11 de enero del 2015: Bautismo del Señor (B))
...Y si compráramos el billete?
Estas últimas semanas hemos celebrado la fiesta de Navidad y los elementos que la rodean. Hoy, en la fiesta del Bautismo del Señor, Jesús ha llegado a la adultez. Él comienza lo que llamamos su vida pública. Con esto se confirma que es el Hijo de Dios.
Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,7-11):
En aquel tiempo, proclamaba Juan: «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.»
Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma.
Se oyó una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto.»
Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma.
Se oyó una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto.»
Palabra del Señor
A guisa de introducción:
...Y si compráramos el billete?
Este primer lunes del 2015, en la distancia, muy de mañanita escuchando las noticias de una importante cadena radial colombiana gracias al internet en el transcurso de una hora escuché sobre esto:
Maltrato animal, (personas en pleno carnaval y fiesta, hacen sufrir y morir a un toro),
Maltrato humano ( se revive el caso del estudiante empujado a suicidarse por discriminación, intimidación sufridas en su colegio por la comunidad educativa;
Escasez de agua, por excesiva sequia… “no sabemos utilizar el agua”
“Gerascofobia”, en Colombia y muchas parte del mundo, personas dicen tener miedo a envejecer, parecen no saber envejecer, no aceptar las diferentes etapas de la vida: “cuchi-barbies” (mujeres), “cuchi-kents” (hombres) , “peter pans”, etc…
Y casi que espontáneamente como sacerdote, hombre creyente y cristiano-católico me decía y le decía a Dios:
…”Qué hemos hecho, qué hacemos de nuestro bautismo?”
Maltrato animal, (personas en pleno carnaval y fiesta, hacen sufrir y morir a un toro),
Maltrato humano ( se revive el caso del estudiante empujado a suicidarse por discriminación, intimidación sufridas en su colegio por la comunidad educativa;
Escasez de agua, por excesiva sequia… “no sabemos utilizar el agua”
“Gerascofobia”, en Colombia y muchas parte del mundo, personas dicen tener miedo a envejecer, parecen no saber envejecer, no aceptar las diferentes etapas de la vida: “cuchi-barbies” (mujeres), “cuchi-kents” (hombres) , “peter pans”, etc…
Y casi que espontáneamente como sacerdote, hombre creyente y cristiano-católico me decía y le decía a Dios:
…”Qué hemos hecho, qué hacemos de nuestro bautismo?”
Los incrédulos, agnósticos y relativistas, se preguntarán y qué tiene que ver un sacramento, un affaire religioso, eclesial, en particular el bautismo con todo esto? Muy sencillo, los invito a descubrir el meollo, el núcleo, a través de este pequeño relato, sin embargo es posible que ustedes ya hayan escuchado la historia de este pobre hombre, quien había sufrido muchas desgracias y entonces se vuelve hacia Dios para pedirle: “Señor, yo te pido, haz que al menos me gane la lotería”. Las cosas iban de mal en peor y el clamaba siempre: Señor, ayúdame, que yo me gane la lotería. Cada día su oración montaba al cielo: “Señor, ayúdame, haz que yo gane el premio gordo del baloto…” Una noche, la voz de Dios lo despierta: “Yo quiero también que tú ganes, pero es necesario que me ayudes un poco: compra al menos un billete!”
Y si nuestras desgracias, nuestra infelicidad vinieran de ahí?
Y si nuestras desgracias, nuestra infelicidad vinieran de ahí?
Cada día, leemos grandes titulares de prensa: “Hechos de sociedad” : “La violencia se extiende en los colegios y en los liceos: intimidación…, “tensiones y enfrentamientos entre grupos (comunidades, grupos armados, pandillas, hinchadas )”; “las tensiones entre el estado y las empresas nacionales se endurecen”; “corrupción en la administración pública”, “el homicidio, femicidio-femenicidio, aumenta”; “los abuelos sufren por no ver más a sus nietos”, y un largo etc.
Y si todo esto fuera porque hemos puesto el protector de pantalla (se ha adormecido) a la dimensión espiritual?
Cuando los padres de la pequeña Agnès Bojaxhiu han llevado su pequeña recién nacida a la iglesia de Skopje en Albania, y la presentan al párroco para que la bautice, ellos deseaban para ella esta fuente emanante de la vida eterna que promete Jesús a aquellos (as) que creen en Él. Mas ellos no se esperaban que esta fuente, con el paso de los años, fuera a llegar a ser un rio inmenso que saciaría la sed no solamente de millones de personas de otras religiones, de otras convicciones, de jefes de Estado como de parias, de altos dignatarios como de leprosos, de adultos como de niños.
Hoy todo el mundo conoce Agnès Bojaxhiu, que no es otra que la Madre Teresa de Calcuta. Su esplendor, su luz brillante, fueron alimentados gracias al bautismo, la Eucaristía, la confesión y la oración…
Y si nosotros compráramos un billete?
Y si nosotros compráramos un billete?
Un compromiso a esclarecer (2)
Foto:http://img.over-blog.com/580x752/2/52/66/04/15mai12/J/John-The-Baptist-Painting.
Aproximación psicológica al texto del Evangelio
Un compromiso a esclarecer
Las palabras que utiliza el evangelista san Marcos para expresar lo que Jesús ha vivido en el momento de su bautismo tienen relación con lo dicho en Isaías 42, 1-7:
Esto dice el Señor:
Mirad a mi siervo, a quien sostengo, mi elegido, a quien prefiero.
Sobre él he puesto mi espíritu para que traiga el derecho a las naciones,
No gritará, no clamará, no voceará por las calles.
La caña cascada, no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará.
Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará
hasta implantar el derecho en la tierra,
y sus leyes, que esperan las islas.
Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he tomado de la mano,
te he formado y, luz de las naciones.
Para que abras los ojos de los ciegos,
saques a los cautivos de la prisión,
y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas.
Podríamos resumir de la siguiente manera lo que ellas significaban para Jesús: “Es a través de mí (mi persona) que Dios quiere pasar para unirse a los otros “(“te he hecho alianza de un pueblo”), y Dios espera de mí que yo ayude a los demás a ver claro, a liberarse de aquello que les impide vivir (“Tú abrirás los ojos de los ciegos, Tú sacaras a los cautivos de la prisión” ).
Estas observaciones nos permiten distinguir entre la experiencia bautismal de Jesús y la de las otras personas bautizadas por Juan.
El ritual practicado por Juan es en efecto un rito de preparación, un camino o recorrido de fervor de cara a un Dios que se prepara para intervenir en la historia, marcha o recorrido que reenvía a la pureza moral vivida en la cotidianidad. Juan compromete a los soldados a que se contenten con su salario, él advierte a los funcionarios de no tomarse un porcentaje de las sumas de dinero que pasan entre sus manos, él invita a compartir cuando la ocasión sea propicia o se presente…. (cfr. Lucas 3,10-14).
En el caso de Jesús, se trata sobre todo de pasar a la acción, de hacer cosas que antes no hacía, de comprometerse en un recorrido y o caminata espiritual nuevos, que han de precisarse sobre la marcha.
El Bautismo de Jesús simboliza el descubrimiento que Él hace de lo que Él era antes, a partir del llamado a la acción que Él ha escuchado en el fondo de su ser, y dentro del cual ha discernido la huella de Dios. Por esta experiencia, Jesús se ve reenviado no a su cotidianidad (o vida normal) de antes como los otros bautizados por Juan, sino a una nueva acción, que movilice su creatividad y su libertad, y que está orientada de una manera muy precisa a trabajar por la liberación concreta de los oprimidos.
El Bautismo de Jesús simboliza el descubrimiento que Él hace de lo que Él era antes, a partir del llamado a la acción que Él ha escuchado en el fondo de su ser, y dentro del cual ha discernido la huella de Dios. Por esta experiencia, Jesús se ve reenviado no a su cotidianidad (o vida normal) de antes como los otros bautizados por Juan, sino a una nueva acción, que movilice su creatividad y su libertad, y que está orientada de una manera muy precisa a trabajar por la liberación concreta de los oprimidos.
En efecto, es necesario hablar de creatividad y de libertad, puesto que Jesús deberá buscar y descubrir de qué manera las palabras del profeta Isaías se aplican a Él. Jesús, deberá descubrir quienes son- concretamente- los “prisioneros” de su tiempo, de quienes es cuestión en un texto escrito muchos siglos atrás y deberá descubrir también cómo deberá hacer para trabajar en su liberación.
Al principio, la Palabra de Dios contenida en la Biblia no era clara para Él (Jesús) como tampoco lo es para nosotros cuando nos adentramos en ella hoy. Por consecuencia, Jesús también deberá hacer las transposiciones que se imponen, dejar madurar aquello que no es todavía claro, y aprender, tanto en la acción como en la oración, aquello que es su misión, lo que será su aventura espiritual.
El misterio de Jesús: un Dios que enseña lo que es llegar a ser un hombre (Hebreos 5,8), y un hombre que deja a la Palabra de Dios revelarle progresivamente quién es Él.
***
2
El día de nuestro bautismo, las contadas gotas de agua que son derramadas sobre nuestra cabeza (o frente) simbolizan la fuente de agua que comienza a brotar en el fondo de nuestro corazón, en el santuario íntimo de nuestro ser, ese lugar sagrado de nuestra persona donde sólo Dios puede entrar.
El día de nuestro bautismo, las contadas gotas de agua que son derramadas sobre nuestra cabeza (o frente) simbolizan la fuente de agua que comienza a brotar en el fondo de nuestro corazón, en el santuario íntimo de nuestro ser, ese lugar sagrado de nuestra persona donde sólo Dios puede entrar.
Un cristiano sabe que Dios no es un hidrante (artefacto proveedor de agua en la calle para servirse en caso de incendios) al cual se acude solo en casos de extrema urgencia, cuando hay fuego en la casa.
Dios está en la raíz más profunda de mi ser, y antes que nada Él es la fuente de donde emana mi vida. Mi vida física, biológica, mi vida intelectual, personal, consciente y libre.
El día de mi bautismo una segunda fuente se injerta sobre esta fuente fundamental perpetua. El sacerdote que bautiza no es una especie de mago o brujo, sino que es un fontanero (especialista, cercano de la fuente) que revela la fuente del amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, la fuente de la Fe, de la Esperanza y de la Caridad, la fuente que purifica del pecado, que inserta en el pueblo consagrado (la asamblea, la familia eclesial) a Dios, la fuente que re-crea ( no que divierte sino que vuelve a CREAR).
Esta fuente sacia todos los tipos de sed que están inscritas en lo más profundo de mi ser: se de amor, sed de conocimiento de Dios, sed de absoluto, sed de infinito, sed de felicidad, sed de comunión, sed de perdón.
Solamente que, atención y he aquí tres peligros que me acechan:
Solamente que, atención y he aquí tres peligros que me acechan:
1. Olvidar la existencia de esta fuente e ir a buscar bien lejos, matarme yéndome a buscar a Katmandú o sumergiéndome en la Nueva Era (New Age) y todas las trampas, ahueros, creencias que trae consigo: yoga, regresiones, angeleologia, horóscopos, etc…o en los viajes artificiales que tengo dentro;
2. Taponar esta fuente, obstruirla con mis pecados pequeños o grandes. Un pecado mortal la cerrará enseguida. En cuanto a los pecados veniales (o menos graves) si se les toma a la ligera, nada en serio o sin trascendencia, sin consciencia, cometiéndolos de forma deliberada sin arrepentirse ni hacer esfuerzo por evitarlos, nos disponen poco a poco para cometer el pecado mortal.
3. Dejar llenar de arena o moho esta fuente, puesto que no me sirvo de ella lo suficiente (“órgano o servicio que no se utiliza se atrofia”). Es necesario ejercer la FE, es necesario entrenarse en la ESPERANZA, es vital poner en práctica las fuerzas de caridad (amor) para que ellas permanezcan vivas…
Pero Dios ha previsto todo. Él nos ha dado los medios para desarenar o quitarle el moho a la fuente. Los sacramentos y la Palabra de Dios están ahí como los golpes de pica que servirán para hacer reventar la fuente escondida: la confesión, la Eucaristía, la unción de los enfermos, la escucha del Evangelio, destapan o mantienen la fuente que sacia toda sed.
Bautizados, tenemos en lo más profundo de nuestro corazón mucho más que un tesoro, mucho más que una fuerza: Alguien que puede conducirnos a la unión con el Padre y a la unidad con nuestros hermanos, definición de Salvación.
Los momentos decisivos de una vida
Han pasado más
de 2000 anos y el “mundo” sigue sin comprender a Jesucristo…Comenzando porque
muchos se han quedado con el Jesús histórico, donde la fe no se puede arraigar.
Hechos
recientes como el descontento por la elevación a cardenal de un purpurado veterano
colombiano calificado de “recalcitrante”,
Los atentados
de los islamistas extremistas contra Charlie Hebdo en Paris,
Los
comentarios acusadores de periodistas y lectores señaladores de doble moral de la Iglesia, o sea de los conejos que no miran sus orejas antes de
hablar de los receptores auditivos,
La violencia
en general, el odio ciego, el irrespeto por la vida y dignidad humanas (de las
cuales están llenas las noticias de los diarios populares del mundo…)
La tendencia a
solo subrayar lo malo y a sembrar el pesimismo y la desesperanza en nuestras
sociedades…
En fin, son
tantas cosas…
Bien se
preguntaba Jesucristo días antes de su muerte: “Cuando regrese el Hijo del
Hombre hallará aun FE sobre la Tierra?”. (Lucas 18,8).
La Sociedad en
la cual vivimos y aún en estos tiempos existe una crisis de Fe, son pocas
las personas que tienen un concepto optimista del futuro, la
mayoría de la gente no tiene Fe en que sus matrimonios serán duraderos,
que los políticos servirán honradamente a su país, o que el sistema
educativo los preparará adecuadamente para los desafíos que los esperan en el
futuro. Al enfrentarse a los apuros de la vida diaria, muchas
de las personas sencillamente no tienen la confianza de que el mañana será
mejor que el presente. El agobio y la desilusión y aún la amargura de la gente
se puede sentir y oler a diario, los sentimientos de que “cada día el
rico es más rico y el pobre más pobre”, y “de que nunca sale nada bien” o
que el empoderamiento de algunos sectores económicos de la sociedad son un
gigante que nadie puede derribar. Al mismo tiempo mucha gente
considera que los principios de la Biblia son condenatorios y que sus promesas
están obsoletas. El concepto que predomina es que debemos aceptar y dar
validez a todas las opiniones, sin importar cuáles sean, ni la
perversión y desviación de la verdad que estas contengan. Quizás no se
niega la existencia de Dios pero se tiene la idea que éste está tan lejos de la
existencia del hombre que difícilmente pueda comprender los problemas que este
posee a diario, el materialismo, el humanismo y la decadencia moral
de la sociedad en su conjunto juegan un rol importante para que el hombre
dude, lo que inevitablemente conlleva la falta de fe.
La misma
religión es superficial en esto, de hecho, mucha gente que se
considera cristiana o católica, no tiene conocimiento básico de las enseñanzas
de la escritura, ni del magisterio de la Iglesia (mismo ni se les respeta
al Papa y los Obispos) , ni de lo que Dios dice para ellos, por ende,
podemos concluir que toda la vida del hombre se traduce a gustos personales y
satisfacer sus propios sentimientos sujetándose a cualquier cosa que provoque
un sentimiento de bienestar. Cómo hay un dicho conocido: “Del dicho al
hecho hay mucho trecho”, nuestro Señor Jesucristo relató una
parábola que demuestra la necesidad de tener y practicar una fe viva,
habló de una viuda a quien un juez no le quería hacer justicia; pero ella
insistió con tanta perseverancia que finalmente el juez decidió ayudarla,
porque ya estaba cansado de tanta insistencia. (Lucas 18:1-5).
Y el Bautismo en todo esto?
Siempre se ha definido el
bautismo simplemente como el boleto o billete de acceso a la Iglesia, yo diría
de modo más exacto es el rito de iniciación en la aventura humana-divina, con
Jesucristo…Muchos, millones se quedan viviendo la aventura meramente humana, se
quedan a medio camino…
Yo que siento una
inclinación particular, una debilidad y gusto refinado por las biografías y
sobre todo las “auto-biografías” (“Las Cenizas de Angela” (Franz McCourt), “Vivir
para Contarla” (Gabo), “Sin querer queriendo” (Chespirito) me hubiera gustado
escuchar a Jesús de Nazaret entrevistado por algún periodista o presente en un
“talk show”, o leer su propio relato de vida.
Me hubiera gustado
conocer los momentos determinantes de su vida, las personas que han influido en
él, los hechos de vida, sucesos, eventos que lo han marcado. Me hubiera gustado
saber qué lo ha empujado a dejar su casa, dejar su trabajo, a tomar distancias
con su familia, todo ello para convertirse en predicador itinerante. Mi interés
por el sujeto no se origina en una simple curiosidad de periodista, sino en el
deseo de responder a la cuestión: como se llega a ser autentico, como se llega
a ser plenamente sí mismo?
A falta de entrevista o
relato autobiográfico de Jesús, el evangelio de este domingo me propone a
través de la pluma de Marcos (mal periodista al igual que todos los
evangelistas, como diría J.J Benitez) la visión o versión de los primeros
cristianos sobre lo que ha sido la vocación de Jesús. Se subraya en particular
el papel de Juan Bautista (su primo, según San Lucas) que ha iniciado en la
época un movimiento de renovación y de conversión. Yo imagino que ese
movimiento ha debido tocar las fibras del corazón de Jesús, algo lo ha movido,
tanto que se pone en camino con otros para adherirse a Juan. Pero al mismo
tiempo se insiste en decir que la vocación de Jesús es más grande que la de
Juan: “Aquel que es más fuerte que yo…Yo los he bautizado con agua, pero Él los
bautizará con el Espíritu Santo”. Hacia los años 60 o 70, era claro y evidente
para los cristianos que no había ninguna medida común entre las
transformaciones aportadas por Juan y aquellas aportadas por Jesús.
La manera como se resume
el momento decisivo de la vocación de Jesús comporta a la vez algo que es
simple y desconcertante.
Jesús hace la experiencia
interior de ser habitado por una fuerza espiritual (“El cielo se entreabre y el
Espíritu desciende sobre Él”) y de sentirse escogido y locamente amado por Dios
(“Tu eres mi Hijo muy amado en quien yo me complazco” (“Tu eres mi felicidad”).
A menudo yo me doy cuenta
que las verdaderas experiencias espirituales son simples: una palabra que se
impone al Espíritu en determinado momento y lugar ( y o uno se siente obligado
a expresarla en Facebook o Twitter); una convicción que de repente llega a ser
evidente. Lo que desconcierta es la manera de contar, de relatar: “el cielo que
se entreabre, un Espíritu que desciende (en forma de paloma=paz), una voz (de
Dios) que se escucha”. Pero yo comprendo que es casi que imposible hablar de
experiencias intimas, interiores, sin sentirse traicionado por las palabras
(“solo los poetas expresándose metafóricamente se sienten satisfechos, mas no
los místicos y eso que ni hablando en lenguaje no figurado”).
Ahora, yo acepto que se
quiera traducir el sentimiento que aparece, que brota cuando Dios decide finalmente manifestarse después de tanto
tiempo de silencio utilizando la imagen de “los cielos que se entreabren” como
la puerta de una casa; yo estoy de acuerdo con que se quiera representar la
fuerza espiritual que se desplaza rápidamente a la manera de una ave viajera,
en particular la paloma, la imagen del amor de Dios por su pueblo (Salmo 74,19)
y de la ternura humana (Cantar de los Cantares 2,14); yo acepto que se utilice
el Salmo 2, que se recitaba en Israel durante las ceremonias de entronización
de los reyes en sus nuevas funciones, y que ha servido a continuación para
describir lo que sería el Mesías, para expresar la convicción de Jesús de
sentir profundamente amado por Dios y llamado a una misión.
Cuando yo retrocedo un
poco y contemplo con más atención lo que me descubre el evangelio de Marcos,
trato de volver a trazar el itinerario de Jesús y me entrego a algunas
reflexiones. El encuentro decisivo de Jesús con Juan ha sido determinante en su
vida, pero este encuentro habría tenido lugar sin un corazón ávido de absoluto,
sin un espíritu en búsqueda durante esos largos años en Galilea? Se presenta a
Jesús más grande o importante que Juan. Pero sus palabras traducen parcialmente
la realidad, puesto que la misión de Jesús lanzada con Juan Bautista,
confirmada con su convicción de ser amado y escogido (elegido) por el Dios de
Israel, conducirá finalmente a una situación si nueva que traerá como
consecuencia la ruptura de los cristianos con el judaísmo. En la liturgia de
este domingo, el relato termina aquí. Pero yo encuentro muy instructivo que Marcos se interese por el hombre de
acción en Jesús, Marcos enseguida lo presenta en la soledad del desierto, como
para hacer énfasis en lo sucedido después de la experiencia del bautismo, pero
al mismo tiempo confrontado a diversas fuerzas oscuras (no como un Anakin
Skywalker, que se convertirá en Dark Vader)
tentado por Satanas que lo “rasga” lo “deshilacha” y solo logrando hacer la integración (armonía
con las bestias salvajes y el servicio de los ángeles) que aceptando este
combate.
La liturgia nos propone
este relato para subrayar el bautismo de Jesús, poco tiempo después de haber
celebrado su nacimiento (Natividad=Navidad= Noël en los países franceses,
christmas en los ingleses…)
Pero de hecho, el acento
del relato de Marcos no está en el bautismo de Jesús sino en el llamado que se
siente a una misión. Y yo veo simbólicamente mi propia situación. Yo fui
bautizado 27 días después de mi nacimiento (Y no me avisaron Arjona),
aprovechando la visita del párroco a la vereda (ocasión que se aprovecha para
convocar a la comunidad al borde de la quebrada). Mas no ha sido este bautismo
lo que ha sido determinante o definitivo en mi vida, sino todas esas personas
que me han ayudado a sentirme profunda y tiernamente amado, y me han dado el
gusto por ayudar a la gente sobre mi ruta, en mi caminar, a ayudarles a nacer
en ellos mismos, a pesar que yo mismo haya debido también sobre el camino vivir
rupturas dolorosas, experimentar el fracaso, la decepción.
Si, yo puedo hablar de
una fuerza que me habita, de un llamado a seguir a Jesús. Sera solamente ahora
que yo vivo mi bautismo? Como me gustaría vivir la celebración de este día
escuchando “Lo que yo soy profundamente”, recordando los momentos decisivos de
la vida, a la manera de Jesús.
ORACIÓN
El agua de los pasajes
Para aclarar
de entrada: pasaje no es solo un billete que me permite viajar por bus, avión o
cualquier otro transporte. Pasaje es una palabra que hace parte esencial de
nuestra vida, pues es sinónimo de Pascua (Pasha judía) paso de la esclavitud a
la liberación (el Éxodo cuenta como Dios a través del liderato de Moisés libero
a su pueblo de Egipto); para Cristo fue el paso de la muerte a la vida (Resurrección) y para nosotros hoy se cumple
cada vez que recibimos o revivimos nuestro bautismo: Por eso esta oración se
llama así el agua de los pasajes (de los pasos…):
Por
el agua de nuestro bautismo,
Tú
nos llamas Señor,
A pasar
de la muerte a la vida,
Del
encierro en sí mismo a la apertura a los demás,
Del
aislamiento o soledad inútil a la comunión vital y alegre,
Del
“Solo yo” a “todos juntos”.
Por
el agua de nuestro Bautismo,
Tú
nos llamas Señor
a
transformar:
el desierto árido de nuestra vida en tierra fértil,
la
dureza de nuestros corazones en espacio de compasión,
la
sed o deseo de aparecer en búsqueda del SER,
la
tibieza de nuestros compromisos en fuente compartida.
Porque
el agua de nuestros bautismos nos marca por siempre
De la
belleza del Evangelio,
De la
fuerza del Espíritu,
De
la ternura del Hijo,
Del
amor del Padre,
De la
Comunión de los Santos,
De la
solidaridad de la Iglesia,
De la
dignidad del niño de Dios.
(Traducción
del francés y adaptación de una composición de Yvon Métras)
Twitter: @gadabay
Referencias:
TREVET, Pierre. Paraboles d'un curé de campagne. Editions l'Emmanuel, France.
Vieliturgique.ca
prionseneglise.ca
HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.
mystereetvie.ca
Referencias:
TREVET, Pierre. Paraboles d'un curé de campagne. Editions l'Emmanuel, France.
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