2 de septiembre del 2023: sábado de la vigésima primera semana del tiempo ordinario
Los que pusieron en actividad lo que llamamos ahora sus talentos, sus facultades, para que rindieran los talentos que les ofrecieron, son premiados por ser “fieles”. La fidelidad es una gran virtud.
Fray Juan José de León Lastra O.P.
Acerca del amor fraterno no hace falta que os escriba, porque Dios mismo os ha enseñado a amaros los unos a los otros. Como ya lo hacéis con todos los hermanos de Macedonia. Hermanos, os exhortamos a seguir progresando: esforzaos por mantener la calma, ocupándoos de vuestros propios asuntos y trabajando con vuestras propias manos, como os lo tenemos mandado.
Palabra de Dios
R/. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R/.
Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos,
aclamen los montes. R/.
Al Señor, que llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud. R/.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y rechinar de dientes."»
Palabra del Señor
Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."
A menudo, cuando se nos presenta una historia de éxito versus tragedia, nuestra atención se dirige primero a la tragedia.
La parábola que se nos da hoy, la Parábola de los Talentos, nos presenta a tres personas. Dos de las personas muestran historias de gran éxito. Una, sin embargo, ofrece una historia más trágica.
La trágica historia termina cuando el amo le dice al criado que enterró su dinero que él es un "siervo negligente y holgazán, (otras traducciones dicen malvado y perezoso"). Pero ambas historias de éxito terminan con el maestro diciendo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor”. Y al segundo, que había recibido dos talentos, en concreto le dice: “como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante…”
Centrémonos en estas historias de éxito.
Los dos sirvientes que tuvieron éxito duplicaron el dinero del amo. Incluso desde un punto de vista secular, eso es muy impresionante.
Si estuvieras invirtiendo dinero con un asesor financiero y poco después de invertir te dijeran que tu dinero se ha duplicado, estarías bastante satisfecho. Esa tasa de rendimiento es poco común. Este es el primer mensaje que debemos tomar de esta parábola. Duplicar los dones y las gracias que Dios nos da es muy factible.
La razón de esto no es principalmente por nosotros; más bien, es por Dios. Por su propia naturaleza, los dones de Dios para nosotros están destinados a crecer. Por su misma naturaleza, la gracia fluye en superabundancia; y, cuando cooperamos con la gracia de Dios, crece de manera exponencial.
Cuando consideras tu propia vida, ¿qué dones te ha dado Dios que quiere que uses para Su gloria? ¿Hay dones enterrados que permanecen estancados o, lo que es peor, se usan para propósitos contrarios al plan divino para tu vida?
Algunos de los dones más obvios que se te dieron dentro de tu propia naturaleza son tu intelecto y voluntad. Además, es posible que tengas un talento extra de una forma u otra. Todos estos son regalos que se dan a un nivel natural.
Además de estos, Dios a menudo otorga dones sobrenaturales en abundancia cuando comenzamos a usar lo que tenemos para Su gloria y para la salvación de otros.
Por ejemplo, si trabajas para compartir las verdades de nuestra fe con otros, Dios comenzará a profundizar sus dones sobrenaturales de Consejo, Sabiduría, Conocimiento y Comprensión para que puedas hablar acerca de Dios y Su voluntad.
Los siete dones del Espíritu Santo se encuentran entre los ejemplos más claros de dones sobrenaturales dados por Dios de la siguiente manera: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, conocimiento, piedad, temor del Señor.
La oración que concluye esta reflexión proviene de una novena tradicional al Espíritu Santo y no solo pide estos dones, sino que también da una breve descripción de ellos para una mejor comprensión.
Reflexiona hoy sobre el hecho de que lo que Dios te ha dado, tanto a nivel natural como sobrenatural, debe dedicarse al servicio de Dios y de los demás.
¿Haces esto? ¿Tratas de usar cada talento, cada don, cada parte de lo que eres para la gloria de Dios y el bien eterno de los demás? Si no lo haces, esos dones disminuirán. Si lo haces, verás crecer esos dones de la gracia de Dios de muchas maneras.
Esfuérzate por comprender los dones que has recibido y resuelve firmemente usarlos para la gloria de Dios y la salvación de las almas. Si lo haces, también oirás a nuestro Señor decirte un día: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor”.
Oh, Señor Jesucristo,
concédeme el Espíritu de Sabiduría, para que desprecie las cosas perecederas de este mundo y aspire solo a las cosas que son eternas;
el Espíritu de Entendimiento, para iluminar mi mente con la luz de Tu divina verdad;
el Espíritu de consejo, para que pueda elegir el camino más seguro para agradar a Dios y ganar el cielo;
el Espíritu de Fortaleza, para que pueda llevar mi cruz contigo y que pueda vencer con valor todos los obstáculos que se oponen a mi salvación;
el Espíritu de conocimiento, para que pueda conocerte a Dios y conocerme a mí mismo y perfeccionarme en la ciencia de los santos;
el Espíritu de Piedad, para que encuentre dulce y amable el servicio a Dios;
el Espíritu de temor del Señor, para que me llene de una amorosa reverencia hacia Dios y pueda temer de alguna manera desagradarle. Jesús, en Ti confío.
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