20 de mayo del 2023: sábado de la sexta semana de Pascua

 

(Hechos 18, 23-28) Nadie puede afirmar que sabe todo acerca de Cristo o las Escrituras. Siempre necesitaremos de otros para comprender mejor el mensaje cristiano y las exigencias de la misión a la que nos llama. El Evangelio es ante todo fuente de comunión, no de división.

(Juan 16, 23b-28) La teología de Juan completa la de Lucas, para quien la Ascensión es la "ascensión" del Resucitado hacia Dios que prepara el "descenso" del Espíritu hacia la Iglesia. Más bien, Juan nos da a entender al Resucitado como el “pasaje” eternamente abierto entre Dios y los suyos. Seguro que serán escuchados porque es la presencia y el modo de ser de Jesús, su “nombre”, viviendo en ellos, lo que los une al Padre.

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (18,23-28):

PASADO algún tiempo en Antioquía, Pablo marchó y recorrió sucesivamente Galacia y Frigia, animando a los discípulos.
Llegó a Éfeso un judío llamado Apolo, natural de Alejandría, hombre elocuente y muy versado en las Escrituras. Lo habían instruido en el camino del Señor y exponía con entusiasmo y exactitud lo referente a Jesús, aunque no conocía más que el bautismo de Juan.
Apolo, pues, se puso a hablar públicamente en la sinagoga. Cuando lo oyeron Priscila y Áquila, lo tomaron por su cuenta y le explicaron con más detalle el camino de Dios. Decidió pasar a Acaya, y los hermanos lo animaron y escribieron a los discípulos de allí que lo recibieran bien. Una vez llegado, con la ayuda de la gracia, contribuyó mucho al provecho de los creyentes, pues rebatía vigorosamente en público a los judíos, demostrando con la Escritura que Jesús es el Mesías.

Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 46,2-18-9.10

R/. Dios es el rey del mundo

Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor altísimo es terrible,
emperador de toda la tierra. R/.

Porque Dios es el rey del mundo:
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado. R/.

Los príncipes de los gentiles se reúnen
con el pueblo del Dios de Abrahán;
porque de Dios son los grandes de la tierra,
y él es excelso. R/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (16,23b-28):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«En verdad, en verdad os digo: si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo dará.
Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa. Os he hablado de esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que os hablaré del Padre claramente.
Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios.
Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre».

Palabra del Señor

 

 

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El amor revelado del Padre

“Os he hablado de esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que os hablaré del Padre claramente.”

 Juan 16:25

 

 

¿Cuándo hablará Jesús claramente sobre el Padre? ¿Cuándo es esa "hora" de la que habla? Primero, esta “hora” puede entenderse como el tiempo después de Su muerte, Resurrección y Ascensión al Cielo. Será entonces cuando el Espíritu Santo vendrá sobre ellos en Pentecostés para abrir sus mentes y comprender todo lo que Él ha enseñado con mucha mayor perspicacia y claridad. 

Pero en el Evangelio de Juan, la "hora" también es una referencia a Su muerte en la Cruz. Es su hora de gloria, la hora en que el Hijo del Hombre nos salva por su santa pasión. Por lo tanto, esta declaración de Jesús debe leerse dentro del contexto de Él aludiendo a Su pasión venidera. Recuerde que este sermón que da Jesús es parte de su "Discurso de la Última Cena". Se da inmediatamente antes de que Jesús fuera al Huerto de Getsemaní para ser arrestado.

 

Cuando consideramos esta “hora” como la pasión y muerte de Jesús en la Cruz, debemos ser conscientes de que su acto de morir no es solo un acto salvífico de redención, sino también una de las formas más claras en que Habla de Su Padre Celestial. 

 

El sufrimiento y la muerte de Jesús, de hecho, revela al Padre a los discípulos de una manera que sus "figuras retóricas" no pudieron revelar. El lenguaje velado de Jesús se habló como verdad, pero como una verdad que no se podía comunicar plenamente. Sin embargo, el sufrimiento y la muerte libremente abrazados de Jesús comunican claramente al Padre de la manera más profunda posible. 

 

La Cruz es amor puro y el Padre es amor puro. La muerte de Jesús en la cruz en obediencia a la voluntad del Padre, y que  revela a todos que el Padre nos ama tanto que estuvo dispuesto a sacrificar a su Hijo unigénito para que si creyéramos en Él,

 

El mensaje de la Cruz es una verdadera enseñanza sobre el amor del Padre. Es una enseñanza que se llevó a cabo a través de un acto del amor más puro y sacrificado que se pueda imaginar. La Cruz era Jesús hablando "claramente del Padre" en la medida en que revela la profundidad del amor del Padre por toda la humanidad. 

 

Si encuentra esto difícil de entender, entonces no está solo. Los propios discípulos lucharon con esto. Es por eso que finalmente necesitaron que el Espíritu Santo viniera sobre ellos para abrir sus mentes. Nosotros también necesitamos al Espíritu Santo si queremos levantar el velo y comprender este mensaje más poderoso del amor infinito de Dios.

 

Reflexione hoy sobre el ardiente deseo de Jesús de levantar el velo de su enseñanza y revelarle, claramente, la profundidad del amor del Padre por usted. Permita que el Espíritu Santo abra su mente a esta revelación que se da a través de la Crucifixión. Ore por ese regalo. Escuche a Jesús decirle que desea darle este entendimiento y luego espere la gracia que necesita para ver y comprender el corazón mismo del Padre y Su amor divino por usted.

 

Mi precioso Jesús, Tu hora de gloria en la Cruz es la más clara y más completa revelación del amor del Padre. En la Cruz, nos muestras a todos cuán profundamente somos amados por Ti y Tu Padre Celestial. Por favor, abre mi mente, querido Señor, a todo lo que deseas revelarme, para que cuando llegue a conocerte, también llegaré a conocer a tu Padre Celestial. Jesús, en Ti confío.