22 de noviembre del 2022: martes de la trigésima cuarta semana del tiempo ordinario- Santa Cecilia
Testigo de
la fe
Santa Cecilia
Joven romana martirizada durante las últimas
persecuciones. Según un relato del siglo V, su esposo Valeriano y un
amigo, Tiburcio, fueron ejecutados. La misma Cecilia sobrevivió a una
estocada durante tres días, “cantando en su corazón” las alabanzas del Señor.
(Lucas
21, 5-11) Hoy en día, las computadoras y otros aparatos fabricados hace
solo unos años se consideran verdaderas antigüedades. En este mundo donde
todo pasa tan rápido, pido al Señor que me enseñe a tender siempre hacia lo Eterno.
Primera lectura
Lectura del libro
del Apocalipsis (14,14-19):
Yo, Juan, miré, y apareció una nube blanca; y sentado sobre La nube alguien
como un Hijo de hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro y en su mano
una hoz afilada. Salió otro ángel del santuario clamando con gran voz al que estaba
sentado sobre la nube:
«Mete tu hoz y siega; ha llegado la hora de la siega, pues ya está seca la mies
de la tierra».
El que estaba sentado encima de la nube metió su hoz sobre la tierra y la
tierra quedó segada. Otro ángel salió del santuario del cielo, llevando él
también una hoz afilada. Y del altar salió otro ángel, el que tiene poder sobre
el fuego, y gritó con gran voz al que tenía la hoz afilada, diciendo:
«Mete tu hoz afilada y vendimia los racimos de la viña de la tierra, porque los
racimos están maduros».
El ángel metió su hoz en la tierra y vendimió la viña de la tierra y echó las
uvas en el gran lagar de la ira de Dios.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 95,10.11-12.13
R/. Llega el Señor a regir la tierra.
V/. Decid a los pueblos: «El Señor es rey:
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente». R/.
V/. Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque. R/.
V/. Delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad. R/.
Lectura del santo
evangelio según san Lucas (21,5-11):
En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado
que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo:
«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que
no sea destruida».
Ellos le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está
para suceder?».
Él dijo:
«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo
soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis
noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario
que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».
Entonces les decía:
«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos,
y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y
grandes signos en el cielo».
Palabra del Señor
«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra
reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá
también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo».
Esta profecía de Jesús
ciertamente se desarrollará. ¿Cómo se desarrollará, prácticamente
hablando? Eso aún está por verse.
Es cierto que algunas personas
pueden decir que esta profecía ya se está cumpliendo en nuestro
mundo. Algunos tratarán de asociar este y otros pasajes proféticos de las
Escrituras con cierto tiempo o evento. Pero esto sería un
error. Sería un error porque la naturaleza misma de una profecía es que
está velada. Toda profecía es verdadera y se cumplirá, pero no toda
profecía se entenderá con perfecta claridad hasta el Cielo.
Entonces, ¿qué tomamos de esta
palabra profética de nuestro Señor? Aunque este pasaje puede, de hecho,
referirse a eventos más grandiosos y universales por venir, también puede
hablar de nuestras propias situaciones particulares presentes en nuestra vida
hoy. Por lo tanto, debemos permitir que Sus palabras nos hablen dentro de
esas situaciones. Un mensaje específico que nos dice este pasaje es que no
deberíamos sorprendernos si, a veces, parece como si nuestro mundo estuviera
sacudido hasta la médula. En otras palabras, cuando vemos caos, maldad,
pecado y malicia a nuestro alrededor, no debemos sorprendernos ni
desanimarnos. Este es un mensaje importante para nosotros a medida que
avanzamos en la vida.
Para cada uno de nosotros,
puede haber muchos “terremotos, hambrunas y plagas” que encontremos en la
vida. Adoptarán diversas formas y, en ocasiones, serán causa de mucha
angustia. Pero no es necesario que lo sean. Si entendemos que Jesús
es consciente del caos que podemos encontrar y si entendemos que Él realmente
nos preparó para él, estaremos más en paz cuando vengan los problemas. En
cierto sentido, podremos decir simplemente: "Oh, esta es una de esas
cosas, o uno de esos momentos, que Jesús dijo que vendría". Esta
comprensión de los desafíos por venir debería ayudarnos a prepararnos para
ellos y soportarlos con esperanza y confianza.
Reflexiona hoy sobre cualquier
forma particular en que esta palabra profética de Cristo haya tenido lugar en
tu propia vida. ¡Has de saber que Jesús está allí en medio de todo el caos
aparente, llevándolo a la gloriosa conclusión que tiene en mente para ti!
Señor, cuando mi mundo parezca
derrumbarse a mi alrededor, ayúdame a volver mis ojos hacia Ti y a confiar en
Tu misericordia y gracia. Ayúdame a saber que nunca me abandonarás y que
tienes un plan perfecto para todas las cosas. Jesús, en Ti confío.
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