sábado, 13 de enero de 2024

17 de enero del 2021: 2o domingo del Tiempo Ordinario (B)

Vengan y vean



Los textos del Adviento y de Navidad han presentado las diferentes maneras con las cuales Dios se hace cercano a nosotros. Los primeros domingos del llamado tiempo “ordinario” nos muestran cómo nosotros podemos responder a los llamados de Dios.


EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 1, 35-42
En aquel tiempo estaba Juan con dos de sus discípulos y fijándose en Jesús que pasaba, dijo:
--Este es el cordero de Dios.
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús, Jesús se volvió y al ver que lo seguían, les pregunto:
--¿Qué buscáis?
Ellos le contestaron:
--Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?
Él les dijo:
--Venid y lo veréis
Entonces fueron, vieron donde vivían y se quedaron aquel día, serían las cuatro de la tarde.
Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encontró primero a su hermano Simón y le dijo:
--Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).
Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo:
-- Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que significa Pedro).
Palabra del Señor

A guisa de introducción:

Y empieza el tiempo ordinario (de nuevo):
Ha pasado navidad, han pasado los días remarcables para una gran multitud…Pero no podemos olvidar que los cristianos (católicos) vivimos en una permanente fiesta…Estos días llamados ordinarios son para nosotros más bien la oportunidad de hacerlos “extraordinarios”…No olvido lo que nos decía la Hermana Beatriz Cadavid de la Compañía de María (que no se si vivirá todavía sobre este mundo) en algún retiro espiritual semestral a los seminaristas : “Nuestro calendario es este, el litúrgico no el civil”, es en este tiempo (litúrgico) donde hemos de vivir permanente y conscientemente , es nuestro tiempo…palabras sabias no?
Y en este domingo tenemos la oportunidad de reflexionar en nuestro caminar de fe. Como el profeta Samuel, como los primeros discípulos, el Señor nos llama a seguirle y a quedarnos con Él.
Todavía buscamos?
El evangelio de hoy nos habla de un encuentro, de un caminar en 3 tiempos: 

1. Venir hacia Jesús, 
2. ver donde habita y 
3. quedarnos junto (con) a Él.
La experiencia de los primeros discípulos, es también nuestra experiencia.
Venir hacia Jesús. Es la curiosidad la que empuja los primeros discípulos a seguirle. Ellos han escuchado a Juan Bautista que lo ha designado como “el Cordero de Dios”. Ellos quieren saber más sobre Él. Jesús se fija en ellos y se muestra sensible ante sus interrogantes. “Qué buscan ustedes?” les pregunta.
Y nosotros, qué buscamos? Qué es lo que nos ha empujado, motivado para seguir a Jesús? Y si fuera Cristo, el primero, que nos estaba buscando y nos ha dado el gusto (entusiasmo) por Él?
Ver donde habita. Para que los discípulos puedan conocerle verdaderamente, Jesús les invita a ver donde Él habita, a visitar no su casa sino su corazón. Los invita a estar en su compañía, a pasar tiempo con Él, a entrar en una nueva manera de relacionarse con Él.
Nosotros también, para conocer mejor a Jesús, tenemos necesidad de aprender mucho mas, profundizar en su vida, su palabra para conocerle mejor.
Nosotros hemos necesitado guías, “maestros” para clarificar o iluminar nuestra caminada con Él.
Quedarnos con Él. El encuentro con Jesús cambió de manera radical la vida de los primeros discípulos. Ellos deciden seguirle y a su vez se convierten en guías para los otros.
Y nosotros, buscamos igualmente como ellos ser guías para otros?

Carpintero de hombres y pescador de hombres (2)

Carpintero de hombres y pescador de hombres (2)
Foto:http://p8.storage.canalblog.com/89/36/1166526/101493197_o.jpg


Aproximación psicológica al texto del evangelio
Carpintero de hombres y pescador de hombres
Nuestras relaciones con los otros siempre están marcadas o influenciadas por nuestras experiencias anteriores y presentes. Aquello que uno comunica a los otros aparece así como el reflejo de nuestros propios descubrimientos internos.
Esto lleva a pensar que las proposiciones que Jesús hace a aquellos que se convertirán en sus apóstoles, están fuertemente marcadas por la experiencia de su propia vocación. Carpintero normal, sencillo, Jesús paulatinamente descubre que está llamado a ser pescador de hombres. Esta maduración de su proyecto de vida culmina con su bautismo, donde Él toma una conciencia muy viva que está llamado a ayudar a los otros y a permanecer sólidamente de pie: “He aquí mi servidor bien amado…” El texto de Isaías citado en el relato del bautismo continúa de esta manera:
“Yo te he destinado a ser la luz de las naciones,
a abrir los ojos a los ciegos,
a liberar a los prisioneros…” (Isaías 42,6-7).
El bautismo de Jesús (fiesta celebrada domingo pasado) es el envío a su compromiso social (es decir, público), Pero es al mismo tiempo el culmen de una experiencia de oración y de una frecuentación impresionante de la Escritura (“De dónde le viene esta sabiduría?”- Mateo 13,54). Ahora, quien se compromete seriamente en la oración y la frecuentación de la Escritura sabe cuánto estas experiencias pueden volverse confrontadoras, cuánto ellas nos revelan a nosotros mismos y hacen emerger cada vez con mayor claridad la forma de compromiso que será el nuestro.
La vocación aparece entonces como un primer encuentro consigo mismo, y un compromiso a caminar cada vez más de manera resuelta al encuentro de su propio destino. Y en este sentido, la vocación de Jesús es un proceso que dura toda su vida. No es sino mucho tiempo después de su Bautismo, por ejemplo, que Jesús se descubrirá “llamado” a morir como el “siervo” del cual habla Isaías.
En consecuencia, desde entonces, uno puede comprender por qué, cuando Jesús “llama” sus primeros discípulos les dice: “Yo los haré pescadores de hombres” (cfr. Marcos 1,17).
“Haré”, puesto que la experiencia de descubrirse llamado es un largo proceso.
"Pescador de hombres”, puesto que para aquel que ha rencontrado a Dios en su vida y comprendido su proyecto de liberación, no son más los maderos, el pescado o las ovejas que importan (que cuentan). Edificar (construir) hombres, juntarlos, guiarlos, he aquí bajo modalidades diversas, la vocación de Jesús, de los apóstoles y de todos sus discípulos. Que se sea ya carpintero, pescador o pastor, cuando uno se pone a la escucha de Dios uno termina siempre por desembocar en el hombre (en el ser humano).
Es en este sentido como se puede comprender el “ay de mi sino evangelizo”, de Pablo: no, por un castigo exterior o por un posible castigo divino, sino porque yo estoy ahora convencido que la realización de mi ser pasa por el anuncio del Evangelio, “porque es impuesta necesidad” (1 Corintios 9,16), y si yo no me comprometo hasta el fondo en esta aventura, yo camino en círculo, yo paso completamente al margen de mi vida.
El misterio de la vocación es el misterio de la coincidencia perfecta entre la docilidad a Dios y la realización de mi ser, el encuentro ultimo de mis aspiraciones profundas y el proyecto de Dios sobre mí.

Escuchar, hablar, callarse jamás (3)


Reflexión central

Hablar,  callarse jamás

Es una historia difícil de contar o hacer pública. Se trata de una madre que se atreve a decir en un periódico: “tenemos un hijo que se ha convertido en criminal”. La situación es difícil de vivir, de soportar. Ella y su marido han perdido muchos amigos, sin hablar de aquellos que los visitan o frecuentan todavía con cierta vergüenza. Y por lo tanto qué más podrían hacer estos padres? Varias citas con médicos, con trabajadores sociales, psiquiatras, sesiones de terapia con asesores y formadores en centros juveniles y en centros de desintoxicación, encuentros con abogados, procuradores, jueces del Estado, con policías.
Este hijo ha nacido como muchos otros en un medio cómodo, privilegiado, rico. Ha conocido todas las oportunidades posibles, ha recibido todos los servicios ofrecidos por los establecimientos públicos y privados, tenía padres educados. Pero, después desde la más temprana edad de su hijo, cuenta la madre, él ha vivido sus crisis de cólera, sus comportamientos destructivos, sus propias amarguras que, acompañadas de mentiras crónicas, han dado lugar a robos, al consumo de alcohol, de drogas, a la conducción de vehículos sin licencia y de manera peligrosa, para finalmente llegar a frecuentar bandas o pandillas de la calle. Ella ha luchado esperando que su hijo retome un día el camino recto y que gane su vida honradamente. Pero en vano. Como no caer en la depresión y el desespero, ante la realidad del hijo…El corazón queda roto por siempre.
Me he propuesto tratar de volver a leer el evangelio de este domingo con esta situación rompe-corazones en mi mente. Ya que si existen situaciones a las que el evangelio no puede aclarar y aportar un poco de esperanza, entonces no es la BUENA NOTICIA que se proclama. A pesar que el evangelio de este día con el relato de los primeros discípulos que se adhieren a Jesús parece si tan alejado de nuestras miserias cotidianas…tomémonos el tiempo de escuchar lo que cuenta.
No hay muchas palabras en este relato del evangelio de San Juan, sin embargo son palabras que hacen eco, importantes. “Este es el Cordero de Dios”. Para nosotros, esto casi no quiere decir nada, aparte de designar un comportamiento de rebaño. No es sino recorriendo la historia bíblica como se descubre que este símbolo está lejos de representar alguien que no tiene personalidad y que sigue los demás. Sabían ustedes que en la tradición judía, el Cordero de Dios podía representar a Moisés, en razón del juego de palabras con la palabra aramea “talya” que puede significar a la vez servidor y cordero?; Moisés ha sido considerado como el verdadero servidor de Dios, su líder en la liberación de Egipto. Hablando de liberación de Egipto, es todavía el cordero que juega un rol importante, ya que al hacer la aspersión con su sangre sobre los maderos de las puertas, los hebreos escapan al ángel de la muerte que recorría Egipto. Entonces decir que alguien es el Cordero de Dios, es decir, que él es el nuevo Moisés, el líder de una nueva liberación, aquel que permitirá atravesar las fuerzas de la muerte. Al escuchar esto, qué habría hecho usted?
En nuestro relato, dos discípulos, entre ellos Andrés, escuchan esta palabra de Juan Bautista y deciden seguir a Jesús. Por qué?, pensarán ustedes? Su corazón está buscando (está en búsqueda). Ellos desean una realidad (sociedad, situación, ambiente, mundo…) mejor. De otra manera, la palabra de Juan Bautista no habría tenido ninguna repercusión en ellos. El relato continua así: “Jesús se volvió y al ver que lo seguían, les preguntó: --¿Qué buscan?”. Cualquiera que lee esta frase en su original griego habrá remarcado que la palabra “se volvió” (strephô) es utilizada para hablar de conversión, de toma de consciencia engendrando una mirada nueva (ver Juan 12, 40; Juan 20, 14.16). En otras palabras, el hecho mismo que los discípulos quieran seguirle, hace tomar conciencia a Jesús que Él está llamado a ser un maestro, un líder. Todo este efecto dómino se desata (comienza) por una simple palabra de Juan Bautista.
Continuemos con lo que sigue del relato. El diálogo de dos discípulos con Jesús puede parecer desconcertante, confuso: “ Rabí (Maestro), dónde vives?” ; “vengan y vean”. La cuestión de los 2 discípulos significa: QUIÉN ERES TU? La respuesta: caminen conmigo, hagan la experiencia de una comunidad de vida conmigo y al final ustedes tendrán su respuesta. En efecto, esta respuesta no se obtiene que al final de toda una vida. Pero el evangelista esquematiza las cosas, si bien, que al día siguiente Andrés va decirle a su hermano Simón: “Hemos encontrado al Mesías”. Hablar de Mesías, es hablar de la respuesta a todas nuestras oraciones, es hablar de esperanza colmada, plena, es hablar de problemas resueltos. Ustedes pueden comprender la reacción de Simón al acercarse a Jesús y cuando después escuchará de sus labios que él será la roca (la piedra) el fundamento de este grupo que cree en su Mesías.
Hay muchas cosas increíbles en este relato. Una sola palabra de Juan Bautista, y dos discípulos siguen enseguida a Jesús, y este último, descubre de alguna manera su misión. Andrés dice una simple frase, una frase que transformará a su hermano Simón en un pilar de la comunidad. Qué habría pasado si Juan Bautista no hubiera hablado, si los dos discípulos no hubieran dicho: “Dónde vives?” y si Andrés no hubiera hablado a su hermano? Viviríamos en un mundo diferente. Por lo tanto, Juan Bautista no fue más que un pequeño judío exaltado que ha terminado sus días en prisión. Andrés rápidamente cae en el olvido, y Simón no era más que un simple pescador sin instrucción. Pero las transformaciones operadas por su palabra permanecen. En fin, que hacer con esta palabra que expresa: “Jesús es el Mesías” al término de algunas horas pasadas junto a Él. El evangelista esquematiza, ya que es después de su crucifixión, su muerte y RESURRECCIÒN que esta palabra será verdaderamente proclamada.
Volvamos a esta mamá que llora su hijo en prisión. Qué valentía haber tomado la palabra en público, el haber superado cualquier sentimiento de vergüenza o de culpabilidad. Es importante que esta palabra sea dicha, puesto que ella hará su camino en los corazones dispuestos a recibirla. Esta palabra ya ha ayudado a solidificar su vida en pareja. Ella sostendrá otras familias. Ella nos ayudara también a atrevernos hablar, a no callarnos. En esto, ésta palabra, se halla al mismo nivel que la de Juan Bautista y Andrés. A su manera, ella es un grito por la venida de un Mesías. Este Mesías no puede venir si uno no le ha llamado primero con todas sus fuerzas…

ORACIÓN:
Cómo escuchar tu voz Señor Jesús,
cuando más que nunca en la historia,
nosotros estamos asaltados cotidianamente 
por innombrables e incesantes rumores sonoros?
Nos habremos convertidos en esclavos
de esas orejeras (audífonos) y de todos esos aparatos
que pueden acercarnos de nuestros amigos lejanos
pero también alejarnos de nuestros cercanos?
Cómo escuchar tu voz Señor,
cuando los espacios y momentos de silencio
se hacen cada vez estrechos y escasos?
Y por lo tanto qué bueno es escuchar tu voz!
puesto que Tu te diriges directamente al corazón
y tú nos haces una y otra vez , todavía y siempre
esta pregunta que nos reenvía a nosotros mismos:
“Qué buscan?”
Si, qué buscamos nosotros, con sinceridad
en este frenesí de las comunicaciones?
la aprobación de los demás? Una huida de nuestras responsabilidades?
Ayúdanos, Señor, a permanecer fieles a nuestra voz interior
y haz que nuestras palabras sean más que simples charlatanería.
Que ellas sean como tu Palabra, 
fuente de vida y de comunión fraternal
por un mundo más justo,
más fraternal y más humano,
de acuerdo a tu proyecto 
trazado desde el Génesis hasta el Apocalipsis…
Amén!

 twitter:  @gadabay


REFERENCIAS:

Petit missel: Prions EN ÉGLISE, Novalis, Canada, 2012-2015.

 HÉTU, Jean- Luc. Les Options de Jésus.

 Mystereetvie.ca

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