11 de enero del 2023: miércoles de la primera semana del tiempo ordinario (año impar)
(Hebreos
2, 14-18) Todos pasamos por pruebas. Que, siguiendo el ejemplo de
Cristo, nos hagan escuchar a las personas que sufren a nuestro alrededor.
Primera lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (2,14-18):
LO mismo que los hijos participan de la carne y de la sangre, así también
participó Jesús de nuestra carne y sangre, para aniquilar mediante la muerte al
señor de la muerte, es decir, al diablo, y liberar a cuantos, por miedo a la
muerte, pasaban la vida entera como esclavos.
Notad que tiende una mano a los hijos de Abrahán, no a los ángeles. Por eso
tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote
misericordioso y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar los pecados del
pueblo. Pues, por el hecho de haber padecido sufriendo la tentación, puede
auxiliar a los que son tentados.
Palabra de Dios
Salmo
Sal
104,1-2.3-4.6-7.8-9
R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
V/. Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas. R/.
V/. Gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor.
Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro. R/.
V/. ¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R/.
V/. Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R/.
Lectura del santo
evangelio según san Marcos (1,29-39):
EN aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue
con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés.
La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de
ella. Él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se
puso a servirles.
Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y
endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos
enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo
conocían, no les permitía hablar.
Se levantó de madrugada, cuando todavía era muy oscuro, se marchó a un lugar
solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca y,
al encontrarlo, le dijeron:
«Todo el mundo te busca».
Él les responde:
«Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que
para eso he salido».
Así recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los
demonios.
Palabra del Señor
Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron
todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta.
Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los
demonios lo conocían, no les permitía hablar.
Hoy una vez más leemos que
Jesús “expulsó muchos demonios…” El pasaje luego agrega, “…y como los demonios lo conocían, no les permitía
hablar. ¿Por qué Jesús no permitiría que estos demonios
hablaran? Muchos de los primeros padres de la Iglesia explican que, aunque
los demonios entendían que Jesús era el Mesías prometido, no entendían
completamente lo que eso significaba y cómo Él lograría Su victoria
final. Por lo tanto, Jesús no quería que hablaran sólo medias verdades
acerca de Él, como suele hacer el maligno, engañando así a la gente. Así
que Jesús siempre prohibió a estos demonios hablar de Él públicamente.
Es importante comprender que
todos los espíritus demoníacos no lograron comprender la verdad completa de que
sería la muerte de Jesús la que finalmente destruiría la muerte misma y
liberaría a todas las personas. Por eso vemos que estas fuerzas diabólicas
conspiraron continuamente contra Jesús y trataron de atacarlo a lo largo de Su
vida.
Incitaron a Herodes cuando
Jesús era un bebé, lo que lo obligó a exiliarse en Egipto. El mismo
Satanás tentó a Jesús justo antes del comienzo de su ministerio público para
tratar de disuadir a Jesús de su misión. Hubo muchas fuerzas diabólicas
que atacaron continuamente a Jesús a lo largo de Su ministerio público, especialmente
a través de la continua hostilidad de los líderes religiosos en ese
momento. Y se puede suponer que estos demonios inicialmente pensaron que
ganaron la batalla cuando lograron su objetivo de crucificar a Jesús.
La verdad, sin embargo, es que
la sabiduría de Jesús continuamente confundió a estos demonios y finalmente
transformó su acto malvado de tenerlo crucificado en una victoria final sobre
el pecado y la muerte misma al resucitar de entre los muertos.
Satanás y sus demonios son
reales, pero comparados con la verdad y la sabiduría de Dios, estas fuerzas
diabólicas revelan su completa insensatez y debilidad. Al igual que Jesús,
debemos reprender a estos tentadores en nuestras vidas y ordenarles que guarden
silencio. Con demasiada frecuencia permitimos que sus verdades a medias
nos engañen y nos confundan.
Reflexiona hoy sobre la
importancia de reprender con confianza al maligno y las muchas mentiras que nos
tienta a creer. Repréndelo con la verdad y autoridad de Cristo y no
prestes atención a lo que dice.
Mi precioso y todopoderoso
Señor, me dirijo a Ti y solo a Ti como la fuente de toda Verdad y la plenitud
de la Verdad. Que solo escuche Tu voz y rechace los muchos engaños del
maligno y sus demonios. En tu precioso nombre, Jesús, reprendo a satanás y
a todos los espíritus malignos, sus mentiras y sus tentaciones. Envío
estos espíritus al pie de Tu Cruz, querido Señor, y abro mi mente y mi corazón
solo a Ti. Jesús, en Ti confío.
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