6 de septiembre del 2024: viernes de la vigésima segunda semana del tiempo ordinario- año II

 

¡Vino nuevo, odres nuevos!

(Lucas 5, 33-39) La viña del Señor fue plantada, podada, cosechada, luego las uvas fueron prensadas y fermentadas. Finalmente ha fluido el vino nuevo del Evangelio.

Todos somos testigos de estos arrebatos del Evangelio.

Un niño que se prepara para el bautismo, un “comenzar de nuevo” en la fe, una pareja en camino es la vid del Señor que produce su fruto. ¿Qué haremos con este nuevo vino? ¿Lo echaremos en nuestros odres viejos, en nuestras viejas formas de actuar y pensar porque “siempre lo hemos hecho así”? ¿O tendremos el valor de verterlo en odres nuevos?

Bertrand Lesoing, sacerdote de la comunidad de Saint-Martin



(Lucas 5, 33-39) En tiempos de crisis, tendemos a aferrarnos a las maneras de hacer del pasado. Y, por tanto hoy, Cristo aporta todavía novedad . Hoy pido al Espíritu que me ayude a acoger lo inesperado que abre caminos de vida.





Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (4,1-5):

Que la gente sólo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, en un administrador, lo que se busca es que sea fiel. Para mí, lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor. Así, pues, no juzguéis antes de tiempo: dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá la alabanza de Dios.

Palabra de Dios


Salmo

Sal 36,3-4.5-6.27-28.39-40

R/.
 El Señor es quien salva a los justos

Confía en el Señor y haz el bien,
habita tu tierra y practica la lealtad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón. R/.

Encomienda tu camino al Señor,
confía en él, y él actuará:
hará tu justicia como el amanecer,
tu derecho como el mediodía. R/.

Apártate del mal y haz el bien,
y siempre tendrás una casa;
porque el Señor ama la justicia
y no abandona a sus fieles. R/.

El Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra,
los libra de los malvados
y los salva porque se acogen a él. 
R/.



Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,33-39):

En aquel tiempo, dijeron a Jesús los fariseos y los escribas: «Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber.»
Jesús les contestó: «¿Queréis que ayunen los amigos del novio mientras el novio está con ellos? Llegará el día en que se lo lleven, y entonces ayunarán.»
Y añadió esta parábola: «Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque se estropea el nuevo, y la pieza no le pega al viejo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino nuevo revienta los odres, se derrama, y los odres se estropean. A vino nuevo, odres nuevos. Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: "Está bueno el añejo."»

Palabra del Señor



1

En la primera lectura, Pablo recomienda a la Iglesia de Corinto que acepten la vocación y la especificad de cada uno de los mensajeros que Dios les envía, sin catalogarlos o juzgarlos. Pablo reclama, tanto para él, como para los otros el derecho de ejercer su ministerio tranquilamente. Es Dios quien juzgará. Mientras se espera, escuchemos con respeto a los testigos que nos hablan de Dios.

En el Evangelio de San Lucas, común con San Mateo y San Marcos, vemos que los discípulos de Jesús no respetan el rito del ayuno, pues estando en presencia de Jesús, es momento de hacer la fiesta para alegrarse por la venida del Mesías. En este tiempo nuevo, las antiguas prácticas ya no tienen más razón de ser. Después de la muerte de Jesús, habrá nuevos ritos  a crear en vínculo o relación con su vida y sus palabras.



2

Vino nuevo en odres nuevos

Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino nuevo revienta los odres, se derrama, y los odres se estropean. A vino nuevo, odres nuevos.


¿Qué es este vino nuevo? ¿Y qué son los odres viejos? El vino nuevo es la nueva vida de gracia con la que hemos sido bendecidos en abundancia y los odres viejos son nuestra vieja naturaleza caída y la vieja ley. Lo que Jesús nos está diciendo es que si deseamos recibir Su gracia y misericordia en nuestras vidas, debemos permitirle que transforme nuestro viejo yo en nuevas creaciones y abracemos  la nueva ley de gracia.  

¿Te has convertido en una nueva creación? ¿Has permitido que tu antiguo yo muera para que la nueva persona pueda resucitar? ¿Qué significa convertirse en una nueva creación en Cristo para que el vino nuevo de la gracia pueda ser derramado en tu vida?

Convertirse en una nueva creación en Cristo significa que vivamos en un nivel completamente nuevo y ya no nos aferremos a nuestros caminos, hábitos o costumbres anteriores. Significa que Dios hace cosas poderosas en nuestras vidas mucho más allá de lo que podríamos hacer por nosotros mismos. Significa que nos hemos convertido en un “odre” nuevo y apto para que Dios sea derramado. Y significa que este nuevo "vino" es el Espíritu Santo tomando posesión de nuestras vidas.

Hablando en términos prácticos, si hemos sido hechos una nueva creación en Cristo, entonces estamos adecuadamente preparados para recibir la gracia de los sacramentos y todo lo que se nos presente a través de la oración y la adoración diarias. Pero el primer objetivo debe ser convertirse en esos odres nuevos. ¿Entonces cómo hacemos esto?

Lo hacemos por el bautismo y luego eligiendo intencionalmente apartarnos del pecado y abrazar el Evangelio. Pero este mandato general de Dios, de volverse del pecado y abrazar el Evangelio, debe ser muy intencional y vivido a diario. 

A medida que tomamos decisiones prácticas, propósitos e intenciones diarias para volvernos a Cristo en todas las cosas, descubriremos que el Espíritu Santo, de repente, poderosa e inmediatamente derrama el vino nuevo de la gracia en nuestras vidas. Descubriremos una nueva paz y alegría que nos colmará y tendremos fuerzas más allá de nuestra propia capacidad.  

Reflexiona hoy sobre si eres o no verdaderamente una nueva creación en Cristo. ¿Te has apartado de tu camino anterior y te has despojado de las cadenas que te ataban? ¿Ha abrazado el nuevo Evangelio completo y permites que Dios derrame diariamente el Espíritu Santo en tu vida?  


Señor, por favor hazme una nueva creación. Transfórmame y renuévame por completo. Que mi nueva vida en Ti sea una que continuamente reciba el pleno derramamiento de Tu gracia y misericordia. Jesús, en Ti confío.

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