29 de enero del 2023: 4o domingo del tiempo ordinario (A)


 La felicidad al estilo de Jesús

Dios quiere que seamos felices. Y Jesús ya nos hamostrado el camino que conduce a la felicidad, y este camino es el de las bienaventuranzas.

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Al igual que todo el mundo, nosotros tenemos sed de felicidad. Hoy, Jesús nos propone un camino sorprendente y desconcertante, que pasa por pobreza y la preocupación por los otros. Sabremos confiar en Él, y tomar su mismo camino?



LECTURAS

PRIMERA LECTURA
DE LA PROFECÍA DE SOFONÍAS 2, 3; 3, 12-13

Buscad al Señor, los humildes, que cumplís sus mandamientos; buscad la justicia, buscad la moderación, quizá podáis ocultaros el día de la ira del Señor. «Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde, que confiará en el nombre del Señor. El resto de Israel no cometerá maldades, ni dirá mentiras, ni se hallará en su boca una lengua embustera; pastarán y se tenderán sin sobresaltos.» 
Palabra de Dios


SALMO RESPONSORIAL
SALMO 145

R.- DICHOSOS LOS POBRES EN EL ESPÍRITU, PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS. 

El Señor hace justicia a los oprimidos,
da pan a los hambrientos. 
El Señor liberta a los cautivos. R.-

El Señor abre los ojos al ciego, 
el Señor endereza a los que ya se doblan, 
el Señor ama a los justos, 
el Señor guarda a los peregrinos. R.-

El Señor sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados. 
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R.-



SEGUNDA LECTURA 
DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 1, 26-31

Hermanos:

Fijaos en vuestra asamblea no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; todo lo contrario, lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios. Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor. Por él vosotros sois en Cristo Jesús, en este Cristo que Dios ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención. Y así --como dice la Escritura-- «el que se gloríe, que se gloríe en el Señor».
 
Palabra de Dios


ALELUYA Mt 5, 12 a

Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.


EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 5, 1- 12a


En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles:


. Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. 

· Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. 

· Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. 

· Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. 

· Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. 

· Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. 

· Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. 

· Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. 

· Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. 

· Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.


Palabra del Señor



A guisa de introducción


1
Descomponiendo la palabra " Bienaventuranza"



Este 4o domingo del Tiempo Ordinario (ciclo A),  meditamos en el Evangelio de San Mateo las BIENAVENTURANZAS de Jesús.

BIENAVENTURANZA es una palabra compuesta de 3 palabras:
un prefijo :  bien (bueno, correcto),
un sustantivo o nombre : aventura (vivencia, acto de vida, casi siempre  heroico o admirable)
y el sufijo anza (En sustantivos derivados de verbos; expresan "acción" y "efecto", o "cargo").

Así, a vuelo de pájaro, simple y llanamente podríamos definir a la BIENAVENTURAZA como una aventura o acto de vida bueno, que es heroico que es inundado por el amor, que es un “cargo” de Dios y nos hace feliz la aventura de vivir.

Cuando Jesús proclamó las bienaventuranzas, en francés llamadas “beatitudes” (algo así como bella actitud) lo que lleva a la felicidad eterna, quiso mostrarnos precisamente la carta de navegación (las constituciones), el programa o el manual de instrucciones para ser felices.

El diccionario de la RAE nos dice que AVENTURA viene de las palabras latinas adventure et advenir  que significan  llegar, suceder.

Casi siempre relacionamos la palabra AVENTURA con los hechos extraordinarios, las gestas de grandes héroes de la ciencia ficción. Así hablamos o hablábamos de las aventuras de Superman, las aventuras de Tarzán, de Kalimàn, de Tin-Tín...

O en sentido negativo identificamos la aventura nada más que con los hechos fortuitos de una relación amorosa ocasional, que es muchas veces inmoral,  a escondidas y por ende arriesgada...

Pero la palabra AVENTURA tiene una más grande significación,  porque todos los seres humanos somos invitados a la experiencia vital, a la acción de hacer de nuestra existencia algo grande y valioso. Así, la vida debe estar plena de buenas aventuras (donde seamos intrépidos, ingeniosos y generosos, y enfrentemos las cosas con la verdad, la justicia  y el coraje necesarios)...Cada uno es el héroe de su propia vida.

El proyecto de Jesús “Las bienaventuranzas” pronunciadas sobre el Monte (ya que para Mateo y su comunidad judaica, Jesús es el nuevo Moisés que presenta otra ley) , buscaban exactamente despertar y mover la existencia de las personas que le escuchaban.  Y por ello Jesús comienza por decirles: “Bienaventurados los pobres porque de ellos es el Reino de los Cielos”.

 Pobre, es precisamente otra palabra que ha causado mucho revuelo y ha regado mucha tinta a través de la historia.  Qué quiso decir  Jesús  de manera más precisa con esta palabra? No precisamente sembrar división y o comenzar  una discusión polémica; Jesús estaba muy lejos de todo ello. Cuando quiso ensalzar a los pobres, Jesús se refirió a aquellas personas que venían hacia Él en “búsqueda de un no sé qué” y  le escuchaban en ese momento disponibles, generosas, ansiosas de significado existencia, insatisfechos, y que querían ser libres...Pues es seguro que entre el auditorio había pobres y ricos socialmente, unos que tenían más recursos económicos que otros...Pero Jesús no quiso referirse primordialmente a la pobreza material como muchos (historiadores, pensadores, teólogos y sacerdotes con poca formación o mal informados) , han querido hacer creer  durante siglos.

Dios que ama a todo el mundo, llama a toda clase y o tipo de personas para realizar sus proyectos: a buenos y malos, a santos y pecadores, a los audaces y tímidos, a los ricos y a los pobres, a los sordos, y a los clasificados en el último estrato o clase social.

El escogió a María, eligió a José. Por intermedio de su Hijo, El escogió a Pedro el renegado y al traidor Judas. También escogió al evangelista Juan, el único que estuvo al pie de la cruz en el momento de la muerte de Jesús.

Como son sorprendentes a veces las elecciones de Dios! Por qué escogió aquel o aquella en vez de aquella o aquel otro? Dios tiene sus criterios que no corresponden necesariamente con los nuestros y  solo Él podría explicar o dar las razones de su elección de manera adecuada.

Cuando uno lee las Sagradas Escrituras, se descubre como Dios se complace al elegir personas humildes, pero totalmente disponibles, para realizar sus más grandes obras. Pensemos de nuevo en María, en José.

A Dios le gusta manifestar su poder  a través de la debilidad de las personas que llama a su servicio.

El Apóstol Pablo escribe:
“Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios”(1 Cor 1,27) y en otro lugar dice: “Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que resida en mí el poder de Cristo” (2 Cor 12,9-10).

Ah  sí, que pueden ser sorprendentes las elecciones de Dios!


2
La verdadera felicidad: hacer la paz

1. La clave de la felicidad varía según las personas: unas insisten encontrarla en la salud, las otras en el dinero; ciertas personas dicen que la felicidad  se encuentra en la pareja con quien se decide compartir la vida, otras la ponen en la familia, en el éxito en los estudios, en los negocios, en el trabajo, etc…

2. La felicidad según un sabio:
Un dia Gandhi llega a una estación de tren en el norte de la India. Se le pide intervenir por la independencia del país, empleando la violencia. Gandhi ante todo guarda silencio; saca un evangelio y dice a sus compatriotas que vivan las bienaventuranzas y que eso es suficiente; él lee solemnemente las 9 beatitudes según san Mateo. Después de la lectura, agita la mano y concluye diciendo simplemente: "yo no tengo otra cosa para decir, vuelvan a casa y mediten en ello".

La felicidad según Jesús

- Nosotros somos amados por Dios; una nueva relación se establece entre Jesús y nosotros; nosotros no tenemos más necesidad de afirmarnos hasta el punto de ser violentos; nosotros podemos colaborar en la felicidad de los otros; podemos vivir de manera sencilla, siendo sinceros con nosotros mismos, con los otros, con Dios; no tenemos razón para desanimarnos: Dios es nuestro compañero, hoy y mañana.

3. "Bienaventurados los constructores de paz",  nos dice Jesús.

La pequeña fábula del copo de nieve, acaso no nos ayuda a comprender que es suficiente con muy poco para iniciar un enorme movimiento? 3.751.952 copos de nieve habían caído sobre la rama del árbol: cuando el 3.751.953 había caído sobre la rama, ésta se rompe.  Y por lo tanto qué pesa un solo copo? Es suficiente con uno para quebrar la rama. La fábula concluye diciendo:  "quizás sea suficiente con una persona para que todo se agite, y el mundo viva en paz". También la recién canonizada Teresa de Calcuta decía: "A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota"

Si yo acepto abrir las puertas de mi ser, si yo dejo penetrar la paz de Jesús que transforma los corazones y el mundo, quizás yo sería ese copo que dará inicio a la paz sobre la tierra?

La "no-violencia: es la revolución total: aquella que comienza por sí mismo y no por los otros, que no comienza por sacudir las instituciones, sino por sacudir al propio corazón" (Lanza del Vasto).

El mundo necesita de nuestro testimonio: que se sienta que se vea que la Eucaristía nos conlleva a vivir la justicia y el amor, como las solas vías de una verdadera paz" (Monseñor Helder Camara).

"El amor es la única fuerza  capaz de transformar un enemigo en un amigo" (Martin Luther King).

"Señor, hazme un instrumento de tu paz" (Francisco de Asís).



Aproximación psicológica al texto del evangelio

Una opción de clase


Si se retiene el mensaje de fondo o central de las BIENAVENTURANZAS  que tienen en común Lucas y Mateo, se puede percibir que el texto primitivo contenía 3 bienaventuranzas y no 9 como es el caso del texto de hoy; o cuatro bienaventuranzas y cuatro maldiciones, como las presenta Lucas.

Estas tres bienaventuranzas iniciales que se pueden remontar al mismo Jesús son: 
1.”BIENAVENTURADOS  (felices, dichosos los pobres porque de ellos es el Reino de los Cielos”.
2.”BIENAVENTURADOS los afligidos (los que lloran) porque serán consolados”.
3. “BIENAVENTURADOS los que tienen hambre y sed porque serán saciados”.

Si nos ubicamos en el contexto de la tradición bíblica, los pobres de los cuales se trata aquí, presentan las siguientes características:

-    Ellos poseen muy poco materialmente, sin                                    ser                       necesariamente miserables;
-       Su  precaria situación los hace socialmente vulnerables;
-       Efectivamente, con frecuencia ellos son la presa (o las victimas) de los poderosos (DUPONT, J (1973) Les beatitudes. Tomo I).

Estas precisiones llevan a una pregunta muy grave. Teniendo en cuenta el contenido bien realista y social de la palabra POBRE,  es que  acaso Mateo ha disminuido y privatizado la importancia (o el sentido) original de las Bienaventuranzas, transformándolas en declaraciones admirables, en “consejos” para entenderlas  a nivel moral e individual? Veamos un poco:

Primero que todo, las tres BIENAVENTURANZAS originales, constituyen el nervio (el quid, el centro) del compromiso de Jesús, es decir, la declaración pública por la cual Él se compromete de manera personal y clara con los pobres (se pone de su lado). Y esta opción la hace por razones específicamente espirituales: porque  por las bienaventuranzas,  Él ha reconocido la opción misma de Dios, tal como la presentan los profetas y sobre todo Isaías.

Alrededor de este centro (núcleo, nervio) Mateo ha articulado (agregado) otras declaraciones de Jesús que le parece, explicitan, concretan esta opción de fondo: declaraciones sobre la misericordia, sobre el servicio por la paz, sobre la búsqueda de la justicia de Dios …se puede entonces concluir que Mateo no inventa nada, sino que  por otro lado recupera en su evangelio, materiales  (elementos) que utiliza para construir (establecer) la constitución(el reglamento) o la carta de navegación del Reino.

Esta actividad literaria de Mateo tiene como misión suscitar, despertar el estado espiritual  y el estilo por los cuales esta opción por los pobres debe ser asumida. Jesús toma partido por los pobres, porque Él ha descubierto que Dios lo ha hecho igualmente y que su padre  lo llama ahora a hacerlo. Pero Jesús lo hace, con lo que comprende es la práctica, la conducta de Dios: en la dulzura de la misericordia, de modo pacífico , con una actitud humilde ( de pobreza de espíritu).

En todo caso, cuando El precisa que son FELICES o dichosos, aquellos que tienen hambre y sed de justicia, Mateo se aleja de la palabra original de Jesús que señalaba los verdaderos hambrientos. Mas no hace sino recordar una invitación insistente de Jesús: “Busquen primero el Reino de Dios y su justicia"…(Mt 6,33). Técnicamente, no se trata acá de la justicia social, mas el sentido final (supremo) es casi  el mismo, ya que buscar la justicia, o ser justo en la Biblia, significa HACER LA VOLUNTAD DE DIOS o actuar como Él. Ahora sus prácticas o conducta propias las conocemos: “El hace justicia a los oprimidos, da  pan a los hambrientos, libera los prisioneros, da vista a los ciegos, endereza a los que se doblan…”(Sal 146,7-8).

Si bien que  traducir justicia de Dios por justicia social sería un error técnico, mas no necesariamente un contra sentido.

Las transformaciones que Mateo ha hecho a su fuente no alteran entonces su sentido profundo. Al final de sus BIENAVENTURANZAS, los creyentes son llamados al mismo desafío: volver a asumir en sus propios combates la opción de Dios a favor de los pobres tras las huellas de Jesús.


 COMENTARIO (2)

Las bienaventuranzas no son mandamientos o preceptos. Son simples proclamaciones que invitan a seguir un camino inusitado hacia la plenitud humana. No son Ley, sino evangelio (buena noticia) (cf. Marcos Rodríguez).

La inmensa mayoría de los exegetas están de acuerdo en que las tres primeras bienaventuranzas de Lucas, recogidas también en Mateo, son las originales e incluso se puede afirmar con cierta probabilidad que se remontan al mismo Jesús. Parece que Mateo las espiritualiza, no sólo porque dice pobre de espíritu, y hambre y sed de justicia, sino porque añade, bienaventurados  los pacíficos, los limpios de corazón etc.

Esta diferencia se atenúa mucho en cuanto descubramos qué significaba en tiempo de Jesús “pobres” (anawim).

En la Biblia hay una riquísima tradición sobre este concepto, que podía ayudarnos a comprenderlas. Sin este trasfondo bíblico, resultarán sorprendentes e incluso reaccionarias.

Con su despiadada crítica a la sociedad injusta, los profetas Amos, Isaías, Miqueas, denuncian una situación que clama al cielo. Los poderosos se enriquecen a costa de los más pobres. No es una crítica social, sino religiosa. En efecto, todos pertenecen al mismo pueblo cuyo único Señor es Dios; pero los ricos, al esclavizar a los demás, no hacen caso a Yahvé, no reconocen su soberanía. Dios no puede tolerar esta rebelión, y reaccionará. Después del destierro se habla del resto de Israel, un resto pobre y humilde. Simplificando mucho, podíamos decir que los pobres bíblicos son aquellas personas que, por no tener nada ni nadie en quien confiar, su única escapatoria es confiar en Dios, pero confían. El pobre bíblico es siempre el oprimido, el marginado, el excluido de la sociedad. Incluía, por tanto, a los que hoy llamaríamos socialmente pobres: a los enfermos y poseídos, a los ‘impuros’, a los que ejercían oficios que eran considerados incompatibles con la pureza religiosa legal. En todos los casos, la pobreza está causada por la opresión de otro ser humano. La diferencia entre pobre sociológico y pobre teológico no tenía sentido en tiempo de Jesús. No había separación posible entre lo religioso y lo social. Al hacer hoy esa diferencia, estamos tratando de justificar nuestra falta de compromiso. Un pobre material puede estar ansiando la riqueza que no tiene, pero su pobreza será siempre causa de una falta de amor.

Esta reflexión nos abre una perspectiva nueva. Ni el pobre ni el rico se puede considerar aisladamente. Se trata de la relación que existe siempre entre ambas situaciones. La riqueza y la pobreza son dos términos correlativos, no existiría una sin la otra. Es más, la pobreza es mayor cuanto mayor es la riqueza, y viceversa. Si desaparece la pobreza, desaparecerá la riqueza.

Tal vez la irracionalidad de los ricos es que quieren que desaparezca la pobreza manteniendo nosotros nuestra riqueza. Es imposible. Si tenemos en cuenta que la tendencia es a aumentar el abismo ya existente entre ricos y pobres, descubriremos que la predicación de hoy está abocada al más absoluto fracaso. La opción por los pobres, mientras nosotros sigamos siendo ricos, es un sarcasmo.

Las bienaventuranzas quieren decir que es preferible ser pobre, que ser rico opresor; es preferible llorar a hacer llorar al otro. Es preferible pasar hambre a ser la causa de que otros mueran de hambre porque les hemos negado el sustento. Dichosos no por ser pobres, sino por no ser ricos egoístas. Dichosos, no por ser oprimidos, sino por no oprimir.

La clave sería: Las riquezas no son el valor supremo. El valor supremo es el hombre. Hay que elegir el reino del dinero o el Reino de Dios. Si elegimos el ámbito del dinero, habrá injusticia e inhumanidad. Si estamos en el ámbito de lo divino, habrá amor, es decir humanidad.

Ahora bien, si el ser pobre es motivo de dicha, por qué ese empeño en sacar al pobre de la pobreza. Y si la pobreza es una desgracia, por qué la disfrazamos de bienaventuranza. Ahí tenemos la contradicción más radical al intentar explicar las bienaventuranzas. Pero por paradójico que pueda parecer, la exaltación de la pobreza que hace Jesús, tiene como objetivo el que deje de haber pobres.

El enemigo número uno del Reino de Dios es la ambición, el afán de poder, la necesidad de oprimir al otro. Recordad las palabras de Jesús: “no podéis servir a Dios y al dinero”. La praxis de Jesús es su vida diaria, es el único camino para entender las bienaventuranzas. El Reino de Dios es el ámbito del amor, pero para llegar a ese nivel, hay que ir más allá de la justicia. Mientras no haya justicia, el amor es falso. “Hablar de Dios sin una verdadera virtud es pura palabrería” (Plotino) .

El evangelio nos está diciendo que toda acumulación de bienes es injusta mientras haya un solo ser humano que muera de hambre. Ya sé que no lo queremos entender. Los economistas dirán que no puede haber progreso sin acumulación de capital. Los sociólogos dirán que la organización de la sociedad sería imposible, si no hubiera alguien que mandara y alguien que obedeciera.

Lo que intentan decir las bienaventuranzas es precisamente que la sociedad tal como está hoy montada a nivel mundial es radicalmente injusta. Las bienaventuranzas nos están diciendo que otro mundo es posible. Un mundo que no esté basado en el egoísmo sino en el amor. 

¿Puede ser justo que yo esté pensando en vivir cada vez mejor, mientras millones de personas están muriendo, por no tener un puñado de arroz que llevarse a la boca? Si no quieres ser cómplice de la injusticia, escoge la pobreza.



Reflexión central:

Busquen, busquen, busquen...



Las lecturas de este 4o domingo ordinario, nos invitan a convertirnos.
Tenemos de entrada la llamada del profeta Sofonías. Quien acaba de denunciar la violencia y los fraudes de los altos funcionarios, el escándalo y las injusticias de todo tipo. Son muchos los que rechazan al Señor y se vuelven hacia las divinidades paganas. Cuando uno se deja llevar por la injusticia y la mentira, se corre tras la desgracia. Es lo que le pasó al pueblo de Israel, quien termina viéndose exiliado en tierra extranjera.
Pero no todo está perdido: El Señor va poder apoyarse en aquellos que lo buscan con justicia y humildad. Estos humildes que confían en el Señor no son numerosos; no pudiéndose apoyar en medios humanos, ponen toda su confianza en Dios. Ahora, en su momento, Dios los va a congregar ; ellos vivirán en la justicia y la verdad, encontrando finalmente el reposo y la seguridad. Toda la Biblia nos habla de un Dios que ha visto la miseria de su pueblo y que quiere salvarlo.

En la segunda lectura, San Pablo se dirige a los cristianos de Corinto. En esta ciudad, se encuentra una minoría de intelectuales y de comerciantes, pero también una fuerte mayoría de empleados y de esclavos. Pablo vivió allí durante 18 meses enseñando el evangelio. Pero al igual que Sofonías y otros profetas,  y como  Jesús ha podido constatar que los que se dejan entusiasmar por la Buena Noticia del evangelio son las personas sencillas; que han comprendido que el dinero y el poder no los pueden salvar. Ellos ponen toda su confianza en el loco amor de Dios por todos los hombres. Sólo Él puede salvarles.

Estas dos lecturas nos preparan para acoger el mensaje del evangelio de las bienaventuranzas. Vemos a Jesús dirigiendo su mensaje a los pobres, a aquellos que están sedientos de justicia, a los de corazón puro, a los artesanos de paz, a aquellos que son perseguidos. La situación tanto de unos como de otros no corresponde ya más a la idea que nosotros tenemos de bienestar o felicidad. El mundo pone por delante la felicidad de los ricos y los poderosos. Pero mirando más de cerca, vemos bien que sus riquezas y su poder no pueden llenarles verdaderamente.

Hoy, Cristo nos habla de la felicidad de los pobres, de los leprosos, de los excluidos. Su encuentro  con ella es la gran oportunidad de su vida y de la nuestra. La fuente de nuestra alegría y felicidad es el Reino de Dios. Nosotros estamos lejos de los valores vehiculados por la sociedad dominante de hoy, de sus dictadores aprendices y de sus lemas publicitarios. Todos nos dicen: "sean los más fuertes"…o "los más bellos"…"lleguen a ser escandalosamente ricos…" Recordemos lo que nos dice san Pablo: "Lo débil del mundo, Dios lo ha escogido para confundir a los más fuertes".

"Felices los pobres de corazón, los mansos, los que lloran, los de corazón puro, los misericordiosos, aquellos que son perseguidos…" En efecto, Jesús no hace mas que dibujar su propio retrato: cuando Dios se encarna, desde el pesebre hasta la cruz, él es el pobre, el manso, el misericordioso; él llora con la viuda de Naim y las hermanas de su amigo Lázaro; Él es el artesano de la paz con los leprosos, los publicanos, Nicodemo y la samaritana. Él es como el cordero en medio de lobos, perseguido hasta la muerte y crucificado en medio de bandidos.

La Biblia de Chouraqui ha traducido esta palabra "bienaventurado" por "avanzar o ir hacia adelante". Es un llamado para los pobres, los pequeños, los perseguidos a levantarse y a ponerse en marcha tras los pasos de Cristo. Es en Él y con Él que encontraremos la verdadera felicidad. Mismo cuando todo va mal, Él está con nosotros. Él viene a inundar nuestro ser con su espíritu y a llenarnos de su alegría. Su presencia y su amor nos hacen felices.

Esta felicidad que encontramos en Dios, hemos de comunicarla a aquellos que nos rodean, y para ello Cristo nos necesita. El Evangelio es una luz que necesariamente debemos transmitir a todos aquellos que nos rodean, en particular a todos los afligidos. El Señor nos envía a todos a ser los testigos de su amor por todo el mundo. Es para esta misión que nos reunimos en Iglesia, y para fortalecernos necesitamos alimentarnos de la palabra de Cristo y de su Eucaristía. Seamos en todas partes los testigos de la Buena Nueva de este domingo. Amén!



Vivan en la alegría!

Las bienaventuranzas son un llamado a estar alegres, a ser felices. La vocación cristiana consiste en buscar la felicidad, la verdadera alegría.

La palabra "feliz" o su sinónimo "bienaventurado", la encontramos 50 veces en el Nuevo Testamento. Lo que nos hace constatar que la religión de Jesús no es una religión triste o que se identifique con lo negativo. El Señor quiere que todos seamos felices.

Las bienaventuranzas no son un tranquilizante espiritual para que aceptemos sin más las dificultades de la vida, en la espera de un mundo mejor tardío. Ellas son un llamado y una misión que se nos confía ahora a quienes hemos recibido el evangelio.

Enseguida, muy rápido, después de las bienaventuranzas, Jesús explica lo que uno debe hacer cada día para ser feliz: "Ustedes han escuchado: no matarás. Pero yo les digo que no insulten, ni entristezcan a sus hermanos. Ustedes han escuchado: "no cometerás adulterio. Pero yo les digo conserven su ojo y su corazón puros. Ustedes han oído decir: ojo por ojo, diente por diente. Pero yo les digo no se dejen atrapar en el engranaje y la escalada de la violencia; sean entonces artesanos de la paz. A ustedes se les ha dicho: amen a su prójimo y odien sus enemigos, pero yo les digo: amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odien. A ustedes se les ha dicho: las ofrendas sobre el altar deben tener la prioridad; pero yo les digo: si antes de presentar tu ofrenda en el altar, recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda ante el altar y luego ve a reconciliarte con tu hermano, y después si, ven a presentar tu ofenda".

Jesús habla de la felicidad en términos de amor por los otros. Es eso lo que caracteriza bien las bienaventuranzas al igual que el juicio final (Mateo 25, 1ss) "Yo tenía hambre y me diste de comer; yo tenía sed…yo estaba desnudo…yo estaba enfermo…)

Jesús es la clave de la comprensión de las bienaventuranzas. Él  es aquel que no quebrará la caña cascada, y no apagará el pabilo que humea. (Mateo 12,20). Él mismo se ofrece como ejemplo: "Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón"  (Mateo 11,29).

El evangelio de las bienaventuranzas nos presenta a Jesús rodeado de una multitud de enfermos, de gente que sufre. "Al ver la multitud, Jesús sintió compasión, puesto que aquella gente estaba postrada, oprimida, como ovejas sin pastor" (Mateo 9,36). Jesús se identifica con quienes sufren. El llegará a decir: que "todo lo que hicieron por uno de mis hermanos más pequeños, por mí lo hicieron.” (Mateo 25,40).

En el sermón de la Montaña, al cual pertenece este pasaje de las bienaventuranzas, Jesús se presenta como el nuevo Moisés que viene a consolidar la unidad del pueblo de Dios. Él promulga la Ley del Reino e invita a sus auditores a cambiar su vida, a convertirse, a ver las cosas de una manera diferente.

Desde aquel día es posible adoptar una nueva manera de vivir, y ésta la razón de ser de la alegría de las bienaventuranzas. Se trata de escoger o elegir los valores que pueden cambiarnos y aportarnos un poco de calor humano alrededor nuestro. Las bienaventuranzas quieren transformar nuestro corazón de piedra en corazón de carne.

En una sociedad de gente violenta, intolerante, reivindicadora, el Señor nos propone hoy una opción bien diferente . No se trata ya de ser el primero ni el mejor, ni el más rico, ni el más fuerte, sino de ser hombres y mujeres de paz, de compartir y solidarios. Se trata de reemplazar nuestra mentalidad egoísta (yo, yo,yo) por una mentalidad fraternal (nosotros, nosotros)…

Cristo nos invita hoy a convertirnos y a cambiar el mundo simultáneamente…cambiar nuestro ambiente, lugar donde convivimos y vivimos: "Bienaventurados los artesanos de la paz; ellos serán llamados hijos de Dios".


Para la revisión de vida:



1. Qué es la felicidad para mí?
2. La felicidad o alegría de las bienaventuranzas…hace parte de mis convicciones? En verdad guían ellas mi vida y mi ministerio?
3. Soy profeta de alegrías o de desgracias o peor  aún un aguafiestas de felicidad?
4. Soy consciente y valoro las pequeñas alegrías de cada día?


ORACIÓN-

Bendito seas, Dios nuestro Padre;
en tu Hijo Jesús no dejas de invitarnos a ser felices.
Bendito seas, Dios nuestro Padre;
Tú no tienes otro poder diferente al amor.
Tu Hijo Jesús nos ha revelado
que Tú eres un Dios manso y humilde de corazón.

Bendito seas,
Dios misericordioso y compasivo.
Tu corazón es sensible a nuestra miseria,
y siempre estás dispuesto a perdonar nuestros pecados.
Bendito seas, Dios de justicia;
Tu cuidas al pequeño y al pobre,
Tú has escogido
lo débil del mundo
para confundir a los fuertes.

Bendito seas, Dios de Paz;
Tú inspiras nuestros esfuerzos
para que vivamos en el mundo
como hermanos.
Que nuestra comunión de tu pan de vida
constituya nuestra alegría
por los siglos de los siglos.
Amén!



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

http://betania.es

http://vieliturgique.ca

 http://prionseneglise.ca

http://paroissesaintefamilledevalcourt.org

http://feadulta.com

HETU, Jean-Luc. Les options de Jésus.

http://dimancheprochain.org

http://cursillos.ca

Comentarios

  1. Gracias Padre Gustavo! Desde hace un tiempo vengo leyendo y tratando de comprender la buena nueva de Jesus y sus blog responde a muchas preguntas q me hago en el dia dia.
    Dios continue bendiciendole!!

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  2. y me gustaría saber su nombre...GRACIAS POR SU APRECIACION. BENDICIONES

    ResponderEliminar

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