lunes, 9 de enero de 2023

10 de enero del 2023: martes de la primera semana del tiempo ordinario (Año impar)

 

(Marcos 1, 21-28) Si Jesús hubiera sido tímido y no se hubiera atrevido a mostrar de lo que era capaz, ¿cómo alguien podría haberlo reconocido como el Salvador?


 

Primera lectura

Lectura de la carta a los Hebreos (2,5-12):

DIOS no sometió a los ángeles el mundo venidero, del que estamos hablando; de ello dan fe estas palabras:
«¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, o el ser humano, para que mires por él?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad,
todo lo sometiste bajo sus pies».
En efecto, al someterle todo, nada dejó fuera de su dominio. Pero ahora no vemos todavía que le esté sometido todo.
Al que Dios había hecho un poco inferior a los ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte. Pues, por la gracia de Dios, gustó la muerte por todos.
Convenía que aquel, para quien y por quien existe todo, llevara muchos hijos a la gloria perfeccionando mediante el sufrimiento al jefe que iba a guiarlos a la salvación.
El santificador y los santificados proceden todos del mismo. Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos, pues dice:
«Anunciaré tu nombre a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré».

Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 8,2a.5.6-7.8-9

R/. Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos

V/. ¡Señor, dueño nuestro,
qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder? R/.

V/. Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos. R/.

V/. Todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,21-28):

EN la ciudad de Cafarnaún, el sábado entra Jesús en la sinagoga a enseñar; estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo y se puso a gritar:
«¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».
Jesús lo increpó:
«¡Cállate y sal de él!».
El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él. Todos se preguntaron estupefactos:
«¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y lo obedecen».
Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.

Palabra de Dios

 

Enfrentando al maligno

 

Había precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo y se puso a gritar:
«¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».
Jesús lo increpó:
«¡Cállate y sal de él!».


Marcos 1:23–25

Hubo numerosas ocasiones en las que Jesús enfrentó directamente a los demonios en las Escrituras. Cada vez los reprendió y ejerció su autoridad sobre ellos. El pasaje anterior ilustra uno de esos casos.

El hecho de que el diablo se muestre una y otra vez en los Evangelios nos dice que el maligno es real y necesita ser tratado apropiadamente. Y la forma apropiada de tratar con el maligno y sus compañeros demonios es reprenderlos con la autoridad del mismo Cristo Jesús de una manera tranquila pero definitiva y autoritaria.

Es muy raro que el maligno se manifieste completamente a nosotros en la forma en que lo hizo a Jesús en el pasaje anterior. 

El demonio habla directamente a través de este hombre, lo que indica que el hombre estaba completamente poseído. Y aunque no vemos esta forma de manifestación a menudo, no significa que el maligno esté menos activo hoy. En cambio, muestra que la autoridad de Cristo no está siendo ejercida por los fieles cristianos en la medida necesaria para combatir al maligno. En cambio, a menudo nos acobardamos ante el mal y no logramos mantenernos firmes con confianza y caridad con Cristo.

¿Por qué este demonio se manifestó de una manera tan visible? Porque este demonio fue confrontado directamente con la autoridad de Jesús. El diablo suele preferir permanecer oculto y engañoso, presentándose como un ángel de luz para que no se conozcan claramente sus malos caminos. Aquellos a quienes él controla a menudo ni siquiera saben cuánto están influenciados por el maligno. Pero cuando el maligno se enfrenta con la presencia pura de Cristo, con la Verdad del Evangelio que nos hace libres, y con la autoridad de Jesús, este enfrentamiento obliga muchas veces al maligno a reaccionar manifestando su maldad.

Reflexiona hoy sobre el hecho de que el maligno está obrando constantemente a nuestro alrededor. 

Considera las personas y circunstancias en tu vida donde la pura y santa Verdad de Dios es atacada y rechazada. Es en esas situaciones, más que en ninguna otra, que Jesús quiere otorgarles su autoridad divina para enfrentar el mal, reprenderlo y tomar autoridad sobre él. Esto se hace principalmente a través de la oración y una profunda confianza en el poder de Dios. No temas permitir que Dios te use para confrontar la actividad del maligno en este mundo.

 

Señor, dame coraje y sabiduría cuando enfrente la actividad del maligno en este mundo. Dame sabiduría para discernir su mano en el trabajo y dame coraje para confrontarlo y reprenderlo con Tu amor y autoridad. Que Tu autoridad esté viva en mi vida, Señor Jesús, y que cada día me convierta en un mejor instrumento de la venida de Tu Reino al enfrentar el mal presente en este mundo. Jesús, en Ti confío.

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