6 de junio del 2022: Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia
La Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia.
En este día, la Iglesia recuerda a María de Nazaret
como Madre de la Iglesia.
Hay un
tipo de madre cerrada y posesiva que intenta adueñarse del hijo y manipularlo;
hay, en cambio, una madre que ofrece la vida del hijo a los hombres. Ésta es
María: la que ofrece al Jesús histórico, al que ayudó a madurar y a partir un
día de casa para pregonar el evangelio. María es la que ofrece a su hijo
muerto, poniendo su vida en manos de Dios Padre, al lado de los amigos de
Jesús... María es Madre de la Iglesia en cuanto ofrece a los creyentes el espacio
de fraternidad y vida de su hijo Jesucristo.
(Hechos 1, 12-14) María fue la primera en decir
sí al plan de salvación del Señor. Ella es un modelo a seguir para todos los seguidores
de Jesús. Por tanto, no es de extrañar que ella reciba el don del Espíritu como
ellos. Dejémonos inspirar y conmover por la fe de esta mujer discreta y
humilde.
Primera lectura
Lectura del libro del Génesis 3, 9-15. 20
El Señor Dios llamó a Adán y le dijo: «¿Dónde
estás?».
Él contestó: «Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y
me escondí».
El Señor Dios le replicó: «¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que
has comido del árbol del que te prohibí comer?».
Adán respondió: «La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y
comí».
El Señor Dios dijo a la mujer: «¿Qué has hecho?».
La mujer respondió: «La serpiente me sedujo y comí».
El Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho eso, maldita tú entre todo
el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y
comerás polvo toda tu vida; pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu
descendencia y su descendencia; esta te aplastará la cabeza, cuando tú la hieras
en el talón».
Adán llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 86, 1-2.3 y 5. 6-7
R/. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de
Dios!
Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob.
¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios! R/.
Se dirá de Sión: «Uno por uno,
todos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado». R/.
El Señor escribirá en el registro de los
pueblos:
«Éste ha nacido allí». R/.
Y cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti». R/.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 19,
25-34
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la
hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver
a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer,
ahí tienes a tu hijo».
Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre».
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.
Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se
cumpliera la Escritura, dijo: «Tengo sed».
Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en
vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca.
Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: «Está cumplido». E, inclinando la cabeza,
entregó el espíritu.
Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran
los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande,
pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los
soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían
crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le
quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó
el costado, y al punto salió sangre y agua.
Palabra del Señor
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al ver
a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer,
ahí tienes a tu hijo».
Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre».
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.
El 3 de marzo de 2018, el Papa
Francisco anunció que el lunes posterior al domingo de Pentecostés se
celebraría un nuevo memorial, titulado “La Santísima Virgen María, Madre de la
Iglesia”. De ahora en adelante, este memorial se agrega al Calendario
General Romano y debe celebrarse universalmente en toda la Iglesia.
Al instituir este memorial, el
Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, dijo:
“Esta celebración nos ayudará
a recordar que el crecimiento en la vida cristiana debe estar anclado en el
Misterio de la Cruz, en la oblación de Cristo en el Banquete Eucarístico y en
la Madre del Redentor y Madre de los Redimidos, la Virgen que la hace ofrenda a
Dios”.
"Anclados" a
la Cruz , la Eucaristía y la Santísima Virgen María ,
que es a la vez "Madre del Redentor" y "Madre de los
Redimidos". Qué hermosas ideas e inspiradoras palabras de este santo
Cardenal de la Iglesia.
El Evangelio elegido para este
memorial nos presenta la santa imagen de la Santísima Madre ante la Cruz de su
Hijo. Mientras estaba allí, escuchó a Jesús decir las palabras: “Tengo
sed”. Se le dio un poco de vino en una esponja y luego declaró: "Todo
se ha cumplido". La Santísima Madre de Jesús, la Madre del
Redentor, fue testigo cuando la Cruz de su Hijo se convirtió en la fuente de la
redención del Mundo. Al tomar ese último trago de vino, completó la
institución de la Nueva y Eterna Cena Pascual, la Sagrada Eucaristía.
Además, justo antes de que
Jesús expirara, Jesús le declaró a Su madre que ahora sería la "Madre de
los Redimidos", es decir, la madre de cada miembro de la
Iglesia. Este regalo de la madre de Jesús a la Iglesia fue simbolizado por
Él diciendo: “He ahí tu hijo… He ahí tu madre”.
Mientras celebramos este nuevo
y hermoso memorial universal dentro de la Iglesia, reflexiona sobre tu relación
con la Cruz, con la Eucaristía y con tu Madre celestial. Si estás
dispuesto a pararte junto a la Cruz, contemplarla con nuestra Santísima Madre y
ser testigo de cómo Jesús derrama Su sangre preciosa para la salvación del
mundo, entonces también tienes el privilegio de escucharlo decirte: "He
aquí, tu madre". Mantente cerca de tu madre celestial. Busca su
maternal cuidado y protección y deja que sus oraciones te acerquen cada día más
a su Hijo.
Queridísima Madre María, Madre
de Dios, Madre mía y Madre de la Iglesia, ruega por mí y por todos tus hijos
que están tan necesitados de la misericordia de tu Hijo que fue derramada desde
la Cruz para la redención del mundo. Que todos tus hijos se acerquen cada
vez más a ti y a tu Hijo, mientras contemplamos la gloria de la Cruz y
consumimos la Santísima Eucaristía. Madre María, ruega por
nosotros. ¡Jesús, en ti confío!
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