban la TIERRA-MADRE.  De hecho, se trataba de agradecer a Dios por la fecundidad de la tierra y por los frutos que recibimos.

Cuando estuve en Camerún, en el África pobre y semidesértica, me emocionaba ante la alegría, la danza y la oración de acción de gracias que desplegaban los cristianos por las primicias de la tierra; a pesar de ser escasas algunos años, uno descubría en el rostro y alma de los “mafas” (las personas de la etnia con la cual compartí) la disposición natural para agradecer al dios de sus ancestros y hacedor del mundo por sus bendiciones.

Sin temor a equivocarme, creo que todos los seres humanos poseemos esta tendencia natural, innata a AGRADECER.

Acaso no es verdad, que la mayoría de nosotros, cuando estamos enfermos o esperando con inquietud  los resultados de un examen médico, nos volvemos hacia el Señor con todo nuestro corazón para pedirle su apoyo, su sostenimiento, su ayuda?

Los 10 leprosos del evangelio de este domingo estaban con certeza en esta dinámica cuando lanzaron el grito: “Jesús, Maestro, Ten piedad de nosotros!” Y su petición fue escuchada. Los 10 hombres fueron purificados. Pero uno solo, alabando a Dios, vuelve para agradecer a Cristo.

Cuando una necesidad o un deseo son satisfechos, generalmente sabemos alegrarnos. Pero dar gracias, posiblemente no sea espontáneo.

Tantas cosas nos son dadas:
 el planeta y sus riquezas,
toda esa gente que la habita,
la diversidad de culturas,
nuestras familias,
nuestros amigos y
la inteligencia humana que no cesa de escrutar el universo y de transformarlo….

La lista es larga, pero acaso... todo esto nos lleva al agradecimiento y a la acción de gracias hacia aquel que es el origen y o fuente de todos esos beneficios, el Señor mismo?

Tenemos hoy en el evangelio un relato típico de milagro, donde después de describir la enfermedad y la petición de sanación, nos presenta un Jesús que sana con una palabra y las personas sanadas o curadas creen en esta palabra. Lo que hay de diferente, es el final: uno de los 10 leprosos sanados “Vuelve dando Gloria a Dios en voz alta”, según las traducciones habituales, pero que yo prefiero traducir por “él reorienta su vida para ir hacia Jesús celebrando la calidad del ser extraordinario de Dios”. Y Jesús lanza la pregunta: Por qué 1 sobre 10 ha reaccionado así?

Descartemos rápidamente una falsa pista que yo veo muy seguido explotada en los sermones, predicaciones u homilías. La cuestión de Jesús no hace referencia a una falta de agradecimiento, como si Jesús estuviera ofuscado porque no le hayan dicho Gracias a Él o a Dios. No se trata de un evangelio sobre la buena educación. Lo que está en juego es mucho más grande, mucho más serio.

Qué ha vivido o experimentado entonces uno de los 10 leprosos? Uno podría responder como Enrique Iglesias: una experiencia religiosa (pero con seguridad de otro tipo). Pues para cantar de este modo las alabanzas de Dios, ha sido necesario que él (el leproso curado) tome conciencia que su curación ha sido obra de Dios, y más precisamente ha sido necesario que él se sienta envuelto por un amor intenso de Dios por él, y que llore de alegría hasta tal punto que su vida ha cambiado completamente. 

De ahora en adelante, él irradiará este amor. La vida es ahora maravillosa, por eso es que él canta. El hecho de volver a Jesús y postrarse a sus pies, expresa su deseo de caminar tras Él y vivir sus enseñanzas. Cuando Jesús le dice. “Levántate y camina”, le está diciendo: “debes ser una persona que permanece en pie, vive lo que has descubierto”. El verdadero milagro no es la curación, la limpieza de la lepra, sino la transformación de este hombre.

Un gran misterio por lo tanto permanece: Por qué él y porque no los otros? Se habla en el evangelio de un samaritano (de alguien que era considerado como un cismático a los ojos de los judíos, puesto que ellos no aceptaban la totalidad de los libros bíblicos y despreciaban el templo de Jerusalén, es como si se hablara hoy de un musulmán en país cristiano)-

Con toda seguridad que está el misterio de la libertad humana. Pero nosotros sabemos por experiencia  que es después de haber conocido la enfermedad que nosotros apreciamos la alegría o el regocijo de la salud.  Es necesario haber aceptado el sufrimiento de la maternidad para poder llorar de alegría ante su recién nacido. Es necesario haber vivido la visita de un cáncer para descubrir el don extraordinario de cada segundo que pasa. Es como si aprender a vivir fuera de cualquier modo aprender a levantarse después de caer. Y es aquí cuando yo debo tomar una decisión: acepto yo dentro de una fe total, abrirme al llamado a la vida, antes que preferir permanecer prisionero de mi noche? ..Misteriosamente la fe es verdaderamente liberadora…Tenemos nosotros esta fe?

La vida no es siempre fácil, pero hoy cuando nos reunimos en comunidad, en Iglesia para celebrar la sublime acción de gracias (LA EUCARISTIA, la cena), miremos la belleza de lo que nos rodea. Y dirijamos una oración de alabanza al Padre por todo lo que nos da, empezando por su Hijo Jesucristo y su Espíritu Adorador.



REFLEXIÓN CENTRAL:



Saber decir gracias!


Yo Creo que conocemos dos tipos de personas que nos parecen muy simpáticas, por no decir “cansonas” en nuestro argot popular, las “saludables” como una lechuga, esas que saludan a toda hora, mismo si te ven 3 veces en el día, 3 veces te dicen “hola” o “buenos días” y el segundo tipo es el de aquellas que tienen un “gracias” a toda hora en su boca…Y a muchos de nosotros nos parece que esto es empalagoso, por no decir “incómodo”…y es porque se nos ha vuelto tan común la indiferencia y el desagradecimiento o ingratitud...lo que debe ser verdaderamente anormal.


Si nos detuviéramos a pensar, concluiríamos que  esas personas no están “erradas”, ni son “anormales” por saludarnos a todo momento o decirnos gracias por la más mínima cosa.  Cuántas relaciones de amistad, de familia se hieren, se interrumpen y en ocasiones indefinidamente por falta de una actitud de acogida, de amor o amistad espontánea o la ausencia de una actitud de gratitud. Piensen y verán, encontrarán por qué le caen tan mal aquel “fulano” o “fulana” en el trabajo, aquel compañero de colegio, aquel vecino (a)…Y es que, como leía hace pocos meses en el comentario de un evangelio del domingo en francés, entre las dos cosas que más nos impiden avanzar en comunidad, en relaciones sólidas de amistad, están “creerse quién sabe quién…creerse  más…la vaca que más …” y 2, pensar, dar por hecho que las otras personas son como nos las imaginamos, y no darles oportunidad de hacerse conocer, de escucharles, acogerles por lo que realmente son y no dejarse influenciar por los comentarios de terceros…a estas dos pésimas y negativas actitudes podríamos sumar entonces “la indiferencia y la ingratitud”.

Ahora yo no sé si usted dice “gracias” continuamente, quizás lo hace 1 vez sobre 10…decir gracias al portero, a quien nos hace el domicilio, al telefonista…a mi esposo (o), compañero (a), a mi padre, a mi madre, a mi hijo, a mi amigo.

La plenitud de la fe, es la acción de gracias. La palabra técnica para acción de gracias, es eucaristía. Celebrar la Eucaristía (la misa), es dar gracias a Dios Padre por el don que nos ha hecho de la Vida, de la esperanza, de la resurrección en Jesucristo su Hijo. “Acuérdate de Jesucristo quien ha resucitado de entre los muertos”, dice también hoy el Apóstol Pablo a su discípulo Timoteo en la 2ª lectura. (2 Timoteo 2,8).

En el relato de la primera lectura Naamán, un general sirio sanado de su lepra, quiere dar a Eliseo un gran regalo. Eliseo lo rechaza puesto que él quiere sea remarcada o destacada la GRATUITAD DE DIOS. Eliseo no quiere que él piense que los milagros se venden, o que esto es obra exclusiva suya, entonces, se niega a recibir toda recompensa material. Pero Naamán quiere agradecer al dios que lo ha sanado. Entonces, él se lleva con él algunas fanegadas de la tierra de Israel en sus mulas, para que una vez de regreso en Siria pueda orar al dios de Israel (Yahvé o Jehová). Esta es una imagen espléndida.
No hay receta automática para dar gracias. El leproso samaritano ha sido capaz de posponer para más tarde el cumplimiento de la ley y darle primero la atención a Jesús.
Cuánto nos gustaría que en Iglesia hiciéramos de vez en cuando lo mismo, y mostráramos más acogida, más apertura, más tolerancia, antes que aplicar la ley y la doctrina, abrir el corazón antes que exigir la ley…
Es necesario que las leyes o los procedimientos no impidan la acción de gracias, porque es aquel quien ha dado el paso necesario, a quien Jesús dice: “levántate y vete, tu fe te ha salvado”. Solo aquel que ha dado gracias se ha sanado en verdad. Diez han sido curados, pero sólo uno ha sido verdaderamente transformado. La piel de los 10 está limpia. Un solo corazón ha visto entreabrirse el cielo.


OBJETIVO DE VIDA PARA LA SEMANA:

1.    En este día de acción de gracias, doy gracias a Dios por:

La belleza del mundo,

Por los dones y los talentos personales,

Por el don de la Fe y la gracia del evangelio.

2.    Me esfuerzo más por acoger bien a las personas, escuchar sus preocupaciones y eventualmente hacerles favores.

3.    Visito a un enfermo y le brindo toda mi atención.



ORACIÓN-CONTEMPLACIÓN

En el camino te he encontrado Señor.

Y tu mirada se ha cruzado con la mía.

Tu presencia invade el fondo de mi ser y

de un solo golpe yo fui purificado de mis pecados.

 Yo quiero cantar las bendiciones

que Tú me prodigas cada día:

el don de la vida, la fecundidad de la tierra

la belleza de la naturaleza que llena el universo,

La riqueza de las personas que me rodean.

 Desde el momento en que Tú habitas en mí,

yo quiero alabarte sin cesar,

ser testigo día tras día de tu amor,

comprometerme con mis hermanos

que cuentan con mi apoyo para sostenerles y socorrerles.

 Yo doy gracias por la FE de las comunidades cristianas,

por los hombres y mujeres que revelan tu nombre,

por las familias que educan a sus hijos en la verdad de tu amor,

por todas las personas que se comprometen cerca de los más desfavorecidos,

y que vuelven a dar a sus semejantes su dignidad debida.

Todos ellos, le dan sentido a la existencia y hacen humano,

amable y fraternal el mundo.

Gloria a Dios que nos da la vida cada día.

Gloria a Cristo que nos ha abierto las puertas del amor.

Gloria al Espíritu que ilumina nuestros caminos por siempre.

Amén.



REFERENCIAS:

-        Pequeño Misal “Prions en Église”, edición quebequense, Novalis, 2010,2013.

-        http://mystereetvie.com



-        BEAUCHAMP, André. Comprendre la Parole, année C. Novalis, 2007.
 

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