viernes, 4 de noviembre de 2022

5 de noviembre del 2022: sábado de la trigésima primera semana del tiempo ordinario

 


Filipenses (4,10-19) En este pasaje vemos el agradecimiento de Pablo a los filipenses por varias razones: su donativo para ayudarlo a sobrevivir, y su interés en el evangelio que Pablo proclama.

Pablo confía ciegamente en Dios, sabe que todo lo que pase (hambre, frío, incomprensión…) no puede desviarlo del amor que siente por “aquel que lo conforta”, y pone en sus manos su vida.

 

 

Lucas (16,9-15) El discípulo, el seguidor, el administrador de Jesucristo tiene que ser fiel. Tarea nada fácil en una sociedad en la que marca caminos muy dispares ante los caminos del Reino.

 


 

Primera lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (4,10-19):

Me alegré muchísimo en Cristo de que ahora por fin pudierais expresar el interés que sentís por mí; siempre lo habíais sentido, pero os faltaba la ocasión. Aunque ando escaso de recursos, no lo digo por eso; yo he aprendido a arreglarme en toda circunstancia. Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy entrenado para todo y en todo: la hartura y el hambre, la abundancia y la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. En todo caso, hicisteis bien en compartir mi tribulación. Vosotros, los filipenses, sabéis además que, desde que salí de Macedonia y empecé a predicar el Evangelio, ninguna Iglesia, aparte de vosotros, me abrió una cuenta de haber y debe. Ya a Tesalónica, me mandasteis más de una vez un subsidio para aliviar mi necesidad; no es que yo busque regalos, busco que los intereses se acumulen en vuestra cuenta. Éste es mi recibo: por todo y por más todavía. Estoy plenamente pagado al recibir lo que me mandáis con Epafrodito: es un incienso perfumado, un sacrificio aceptable que agrada a Dios. En pago, mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su espléndida riqueza en Cristo Jesús.

Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 111,1-2.5-6.8a.9

R/. Dichoso quien teme al Señor


Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita. R/.

Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo. R/.

Su corazón está, seguro, sin temor.
Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad. R/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (16,9-15):

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas. El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado. Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro, ¿quién os lo dará? Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.»
Oyeron esto los fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él.
Jesús les dijo: «Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os conoce por dentro. La arrogancia con los hombres Dios la detesta.»

Palabra del Señor

 


Imágenes falsas de sí mismos


Oyeron esto los fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él.

Jesús les dijo: «Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os conoce por dentro. La arrogancia con los hombres Dios la detesta.»Lucas 16:14-15

 

“¡Dios conoce el corazón!”  ¡Gran verdad de la que estar profundamente conscientes! Muy a menudo en la vida hay conceptos erróneos que tenemos de los demás y conceptos erróneos que los demás tienen sobre nosotros. Este pasaje va al corazón de esta tendencia de los fariseos de crear una imagen falsa de sí mismos para que los demás los vean y les importa poco la verdad interior de la que solo Dios es consciente.

Entonces, ¿qué es más importante para ti? ¿Qué prefieres? ¿Estás más preocupado por las opiniones de los demás o por la verdad de tu vida en la mente de Dios?

Esta lucha puede ir en dos direcciones. Por un lado, como los fariseos, podemos esforzarnos por presentar una imagen falsa de nosotros mismos a los demás mientras, al mismo tiempo, Dios es plenamente consciente de la verdad y es consciente de la imagen falsa que estamos tratando de representar. Por otro lado, podemos encontrarnos con que los demás tienen una imagen falsa de quiénes somos, lo que puede causarnos mucho daño. Cuando esto sucede, podemos ser inducidos a la ira hacia los demás y tender a defendernos irracional y excesivamente.  

Pero ¿qué es importante? ¿Qué debe preocuparnos? La verdad es lo que importa y poco nos debe importar aquello que a Dios no le preocupa. Solo debemos preocuparnos por lo que está en la mente de Dios y lo que Él piensa sobre nosotros y nuestras vidas.  

Reflexiona hoy sobre tu tendencia a preocuparte por lo que los demás piensen de ti. Debes saber que Dios quiere que vivas una vida honesta por la cual te presentas de manera verdadera, transparente. No seas como los fariseos que se obsesionaban con las imágenes halagadoras y falsas que los demás tenían de ellos. Preocúpate solo de vivir en la verdad y en lo que está en el corazón de Dios y deja el resto a Él. Al final, eso es todo lo que importa.

 

Señor, ayúdame a ver lo que hay en tu corazón y ayúdame a preocuparme solo por cómo me ves. Sé que me amas y sé que quieres que viva plenamente en la verdad. Que Tu amor sea la guía de mi vida en todas las cosas. Jesús, en Ti confío.

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