martes, 16 de mayo de 2023

17 de mayo del 2023: miércoles de la sexta semana de Pascua


(Hechos 17, 15. 22 – 18, 1; Juan 16, 12-15) Las dos lecturas se hacen eco entre sí. Jesús anuncia a su pueblo que el Espíritu les revelará facetas aún ocultas de la verdad. En Atenas vemos a Pablo desplegando esta creatividad del Espíritu e inaugurando un estilo misionero sin precedentes apostando por la apertura de los griegos “al dios desconocido”. Que el Espíritu renueve nuestros patrones de comprensión y nuestros lenguajes a través del contacto con los demás. 


(Juan 16, 12-15) Hay personas que se creen poseedoras de "la" verdad: ¡ay de los que no piensan como ellos! Jesús nos enseña, por el contrario, a ser humildes y perseverantes en la búsqueda de una verdad que solo el Espíritu puede enseñarnos.



Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (17,15.22–18,1):

EN aquellos días, los que conducían a Pablo lo llevaron hasta Atenas, y se volvieron con el encargo de que Silas y Timoteo se reuniesen con él cuánto antes.
Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo:
«Atenienses, veo que sois en todo extremadamente religiosos. Porque, paseando y contemplando vuestros monumentos sagrados, encontré incluso un altar con esta inscripción: “Al Dios desconocido”.
Pues eso que veneráis sin conocerlo os lo anuncio yo. “El Dios que hizo el mundo y todo lo que contiene”, siendo como es Señor de cielo y tierra, no habita en templos construidos por manos humanas, ni lo sirven manos humanas, como si necesitara de alguien, él que a todos da la vida y el aliento, y todo.
De uno solo creó el género humano para que habitara la tierra entera, determinando fijamente los tiempos y las fronteras de los lugares que habían de habitar, con el fin de que lo buscasen a él, a ver si, al menos a tientas, lo encontraban; aunque no está lejos de ninguno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos; así lo han dicho incluso algunos de vuestros poetas: “Somos estirpe suya”.
Por tanto, si somos estirpe de Dios, no debemos pensar que la divinidad se parezca a imágenes de oro o de plata o de piedra, esculpidas por la destreza y la fantasía de un hombre. Así pues, pasando por alto aquellos tiempos de ignorancia, Dios anuncia ahora en todas partes a todos los humanos que se conviertan. Porque tiene señalado un día en que juzgará el universo con justicia, por medio del hombre a quien él ha designado; y ha dado a todos la garantía de esto, resucitándolo de entre los muertos».
Al oír «resurrección de entre los muertos», unos lo tomaban a broma, otros dijeron:
«De esto te oiremos hablar en otra ocasión».
Así salió Pablo de en medio de ellos. Algunos se le juntaron y creyeron, entre ellos Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos más con ellos.
Después de esto, dejó Atenas y se fue a Corinto.

Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 148,1-2.11-12.13.14

R/.
 Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria

Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo todos sus ángeles;
alabadlo todos sus ejércitos. R/.

Reyes del orbe y todos los pueblos,
príncipes y jueces del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los ancianos junto con los niños. R/.

Alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra. R/.

Él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido. R/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (16,12-15):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará.
Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».

Palabra del Señor

 


**********

 

dijo Jesús a sus discípulos:
«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena.

 

Juan 16: 12-13

 

Este versículo del Evangelio hoy, todavía suena cierto para todos nosotros. Dios quiere revelarnos, en lo más profundo de nuestra conciencia, las verdades más profundas y transformadoras que fluyen de su mente de Padre Celestial. Pero no podemos soportarlo todo ahora. No completamente. Y la eternidad la dedicaremos a profundizar continuamente en nuestro entendimiento todo lo que Dios revela. Y el proceso de este descubrimiento continuo y cada vez más profundo nos llenará a su vez de un gozo continuo y cada vez más profundo. Este será nuestro cielo, pero debe comenzar ahora.

 

En primer lugar, es importante comprender que Dios "tiene mucho más por decirnos". Curiosamente, llegar a saber cuánto aún no sabemos es en sí mismo una forma de conocimiento. Saber que hay mucho más, que la sabiduría de Dios está infinitamente más allá de nosotros, que la mente de Dios en relación con la nuestra es incomparable, es en sí misma una hermosa verdad que debe entenderse. Esta verdad debe humillarnos y también llenarnos de un santo temor de Dios y de la profundidad infinita de sabiduría, verdad, belleza y gloria contenidas en Él. Este es un primer paso esencial.


Además, al decir que “no podemos cargarlo ahora” no significa que no debamos tratar de soportar más y más la verdad que Dios quiere revelar. De hecho, es una forma de invitación en el sentido de que indica que llegará un momento en que podremos comprender más. Esto debería fomentar una vez más la esperanza y la anticipación de todo lo que permanece oculto para ser revelado. La humildad ante el Dios infinito es necesaria para crecer en sabiduría y conocimiento de Dios.

 

¿Cómo ocurre este crecimiento en sabiduría y conocimiento de Dios? Sucede por el poder y la obra del Espíritu Santo. Es el "Espíritu de verdad" quien "los guiará a toda la verdad", nos dice Jesús. Pero incluso esta afirmación, una vez más, implica que se trata de un proceso. Es el Espíritu quien nos “guiará”. Y esta guía continuará a lo largo de esta vida y hasta la eternidad.

 

Esta enseñanza de nuestro Señor plantea la pregunta: ¿He comenzado el proceso? ¿He comenzado a permitir que el Espíritu Santo me guíe a la verdad? ¿Ha habido momentos concretos en mi vida en los que llegué a conocer a Dios de una manera nueva y profunda que solo podría haber sido posible por el poder y la obra de Dios mismo?

 

Reflexiona hoy sobre estas cuestiones esenciales. 

 

Si Dios el Espíritu Santo te ha hablado claramente, humíllate ante esa verdad. Ora pidiendo más sabiduría y más conocimiento de todo lo que no conoces. Y si no puedes identificarte con la idea de que hay mucho más que está más allá de ti, entonces vuélvete humildemente a nuestro Señor y suplícale que comience a abrir tu mente a todo lo que Él quiere decirte. La mente infinita de nuestro Dios te espera para ser descubierta y abrazada. Comienza el proceso hoy y deja que Él te guíe a toda la verdad.

 

 

Dios de toda la verdad, Tú, Tu sabiduría, Tu amor y todos Tus gloriosos atributos son de naturaleza infinita y están más allá de mi completa comprensión. Al humillarme ante estas santas verdades, querido Señor, por favor concédeme el Espíritu Santo, el Espíritu de la Verdad, para que pueda abrirte mi mente más completamente por Tu gracia. Que el proceso de descubrimiento profundo sea de gran alegría y se convierta para mí en un proceso que continúa en la eternidad. Jesús, en Ti confío.

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