22 de enero del 2023 : tercer domingo del tiempo ordinario (A)
Buena noticia para toda la humanidad
Jesús
comienza su misión en un rincón del país, la "Galilea de las
naciones". Con Él, se levanta la luz en nuestro mundo donde dominan las
tinieblas. Por su enseñanza y sus milagros, anuncia la llegada del Reino de
Dios para su pueblo y también para los hombres y mujeres de toda la tierra.
PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE
ISAÍAS 8, 23b-9, 3
En otro tiempo el
Señor humilló el país de Zabulón y el país de Neftalí; ahora ensalzará el
camino del mar, al otro lado del Jordán, la Galilea de los gentiles. El pueblo
que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de sombras, y
una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu
presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. Porque
la vara del opresor, y el yugo de su carga, el bastón de su hombro los
quebrantaste como el día de Madián.
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL
SALMO 26
R.- EL SEÑOR ES MI
LUZ Y MI SALVACIÓN
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R.-
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R.-
Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por todos los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R.-
habitar en la casa del Señor
por todos los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R.-
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R.-
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R.-
SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA PRIMERA
CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 1,
10-13. 17
Hermanos:
Os ruego en nombre de
nuestro Señor Jesucristo: poneos de acuerdo y no andéis divididos. Estad bien
unidos con un mismo pensar y sentir. Hermanos, me he enterado por los de Cloe
de que hay discordias entre vosotros. Y por eso os hablo así, porque andáis
divididos, diciendo: “Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Pedro, yo soy
de Cristo.” ¿Está dividido Cristo? ¿Ha muerto Pablo en la cruz por vosotros?
¿Habéis sido bautizados en nombre de Pablo? No me envió Cristo a bautizar, sino
a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz
la cruz de Cristo.
Palabra de Dios
ALELUYA Mt, 4,23
Jesús proclamaba el Evangelio del Reino, curando las
dolencias del pueblo.
EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 4, 12-23
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 4, 12-23
Al enterarse Jesús de
que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se
estableció en Cafarnaúm, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí.
Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: “País de Zabulón y país de
Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El
pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en
tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.”
Entonces comenzó
Jesús a predicar diciendo:
-- Convertíos, porque
está cerca el reino de los cielos.
Pasando junto al lago
de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su
hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les
dijo:
-- Venid y seguidme,
y os haré pescadores de hombres.
Inmediatamente
dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos
hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca
repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Recorría toda
Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino,
curando las enfermedades y dolencias del pueblo.
Palabra del Señor
A guisa de introducción:
Compartir la luz
Qué es la
luz? En verdad, hoy uno no sabe apreciarla lo suficiente. Nosotros estamos
constantemente inundados de ella día y noche.
Algunos de
entre nosotros por lo tanto, hemos vivido una época en que los
anocheceres se pasaban a la luz de velas de cera o de parafina. Uno podía más
fácilmente tomar conciencia de la importancia de la luz más radiante, estable y
potente como la luz eléctrica. ..
Como
cristianos, somos portadores de una LUZ muy especial, LA LUZ DE CRISTO. Ésta
vence las tinieblas en nuestro interior y nos hace vivir en la VERDAD y el
AMOR.
Como la luz
del día, la luz de Cristo es intocable y brilla al lado de todos aquellos que
se le acercan. Ella se comparte sin perder su brillo. Ella reúne y guía los
peregrinos que somos nosotros en los senderos de la vida. En un mundo que
busca en ocasiones esconder sus zonas de oscuridad con luces artificiales,
sepamos hacer conocer la luz de Cristo que brilla para todos.
Dispongámonos
desde hoy a la conversión del corazón. Despojémonos del yo egoísta y volvámonos
hacia Dios y hacia nuestro prójimo.
La
invitación hecha por Jesús a los discípulos se dirige también a nosotros hoy.
Como ellos, estemos prestos a dejar todo para ponernos al servicio de este Reino de
luz y de amor.
Aproximación psicológica al texto del
evangelio
Yo me mudo!
El evangelio da gran cantidad de indicaciones estableciendo claramente
la influencia de Juan Bautista sobre Jesús. Y en su evangelio
Mateo nos da a entender que es el arresto de Juan lo que habría
empujado a Jesús
a tomar la decisión de coger la batuta (asumir su misión), retomando
textualmente- al menos en los inicios- el mensaje de Juan.
Las cosas no son tan simples, ya que Mateo se inspira acá en Marcos, y
sabemos que Marcos no ve la relación de causa –efecto entre el arresto de Juan
Bautista y el comienzo del compromiso de Jesús. Lo que Marcos quiere
hacer comprender, es que con la partida de Juan, la página se voltea o pasa
y que es la hora para Jesús de entrar en escena.
Algo muy cierto en todo caso es que para
que Jesús “abandonara Nazaret y viniera habitar a Cafarnaúm», debió
ocurrir cualquier cosa. Pero qué? Probablemente una combinación de
los siguientes factores, que tomados de manera aislada, restan hipotéticos:
1. La atracción que ejerce la libertad, y los desafíos de la ciudad sobre un
provinciano (pueblerino) a quien los límites de su pequeño pueblo comienzan
a serle insoportables o rutinarios.
2. La madurez de una fe que ahora intenta ir hasta el final
de sus interrogantes y que ha escuchado un llamado a un compromiso.
3. La insatisfacción de un carpintero que
aspira llegar a ser constructor (ebanista) , hacedor
de hombres, todo como Él llamara después a otros para convertirse en pescadores
de hombres.
4. La irrupción (entrada) del Espíritu de
Dios en la vida de un hombre hasta ahora despreocupado, acomodado, satisfecho,
como ocurre tantas veces con los profetas.
5. Influenciado por Juan , quien ha
trabajado por su supervivencia y vive en la espera de Dios, Jesús decide
ir a recibir el bautismo de Juan y poco tiempo después decide dejar todo para
ir a la ciudad.
Aquel Jesús que enseguida debía invitar a otros a “dejarlo todo
para seguirle”, comienza entonces por comprometerse él mismo en esta
experiencia de ruptura. Él se establece en una ciudad cosmopolita, lejos de la
seguridad de su pueblo, entre personas que no comparten, necesariamente su fe.
Jesús no tiene ni trabajo ni amigos. Pero sobretodo, no tiene
probablemente ideas muy claras sobre su futuro. Si se excluye el mesianismo
político, él no es nada, no tiene ninguna identidad social, ningún puerto de anclaje,
contrariamente a los zorros y a las aves que “tienen madrigueras y nidos” (Mt
8,20).
He aquí el desafío que acepta Jesús, al decidir de mudarse a la gran
ciudad. Esperar no solamente en Dios su futuro sino también su presente. Pues
llega el día donde el ambiente familiar no es suficiente para contener
lo que se lleva dentro, cuando es necesario consentir (permitir) rupturas
amenazantes (arriesgadas) con su universo familiar. Uno no sabe a dónde llevará eso, pero el descubrimiento (o
redescubrimiento) del sentido de su vida tiene frecuentemente ese precio.
No más rápidos que los apóstoles!
Los relatos de vocación presentados en los 4 evangelios son
deliberadamente simplificados (reducidos) a lo esencial. Lo que los
evangelistas quieren enseñarnos a la vez, es la fuerza de atracción de
Jesús y el carácter ejemplar de la respuesta suscitada por su
llamado.
Se puede ser un poco más explícito en esta experiencia profunda?
“Yo los haré pescadores de hombres” (cf. Mt 4,19). Un día , si ustedes me
siguen, su dinamismo interior será orientado hacia las personas y ya no más
hacia las cosas. Un día, lo más importante para ustedes no será ya ganarse la
vida, sino servir a la vida. Un día ustedes llegarán a ser sensibles a las
necesidades profundas de las personas, y ustedes los evangelizarán, es decir,
ustedes les comunicarán una buena noticia, ustedes los volverán más sensibles
al hecho (al entendimiento) de que su vida (de ellos) tiene un
sentido.
“Yo os haré”. Es
importante de destacar el futuro acá. Jesús no dice: vengan, todo es claro para
ustedes ahora, ustedes son pescadores de hombres. No. Todo lo que Él hace, es
dejar entrever a estos hombres que si deciden frecuentarle, seguirle, ellos
llegarán de manera progresiva a
descubrir un género (tipo, manera) de compromiso que movilizará todas sus energías, lo que dará un sentido (una razón) a toda
su vida.
Esto nos permite que concluyamos mejor el sentido evangélico de la
vocación del cristiano. La vocación no es una misión ya del todo hecha y que se
recibe del exterior, como si Dios se divirtiera enviándonos telegramas. Al contrario, ella no es una
iniciativa que uno decide tomar una buena mañana, por un deseo de cambio,
o todavía un objetivo que uno se asigne a sí mismo , al término de un análisis
lógico.
A pesar de lo que se arriesga de retener (aprender)
cuando se hace el intento de resumirla en tres palabras, la vocación es
siempre un largo proceso. Es el consentimiento de ponerse en
búsqueda de su verdad. Es el lento descubrimiento de su camino. Es la enérgica
y valiente exploración, el discernimiento paciente hacia la manera única,
existente entre miles, que dará un sentido a su vida.
Y los discípulos no escaparán de sus lentitudes necesarias. Al término
de su ruta (caminar) con ellos, Jesús estará todavía en la tarea de
llamarles! Todavía insistirá en la tarea de sensibilizarlos sobre
lo que ellos son, sobre lo que ellos llevan. Él les dejará entender que
ellos todavía tienen cosas para descubrir en su interior, antes de lanzarse de verdad a la
acción.
Ninguno de nosotros no podría asegurar que es cristiano por pretender
conocer con facilidad su vocación, por decidir con antelación cuál será su
camino. Si bien es cierto que todos somos discípulos del mismo
Jesús y en marcha hacia el mismo Padre, la vocación es diferente para cada uno.
Aceptar este hecho y consentir ponerse en búsqueda de su propia
verdad, es decir ya SI a Dios.
REFLEXIÓN CENTRAL:
1
La luz que brilla en las tinieblas
Los textos
bíblicos de este domingo nos hablan de una región, digamos de un "mundo"
complicado que tiene mala reputación. Es el caso de los territorios de Zabulón
y de Neftalí al norte de la Galilea. Se debe saber que es un lugar de paso
cercano a las regiones paganas. Se le llama "Galilea de los
gentiles", porque está influenciada y contaminada por el mundo pagano.
Pero el profeta reacciona, anunciando que estos territorios también se
beneficiarán de la salvación que el Señor prepara: El pueblo que
caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de sombras, y una
luz les brilló.
Ahora,
es allí, en ese lugar cubierto de vergüenza, que Jesús emprende su primera
evangelización. Todo comienza lejos de Jerusalén, en pleno corazón de este
mundo agitado y con diversos matices, un mundo pagano, donde no dejan de haber
enfrentamientos y divisiones. De igual manera a Jesús lo vemos llegar a
Nazaret, una ciudad de la cual uno se demanda qué puede salir de bueno. Juan
Bautista lo designa como el Cordero de Dios, aquel que "quita" el
pecado del mundo. Su prioridad es ir hacia aquellos que están más lejos de
Dios, en esas tierras malditas, tierras de pecado y de tinieblas. Jesús viene a
habitar a Cafarnaúm: esta ciudad, todavía hoy, evoca el más oscuro desorden.
Es
un desafío que Jesús lanza al pecado y a Satanás y al mismo tiempo es un acto
de fe extraordinaria en el hombre. Se podría haber pensado que Jesús no podía confiar ni contar con la gente
de esta región y sin embargo escoge sus primeros colaboradores, sus primeros
responsables, entre los habitantes de esta región. Dirigiéndose a Pedro y a
Andrés, les dice: "síganme y yo haré de ustedes pescadores de
hombres". Jesús no llama a eruditos
en biblia o en liturgia, sino a personas ordinarias o comunes, a simples
pescadores.
Nos
corresponde sacar las consecuencias para nuestra fe. Primero que todo comprendamos que somos llamados tal cual somos. El Señor no llama los más capaces, pero los
hace capaces. Nosotros tenemos testimonios de personas requeridas por la
justicia e igualmente de terroristas que se han convertido a Cristo, y que
testimonian hasta donde pueden de este encuentro con Él. Todo el Evangelio nos
muestra que Jesús ha venido a "buscar a los pecadores y salvar lo que
estaba perdido". Es lo que pasó con Saulo de Tarso el perseguidor (llamado
después Pablo) y tantos otros.
La
Buena Noticia del Evangelio es para todos. Ningún ser, ninguna situación no escapa
a la cercanía y al amor de Dios. Es para nosotros una llamada a cambiar nuestra
mirada sobre las personas y sobre el mundo. Muy frecuentemente , tenemos una
mirada desconfiada sobre las personas. Si queremos ser discípulos y misioneros,
debemos volvernos a Cristo y dejarnos guiar por Él. Él nos enseñará a acoger a
cada persona tal como es, confiando en ella y a darle todas las oportunidades.
Estamos llamados a ser "el amor de Cristo".
Cuando
el papa Francisco invita a la Iglesia a ir a las "periferias", sólo
quiere actualizar lo que ha hecho Jesús. Seguirlo es ir al encuentro de toda la
humanidad, es hacerse cercano de cada persona y sobre todo de los marginados.
Es grande la tentación de decirse: "para qué, eso no sirve de nada".
Sería olvidar que la misión es ante todo asunto del Señor y no de nosotros. Es
Él quien nos envía su Espíritu Santo. Él actúa en el corazón de aquellos que
pone en nuestro camino. Sin Él, nada es posible. Jesús el galileo está siempre
ahí, vivo y actuando en el corazón de su Iglesia. Él es la Luz para iluminar
todas las naciones. Nosotros podemos siempre contar con su ayuda, y nada nos
puede separar de su amor.
Seguir
a Jesús, no es encerrarse en un sistema religioso y decir que es que así
siempre se ha actuado. Cuando Él nos llama, debemos saber que Él nos conducirá
por caminos que no habíamos previsto. Es acercándonos a Jesús como podremos ver
a los otros como hermanos. Es el llamado que nos hace el apóstol Pablo, dirigiéndose a
la comunidad de Corinto, les recuerda que las rivalidades misioneras no sirven
de nada: no hay más que un solo Señor que envía a Apolo, Pablo y Pedro. Las
divisiones entre cristianos serán siempre un antitestimonio.
Este
domingo, escuchamos la llamada de Cristo, quien continúa queriendo salvar los
que corren hacia la perdición. Él nos envía hacia aquellos que no vienen más a
nuestra Iglesia, hacia aquellos que no pertenecen a nuestras familias
espirituales, hacia aquellos que aparentemente viven en las tinieblas. Su
mirada sobre la Galilea de los gentiles y los pecadores del lago estaba plena
de misericordia. Cristo cuenta con nosotros para que depositemos la misma
mirada sobre el mundo de hoy. La calidad de nuestra mirada refleja también
nuestra fe. No debemos dudar del amor infinito que tiene Jesucristo por cada
ser humano. Es con Él que nos convertiremos en pescadores de hombres.
Al
reunirnos en la iglesia este domingo, venimos a beber de la fuente del amor que
está en Dios. Nos alimentamos de su Palabra y de su Eucaristía. Le pedimos que
nos done la fuerza y la valentía para realizar la misión que Él nos confía:
"Tú que eres la Luz del Mundo, tu que eres el amor, pone en nuestras
tinieblas tu Espíritu de amor".
2
Jesús deja Nazaret se viene a vivir a Cafarnaúm
En el evangelio de
hoy, Jesús viene para establecerse en Cafarnaúm, en Galilea, en el territorio
de Zabulón y Neftalí e inaugura su misión en el mundo.
La “Galilea” era una
provincia donde se relacionaban personas de numerosas razas y variados grupos
étnicos, un país abierto, una ruta de caravanas. Jesús decide habitar en esta
región del Norte, abierta a todas las influencias, y no en Judea, en tierra
sagrada, o en Jerusalén, la ciudad santa. En Cafarnaúm, tres rutas importantes
se encontraban. La ruta del mar provenía de Egipto y al interior de la ciudad,
esta ruta comercial se dividía en dos, la una se dirigía hacia Damas en Siria y
la otra hacia Tiro y Sidón, sobre la rivera del Mediterráneo. Era un Carrefour
internacional.
Irse a vivir en esta
ciudad fronteriza, después de 30 años de vida tranquila en Nazaret, era como
pasar de nuestros pequeños pueblos de los años 70s a las grandes ciudades de
hoy ofreciendo la novedad, la turbulencia, el pluralismo y la inseguridad
de los años del siglo XXI.
En Cafarnaúm, Jesús
comienza su predicación con el mismo mensaje de Juan Bautista: “Conviértanse”
(Mt 3,2). Y cuando Jesús será crucificado, Pedro a su turno retomará este mismo
mensaje (Hechos 2,38). “Conviértanse” cambien su visión del mundo.
Convertirse es
aceptar el proyecto de Dios y ofrecer nuestra colaboración en esta nueva
visión.
Cada una de nuestras
celebraciones litúrgicas dominicales comienza con una oración de conversión. El
rito penitencial no es un gesto ornamental, es indispensable para que la
oración de la comunidad sea la oración de Cristo. Sin conversión, nuestras
liturgias serian folclóricas. La vida es un don que Dios nos hace. Lo que
hacemos de nuestra vida es un don que hacemos a Dios.
Dios ha enviado su
hijo para proponernos una visión nueva, una esperanza plena de futuro. Jesús
sabe que para cambiar el mundo, es necesario que las personas cambien su vida.
“El Reino de Dios está cerca” y cada uno puede acceder a él convirtiéndose.
Es verdad que nuestro
mundo está lleno de injusticias, de abusos de poder, de violencia.
Todos los días las
noticias a través de los medios, nos recuerdan que a menudo los sistemas
judiciales están al servicio de los ricos y de aquellos que detentan el poder;
que la medicina es regida por las compañías farmacéuticas; que las empresas y
grupos (de mercado negro) de armamentos provocan guerras un poco por todo el
mundo con el fin de probar sus armas y de vender sus juguetes o instrumentos de
violencia y de muerte.
Todo ellos es el
resultado de la falla moral y espiritual de nuestro mundo vamos!
demasiado humano! El pecado de los individuos corrompe la sociedad, ya que los
problemas vienen necesariamente de los individuos que la componen. Jesús
comprendió rápidamente eso, y es por ello que El nos invita a cambiar el mundo
alrededor de nosotros, cambiando nosotros mismos: “cambien su vida y crean en
la Buena Noticia (el evangelio) ”.
Cuando Jesús invita a
sus discípulos a convertirse y « seguirle », el los “llama” no en el
marco de una fiesta religiosa o una actividad espiritual, sino en el corazón de
su vida cotidiana, en pleno trabajo profesional! Levi está en su oficina
de publicano (colector de impuestos para el imperio romano invasor) , otros
están cerca de sus redes de pesca. Jesús los encuentra en lo cotidiano. Este
llamado se dirige hoy a cada uno de nosotros en nuestra vida de todos los
días.
La respuesta a la
invitación de Jesús está ligada al verbo “dejar”. Ellos dejaron sus redes, su
trabajo, su familia, para seguir a Cristo. Hay siempre una renuncia un
alejamiento, un cambio que acompaña la conversión. Pero no se trata de “dejar”
por “dejar”. El discípulo no es alguien que renuncie a cualquier cosa, es aquel
que ha encontrado alguien. Él está invitado a confiar, a establecer una
relación personal con Cristo.
Trabajar por el Reino
de Dios no quiere decir proselitismo y tratar de convertir a los demás. Es
“aceptar de convertirse uno mismo”. Nuestra sociedad no se mejorará
profundamente al menos que cambiemos de dirección, acercándonos a lo que
Dios desea para nosotros, en nuestra familia, en nuestra parroquia, en nuestro
trabajo.
Nosotros debemos
llegar a ser los ojos, las manos y el corazón de Dios en nuestro mundo. Santa
Teresa de Ávila decía: “Cristo no tiene otro cuerpo acá abajo
más que el nuestro”. Es a través de nuestros ojos que Cristo mira el
mundo con compasión, es a través de nuestros pies que Él va a visitar aquellos
que están en la necesidad, es por medio de nuestras manos como El bendice y
consuela aquellos que sufren”. “Conviértanse, porque el Reino de los Cielos
está cerca”.
Para la reflexión personal:
1. Recuerdo la
llamada del Señor (he olvidado el primer amor?) miro si mi respuesta ha sido fiel y pido
perdón por los momentos de falta de fervor, de enfriamiento que he vivido a lo largo de los años en
mi caminada con Él.
2. A cada momento soy
consciente de que debo ser luz, es decir dar buen testimonio como discípulo de
Jesús en mi ambiente y de acuerdo al estado de vida, al cual el Señor me ha
llamado?
3. Soy sensible
ante el sufrimiento de mis hermanos alrededor mío? Cuáles son mis esfuerzos
para acercarme a quien realmente me necesita?
4. Cómo realizo en mi vida
aquello de ser pescador de hombres?
ORACIÓN:
Gloria a Ti, Dios, nuestro
Padre,
por enviarnos a Jesús, tu Hijo
amado,
que ha vencido las tinieblas
de nuestro mundo
por la luz del Evangelio.
Que Él esté siempre con
nosotros
para que proclamemos,
con nuestros actos y palabras,
la Buena Noticia de
Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén!
REFERENCIAS
BIBLIOGRAFICAS:
http://vieliturgique.ca
HETU, Jean-Luc. Les options de Jésus .
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