12 de agosto del 2022: viernes de la decimonovena semana del tiempo ordinario
(Ezequiel 16, 59-63) “Es más fácil salvarse que perderse-decía el Cura de Ars- tan grande es la misericordia de Dios”. Por lo tanto, es hora de dejar que Dios me libere de la culpa que con demasiada frecuencia me hace desesperar de mí mismo.
(Mateo19, 3-12) Jesús nos renvía siempre a lo esencial: la dignidad de las personas y el amor que la alimenta. Con respecto a la mujer en una época donde la esposa no tiene derechos. Respecto al hombre que elige el celibato en un mundo donde se le tiene por tarado.
Primera lectura
Lectura de la profecía de Ezequiel (16,1-15.60.63):
Me vino esta palabra del Señor: «Hijo de Adán, denuncia a Jerusalén sus abominaciones, diciendo: "Así dice el Señor: ¡Jerusalén! Eres cananea de casta y de cuna: tu padre era amorreo y tu madre era hitita. Fue así tu alumbramiento: El día en que naciste, no te cortaron el ombligo, no te bañaron ni frotaron con sal, ni te envolvieron en pañales. Nadie se apiadó de ti haciéndote uno de estos menesteres, por compasión, sino que te arrojaron a campo abierto, asqueados de ti, el día en que naciste. Pasando yo a tu lado, te vi chapoteando en tu propia sangre, y te dije mientras yacías en tu sangre: 'Sigue viviendo y crece como brote campestre.' Creciste y te hiciste moza, llegaste a la sazón; tus senos se afirmaron, y el vello te brotó, pero estabas desnuda y en cueros. Pasando de nuevo a tu lado, te vi en la edad del amor; extendí sobre ti mi manto para cubrir tu desnudez; te comprometí con juramento, hice alianza contigo –oráculo del Señor– y fuiste mía. Te bañé, te limpié la sangre, y te ungí con aceite. Te vestí de bordado, te calcé de marsopa; te ceñí de lino, te revestí de seda. Te engalané con joyas: te puse pulseras en los brazos y un collar al cuello. Te puse un anillo en la nariz, pendientes en las orejas y diadema de lujo en la cabeza. Lucías joyas de oro y plata, y vestidos de lino, seda y bordado; comías flor de harina, miel y aceite; estabas guapísima y prosperaste más que una reina. Cundió entre los pueblos la fama de tu belleza, completa con las galas con que te atavié –oráculo del Señor–. Te sentiste segura de tu belleza y, amparada en tu fama, fornicaste y te prostituiste con el primero que pasaba. Pero yo me acordaré de la alianza que hice contigo cuando eras moza y haré contigo una alianza eterna, para que te acuerdes y te sonrojes y no vuelvas a abrir la boca de vergüenza, cuando yo te perdone todo lo que hiciste."» Oráculo del Señor.
Palabra de Dios
Me vino esta palabra del Señor: «Hijo de Adán, denuncia a Jerusalén sus abominaciones, diciendo: "Así dice el Señor: ¡Jerusalén! Eres cananea de casta y de cuna: tu padre era amorreo y tu madre era hitita. Fue así tu alumbramiento: El día en que naciste, no te cortaron el ombligo, no te bañaron ni frotaron con sal, ni te envolvieron en pañales. Nadie se apiadó de ti haciéndote uno de estos menesteres, por compasión, sino que te arrojaron a campo abierto, asqueados de ti, el día en que naciste. Pasando yo a tu lado, te vi chapoteando en tu propia sangre, y te dije mientras yacías en tu sangre: 'Sigue viviendo y crece como brote campestre.' Creciste y te hiciste moza, llegaste a la sazón; tus senos se afirmaron, y el vello te brotó, pero estabas desnuda y en cueros. Pasando de nuevo a tu lado, te vi en la edad del amor; extendí sobre ti mi manto para cubrir tu desnudez; te comprometí con juramento, hice alianza contigo –oráculo del Señor– y fuiste mía. Te bañé, te limpié la sangre, y te ungí con aceite. Te vestí de bordado, te calcé de marsopa; te ceñí de lino, te revestí de seda. Te engalané con joyas: te puse pulseras en los brazos y un collar al cuello. Te puse un anillo en la nariz, pendientes en las orejas y diadema de lujo en la cabeza. Lucías joyas de oro y plata, y vestidos de lino, seda y bordado; comías flor de harina, miel y aceite; estabas guapísima y prosperaste más que una reina. Cundió entre los pueblos la fama de tu belleza, completa con las galas con que te atavié –oráculo del Señor–. Te sentiste segura de tu belleza y, amparada en tu fama, fornicaste y te prostituiste con el primero que pasaba. Pero yo me acordaré de la alianza que hice contigo cuando eras moza y haré contigo una alianza eterna, para que te acuerdes y te sonrojes y no vuelvas a abrir la boca de vergüenza, cuando yo te perdone todo lo que hiciste."» Oráculo del Señor.
Palabra de Dios
Salmo
Is 12,2-3.4bcd.5-6
R/. Ha cesado tu ira y me has consolado
Él es mi Dios y Salvador: confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación. R/.
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso. R/.
Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel. » R/.
R/. Ha cesado tu ira y me has consolado
Él es mi Dios y Salvador: confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación. R/.
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso. R/.
Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel. » R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo (19,3-12):
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?»
Él les respondió: «¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: "Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne"? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»
Ellos insistieron: «¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse?»
Él les contestó: «Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Ahora os digo yo que, si uno se divorcia de su mujer –no hablo de impureza– y se casa con otra, comete adulterio.»
Los discípulos le replicaron: «Si ésa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse.»
Pero él les dijo: «No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el reino de los cielos. El que pueda con esto, que lo haga.»
Palabra del Señor
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?»
Él les respondió: «¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: "Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne"? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»
Ellos insistieron: «¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse?»
Él les contestó: «Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Ahora os digo yo que, si uno se divorcia de su mujer –no hablo de impureza– y se casa con otra, comete adulterio.»
Los discípulos le replicaron: «Si ésa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse.»
Pero él les dijo: «No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el reino de los cielos. El que pueda con esto, que lo haga.»
Palabra del Señor
1
Un amor decepcionado…
(Ezequiel 16, 1-63) En este pasaje, a través de comparaciones se dice cómo es el amor de Dios. ¿De qué otro modo hacerlo? El se presenta primero que todo como un Padre que adopta una pequeña hija abandonada que se llama Jerusalén; enseguida se compara con un marido lleno de atenciones por una joven mujer; que por lo tanto llegará a prostituirse.
(60-63) En medio de los anuncios de situaciones terribles, presentadas como castigos merecidos, Dios recuerda su fidelidad a la alianza. La dulzura y la promesa de reconciliación en el centro de las perspectivas amenazantes, expresan cuánto el amor de Dios, ofrecido gratuitamente es inmerecido.
En el Evangelio, vemos como la Ley de Moisés autoriza el repudio de la mujer por parte de su marido. Para Jesús esta disposición, es consecuencia de la dureza de corazón del ser humano y no corresponde al proyecto de Dios desde los inicios de la creación. El vínculo conyugal no puede ser roto. Jesús es consciente de la dificultad de vivir un amor como tal. ¡En esta unión conyugal, existe una ternura y una apertura de corazón que solamente Dios puede dar!
2
El misterio del vínculo matrimonial
«¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: "Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne"?
¿Qué es el matrimonio? Hombres y mujeres desde una edad temprana sienten cierta atracción entre ellos. Es parte de la naturaleza humana experimentar esto. Sí, a veces esta "atracción" se distorsiona y se convierte en lujuria, pero es importante señalar que esta atracción natural es así...natural. “Desde el principio el Creador los hizo hombre y mujer…” Por eso, desde el principio, Dios quiso la unidad sagrada del matrimonio.
El matrimonio es verdaderamente misterioso. Sí, los maridos pueden pensar que sus esposas son "misteriosas" y las esposas pueden pensar lo mismo de sus maridos, pero en verdad cada persona es un misterio sagrado y la unidad de dos personas en el matrimonio es un misterio aún mayor.
Como un misterio, la unión conyugal y el matrimonio en sí debe contraerse con una apertura y humildad que diga: "Quiero conocerte más cada día". Los cónyuges que abordan su matrimonio con justicia propia siempre despreciarán al otro y siempre fallarán en el respeto al sagrado misterio del otro.
Cada persona que conoces, especialmente tu cónyuge, es un misterio hermoso y glorioso de la creación de Dios, a quien no estás llamado a “resolver”, sino que estás llamado a conocer a un nivel cada vez más profundo cada día. Siempre debe haber una humildad que permita a los cónyuges abrirse el uno al otro de una manera nueva cada día para que puedan descubrir continuamente una mayor profundidad de belleza en el otro. Es esta humildad y respeto por el otro en el matrimonio lo que permite a los cónyuges cumplir su misión conjunta de convertirse en uno.
Piénsalo, "ya no son dos, sino una sola carne". Muy pocos comprenden verdaderamente lo que esto significa y aún menos viven las hermosas profundidades de esta gloriosa y elevada vocación del matrimonio.
Reflexiona hoy sobre el misterio de las personas a las que estás llamado a amar, especialmente si estás casado. Llamar al otro un "misterio" al principio puede llevarte a sonreír, ya que reconoces que no puedes entenderlo. Pero reconocer humildemente el hermoso significado de “misterio” te llevará a apreciar la singularidad de los demás y te ayudará a aceptar el llamado a la unidad humana, especialmente dentro del matrimonio.
Señor, ayúdame a ver la belleza y el santo misterio de las personas que has puesto en mi vida. Ayúdame a amarlos con un amor humilde. Que pueda profundizar especialmente en mi amor por mi cónyuge todos los días.
Jesús, confío en Ti.
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