9 de marzo del 2025: Primer Domingo de Cuaresma- Ciclo C
“Las tentaciones de Cristo son hermanas gemelas
de las que todos padecemos en nuestro corazón”
Cuaresma con gratitud
La primera lectura nos sitúa
en el corazón de la historia del pueblo de Dios. Un pueblo nómada que atravesó
muchas pruebas pero que se atrevió a gritar su angustia al Señor. Fiel a la
alianza sellada con Abraham, el Señor abrió su oído a la miseria de su pueblo y
respondió liberándolo de las manos del opresor. Él cuidó de su pueblo, lo
alimentó y lo condujo a una tierra que fluía leche y miel. Cada uno de nosotros
ocupa su lugar en esta historia sagrada, llamado a vivir la Alianza que se
expresa en la ofrenda hecha al Señor de lo mejor de la cosecha de los frutos de
la tierra, los frutos de nuestra vida.
Al entregar el fruto de su
trabajo, el pueblo reconoce que está fundado en una relación de amor con el
Señor. Él se entrega. El creyente ofrece a cambio lo que ha recibido del mismo
Señor.
Entremos con gratitud en este
tiempo de Cuaresma, lugar y tiempo de combate.
El Tentador insinúa: “Si
eres Hijo de Dios”, llamando a Jesús a dar una prueba espectacular de su
poder. Pero Jesús tiene como única arma, como único apoyo, la palabra de Dios: «No
sólo de pan vive el hombre»; «No tentarás al Señor tu Dios».
La Cuaresma invita a todos a
creer en Jesucristo, a quien Dios resucitó de entre los muertos, a recibir todo
de Él para devolverle todo en la ofrenda de la propia vida.
¿Cómo puedo ofrecer al Señor
las primicias de mi trabajo, de mi actividad y expresarle mi gratitud por lo
que Él es?
¿Qué decisión debo tomar para confiar en la palabra de Dios para este tiempo de
Cuaresma?
Anne Da, Xavier
Primera lectura
Dt 26,4-10
Profesión
de fe del pueblo elegido
Lectura del libro del Deuteronomio
MOISÉS habló al pueblo, diciendo: «El sacerdote tomará de tu mano la cesta
y la pondrá ante el altar del Señor, tu Dios. Entonces tomarás la palabra y
dirás ante el Señor, tu Dios: “Mi padre fue un arameo errante, que bajó a
Egipto, y se estableció allí como emigrante, con pocas personas, pero allí se
convirtió en un pueblo grande, fuerte y numeroso. Los egipcios nos maltrataron,
nos oprimieron y nos impusieron una dura esclavitud. Entonces clamamos al
Señor, Dios de nuestros padres, y el Señor escuchó nuestros gritos, miró
nuestra indefensión, nuestra angustia y nuestra opresión. El Señor nos sacó de Egipto
con mano fuerte y brazo extendido, en medio de gran terror, con signos y
prodigios, y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, una tierra que mana
leche y miel. Por eso, ahora traigo aquí las primicias de los frutos del suelo
que tú, Señor, me has dado”. Los pondrás ante el Señor, tu Dios, y te postrarás
en presencia del Señor, tu Dios.»
Palabra de Dios
Salmo
Sal 91(90),1-2.10-11. 12-13.14-15
R. Quédate conmigo, Señor, en la tribulación.
V. Tu que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío,
Dios mío, confió en ti.» R.
V. No se acercará la desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos. R.
V. Te llevarán en sus palmas
para que tu pie no tropiece en la piedra;
caminarás sobre áspides y víboras,
pisotearás leones y dragones. R.
V. «Se puso junto a mí: lo libraré;
lo protegeré porque conoce mi nombre,
me invocará y lo escucharé.
Con él estaré en la tribulación,
lo defenderé, lo glorificaré.» R.
Segunda lectura
Rm 10,8-13
Profesión de fe del que cree en Cristo
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos
HERMANOS:
¿Qué es lo que dice?
«La palabra está cerca de ti: la tienes en los labios y en el corazón. Se
refiere a la palabra de la fe que anunciamos. Porque, si profesas con tus
labios que Jesús es Señor, y crees con tu corazón que Dios lo resucitó de entre
los muertos, serás salvo. Pues con el corazón se cree para alcanzar la
justicia, y con los labios se profesa para alcanzar la salvación. Pues dice la
Escritura: Nadie que crea en él quedará confundido. En efecto, no hay
distinción entre judío y griego, porque uno mismo es el Señor de todos,
generoso con todos los que lo invocan, pues todo el que invoque el nombre del
Señor será salvo.»
Palabra de Dios.
Aclamación
V. No solo de pan vive el hombre, sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios.
Evangelio
Lc 4,1-13
El Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas
EN aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y el
Espíritu lo fue llevando durante cuarenta días por el desierto, mientras era
tentado por el diablo. En todos aquellos días estuvo sin comer y, al final,
sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di a esta
piedra que se convierta en pan». Jesús le contestó: «Está escrito: “No solo de
pan vive el hombre”». Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un
instante todos los reinos del mundo y le dijo: «Te daré el poder y la gloria de
todo eso, porque a mí me ha sido dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te
arrodillas delante de mí, todo será tuyo». Respondiendo Jesús, le dijo: «Está
escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”». Entonces lo
llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: «Si eres Hijo de
Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles
acerca de ti, para que te cuiden”, y también: “Te sostendrán en sus manos, para
que tu pie no tropiece contra ninguna piedra”». Respondiendo Jesús, le dijo:
«Está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”». Acabada toda tentación, el
demonio se marchó hasta otra ocasión.
Palabra del Señor.
1
Señor,
contigo iremos al desierto
Desde el miércoles pasado
hemos entrado en el tiempo de Cuaresma. Este período que dura cuarenta días nos
prepara para la gran fiesta de la Pascua.
Esta será una oportunidad para
redescubrir las verdaderas prioridades de nuestra vida cristiana. Reconocemos
que muchas veces nos hemos alejado del Señor y que Él no siempre es nuestra
prioridad. Con demasiada frecuencia hemos organizado nuestras vidas al margen
de ello. Así que Él está aquí para decirnos una y otra vez: “¡Vuelvan a mí
con todo su corazón!”
La Cuaresma es precisamente
este tiempo privilegiado que se nos da para volver al Señor; Es urgente volver
a ponerlo en el centro de nuestras vidas.
El libro del Deuteronomio (1ª
lectura) nos muestra cómo Dios tomó la iniciativa para salvar a su pueblo.
Recordamos que los hebreos eran esclavos en Egipto. Dios escuchó su voz y los
condujo a una tierra de libertad. La Cuaresma es este largo camino hacia la
liberación. Cuando nos alejamos de Dios sólo podemos caer en caminos de
perdición. Pero el Señor no nos abandona. Él sigue viniendo a buscar y salvar a
los que estaban perdidos. Nos hace redescubrir nuestra dignidad humana. A lo
largo de la Biblia encontramos este llamado a acoger al Dios liberador. Es con
este espíritu que estamos invitados a vivir este tiempo de Cuaresma.
También esta lectura nos recuerda que al presentar ofrendas, sacrificios al Señor estamos siendo agradecidos, haciendo memoria, reconociendo los beneficios de Dios en nuestra vida.Todo lo que somos y todo lo que tenemos es don de Dios.
En la segunda lectura, San
Pablo nos invita a reconocer a Cristo como Señor. Esto significa que queremos
que Él sea el dueño de nuestras vidas. Le damos la bienvenida para que tome el
mando. Éste es el precio que debemos pagar para ser salvos. Nuestro Dios es un
Dios liberador; Él quiere la salvación de todos los hombres independientemente
de su religión. Todos deben poder escuchar sus palabras que son “de vida
eterna”. Esta palabra está en nosotros, en nuestro corazón. El Señor cuenta con
nosotros para proclamarlo en todo el mundo. Vivir la Cuaresma es acoger esta
Palabra, dejarnos transformar por ella y testimoniarla a todos los que nos
rodean.
En el Evangelio encontramos el
relato de las tentaciones de Jesús en el desierto. El tentador se le presenta
comenzando a adularlo: «Si eres Hijo de Dios…». Cuando se acerca a
nosotros, utiliza la misma técnica halagando nuestro orgullo, nuestro deseo de
libertad e independencia: «Haz, pues, lo que te plazca; para que puedas
recuperar tu dignidad y libertad.” De hecho, esta tentación nos lleva a un
callejón sin salida que nos aleja del amor de Dios.
Hoy Jesús nos enseña que ser
hijos de Dios significa dejarnos conducir por Dios sin imponerle nuestros
medios, significa tener plena confianza en Él sin querer imponerle garantías,
sin esperar milagros maravillosos que nos distraigan de nuestras luchas y de
nuestros compromisos.
A cada una de las tentaciones,
Jesús responde con una palabra de la Biblia: “Está escrito: No sólo de pan
vive el hombre… Ante Dios te postrarás y sólo a él servirás… No tentarás al
Señor tu Dios…”
Así venció Jesús al tentador.
Durante esta Cuaresma quiere asociarnos a
todos a su victoria. Nos enseña a estar completamente vueltos hacia Dios y a
alimentarnos de su Palabra cada día.
La Cuaresma está aquí para
recordarnos que estamos comprometidos en una batalla contra las fuerzas del
mal. Pero en esta lucha, no estamos solos. El Señor está ahí y siempre podemos
contar con Él. También podemos dirigirnos a María, nuestra madre en el cielo.
Con ella no hay situación desesperada. Cuando las cosas van mal, siempre
podemos contar con ella. Cuando necesitamos paz y alegría ella está ahí. Y como
en Caná, se lo dice a su Hijo. Y Jesús nos invita a “beber de la Fuente” de
Aquel que es amor, paz y alegría. Y cuando hemos caído al fondo, ella se
inclina para recogernos. Ella que ha apostado toda su vida por el amor, nos
ayuda a ponernos de pie para reanudar el camino en el seguimiento de Cristo.
En este camino, el Señor está
allí; Él nos da el verdadero pan de vida que viene a renovar nuestro corazón;
alimenta la fe, hace crecer la esperanza y nos da la fuerza para amar;
aprendamos a tener siempre hambre de Cristo, el único pan vivo y verdadero, y a
vivir de toda palabra que sale de su boca. Amén
2
Para público joven
📖 "Jesús nos enseña a vencer las tentaciones"
Historia: "La Gran Prueba de Tomás"
Tomás era
un niño al que le encantaban los videojuegos. Un día, su abuelo le regaló un
juego nuevo, pero con una condición: solo podría jugar después de hacer sus
tareas y ayudar en casa.
Al
principio, Tomás cumplió la regla, pero un día sus amigos lo invitaron a un
torneo en línea y sintió una gran tentación: ¿jugar sin permiso o hacer lo
correcto?
Se
imaginó que nadie lo vería, pero en su corazón sabía que mentir no era
correcto. Cerró los ojos y pidió ayuda a Dios. Recordó que Jesús también
enfrentó tentaciones en el desierto, pero no cayó en ellas porque confiaba en
Dios.
Con
esfuerzo, Tomás decidió esperar y obedecer la regla. Cuando le contó a su
abuelo, este lo felicitó: “Las verdaderas victorias no siempre están en los
videojuegos, sino en aprender a elegir bien”.
💡 Reflexión sobre las lecturas
1️⃣ Primera lectura: Deuteronomio 26, 4-10
El pueblo
de Israel recuerda cómo Dios los salvó de la esclavitud en Egipto y les dio la
tierra prometida. Moisés les dice que no deben olvidar todo lo que Dios ha
hecho por ellos.
📌 Mensaje para nosotros:
Así como Dios ayudó a su pueblo, Él nos ayuda en nuestras dificultades. A veces
olvidamos agradecer a Dios por lo que nos da: nuestra familia, nuestros amigos,
la comida, el hogar… En esta Cuaresma, podemos hacer un esfuerzo por ser más
agradecidos.
👀 Pregunta para pensar: ¿Cuándo fue la última
vez que agradecimos a Dios por algo bueno en nuestra vida?
2️⃣ Segunda lectura: Romanos 10, 8-13
San Pablo
nos dice que si creemos en nuestro corazón y confesamos con nuestra boca que
Jesús es el Señor, seremos salvados.
📌 Mensaje para nosotros:
La fe no es solo algo que decimos, sino algo que vivimos. No basta con saber
que Jesús es bueno, también debemos confiar en Él y seguir su ejemplo. Si nos
equivocamos, podemos pedirle perdón y seguir adelante.
👀 Pregunta para pensar: ¿Cómo podemos
demostrar con nuestras acciones que creemos en Jesús?
3️⃣ Evangelio: Lucas 4, 1-13
Jesús es
llevado al desierto y tentado por el diablo tres veces:
1️⃣ Le ofrece convertir piedras en pan → Jesús responde que no solo de pan
vive el hombre, sino también de la Palabra de Dios.
2️⃣ Le promete poder y riquezas si lo adora → Jesús responde que solo a
Dios se debe adorar.
3️⃣ Le dice que se lance desde el
templo para que los ángeles lo salven → Jesús responde que no hay que poner a
prueba a Dios.
📌 Mensaje para nosotros:
Todos enfrentamos tentaciones en la vida. Jesús nos enseña que podemos vencerlas
con la fuerza de la oración y la confianza en Dios.
👀 Pregunta para pensar: ¿Cuáles son algunas
tentaciones que enfrentamos hoy? ¿Cómo podemos vencerlas con la ayuda de Dios?
🎯 Propósito para esta semana
Esta
Cuaresma es un tiempo especial para prepararnos para la Pascua. Jesús nos
invita a:
✅ Ser más agradecidos con Dios y con los demás.
✅ Confiar más en Dios y pedirle ayuda en los momentos difíciles.
✅ Aprender a decir NO a las tentaciones que nos alejan del bien.
Pidamos a
Dios que nos ayude a ser fuertes como Jesús y a vivir esta Cuaresma con fe y
amor. 🙏✨
Pasando
a la ofensiva
Lleno
del Espíritu Santo, Jesús volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al
desierto durante cuarenta días, para ser tentado por el diablo.
Si alguien es atacado o se
siente amenazado, es común ponerse a la defensiva. Por ejemplo, si los soldados
se encuentran repentinamente bajo ataque de un enemigo, lo más probable es que
adopten una posición defensiva. De manera similar, cuando nos sentimos atacados
personalmente por otro o somos tentados por el diablo, a menudo tratamos de
defendernos. Sin embargo, dentro del mundo de los juegos, los deportes y la
actividad militar, hay un adagio común que dice: “la mejor defensa es un
buen ataque”. En otras palabras, la mejor manera de evitar que el oponente
gane es pasar a la ofensiva en lugar de quedarse de brazos cruzados y adoptar
una posición defensiva.
En muchos sentidos, esto es lo
que hizo Jesús cuando entró en el desierto. Era consciente de que el maligno
quería destruirlo. Por eso, cuando Jesús entró en el desierto durante 40 días
para orar y ayunar, lo hizo en una especie de ataque ofensivo contra el diablo.
Las tentaciones de Jesús en el
desierto no fueron principalmente dificultades que tuvo que soportar y
resistir. Más bien, fueron, ante todo, ataques ineficaces del maligno, porque
Jesús ya había abrazado las virtudes opuestas.
¿Qué tentaciones y pecados se
encuentran entre tus mayores luchas?
¿De qué manera te encuentras
experimentando la derrota?
¿De qué manera has tomado una
posición defensiva para tratar de superar tus luchas?
Con demasiada frecuencia
abordamos las tentaciones de la manera equivocada. Las vemos como ataques del
maligno a los que debemos resistir y defendernos. Y aunque eso es cierto, no es
toda la verdad. La verdad completa es que la mejor manera de superar las luchas
que enfrentamos es enfrentarlas directamente de una manera vigorosa y ofensiva,
eligiendo la virtud opuesta.
Consideremos las tres
tentaciones que Jesús venció en el desierto: la gula, la vanagloria y la
avaricia.
La entrada de Jesús en el
desierto durante esos 40 días fue la manera en que Él destruyó estas
tentaciones antes de que siquiera se le presentaran.
Al elegir voluntariamente
ayunar durante esos 40 días, Jesús hizo que la tentación hacia la gula fuera
ineficaz.
Al elegir la humildad de
entrar en la soledad del desierto para estar solo con su Padre, Jesús privó de
su poder a la tentación hacia la vanagloria. Al elegir una vida de pobreza y
sencillez, Él venció cualquier tentación hacia la riqueza terrenal, incluso
antes de que se le ofreciera.
Al comenzar este viaje
cuaresmal de cuarenta días, reflexionemos hoy sobre los pecados y las
tentaciones que hay en nuestra vida y que debemos superar.
Si nos encontramos en una
posición defensiva frente a ciertas luchas, especialmente si a veces nos
encontramos perdiendo la batalla, es hora de cambiar nuestra estrategia.
Abracemos las virtudes
opuestas a los pecados con los que más nos sentimos tentados esta Cuaresma.
Abracemos esas virtudes de una
manera ofensiva.
Si luchamos contra la ira, elijamos
la bondad, la ternura, la calma.
Si luchamos contra la gula, elijamos
el ayuno.
Si luchamos contra la
avaricia, elijamos la generosidad.
Sea cual sea nuestra lucha,
recurramos a la virtud que más necesitamos y concentrémosla en ella esta
Cuaresma para que también nosotros estemos bien preparados para rechazar al
maligno y sus mentiras cuando la tentación se nos presente.
Mi tentado Señor, resististe
toda tentación en tu vida eligiendo todas las buenas virtudes y viviéndolas a
la perfección. Ayúdame a ver las virtudes que más necesito ahora mismo y dame
la fuerza que necesito para correr hacia ellas con todo mi corazón en esta
Cuaresma.
Jesús, confío en Ti.
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