5 de noviembre del 2022: sábado de la trigésima primera semana del tiempo ordinario
Filipenses (4,10-19)
En
este pasaje vemos el agradecimiento de Pablo a los filipenses por varias
razones: su donativo para ayudarlo a sobrevivir, y su interés en el evangelio
que Pablo proclama.
Pablo confía ciegamente en Dios, sabe que todo
lo que pase (hambre, frío, incomprensión…) no puede desviarlo del amor que
siente por “aquel que lo conforta”, y pone en sus manos su vida.
Lucas (16,9-15) El discípulo, el seguidor, el administrador de Jesucristo tiene que ser fiel. Tarea nada fácil en una sociedad en la que marca caminos muy dispares ante los caminos del Reino.
Primera lectura
Lectura de la carta
del apóstol san Pablo a los Filipenses (4,10-19):
Me alegré muchísimo en Cristo de que ahora por fin pudierais expresar el
interés que sentís por mí; siempre lo habíais sentido, pero os faltaba la
ocasión. Aunque ando escaso de recursos, no lo digo por eso; yo he aprendido a
arreglarme en toda circunstancia. Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy
entrenado para todo y en todo: la hartura y el hambre, la abundancia y la
privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. En todo caso, hicisteis bien
en compartir mi tribulación. Vosotros, los filipenses, sabéis además que, desde
que salí de Macedonia y empecé a predicar el Evangelio, ninguna Iglesia, aparte
de vosotros, me abrió una cuenta de haber y debe. Ya a Tesalónica, me
mandasteis más de una vez un subsidio para aliviar mi necesidad; no es que yo
busque regalos, busco que los intereses se acumulen en vuestra cuenta. Éste es
mi recibo: por todo y por más todavía. Estoy plenamente pagado al recibir lo
que me mandáis con Epafrodito: es un incienso perfumado, un sacrificio
aceptable que agrada a Dios. En pago, mi Dios proveerá a todas vuestras
necesidades con magnificencia, conforme a su espléndida riqueza en Cristo
Jesús.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 111,1-2.5-6.8a.9
R/. Dichoso quien teme al Señor
Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita. R/.
Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo. R/.
Su corazón está, seguro, sin temor.
Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad. R/.
Lectura del santo
evangelio según san Lucas (16,9-15):
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Ganaos amigos con el dinero
injusto, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas. El que
es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es
honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado. Si no fuisteis de
fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no
fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro, ¿quién os lo dará? Ningún siervo
puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o
bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios
y al dinero.»
Oyeron esto los fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él.
Jesús les dijo: «Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero
Dios os conoce por dentro. La arrogancia con los hombres Dios la detesta.»
Palabra del Señor
Jesús les dijo: «Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os conoce por dentro. La arrogancia con los hombres Dios la detesta.»Lucas 16:14-15
“¡Dios conoce el
corazón!” ¡Gran verdad de la que estar profundamente conscientes! Muy
a menudo en la vida hay conceptos erróneos que tenemos de los demás y conceptos
erróneos que los demás tienen sobre nosotros. Este pasaje va al corazón de
esta tendencia de los fariseos de crear una imagen falsa de sí mismos para que
los demás los vean y les importa poco la verdad interior de la que solo Dios es
consciente.
Entonces, ¿qué es más
importante para ti? ¿Qué prefieres? ¿Estás más preocupado por las
opiniones de los demás o por la verdad de tu vida en la mente de Dios?
Esta lucha puede ir en dos
direcciones. Por un lado, como los fariseos, podemos esforzarnos por
presentar una imagen falsa de nosotros mismos a los demás mientras, al mismo
tiempo, Dios es plenamente consciente de la verdad y es consciente de la imagen
falsa que estamos tratando de representar. Por otro lado, podemos
encontrarnos con que los demás tienen una imagen falsa de quiénes somos, lo que
puede causarnos mucho daño. Cuando esto sucede, podemos ser inducidos a la
ira hacia los demás y tender a defendernos irracional y excesivamente.
Pero ¿qué es
importante? ¿Qué debe preocuparnos? La verdad es lo que importa y
poco nos debe importar aquello que a Dios no le preocupa. Solo debemos
preocuparnos por lo que está en la mente de Dios y lo que Él piensa sobre
nosotros y nuestras vidas.
Reflexiona hoy sobre tu
tendencia a preocuparte por lo que los demás piensen de ti. Debes saber
que Dios quiere que vivas una vida honesta por la cual te presentas de manera
verdadera, transparente. No seas como los fariseos que se obsesionaban con
las imágenes halagadoras y falsas que los demás tenían de
ellos. Preocúpate solo de vivir en la verdad y en lo que está en el
corazón de Dios y deja el resto a Él. Al final, eso es todo lo que
importa.
Señor, ayúdame a ver lo que
hay en tu corazón y ayúdame a preocuparme solo por cómo me ves. Sé que me
amas y sé que quieres que viva plenamente en la verdad. Que Tu amor sea la
guía de mi vida en todas las cosas. Jesús, en Ti confío.
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